Capítulo 11

Cuando llegamos al hotel, llegó la sorpresa del día.

-Ana. – ¿Aquí está usted?, qué casualidad, aquí tengo una boda pasado mañana, se casa mi sobrino…

Así terminó el último capítulo…

-Jajajaja, que pequeño es el mundo, nosotros también estamos invitados a la boda, pero por parte de la novia. ¿Tenía entendido que el novio era de Madrid?

-Ana. -Si, es hijo de mi hermano, yo también soy madrileña, mis padres con 14 años me mandaron aquí interna a un colegio de monjas, y me enamore de esta ciudad y aquí estoy desde entonces. Además de que la madre de la novia es muy amiga mía, tenemos negocios juntas.

Lo de que era socia de Isa fue otra sorpresa, me callé, tampoco le quise preguntar porque no había ido a la cena de las dos familias. Ya tendría tiempo de hacerlo.

-Supongo que estarás cansada Ana, porque entre el viaje y el post viaje jajajaja, debes de estar derrengada.

-Ana. -Sí, pero mañana tengo la agenda despejada, bueno no del todo, por la mañana tengo que pasar por la tienda a recoger el vestido para la boda y luego he quedado con mi hermano y mi cuñada para comer.

– ¿En la tienda de Jara?

-Ana. -Si.

-Pues mañana nos vemos allí a las 10 y tomamos café y no te preocupes, no tienes que darme una contestación, pero como nos vamos a ver en la boda, tenemos que hablar sobre ese día, apunta mi número de teléfono, por si no pudieras ir.

Se lo fui dando mientras lo escribía en su móvil.

-Ana. -Gracias, allí nos vemos, buenas noches.

-Buenas noches Ana.

Jara y yo nos dirigimos a la habitación que iba a ocupar, junto a su sobrina. Tocamos a la puerta y nos abrió Mimi, aun vestida, solo se había quitado los zapatos, mientras en la cama estaba Lu, que se levantó al verme, esta si se había quitado el vestido y los zapatos, solo llevaba la lencería y las medias, todo negro.

-Buenas noches PERRAS.

-Lu. -Buenas noches AMO.

-Ha sido un día largo, voy a cambiar un poco los planes. Mañana trabajáis las tres, además de que tendréis que pasar por casa para vestiros, de paso coger todo lo necesario para no volver hasta el domingo.

-Se ha acabado el uniforme tan feo que teníais. Como para mañana va a ser muy precipitado, os quiero con falda negra y blusa, camisa o camiseta blanca, medias negras y zapatos de tacón. Y a partir de la semana que viene Lu me ira mandando los diferentes modelos que queréis como uniforme y yo tendré la última palabra.

-Jara. -Así lo haremos SEÑOR, nos tendrá que dejar su correo o ¿prefiere que se lo mandemos por whatsApp?

-Jajajaja, no hará falta, el lunes me voy a instalar en tu casa, vamos a empezar a poner orden, que hace mucha falta, pero no os va a salir gratis, porque iremos de compras para mí, me hará falta ropa y correrá a cuenta vuestra, claro está, si aceptáis, sino el lunes desapareceré de vuestras vidas para siempre.

Tanto Lu como Jara, con una alegría que hasta a mí me sorprendió, contestaron que por supuesto, que era lo lógico.

-Ahora a dormir, Lu se viene conmigo, a las diez no vemos allí.

-Mimi. -Yo tengo un pequeño problema SEÑOR, con las medias no, porque las puedo coger de la tienda, pero falda negra no tengo.

-Ponte una falda que sea elegante o usas tu uniforme, ya le daremos una solución a eso.

Lu fue a ponerse el vestido…

-Solo cógelo PUTA, a estas horas no hay nadie por los pasillos y si hay alguien le alegras la vista.

Se puso colorada, pero no dijo nada, solo cogió el vestido y los zapatos y me siguió. Llegamos a la habitación y tras cerrar la puerta, me senté en el filo de la cama…

-Desnúdame PUTA, de prisa, que estoy muerto.

Dejó caer los zapatos y el vestido al suelo y arrodillándose, empezó a desnudarme.

-Sígueme PUTA.

Fue a levantarse, pero cuando vio mi mirada, apoyó las manos en el suelo y me siguió.

-Entra en la ducha y quédate de rodillas.

Entré tras ella y me meé, por su cara por su cuerpo, tras terminar me salí y desde fuera abrí el agua de la ducha.

-Desnúdate, dúchate y te espero en la cama.

