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Soy una chica normal

Soy una chica normal

Soy una chica normal, o por lo menos, así me considero.

Tengo 24 años, y el chico que más me gusta tiene 38, en realidad parece mas joven.

Soy un “poco” morbosa ante todas las situaciones, y muy curiosa.

Me paso la vida preguntando, me gusta hacer las cosas bien, y sobre todo complacer a aquellos que quiero.

En mi lugar de trabajo tenemos un grupo de terapia sexual, por favor, no sean más morbosos que yo, no tenemos practicas sexuales lo que hacemos es cambiar experiencias buenas y malas, y por lo menos yo, que después de un matrimonio horroroso y de una vida sexual pésima, con quien fue mi primer amante, ahorra es que estoy empezando a vivir o por lo menos a gozar de mi vida sexual a lo máximo.

Este chico es un éxito como amante no tiene precio me a enseñado muchas cosas

Hace poco tuvimos una salida que para mí era muy especial, tenia todo planeado quería que todo fuera perfecto y por causas ajenas a nuestra voluntad no pudo hacerse realidad y tuvimos que posponerla para otro día.

Nada que después de yo haber tomado todo el día para comprar una “baby-doll” negra (que es su color favorito), de haberme rasurado toda mi conchita y de haber descansado lo suficiente para tener una noche espectacular me quede con las ganas… nada, que simplemente no pudo ser y quedamos que en otra ocasión nos encontraríamos.

Como siempre suceden las cosas ocurren cuando menos uno se lo espera, pero yo soy de las que piensan que la primera luz es la que alumbra; y definitivamente uno no puede dejar para mañana lo que puede hacer hoy.

Y ocurrió todo cuando menos me lo pensé, se nos presento la oportunidad. Así quedamos en encontrarnos en un centro comercial, fuimos a comer y nos dirigimos luego a un motel. Pedimos unas cervezas a la habitación, el se metió a la ducha y luego salió todo mojado cubriendo solo la parte inferior de su cuerpo tan solo con una toalla. Le pase por el lado sintiendo el calor de su cuerpo al aproximarse al mío pero trate de no darle importancia y seguí de largo.

Entre al baño fui quitándome la ropa mientras sentía como el morbo se apoderaba de mi mente, pensando que estaba atada a la cama mientras él me hacia su esclava, con esos pensamientos en mi menté, me dirigí a la ducha, mientras me enjabonaba mas crecía mi excitación y no pude esperar y me masturbe sin desenfreno pensando en lo que me esperaba fuera del baño un chico, no un hombre, mi hombre. Salí de la ducha me seque todo mi cuerpo y me pare frente al espejo del tocador, saque del bulto la “baby-doll” negra y me vestí, realmente me sentía rara, disculpen pero era la primera vez que me veía y me sentía tan “sexy”.

Me dio tanto pudor y miedo a la vez que no me atrevía siquiera salir del baño.

Tanto así que me sentí como un ratón atrapado por su presa. Me tarde tanto que el se dio cuenta y fue a ver si me ocurría algo.

Y allí me encontró sentada tras de la puerta temblando de miedo.

Se sorprendió al verme y me pidió que le dejara entrar:

R: “déjame entrar”

Y: “No”

R: ¿Por qué no?

Y: Por que no quiero que me veas.

R: Por que no si te ves preciosa con esa ropa.

Y: ¿Cómo lo sabes si no me has visto?

R: te estoy viendo por el espejo y te ves bien linda.

Tanto fue su insistencia que lo deje pasar, y estoy segura que me veía muy bien por que entro súper empalmado.

Me ayudo a levantar y cuando me tuvo de pie de espalda a la pared me sujeto la cara mientras me decía al oído lo bien que me veía y lo excitado que estaba.

Bajo su lengua por mi cuello se detuvo en mis senos comenzó a sobarlos mientras retiraba su cuerpo un poco del mío para observarme.

R: Me gusta mucho lo que veo te ves muy bonita ¿lo hiciste por mí? ¿Te compraste esa ropa para mí?

Y: si quería ver tu reacción y hacer algo distinto

R: lograste una buena reacción en mi y ahora vas a pagar por las consecuencias…

Su actitud cambio se puso de un modo muy extraño… pero en mi aumento el miedo y la excitación me agarro por el cabello, y me empujo a la cama, y empezó a gritar.

R: ¡ahora pequeña puta vas a saber lo que es un hombre!

Y: Sí, Claro

R: ¿Qué te atreviste decir? Por tu insolencia, ahora cada ves que vayas a hablar me pedirás permiso alzando tu mano. No quiero que me mires a los ojos; si faltas a uno de mis mandatos de castigo recibirás nalgadas.

Nada que mientras más s me gritaba mas me excitaba.

Así siguió hasta que me lanzo sobre la cama y me amarro con las manos extendida y las piernas abiertas. Cogió una de las cervezas y comenzó a batirla, la abrió y me la derramo por todo el cuerpo, estaba bien fría.

La sensación fue increíble, pero mejor fue el sentir su lengua caliente sobre todo mi cuerpo saboreando la cerveza, eso me puso a mil por segundo.

Sentía unas ganas incontrolables de moverme pero al estar amarrada estaba a su merced.

Me lamió todo el cuerpo y empezó a chupar y a morder mis pezones logrando ponerlos como rocas.

Empecé a sentir un calentón por todo mi cuerpo y sentí como el primer orgasmo de aquella noche se apodero de mi cuerpo.

Fue fenomenal todavía no había tocado mi vagina, cuando bajo a mí estomago yo todavía tenia la cabeza dando vueltas.

Pensé que me iba a hacer una buena mamada …

Y: “sssiiii papito, hazme tuya, cómeme”

R: ¿Qué dijiste? Te dije que no hablaras por eso recibirás tu castigo.

Y sin pensarlo me desamarro las piernas me puso de lado y me dio como cinco nalgadas poniéndome las pompis rojas. Pero con un deseo intenso de que me poseyeran.

Me volvió a amarrar las piernas, y esta vez se puso sobre mi cara y me ordeno que abriera la boca. Obedecí y tan pronto lo hice de un solo empujón metió toda su verga en mi boca.

Comencé a comérmela y ha hacer todo lo que él me indicaba. Le chupaba de la cabeza al tronco e introducía sus bolas en mi boca.

Su excitación aumento hasta que contrajo sus glúteos y saco su pené de mi boca y se corrió sobre mi cara.

Yo trate de beberme toda su leche pero el no me dejaba diciendo que eso era demasiado gusto para mi soberbia.

Por lo menos me dejo limpiarlo con mi lengua y saborear un poco de su néctar que realmente me vuelve loca.

En toda esta situación me encontraba demasiado excitaba quería que me penetrara pero no se lo podía hacer saber por que me iba a costar muy duro.

Pero ya luego me desamarro y me dejo hacerle de nuevo una mamada poniéndole su miembro duro me puso en cuatro sobre la cama y me la metió desde atrás provocándome un dolor intenso, se quedo quieto y empezó un mete y saca lento que fue mitigando mi dolor y llevándome al goce extremo.

Fue una noche en que me divertí mucho siendo su esclava y entregándome a los placeres de la maldad y el sexo.

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