María Jesús la puta de grandes tetas
María Jesús es una puta aunque no lo parece.
Siempre es muy recatada, muy decente dice ella, viste en plan señorona aunque es joven todavía, tiene 36 tacos, rubia de bote, pelo corto, rellenita, ojos claros enmarcados en gafas lujosas, un pandero inmenso pero firme, unas piernas tremendas con unos muslazos enormes pero prietos y duros, pero lo que mas llama la atención son sus tetas.
Si, María Jesús tiene un buen par de tetas, en realidad aunque es guapa de cara, lo mejor son sus dos tetazas, sus melones gordos, grandes, llenos, globosos, dos tetas que te gustaría estar sobando medio día una y el resto la otra, eso es lo mejor, bueno eso y lo puta que es.
Mas que puta diría que es una calientabraguetas, una calientapollas que sabe como ponérsela tiesa a los tíos, trabaja en una televisión local de presentadora de noticias y siempre sale vestida con blusitas blancas, trasparentes, flojotas, con escotes que enseñan el canal de sus tetorras.
Y gracias a esas blusas se le trasparenta el sujetador que es siempre de encaje de media copa, un sujetador de puta puritana ya que enseña y se marca y se trasparenta el pezón oscuro pero que en teoría como es blanco parece decente, el problema es que las tiene tan gordas que llenan la blusa y al moverse se le bambolean dentro de la camisa y le sobresalen las tetas por los bordes del sostén.
Ella mira a la cámara, sonríe, coquetea con la cámara y cruza las piernas que las lleva siempre en minifaldas cortas que al ser ajustadas se le suben muslos arriba hasta muy cerca del coño.
Es la imagen típica de María Jesús sentada con las tetorras repletas y protuberantes, enseñando muslamen a base de bien, siendo una cachonda pero queriendo parecer una chica decente…
El caso es que en una fiesta del pueblo decidí acercarme a ella y la engatuse diciéndola que la había visto en la tele, que estaba preciosa, que vaya cuerpazo, que si esto y lo otro, y la muy cachonda me miraba y sonreía y se animaba y me animaba, se acercaba para oír mejor y al hacerlo me rozaba con los melones en el brazo, se retiraba se dejaba agarrar por la cintura al volver a hablarla al oído y así conseguí llevarla a una zona mas oscura.
Allí seguimos con el juego, yo echándole palabras tiernas, tía que tetas mas impresionantes tienes, son unas tetorras espectaculares y ella diciendo, calla bruto que va a pensar la gente.
La tenia cogida por la cintura y al acercarme para decirle algo se rozo su teta con mi brazo, yo no lo aparte, ella cachonda tampoco se echo para atrás, seguimos con el roce en su teta y le baje la otra mano hasta la parte alta del culo, ella protesto un poquito para decir que no fuera malo, a la vez hacia como que no se daba cuenta, con mi otra mano sujetaba un cubata delante de su teta y la rozaba con el dorso de la mano, con el vaso frio lo que la mojaba la blusa y hacia que entre la mojadura y el frio se le erizara el pezón y se le trasparentara una pasada.
Le dije si no tenia calor. Dijo que si. Le dije pues desabróchate un poco y se soltó un par de botones por lo que tenia todo el canal al aire, todo, lo que implicaba que le estuviera viendo toda su teta dentro de la copa del sostén, vaya melonazos tenia María Jesús y que puta la tía!!!
La mano que tenia en su culo fue bajando sin hacer presión y llegue a tenerla bien colocada, en medio de su raja trasera, sujetando las mollas del culo, ella se hacia como si estuviera medio mareada por la bebida – y era Coca-Cola – La otra mano iba rozando la teta, ya por dentro de la blusa y de cuando en cuando le metía un dedo por debajo de la tira del sostén, acariciándola la areola y el pezón, lo que la hizo dar un respingo y sonreír y volver a decir, no seas malo, será puta, si se estaba dejando y estaba provocando.
En una de estas hice como que me caía y me agarre a sus tetas rompiéndole los botones que quedaban que fueron a tomar por culo, ella se sobresalto, le pedí disculpas y la ofrecí acompañarla a su casa.
Salimos a la era y en uno de los recovecos de las casas, le abrí el escote y le dije, hay que llevarte a casa María Jesús, sino la gente va a pensar que eres una zorra cachonda con las tetas fuera, me dijo, si no las tengo fuera.
Se las saque y la abrace, la morree a lo bestia dándole lengua hasta el fondo, chupándola la boca, comiéndola los labios mientras la ensalivaba la cara, las orejas, la boca, ella estaba caliente como una perra salida, la sobaba las tetas, le dije que me ponía como un cabrón empalmado y le puse una mano en mi polla.
Mientras yo me daba el lote con sus melones, ella empezó a pajearme la polla como una experta.
Le di lengua en sus tetorras allí de pie, como dos salidorros, la voltee y la apoye en un montón de paja y con sus tetorras al aire la levante la falda.
Alucine con su culo, pensé que iba a llevar bragas de esas enormes, pero la muy guarra llevaba un tanga de los de hilo dental, se lo arranque mientras la llamaba puta y zorrona cachonda.
Ella me dijo, venga se bueno, que yo siempre he querido llegar virgen al matrimonio, y le dije agarrandola de las tetazas enormes y colgantes, tranquila puta, que no te voy a desvirgar (aunque estaba completamente mojada y encharcada).
Apunte con mi polla a su ojete y se la endiñe de un solo empujón.
Pensé que iba a gritar pero empezó a moverse como una puta, ¡ya había tomado por el culo muchas otras veces, la muy guarra!, la folle un buen rato por el culo, luego la di la vuelta, la puse de rodillas delante de mi y le solté un buen chorretón de lefa caliente en su cara de puta, la esperma caliente y pastosa la pringó en toda su cara de calentorra mientras sonreía y se relamía de gusto, la llene de lechada en su cara, en su boca, en sus gafas de lujo, en su pelo rubio de bote, y le regué las tetorras con mi polla.
Se relamió y se lo trago todo y me dijo que se lo tragaba porque había mucha hambre en el mundo y no convenía desperdiciar nada y no quería dejar restos que la delataran.
Me pregunto si pensaba que era una chica decente y le dije: Mis cojones, no te jode, mira María Jesús si quieres eres la tía mas decente pero entre nosotros eres un zorrón de mucho cuidado y no puedes ser otra cosa con ese par de melones que tienes.
Así la deje, recién follada y corrida y me fui a casa.
Ahora seguimos viéndonos cuando necesito descargar algo de leche acumulada tras pajearme al verla en la tele.
Como veis la culpa de mi calentura la tienen las ubres de María Jesús, pues esos melones se la ponen tiesa a cualquiera.