No me entere cuando se metió en la cama, nada más meterme me quede dormido. A las ocho de la mañana me desperté y vi a Lu dormida, se la veía relajada, opte por dejarla dormir un poco más, me metí en la ducha, me vestí, le deje una nota a Lu de donde estaba y a las ocho y media estaba en la cafetería aprovechando el buffet.

Miré por si veía a Yolanda, pero no tuve esa suerte, me puse un café y algo para comer, mejor dicho, bastante para desayunar, mis planes pasaban por tener una tarde tranquila, solo para mí, la mañana sí que se presentaba movida.

Mientras daba cuenta del desayuno, me puse a ordenar un poco mi cabeza, decidir los pasos a seguir, aunque lo tenía claro con Isa, Raquel, Ceci y Susana, pues las iba a dejar libres hasta después de la boda, sí que tenía que encajar al resto, dándome cuenta de que se me había ido un poco de las manos, aunque también se me abría una puerta laboral, si decidía quedarme a vivir en Alicante.

Pero antes tenía pensar en cómo encajar a Gema, Lu, Yolanda y Mimi, porque con Jara y Ana lo tenía muy claro, siempre que Ana diese el paso.

También pensé en Julio, pero este era el menor de mis problemas, porque se adaptaba a todo, además de que era un fiel servidor. No había terminado de desayunar cuando vi entrar a Susana y a su madre por la puerta, no venían solas, también estaba el cornudo.

Se sentaron en una mesa grande por lo que supuse que esperaban a alguien más y no me equivoque, a los dos minutos aparecieron sus suegros. Él se parecía mucho a Ana, pero delgado y muy bajito, mientras la mujer era lo contrario, alta y gorda, no excesivamente, pero si más de la cuenta.

Ella e Isa eran las únicas que bajaban arregladas, Isa llevaba una falda de tubo por debajo de la rodilla roja y una blusa azul marino y medias por supuesto, de eso no me cabía duda, su futura consuegra llevaba un vestido negro de seda, medias o pantys y unos zapatos rojos de tacón, que llamaron mucho mi atención. Susana llevaba una camiseta blanca, unos vaqueros y unas zapatillas de deporte.

Al principio no se dieron cuenta, pero cuando lo hicieron a Susana se le cambió la cara, no me esperaba y no fue por miedo, fue por cómo iba vestida, sabía que eso le iba a costar un castigo.

-Isa. -Hombre Raúl, -sabe disimular muy bien-, no te había visto -se levantó y se acercó a mí), ¿Cuándo has llegado?

Yo que también se salir…

-Llegué ayer Isabel, tenía que resolver unos asuntos por aquí y me vine antes para hablar con Julio -lo dije alto, sabía que el cornudo lo conocía-.

Me levanté y le di dos besos y como estaba de espaldas, se los di muy cerca de los labios. Se levantó Susana y se acercó a saludarme, e hice lo mismo que con su madre, pero esta al oído…

-Susana. -Lo siento SEÑOR, aceptare cualquier castigo.

-Isa. -Luego tengo que ver a Julio, aunque sean cinco minutos, le he de dar unos informes que tenía pendientes.

Me salió una sonrisa, porque sabía que con esa frase ya tenía la excusa para escaquearse. Como ya había terminado y eran las nueve menos cuarto, me levante, cosa que aprovecho Isa para presentarme a sus consuegros y al cornudo, al que solo conocía por fotos. Los deje desayunando, aunque me fije en que la cara de Susana que seguía siendo de preocupación.

Al llegar a mi planta y salir del ascensor, vi la puerta de una de las suites abierta y el carrito frente a ella, me asomé y vi a Yolanda, estaba haciendo la cama.

-Buenos días Yolanda.

No quise ir más allá, aunque ayer me dijo que iba a estar sola en esa planta, no quería ponerla en un compromiso, pero su respuesta me hizo saber que estaba sola.

-Yolanda. -Buenos días SEÑOR.

– ¿De quién es la habitación?, le pregunté más que nada, porque al asomarme vi que había ropa por el suelo además de la toallas.

-Yolanda. -Creo que es la habitación de los suegros de su PERRA, SEÑOR.

-Son unos guarros. Levántate la falda.

Se la subió, apareciendo unos pantys negros.

-Yolanda. -Lo siento SEÑOR, son más cómodos para trabajar y tampoco tengo medias negras.

-Tranquila PUTITA, estas trabajando y eso hay que respetarlo, aunque ayer ninguno lo respetamos jajajaja. Me voy a la habitación a despertar a Lu.

-Yolanda. -Ya está despierta SEÑOR, antes la he visto asomar la cabeza, aunque creo que ella no me ha visto a mí.

