Hola, mi nombre es Antonio, tengo 24 años y mi esposa se llama Mónica, tiene 23 años. y llevamos 6 meses de casados.

Les describiré un poco a mi esposa. Ella mide 1,60, es de piel blanca, con una cara muy bonita, ojos grandes y una boca pequeña con labios carnosos. Ella se ve mucho más joven de la edad que tiene; fácil podría pasar por una muchacha de 18 años. Su pelo es oscuro y lacio y lo tiene un poco más abajo del hombro. Ella es delgada, con una cintura definida y unas piernas gruesas y bien torneadas. Tiene un hermoso culo con unas nalgotas grandes y firmes que, al verla, generan morbo y roban las miradas por donde va pasando. Su concha siempre la ha depilado por completo y como es pequeña se le ve verdaderamente deliciosa. Sus pechos son copa B, tienen un tamaño promedio con unos pezones pequeños rosados, pero cuando se excita, crecen a un tamaño perfecto.

Esto me lo confesó un mes antes de casarnos, cuando hacíamos los últimos preparativos para la boda; estábamos planeando cómo acomodar a los invitados por mesas, mientras tomábamos unos tragos Mónica y yo en nuestra futura casa. ya que ella en ese tiempo todavía vivía con sus padres y solamente se quedaba en casa de vez en cuando.

Poco a poco empecé a notar que a Mónica le comenzó a hacer efecto el alcohol y, entre los nombres de los invitados, salió el nombre de un amigo de ella; con una mezcla, tal vez de culpa por no haber sido sincera desde un principio sobre él y, tal vez con un poco de excitación al recordar esos momentos, me confesó que tuvo sexo con él y que en ese tiempo él era su cuñado.

Al empezar a escuchar sus palabras, no sabía cómo reaccionar, si enojarme con ella o escucharla para ver su lado de la historia y tratar de entender por qué me lo había ocultado, pero la verdad, sentía que me había traicionado porque nunca nos hemos ocultado nada, sin importar lo que sea, pero esta vez no fue sincera para decírmelo desde un principio, sentí que lo ocultaba porque tal vez tenía alguna otra intención al reencontrarse en la boda con él, y más porque ella dijo que solo me lo estaba contando porque no quería que el día de nuestra boda fuera a escuchar comentarios sobre su pasado con él, yo entendí que si no fuera así, nunca me hubiera enterado y, la verdad, tal vez, sabiendo quién había sido para ella, yo no hubiera aceptado que fuera parte de la boda desde un principio; al saber eso, le pedí que me contara cómo habían pasado las cosas. Yo me imaginé que solo fue algo sin mucha importancia, un simple revolcón de calenturientos como los revolcónes que la mayoría llegamos a tener, pero empezó a contarme con un lujo de detalle que pareciera que acababa de pasar y lo excitante que terminaría siendo al escucharla decir cómo pasó todo; en ese momento, olvidé cualquier enojo que sentía.

Esta confesión se trata de la primera vez que mi esposa tuvo sexo con su excuñado.

Me contó que ella y él se conocían desde hace muchos años porque estudiaron juntos desde la secundaria y la preparatoria, pero dice que desde la secundaria formaron una muy buena amistad y siempre trataban de hacer equipo juntos con los trabajos que les encargaban en algunas materias, ya que no vivían muy lejos uno del otro, pero hasta ese día nunca había pasado nada entre ellos; siempre fueron muy buenos amigos. Él era novio de una de sus amigas y por él fue que ella conoció a su hermano, que en esos momentos era su novio.

Esa vez tenían un trabajo final de Física y era en equipos de dos personas para realizar una maqueta y hicieron equipo ellos dos y decidieron ir a la casa de él porque tendrían la casa sola, ya que la mamá de él trabajaba de enfermera todo el día y regresaba hasta medianoche y el novio de Mónica estudiaba en la universidad por la tarde y regresaba muy noche; por eso prefirieron ir a la casa de él para poder hacer el trabajo sin distracciones, ya que en casa de ella sus hermanos pequeños no los dejarían en paz.

