Hola me llamo Sandra, soy una chica de 22 años y necesito contarles mi historia.

Me considero una chica atractiva, soy morena, pelo largo, uno sesenta de estatura, delgada y sin embargo con unos senos grandes, firmes y redondos que siempre fue la atracción de los hombres, no soy una modelo pero digamos que soy una de esas chicas que da morbo a los hombres.

Estoy finalizando mis estudios de Económicas y hace unos meses mi padre me consiguió un enchufe como becaria en una importante compañía, era a media jornada, ideal para compaginar con mi carrera.

Tuve suerte y me destinaron como apoyo en el departamento de alta gestión de la empresa, mi trabajo se limitaba a documentación , pasar cosas a ordenador y de vez en cuando llevar algún café que otro, la oportunidad era grande porque me permitía codearme con los directivos de la compañía y sobre todo con el jefe de todos: Luis.

Enseguida me percaté del enorme poder de intimidación que ejercía Luis sobre sus empleados, las broncas eran continuas, todo el mundo le tenía miedo, exigía lo mejor y no se conformaba con menos. Era un hombre importante, con mucho dinero, con poder, me deslumbraron sus conocimientos, su seguridad en sí mismo.

Su trato conmigo era maravilloso, muy educado, atento, se empeñaba en que le llamara por su nombre de pila a pesar de ser mi jefe y tener, fácil, 30 años más que yo; me sentía protegida, tutelada por Luis dentro de la empresa, insistía en que le preguntara mis dudas, si tenía algún problema debía acudir a él y me lo solucionaba. No me percataba de que mi jefe se había fijado en mí no por mis conocimientos, trabajo o ilusión, sino porque quería llevarme a la cama.

En una tarde de viernes, a punto de concluir mi jornada, Luis me pidió que me quedara un par de horas más, esa tarde tenían reunión con unos agentes de una empresa extranjera y querían dar impresión de movimiento en la oficina, lo cierto era que por fin de semana se había vaciado el departamento de gente y estaba bastante desierta la planta, para mi jefe la imagen era importante y no pude negarme, no fue una orden pero como si lo fuera.

Cuando se acabó la reunión Luis reparó en mí y se acercó a mi mesa sonriendo, quería invitarme a cenar para celebrar el éxito de la reunión, yo me lo tomé como una muestra de agradecimiento por haberme quedado fuera de hora, aunque en ningún momento me lo dijo así, más bien dio por hecho de que íbamos a cenar juntos; no sé cómo explicarlo, pero el que una persona tan importante, rica y poderosa quisiera llevarme a cenar me hizo sentir una privilegiada. Me llevó a un restaurante de los más caros de la ciudad, despidió al chofer diciendo que él conduciría a la vuelta y entramos, Luis se encargó de pedir por los dos, sólo el vino que pidió era tan caro que no podía pagarlo con mi sueldo de un mes, él no probó el vino ya que tenía que manejar el auto y prácticamente me bebí la botella yo sola, Luis se encargaba de llenarme la copa cada vez que la veía vacía, eso me hacía sentir como una dama, no hay duda que mi jefe tenía clase.

Después de cenar nos fuimos al bar del restaurante y Luis pidió una Crema de café para él y una copa de Ron con Cola para mí, no sé qué pasó pero creo que estaba algo mareada por el alcohol o tal vez fue la mezcla , el caso es que estaba algo borracha, no estoy acostumbrada a beber, se lo comenté a Luis y nos fuimos al coche, en el camino me rodeó con su brazo, cosa que yo interpreté como un gesto paternalista, me acomodé en el asiento e iba tan relajada y tocada por el vino y el ron que me dormí. Me despertó el ruido de la puerta del garaje al cerrarse. Luis, ¿dónde estamos? – le pregunté,” tranquila nena estamos en una de mis propiedades, es tarde y es mejor que te quedes aquí a descansar” – me dijo. Me pareció una respuesta normal para un hombre maduro, hubiera quedado como una niña estúpida si le dijera que tenía que ir a casa de mis papas a dormir, me trataba como a una mujer y eso me gustaba; Luis se apeó del auto, vino a mi lado del coche, me abrió la puerta, me tomó de la mano y me condujo al interior de la casa.