-Cuando salgas de trabajar y dependiendo de la hora a la que acabes, me llamas y comemos o nos tomamos un café, tenemos que hablar, no preguntes, ya te enteraras, no es nada malo, así que tranquila y no le des vueltas.

-Yolanda. -No vengo como a usted le gusta SEÑOR.

-Tranquila PUTITA, ya te he dicho que el trabajo lo respeto.

Me fui a mi habitación y al entrar vi a Lu, encima de la cama, totalmente desnuda.

-Lu. -Buenos días SEÑOR, ya iba a intentar localizarlo, iba a llamar a Julio para que me diera su teléfono, porque no sabía qué hacer y como a las diez tenemos que estar en la tienda.

-Ahora te lo doy, y no te preocupes, el que tiene que estar en la tienda a las diez soy yo, tú puedes llegar más tarde. ¡¡¡Chúpamela PERRA!!!

Pego un salto de la cama y bajándome los pantalones y los bóxer, se la metió en la boca, quería que me la pusiera dura, algo que no tardo en conseguir, aprendía rápido.

-A la cama a cuatro patas CERDA.

La seguí y vi deseo, de hecho, era a la única a la que aún no me había follado. Me apetecía follarme y mucho su culo, que aún era virgen, lo quería dejar para un momento más especial.

Cogiéndola del pelo con fuerza, se la metí en un coño tan húmedo que más que entrar mi polla, resbalo.

-Ufffffff, que ganas de cogerte PERRA…

-Lu. -Más ganas tenía yo SEÑOR, no voy a aguantar nadaaaaaa, agggggg, ¿puedo correrme?

-Tantas veces como desees…

Se agarró a las sábanas con fuerza y empezó a gemir y gritar, mientras se corría, diciendo lo que lo deseaba. Seguí entrando y saliendo de ella, en cada embiste, le tiraba más fuerte del pelo. Antes de hacerlo yo, la muy guarra se corrió dos veces más. Conforme me salí de su coño, se fue al suelo de rodillas y cogiendo mi polla, la empezó a limpiar con su boca.

-Arréglate un poco y ve a tu casa a cambiarte y no se te olvide coger lo preciso para estos días PERRA.

-Tendré que ir sin ropa interior SEÑOR, aún sigue húmeda.

-Jajajaja, de eso nada GUARRA, esta húmeda de mis meados, así que te la pones, vas a ir en taxi hasta tu casa y allí no hay nadie.

-Cuando salíamos, nos encontramos en la puerta a Yolanda que iba a hacer nuestra habitación.

-Yolanda. -Ahora iba a tocar a su puerta SEÑOR, para hacerle la habitación.

-Adelante, toda tuya, nosotros nos vamos que no me gusta llegar tarde, espero luego tu llamada.

Cogimos un taxi, y como la tienda pilla cerca de su casa…

-Nos quedamos aquí los dos y tú vas dando un paseo.

Me miro con cara de decir algo, y al ver mi cara, desistió y solo asintió.

-Vas a pasearte con esa pinta y olor a GUARRA que llevas.

-Lu. -Si SEÑOR.

Llegamos un poco antes de la diez, a pesar de que la tienda aún tenía las persianas bajadas, ya se veía movimiento dentro y como no tenía prisa, me dispuse a dar un paseo, pero no me dio tiempo, al darme la vuelta casi me doy de bruces con Ana.

Me gusto ver como se le ilumino la cara con una sonrisa, eso ya era casi una respuesta.

-Buenos días Ana.

-Ana. -Buenos días SEÑOR.

Si la sonrisa ya me había avanzado algo, sus buenos días me lo terminaron de confirmar.

-Vamos a desayunar, ¿Hay por aquí alguna cafetería?

-Ana. -Si, justo al doblar la esquina.

-Vamos, desde allí avisas a Jara de que estas por aquí y que estás conmigo.

Mientras nos dirigíamos a la cafetería, la observe, no es que tuviese un buen cuerpo, pero sabía sacarle partido con su elegancia. Llevaba una falda a cuadros blancos, negros y grises, medias beige y unos zapatos de tacón bastante alto también de color negro, no vi más, porque llevaba un abrigo gris.

Entramos en la cafetería que por suerte no estaba muy llena y la seguí, la conocía muy bien y la conocían también, me llevo a una mesa pegada a la cristalera y esquinada, lo que nos daba cierta intimidad. Me pedí un café y ella una infusión.

– ¿Nerviosa?

-Ana. -Si lo pregunta por el té, no, estoy rebajando la ingesta de café y ya llevo dos y solo son las diez.

-Como te dije ayer, quería hablar contigo sobre lo de mañana, creo que es muy importante, ponerte en antecedentes, no para que me contestes, para eso te puedes tomar más tiempo.

