Recordando un viejo amor

Mi nombre es Alberto, el mismo del relato «un accidente de mucho placer» y les contaré un recuerdo muy interesante que espero les guste.

Yo estudié en un colegio mixto en el cual conocí a Claudia M. Era una chiquitita con un cuerpo celestial usaba una blusa blanca muy ajustada a su cuerpo por lo cual se podían apreciar sus dos maravillosos senos; pequeñitos y muy paraditos y una falda escocesa por sobre sus muslos muy pequeñita que le hacían lucir sus maravillosas piernas.

Ella era de pelo largo negro crespo, tez blanca y con unos ojos de gato negro que te hipnotizaban cuando te miraba y tenía un carisma muy especial; era muy seductora Una gata que te atrapaba en su juego de seducción y te podía sacar el alma si lo deseaba más para un grupo de jóvenes de 17 años que se toman la vida a full.

Yo siempre la estudié su manera de actuar, su manera de seducir, sus conquistas y cómo destrozaba el corazón de muchos compañeros que se dejaban atrapar en sus redes recuerdo aquella ocasión cuando la sorprendí con un muchacho entre los quioscos del colegio, él la abrazaba con fuerza mientras besaba su cuello y ella con los ojos cerrados y su cabeza hacia atrás gemía de placer la mano del muchacho sujetaba su pierna y con fuerza acariciaba sus muslos subiéndole la falda para deleite de mi vista, ella al percatarse de mi presencia me clavó su mirada y abrazó con más fuerza al joven cosa que no me viera y comenzó a brindarme un espectáculo sólo para mí, empezó lamiéndole la oreja siempre mirándome fijamente a los ojos luego una mano bajó hasta la cremallera del muchacho y sacó todo su miembro el cual lo dirigió a su entrepierna; con una mano el joven deslizó la tanguita de Claudia y comenzó a follarla ahí mismo mis ojos extasiados no dejaban de mirar y mi pene estaba que reventaba y ella al sentir que el muchacho se venía me arrojó un beso malicioso y una mirada que me sedujo totalmente.

Desde ese momento estaba todo el tiempo pendiente de ella sabía de sus aventuras, gustos, amigas, lugares que frecuentaba, dirección etc.

Un día recordé los consejos sabios de mi hermano un seductor por naturaleza que decía si no te arriesgas con una mina, menos serán tus probabilidades de fracaso como así también las de éxito, en cambio si te la juegas aumentan tus probabilidades de fracaso pero mucho más aumentan las de éxito.

Así que un día después de la escuela le dije que tenía unos ojos maravillosos, bruto de mí esa frase debían habérsela dicho mil veces, ella se sonrió y me dijo «he soñado contigo follándome»

Quedé helado y no supe qué hacer luego pensé que esta tía era una puta de primera y que tendría que controlar mis sentimientos al cubo porque si no iba a salir muy mal de esta aventura.

Me dirigí al cine que ella frecuentaba todas las tardes y me ubiqué detrás de ella al comenzar la película me acerqué a su oído y le dije hola soy Alberto y creo que tu sueño se te hará realidad mi amor, ella al verme me dijo pásate para adelante y hazme tuya no sabes cuánto he esperado esto.

Ella llevaba su uniforme de costumbre así que comencé acariciándoles sus piernas las cuales abría para mí, comencé a deslizar mi mano por su bombacha era exquisita suavemente le comencé a acariciar su coño y éste se empezó a mojar y a pegarse a sus labios deliciosos, yo con mi dedo comenzaba a dibujar círculos por sobre su vagina desde arriba hasta rozar su ano y luego masajeaba con toda mi mano esa húmeda concha, ella estaba muy excitada y me abrazaba con su mano derecha y besaba con desesperación mientras se masajeaba su pecho con la mano izquierda yo mientras tanto no paraba de jugar con su concha la cual me tenía toda húmeda mi mano, yo la miré a sus ojos y le comencé a sacar su bombacha por sus piernas, estaba mojadísima al sacársela me la llevé a la boca y la comencé a chupar y besar, luego me incliné en las butacas y le apoyé sus piernas abriéndoselas en los asientos del frente, quedó ante mí un coño que me pedía a gritos que me lo comiese y comencé directamente jugando con mi lengua por sus labios, los bordeaba rozándolos con mi lengua y cuando pasaba por su clítoris se lo succionaba y luego volvía a lamer su concha en general, luego me llevé todo su sexo a mi boca con desesperación y introducía mi lengua repetidamente en su vagina, ella estaba con sus dos manos acariciándose sus pechos y gimiendo como una gata en celo luego comencé a acelerar el ritmo de mis chupadas y ella me arrojó un chorro de sus maravillosos líquidos en mi rostro yo la miré a sus ojos y tenía una cara de disfrute exquisita había tenido su primer orgamo de muchos más que vendrían. Me fui subiendo por su estomago besándole todo su cuerpo llegué a sus senos y los comencé a besar suavemente mi polla estaba a full y me la saqué de mi pantalón, seguí besándola hasta llegar a su cuello y luego besarla con pasión en los labios nuestras lenguas se entrelazaron en una lucha de lujuria mientras que con mi pene jugueteaba por la entrada de su vagina, lo metía un poquito y luego lo sacaba lo hice unas cuantas veces hasta que me pidió que la penetrara que ya no aguantaba más y quería sentir mi polla en su vagina. Yo no me hice esperar más y la penetré de un sólo golpe, ella dio un grito el cual yo disimulé con un beso en su boca, me apretó con fuerza y me enterró sus uñas en mi espalda no quería que la soltara; se movía como una condenada y cada embestida que le daba era más fuerte y más rápida ella puso un rostro de excitación enorme, sabía que estaba ella a punto de acabar, así que cuando la sentí irse le clavé mi pene lo más adentro que pude y lo mantuve allí moviéndome fuertemente en su interior y arrojándole un montón de leche caliente que la llenó por completo luego le dije al oído que era una mujer deliciosa y muy hermosa que nunca había disfrutado de esa manera y que era la más hermosa y excitante mujer de la escuela, ella me dio las gracias me dijo que no esperaba que fuera tan buen amante y se disponía a decir algo más, cuando yo la interrumpí colocando un dedo en su boca y le dije que guardara silencio, que lo dejáramos En algo muy especial que ocurrió en un día otoño en el cine y que fuera nuestro recuerdo. Ella puso un rostro de sorprendida y yo me limpié y me arreglé un poco antes de salir del cine ya que a pesar de no haber casi nadie igual me daba un poco de vergüenza que nos hayan visto.

Al otro día me moría de ganas de estar con ella pero me contuve antes que ella me rompiera el corazón y salir como otros más de su lista, yo tenía que ser diferente la conocía y no iba a dejar que me lastimara por una debilidad mía, preferí ser indiferente con ella y a su vez ver su reacción.

Mi sorpresa fue que pasado un tiempo, su actuar cambió drásticamente se vistió un poco más recatada y no le conocí ninguna aventura más hasta graduarnos yo siempre la recordé como una buena y hermosa mujer y siempre tuve la duda qué efecto produje en ella que la hizo cambiar su forma de ser.

Quizás arrogantemente pensando se enamoro de mí y al no pescarla más por temor de salir herido de esa relación ella se dio cuenta el daño que provocaba a otras personas con su actuar ya que sintió lo mismo que sintieron todos esos muchachos que pasaron por ella y destruyó con su actuar.

Ahora yo estoy casado y muy feliz y ella la verdad, no sé qué será de ella, pero mi corazón me dice que encontró la felicidad y la madurez que adoptó en sus últimos años de escuela.