Directamente nos dirigimos a una habitación, yo todavía estaba algo amodorrada por el cercano despertar del sueño y el alcohol, de lo contrario me hubiera preguntado a mí misma que hacía con un hombre casado, de unos 50 años, en una habitación desconocida, en una casa desconocida, dejando que me tumbara en la cama, que me quitara los zapatos y que se pusiera a darme un masaje en los pies. No sabría decir por qué, pero estar con Luis era como perder el control sobre mi vida y actos, él decidía por mí y hacía que fuera lo más natural del mundo.

Al rato pasó de mis pies a mis muslos, las caricias era suaves, lentas, sabía lo que iba a ocurrir , no podía evitarlo, me sentía desbordada por los acontecimientos, a lo largo de todo el día no había tenido control sobre mis actos y me gustaba, ese hombre estaba tomando posesión de lo suyo, yo lo sabía y él lo sabía, no podía evitarlo , el destino estaba escrito, enseguida sus manos llegaron a mi tanga y sus dedos, seguros, lo apartaron en busca de mi bolita, sabía dónde tocar y como, enseguida sus dedos se pusieron a acariciarla como locos , con una continua vibración que me estaba volviendo loca, los primeros jadeos surgieron de mi boca ante el gozo de mi dominante jefe.

Al rato Luis apartó totalmente mi tanga dejando toda mi raja a su merced, tenía la falda subida en mi cintura y las piernas abiertas y no tardó en llevar sus labios a mi chochito. Su lengua pasaba con rapidez de mi clítoris a lo más profundo que pudiera alcanzar, la mamada fue intensa y sólo paró cuando certificó que me corrí como una tontita ante su experiencia en tales artes, en pleno clímax mío se ayudó introduciendo dos de sus dedos mientras lamía mi bolita.

“-Vamos, desnúdate, quítatelo todo, quiero verte completamente desnuda”. Me ordenó mi jefe me incorporé de la cama, descalza, sin bragas y con el chochito mojado y comencé a quitarme la falda, después la blusa, el sostén y por último las medias. Luis estaba complacido, su mirada se centraba en mis senos y pronto se acercó y los rodeó con sus manos, me entregué toda mientras me magreaba los pechos una y mil veces, mis pezones se ponían muy duros , al notarlo Luis, se inclinó para besar , lamer y chuparlos con ansia, cuando se hubo saciado acercó su boca a la mía y empezó a lamer dentro de mi boca , era un beso lascivo, sin delicadeza, lengua con lengua, mientras sus manos apretaban mis glúteos con fuerza y los separaban todo lo que podían.

“-Venga zorra!, chúpame la polla”. Me dijo mientras se bajaba la bragueta, sacaba su pene semierecto y se lo descapullaba. Me hizo arrodillar y me acercó su miembro al rostro, yo estaba como hipnotizada y no me importaba que me insultara, de hecho me gustaba, hacía que me sintiera más dominada por mi jefe, era una forma de marcar su superioridad sobre mí. “-Aah puta, como sabía que ibas a acabar así, de rodillas lamiéndome los huevos, si es que eres una golfa, te lo vi en la cara desde el primer día, yo nunca me equivoco con las fulanas”, y allí estaba yo, dando lengüetazos en sus testículos mientras con una mano se la sacudía y con la otra le apretaba el culo. Disfrutaba con la situación, estaba excitada y me entregaba, como nunca lo había hecho, al hombre que más respeto me producía

Apartó mi mano de su pene, me apretó del pelo con fuerza y dirigió su miembro a mi boca donde la metió con seguridad. Sin ninguna delicadeza empezó a bombearme su pene dentro diciendo:- “toma Putaa , tomaaa. ¡Zorra! aprieta bien los labios, venga, tómala ¿a qué te gusta chupar rabo?”.