-Ana. -Creo que lo tengo claro, pero también me gustaría hablarlo con Usted.

-Habrá tiempo Ana, pero voy a ponerte en antecedentes de lo que vas a ver mañana, no por miedo a que digas o hagas nada, porque al final te salpicaría a ti. Voy a ser muy directo, no solo vengo como amigo de la parte de la novia, es que además soy su AMO -Me saco una carcajada al ver su cara y que casi tira el té, que en ese momento sostenía en sus manos- Eso no es todo, porque a Susana llegué a través de Isa, ella lleva años siendo mi sumisa, una cosa llevo a otra y a descubrir que Susana es aún más sumisa que su madre.

-Ana. -No sé qué decir.

-No tienes que decir nada, solo quería que lo supieses, lo primero porque puede ayudar a tu respuesta, conoces a Isa y si como dijiste anoche sois hasta socias y siendo como eres sumisa, no lo detectaste en ella. Lo segundo es que todos los que mañana vas a ver en la mesa me pertenecen, de una forma u otra han ido entrando en mi vida o yo en la de ellos, salvo Isa, pero eso ya te lo contare en otro momento, son libres de irse, no voy a negar que algunas han sido forzadas a entrar en el juego, y todas por un motivo justificado, pero tras esa primera vez, todas están por su voluntad y como te dije, si se van dejaran de tener contacto con nosotros en todo menos en lo laboral, por supuesto. En principio Julio no se sentará con nosotros, porque va con su hija y antes de que lo preguntes, si, Julio es mi sumiso, lo uso para que me ayude, te lo digo porque no me importa que hables con él o con las demás sobre todo esto, pero sí que lo hagas con cuidado.

-Ana. -Sigo sin saber que decir SEÑOR, pero le puedo asegurar que soy la más interesada en tener cuidado, por mi situación social y sobre todo como bien sabe Usted, por mi posición política.

-Lo sé, pero no estaba de más hacértelo saber.

-Ana. -Siendo así, no necesito más tiempo, para serle sincera, he dormido como hacía años que no lo hacía, rememorando todo lo que paso anoche, solo tenía ese pequeño pellizco de la privacidad, pero si Usted me dice que Isabel es su sumisa y conociendo como es, no tengo dudas de que deseo ser suya.

-Mía y de quien yo desee, que te quede claro, pero puedes estar segura de que jamás pondré en peligro tu vida privada y menos laboral.

-Ana. – ¿Puedo decirle que estoy chorreando?

-Puedes jajajaja, voy a pagar y nos vamos a la tienda, que tengo que solucionar algunos flecos.

Nos dirigimos a la tienda, me gustaba su sonrisa, se la veía feliz. Al entrar vi que Jara estaba con dos clientas. Se la veía radiante, iba tal y como les dije, también Mimi, que estaba atendiendo a una pareja, llevaba una falda negra. Entramos juntos y discretamente me separe de Ana.

-Jara. -Buenos días Ana, siéntate un momento, en cuanto termine con estas Señoras estoy contigo.

-Ana- Tranquila Jara, no tengo prisa.

-Jara. -Buenos días Raúl, mi hermana está en la trastienda, acaba de llegar, si quiere usted pasar, allí tiene toda la documentación que nos había pedido.

Sonreí, por el desparpajo y su facilidad para salir de cualquier situación. Le conteste a sus buenos días y entre en la trastienda. Conforme entraba en la trastienda, salía Lu, y ufffffff, solo verla me empalme.

-Lu. -Ya salía SEÑOR, le he visto por las cámaras.

-Vamos al despacho, que tengo que hacer algunas gestiones, tu hermana y Mimi se apañan en la tienda.

La noche anterior no me había fijado, pero era un despacho amplio, con dos mesas grandes de oficina, cada una con un portátil y en una de las paredes un mueble grande, donde en medio había un televisor grande, con la pantalla dividida en varias ventanas, donde se veía perfectamente todo lo que pasaba en almacén y la tienda.

– ¿Graba?

-Si SEÑOR, graba 72 horas y si no se le da a guardar, se sobre graba

-Entonces tenemos la grabación de ayer jajajaja.

Se puso roja, pero asintió.

-Mientras hago un par de llamadas descarga lo de ayer en un archivo.

-Lu. – -Con una sonrisa entre picara y perversa- Ahora mismo SEÑOR.

Se sentó en una mesa, yo me senté en la otra, mientras hacía lo que le había ordenado, llame primero a Isa, para decirle que hoy no nos íbamos a ver, note su desilusión, pero no dijo nada, le pedí el número de Gema, tras colgar con Isa, llame a Raquel y a Susana, indicándoles lo mismo que a Isa, para terminar, llame a Gema…

-Buenos días VIEJA GUARRA.

Enseguida me reconoció, jajajaja, no era difícil, por como la llame.

-Gema- Buenos días.

Supuse que no estaba sola.

-No te voy a entretener, cuando cierres la farmacia te vienes a la tienda de Lu, si está cerrada me llamas y ya te indico.

-Gema. -Allí estaré.

Colgué y me levanté, poniéndome tras Lu, que llevaba una camisa blanca, sin miramientos, mientras seguía en lo suyo, le abrí la camisa de golpe, haciendo saltar más de un botón, dejando al descubierto un sujetador blanco de encaje, comprobando que la muy GUARRA, estaba excitada, los pezones parecían querer escapar del sujetador de tiesos que estaban. Me fijé en la pantalla y entendí el motivo de su excitación, que no era otro que se estaba viendo de rodillas ante Ceci.

– ¿Te gusta verte PERRA?

-Ufffffff, mucho, estoy cachondísima SEÑOR.

Miré la pantalla y vi que Jara aún seguía atendiendo a las mismas clientes y parecía que iba para largo, Mimi estaba colocando prendas, Ana seguía sentada y liada con el móvil. Con una mano saque mi móvil del pantalón, mientras la otra la usaba en pellizcar con fuerza los pezones de Lu por encima del sujetador, que seguía sin poder apartar la mirada de su ordenador, aunque sus gemidos iban en aumento.

Solo volvió la cara hacia a mí, cuando deje de pellizcarla, porque me hacía falta la mano para poder escribirle a Ana, aunque iba a ser corto.

“Entra.”

Como lo tenía en la mano lo vio al instante, levantándose…

-Ana. -Mientras acabas voy a saludar a tu hermana.

Jara solo asintió, y a través de las cámaras vi como sonreía.

-Cierra la puerta Ana.

Entro y la cerró.

-Levanta tu culo de la silla PERRA y tú acércate.

Tanto una como otra hicieron lo que les pedí.

-Ponle el video a Ana desde el principio, juntaros las dos para verlo, las manos sobre la mesa y el culo fuera.

No podían apartar la mirada de la pantalla, Ana cuando vio además de Isa y Susana, al resto, volvía su cara hacía mí y murmuraba sus nombres, porque las conocía. Me coloqué tras ellas y levantándoles la falda me encontré con dos culos increíbles, encerrados en dos bragas preciosas de encaje, solo se diferenciaban por el color, una era negra y la otra blanca.

Cogiendo a Ana del pelo…

– ¿Eres virgen del culo PERRA?

-Ana. -Si SEÑOR, nunca me he atrevido a meterme nada.

-Uffff, pues lo vamos a reservar hasta mañana PERRA.

Note como se estremeció. Me desabroché los pantalones y apartando la braga de Ana, se la metí de golpe, empecé a follármela, fuerte y rápido, sin problemas porque su coño era puro líquido. Tras entrar cuatro o cinco veces en ella, me salí y me fui a por Lu, le aparté también la braga y se la metí. Fui pasando de un coño a otro, ellas no apartaban la mirada de la pantalla. Ambas apoyaban con fuerza las manos en la mesa, intentando gemir lo más flojo posible, para que no se sintiera en la tienda.

-Lu. – ¿Me puedo correr SEÑOR?

-Espera GUARRA, cuando este dentro de ti.

En ese momento note como el cuerpo de Ana se destensaba, a la vez como por mi polla y por sus piernas, bajaba un torrente de líquidos, se había corrido y sin pedir permiso.

Me salí de ella y se la metí a Lu…

-Ahora puedes correrte GUARRA.

Vaya si lo hizo, se le escapo un grito, casi estoy seguro de que se oyó en la tienda, rápidamente le puse la mano en la boca.

-De rodillas GUARRAS.

En cuanto estuvieron de rodillas, me corrí, repartí mi corrida entre ambas.

-Limpiaros.

Ana fue más decidida y se abalanzo a las tetas de Lu, limpiando la parte que había caído sobre el sujetador, subiendo hasta su boca, donde se dieron un buen morreo, hasta que les ordene que pararan. Lu fue a limpiar a Ana…

-No, déjala así, se ha corrido sin mi permiso, levantaos.

Vi por la pantalla que Jara se estaba despidiendo de las clientas y que Mimi estaba con otra.

-Arréglate PERRA, sal y dile a la TETONA, que entre.