No sabría explicar la sensación que me embargaba, estaba en un estado de total pasividad hacia Luis y parecía que él lo sabía y disponía de mí a su antojo. Puede que por mi poca experiencia en chupar pollas o porque estaba como intoxicada ante lo que estaba pasando pronto se cansó de que se le mamara y, sacándola de mi boca, la empezó a restregar por la cara criticando mi falta de talento en la materia: “-con todo lo puta que eres y no me la chupas como dios manda, zorra!, bueno ya te enseñaré a mamar como se merece mi pene, guarra! Ahora lo que quiero es metértela por el coño y descargar mis cojones dentro, hija de puta con esas pedazo tetas y ese culo has nacido para follar y para que te hinchen la tripa a base de polvos.”

Hizo que me tumbara en la cama mientras se quitaba la ropa, no me hizo esperar mucho, enseguida tenía su miembro en la entrada de mi cosita. Mientras me apretaba con una mano unos de mis pechos con la otra iba introduciendo su arma dentro de mí, no desaprovechaba ni un momento en decirme toda clase de groserías, parece que eso lo excitaba mucho y creo que notaba que también a mí.

“-¡que, puta ¡¿te gusta follar sin condón, verdad?, ¿te gusta notar mi carne en tu coño directamente?¿ a qué gozas más así , puta?” , y era verdad , me estaba volviendo loca , nunca había notado placer semejante, según aumentaba el ritmo las oleadas de placer se agrandaban y me hacía jadear y retorcerme de gusto ante su satisfacción de macho, me sentía entregada y el caudal de mi chocho ni dejaba de manar, mis flujos salían a raudales, Luis lo notaba y sus comentarios eran duros hacia mi persona, no dejaba de decir que era muy golfa, que me estaba corriendo de lo puta que era, y con cada humillante insulto o comentario yo manaba más y más.

-“Serás zorra, otra vez te estás corriendo, seguro que nunca has estado con un hombre de verdad, sólo con niñatos de 20 años que se corrían en cuanto la metían en tu chochazo, eh? Guarra ,contesta!” , le tuve que confirmar sus palabras y poniéndome a cuatro patas mientras continuaba bombeando me hizo que le contara con cuantos chicos había estado, le conté que tuve dos novios, de mi edad, cuando tenía 18 y 20 años, no tenían experiencia y ,aunque me gustaba hacerlo con los dos, no se podía comparar con lo de ahora. “- Bueno, pues a partir de ahora tu chocho es mío y estará a mi servicio, serás mi fulana particular y te daré más de esto de vez en cuando”, me agarró del pelo con fuerza y volteó mi cara para que le mirara a los ojos y le respondiera. “que me dices zorra, ¿vas a ser mi puta?, venga contesta”

En ese momento volví a entrar en otro duro orgasmo y derritiéndome de placer mis ojos y mi boca dijeron un siiiii enorme ante la satisfacción de mi Amo (en ese momento dejó de ser Luis o mi jefe, era mi Amo: mi mente entregada a su masculinidad, mis pezones erectos hasta alcanzar un nivel que desconocían, mi chocho dilatado y chorreando y mi cuerpo temblando en la explosión de un clímax brutal).

Me dio la vuelta y poniendo mis pies en uno de sus hombros se preparó para dejar su leche dentro de mí, empujaba muy duro y acercaba mis caderas con sus manos, enseguida se preparó para dejar la carga: “- Dioooooos , me corro , me corro ,aaahhh, te la dejo dentro golfa, toda dentro” , si Luis si, dámela ,desahógate le dije. “-que! Cacho puta la estabas deseando, eh? Guarra”

Cerró los ojos y mientras daba los últimos culetazos besaba mis pequeños pies mientras dejaba su tesoro en mi vagina, estuvo un rato más disfrutando en mi interior mientras se le mantuvo erecta y cuando ya aflojó la sacó, se la sacudió y limpió en mi culo. Me miró y pude leer en sus ojos la seguridad del trabajo bien realizado, él sabía que había obtenido una amante completamente entregada a su polla, que los otros no eran nada para mí, que no me importaba que por edad pudiera ser mi padre o que estuviera casado, él sabía que yo había encontrado a un hombre que me había hecho entrar en otra dimensión y que era él.

Este fue el comienzo de mi relación con mi jefe, en otra ocasión os contaré como continúa , solo os diré que aún no ha terminado y parece que mi Amo me proporcionará más material que contar dentro de poco.