-Lu. -SEÑOR, me ha roto la blusa, tendría que ponerme otra blusa y no me he traído ninguna blanca.

-Ponte la que quieras…

No había terminado, cuando Jara toco a la puerta, cosa que me agrado.

-Pasa TETONA.

Las hermanas se cruzaron, una entro y la otra salió.

-La PUTA de tu PERRA, se ha corrido sin mi permiso, dale 20 azotes y por cada gemido que se le escape, le das uno más.

Me quite el cinturón, lo doble y se lo pase.

-No se te ocurra ser blanda, o te los daré yo a ti.

-Jara. -Quítate las bragas PERRA.

No dudo, se las quitó y sin que nadie le dijera nada, apoyo las manos en la mesa y saco el culo. Estos azotes me hicieron reafirmarme en que tenía mucho de masoquista, porque Jara fue dándole cada vez más fuerte, intentado provocar aumentar el castigo y no lo consiguió. Al terminar…

-Ana. – ¿Puedo correrme SEÑOR?

-Si.

Agarrándose a la mesa se corrió, tuvo un squirt, dejando un charco en el suelo.

-Jara. -De rodillas y límpialo GUARRA.

Ni dudo, se puso de rodillas y con su lengua lo limpio como pudo, aunque lo dejo más guarro. Me gustaba Jara, tenía una vena sádica y ella no lo sabía, solo la usaba para humillar, aunque viendo como vi su cara de placer conforme iba azotando a Ana, creo que se estaba dando cuenta.

-Levántate.

-Ana. -Gracias SEÑOR.

-Vamos a ver el vestido.

Salimos a la trastienda y Jara se acercó a un porta trajes, lo saco, dejando a la vista un vestido azul precioso. Se desnudo ya sin pudor, quedándose solo con el sujetador, medias y zapatos. Fue a probárselo.

-Espera PERRA, límpiate antes, no vayas a mancharlo.

Me sonrió y se fue al baño. Me fije en que eran las doce.

-Me voy a dar un paseo, voy a despejarme un poco, sobre la una y media o dos, vendrán Gema, porque tengo que hablar con ella y Yolanda que llegará más tarde, procurare llegar antes, sino que espere en la puerta, vosotras os vais al hotel a dejar las cosas, ya si queréis coméis allí.

-Jara. -pensábamos invitarlo a comer SEÑOR, pero será como usted diga.

-Si queréis podéis comer con nosotros, lo que voy a hablar con ellas no es un secreto, lo hacía pensando en vosotras, para que descansarais, entonces nos vemos aquí, procurare estar a la una y media, que Mimi coja vuestras cosas y que se vaya al hotel.

-Jara. -Jajajaja, eso es lo que había pensado SEÑOR.

Vi que Ana ya estaba allí…

-Creo que ya no nos vamos a ver hasta la boda GUARRA, así que pásalo bien con tu familia.

Si contesto no la oí, me fui de la tienda, diciéndole a Lu y a Mimi adiós con la mano, estaban ocupadas. Mientras paseaba le escribí un whatsApp a Yolanda.

“No comas en el hotel.”

Me contesto con un escueto ok, por lo que entendí que estaba ocupada. Me di un largo paseo, que me sirvió para despejarme un poco y seguir dándole vueltas a mi situación. Llegué un poco pasadas la una y media, ya habían cerrado y estaban las tres en la puerta, solo faltaba Mimi, supuse que ya se había ido.

– ¿Dónde me vais a llevar a comer?

Ni las salude.

-Lu. -He reservado para cinco aquí cerca SEÑOR, espero que le guste.

-Vamos.

Fuimos dando un paseo, hacia frio, pero era una temperatura agradable. Llegamos al restaurante y rápidamente nos sentaron, me di cuenta de que Lu era muy buena organizadora y sabía en todo momento lo que tenía que hacer, nos sentaron en una pequeña salita, que no era cerrada, pero sí que tenías que pasar un pequeño arco, un poco hortera para mi gusto, lo demás sí que estaba muy cuidado al detalle, lo que nos daba cierta privacidad. No nos habíamos sentado, cuando me llamo Yolanda.

-Yolanda. -Buenas tardes SEÑOR, cómo no voy a comer aquí, le he pedido el favor a una compañera y no he parado en mi hora de descanso.

-Espera Yolanda, que no sé dónde estamos, te paso con Lu.

Le pase el móvil a Lu y hablo muy poco con ella.

-Lu. -Me he tomado la libertad de pedir un menú degustación SEÑOR.

-Muy bien Lu, mientras estemos aquí vamos a dejar aparte el tratamiento, pide algo de beber mientras esperamos a Yolanda.

Estábamos degustando un buen vino de Ribera cuando apareció Yolanda. Venia lo mismo que ayer, aun asi daban ganas de usarla allí mismo, no le quedaban mal los leggins.

-Yolanda. -Buenas tardes SEÑOR.

-Te digo lo mismo que a todas, mientras comemos no hay tratamiento.

Empezaron a servirnos el menú de degustación…

-Gema el motivo de querer hablar contigo es porque te quiero pedir un favor.

-Gema. -Dime Raúl, si está en mi mano cuenta con ello.

-No pienses que lo que te voy a decir es sin pensarlo, más de una vez Isa me ha hablado de ti y de lo cansada que estas de tener que estar yendo y viniendo de Madrid, de no tener a nadie de confianza en Madrid.

-Gema. -Cierto Raúl, cada vez que voy me cuesta un disgusto.

-Os voy a proponer algo, Yolanda está estudiando medicina, se la está sacando con mucho esfuerzo y ella puede ser tu persona de confianza, siempre que tú te quieras trasladar a Madrid a estudiar.

-Yolanda. -No tengo problema Raúl, todo lo que sea salir de mi casa, el problema estaría en encontrar plaza y trasladar mi expediente.

-En eso no había pensado…

-Gema. -En eso no habría problema, creo que entre Isa y yo lo podríamos solucionar.

-Entonces ¿a ti también te parece bien?, no quiero que te sientas obligada, por supuesto no afectaría en nada a tu estatus respecto a mí.

-Gema. -Gracias, pero sí, siempre que demuestre que se puede hacer cargo, no de llevar la farmacia a lo que medicinas se refiere, pero sí de llevar el control de todo, de personal, de horarios, del inventario, me vendría bien, porque se, que por no fallarle se esforzaría.

-Si, pero tendrás que darle su tiempo para las clases y los estudios.

-Gema. -No hay problema, es una farmacia que abre 24 horas y le podríamos arreglar un pequeño despacho que le sirva también de estudio.

-Tú que dices Yolanda ¿te ves capaz?

-Gema. -Podría empezar desde el lunes, empezaría a trabajar aquí, pegarse a mí y en estos meses le enseñaría.

-Yolanda. -Quien me iba a decir que ser cotilla y comerme un coño me iba a solucionar la vida.

Lo soltó de una forma que nos hizo reír a todos a carcajadas.

-Todo arreglado, ahora habrá que buscarle donde vivir.

-Gema. -Jajajaja, perdona otra vez, ese es el menor de los problemas, siempre que a ella no le importe compartir piso conmigo cuando yo vaya.

-Eso lo decido yo, me pertenece y vivirá donde yo diga.

-Yolanda. – ¿Entonces puedo llamar al hotel y decir que no vuelvo?

-No, no corras Yolanda, este finde tienes que trabajar, siempre que tú sigas en nuestra planta, si necesitas descansar, no va a pasar nada si con Gema empiezas el Martes.

-Gema. -Por supuesto Raúl, lo mismo da un día que otro.

-Yolanda. -Entonces se lo comunicare el Domingo, vaya que si se lo digo antes, me cambien o me pongan a más personas de la cuenta. Se que mañana y el Domingo tengo ayuda, es mi amiga Carmen, es discreta de más.

Vi la hora…

-Llama a Mimi y dile que tiene la tarde libre y que se espere en la habitación.

Jara cogió el móvil y tardo un segundo en llamarla y darle mi recado.

-Y ahora mi proposición a vosotras, a partir del lunes como te dije, me instalare en tú casa -mirando a Jara- y me hare cargo de todo, os desharéis del gestor que tenéis, no creo que tengáis problema en hacerlo, ya que lo has usado para que te ayude a falsear lo libros acostándote con él, supongo que está casado.

-Jara. -No habrá problema Raúl, es el primer interesado en estar callado.

-No entiendo, y eso ya lo hablaremos, como tú teniendo a tu marido dominado y tu hermana con separación de bienes, habéis llegado a esa necesidad.

-Jara. -Es rápido, cuando empecé no sabía lo dócil que era mi marido, solo pensaba en que si me separaba se iba a quedar con la mitad de todo, lo de mi hermana, porque el capital inicial salió de su marido y está documentado.

-Si, más o menos coincide con lo que me conto Lu, ya lo solucionaremos, déjame continuar, si aceptáis que me haga cargo, me contratareis, me quedare aquí en Alicante, no tengo nada que me ate a Granada y con la ayuda de Julio, lo arreglaremos todo y nos haríamos cargo de todo lo administrativo de las tres tiendas.

-Lu. -Jajajaja.

– ¿Por qué te ríes? Mi proposición es seria y yo soy ad…

No me dejo terminar.

-Lu. -Perdona Raúl, no me reía por eso que piensas, no quería ofenderte, me reía, porque Jara hoy en la tienda cuando te has ido, me ha dicho que si como dijiste te ibas a instalar una semana en su casa, iba a intentar convencerte para que te quedaras aquí, no ha dicho trabajando…

– ¿Qué ha dicho?

Se puso roja

-Lu. -Como nuestro AMO, como nuestro CHULO.

-Jajajaja, aunque eso me gusta más, ya lo tengo, pero a mí me gusta trabajar y soy muy serio en mi trabajo, de hecho, a todas es algo que siempre os he dejado claro, que si algo respeto es el trabajo de cada una.

-Jara. -Pues no se hable más, desde el lunes tú eres nuestro empleado y nosotras tus ZORRAS.

Nos dio por reír a todos y como dejamos el tema zanjado, la conversación se hizo amena y distendida, lo que hizo darme cuenta lo buena conversadora que era Gema y lo bien que había congeniado con Yolanda.

-Gema. -Si me permitís -dirigiéndose a Lu y a Jara-, os invito yo.

-Jara. -Aceptado, jajajaja.

-Ahora cada una a sus quehaceres, me voy al hotel, hasta mañana en la boda no nos veremos, voy a aprovechar la tarde para descansar y que descanséis.

-Jara. -Y con Mimi SEÑOR, jajajaja.

-Es cierto, pero no del todo, ¿tienes que ir a la farmacia?

-Gema. -Nunca voy los viernes por la tarde SEÑOR, hasta el lunes no voy, a no ser que falte alguien.

-Pues vente conmigo PERRA VIEJA.

Ya que ellas mismas habían vuelto al tratamiento… Yolanda se fue a coger el bus para irse a casa, Lu y Jara a la tienda, mientras Gema y yo cogimos un taxi. Llegamos al hotel y nos fuimos a mi habitación, marqué a la habitación de Mimi y le dije que número de la mía, dándole cinco minutos para subir.

-Quédate en ropa interior PUTA VIEJA,

Se quito la chaqueta y se sacó el vestido por la cabeza, quedándose con un conjunto de braga y sujetador negro, medias y zapatos. En ese momento llamaron a la puerta.

-Abre VIEJA.

No dudo, supongo que sabía que era Mimi. Abrió y espero a que pasara Mimi, esta venia con un tres cuartos, que al quitárselo demostró que sabía a qué venía, bajo el tres cuartos, solo llevaba un conjunto de lencería de encaje negro, con unas medias claras con costura y unos zapatos que para nada eran los que llevaba en la tienda. Me desnude y me quede solo con el bóxer, moví el sillón y lo puse frente a la cama.

-A la cama las dos, cómele el coño a la PUTA VIEJA, se lo ha ganado.

En un tris tras, la PUTA VIEJA estaba gimiendo como una loca mientras Mimi le comía el coño. Me puse de pie, me subí a la cama y levantando el culo a Mimi, ordenándole que siguiera comiéndole el coño a Gema, la penetré con fuerza. Nos compenetramos muy bien, mientras entraba y salía del coño de Mimi, ella se comía el de Gema.

-Podéis correros cuando queráis GUARRAS.

Las dos llevaban ya un rato aguantando, fue darles permiso y ambas empezar a correrse. Dejándome llevar me vacíe en la PUTA de Mimi. No había terminado aun de correrme cuando llamaron a la puerta. Las dos me miraron y les dije que no esperaba a nadie, y como volvieron a llamar, me levanté y desnudo fui a abrir la puerta. Tras la puerta estaba Isa, algo que me enfado mucho y ella lo noto. La deje pasar y cerré la puerta.

– ¿Qué haces aquí PERRA?, creo que te lo he dejado claro esta mañana.

La cogí del pelo, y tirando de ella con fuerza la lleve a la ducha, no se me paso por alto la cara de Gema y de Mimi, la metí en la ducha y la obligue de muy mala manera a ponerse de rodillas, entre y ordenándole que me mirara, me mee en ella, sin importarme nada, conforme termine, la volví a coger del pelo, la obligue a ponerse de pie y arrastrándola hasta la puerta la eche de un empujón, dándose de bruces con…

CONTINUARÁ…

Si alguien desea ponerse en contacto conmigo lo puede hacer a mi correo ra_ul1967@hotmail.com, o a telegram @Amo_Leo, siempre que lo haga con educación, tengo experiencia en parejas y en iniciar y adiestrar a sumisas.

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