Dice que se fueron al cuarto de su cuñado porque la mesa del comedor era muy pequeña y no tendrían espacio para lo que tenían que hacer. Ya estando en el cuarto, se sentaron en la cama para empezar a formar la maqueta. Mientras platicaban, ella le preguntó por su novia, sobre cómo iban las cosas entre ellos, y él le comentó que iban muy bien y, como se tenían mucha confianza, Mónica y su cuñado y siempre se contaban casi todo, el le platicó que acababan de dar el siguiente paso y ella entendió que ya habían tenido sexo, a lo que ella le preguntó cómo había sido el momento y él le contó con todo detalle el encuentro. Dice que mientras él le contaba eso, ella se empezó a sentir excitada al escuchar lo que él le decía, y entre la plática, ella notó que él quería decir algo, pero como que no se animaba a hacerlo, pero ella, al notar eso, le preguntó qué pasaba y al último agarró valor y él le dijo: «Sabes, te voy a contar algo, pero espero que no te incomodes». (Anteayer que te fuiste de la prepa sin entrar a ninguna clase, ese día no tuvimos las últimas dos clases y salimos temprano y cuando llegué aquí a la casa, miré tu mochila en la sala y supe que estabas aquí con mi hermano; me fui directamente a mi cuarto sin hacer ruido porque pensé que tú y él estaban dormidos, pero ya estando sercas escuché que estaban teniendo sexo, se escuchaba que tu estabas gimiendo fuerte y me fui a mi cuarto sin que notaran que estaba en casa para que no fuera a ser incomodo para los 3, me metí a mi cuarto me puse mis auriculares para escuchar música y me recoste aqui en mi cama pero aun así se escuchaba en mi pared el golpeteo de la cabecera y con cada golpe dabas unos gemidos y la verdad no aguante más y terminé masturbándome mientras te escuchaba como gemias y pedias que te diera mas)

Mónica se puso roja de la pena que los hubieran escuchado, a lo que él le dijo: «No te preocupes, es algo normal y nada saldrá de esta casa», pero en lo que él platicaba, ella empezó a notar cómo se le marcó la verga a su cuñado en el short la cual se veía que era muy grande; al parecer, con solo recordar ese momento, estaba teniendo una erección y eso a ella la puso caliente y más al saber que se masturbó mientras la escuchaba teniendo sexo. Luego, luego ella empezó a sentir cosquilleo en su vientre y en su concha y sintió como se le empezaba a mojar su entrepierna, sus pezones se pusieron duros y las tetas las tenia duras y supercalientes. Sus pezones se le empezaron a marcar en su blusa tipo polo del uniforme, ya que no llevaba sujetador y la camicera estaba un poco desgastada se distinguia el color de su areola.

Mónica le pregunto a su cuñado que sí podía pasar al baño y él dijo que sí. Ella solo quería ir a revisar su concha y secarla un poco, cuando fue, se dio cuenta de que su tanga estaba muy empapada con sus fluidos. Ella ya estaba caliente y quería ponerlo caliente a él, ya que con lo que él le platicó del sexo que tuvieron él y su novia y al ver su verga marcada en su ropa, le despertó un morbo hacia el que nunca había sentido y quería ver hasta dónde llegaba esa situación con su cuñado. Para eso ella decidió contarle más detalles para ver si lo podía excitar más y le dijo que para cuando él dice que llegó y los escuchó, ya era la tercera vez que lo hacían porque habían empezado desde temprano y le dijo que se escuchaba tan fuerte la cabecera porque en esos momentos su hermano la había puesto a gatas y ella se agarraba de la cabecera y con cada metida que él le daba, la hacía que pegara la cabecera contra la pared. Y como pensaban que estaban solos, no les importaba el ruido que hacían.

El le aconsejó que solo usaran protección, ya fueran condones o pastillas, para que no fuera a quedar embarazada sin querer, y le comentó a Mónica que él le podía pedir a su mamá ya que ella por ser enfermera tenia acceso a eso y se los pediria sin que supiera para quien eran.

Ella dice que le dijo con una sonrisa pícara: «No te preocupes, no te vamos a dar sobrinos porque cuando lo hacemos, solo es anal es que desde que lo hice asi la primera vez me hice adicta a que me abrieran el culo y aparte que no nos gusta usar condones y para prevenir mejor lo hacemos anal; por la concha, solo tu hermano me la ha metido; de los demás con los que he salido, siempre ha sido solamente sexo anal, y la vez que la metió tu hermano, solo fueron dos o tres metidas las que me dio en mi concha, luego luego la sacó para no arriesgarnos y lo hicimos por atras, y pues esa es la única verga que me ha penetrado, pero tampoco creas que era virgen porque cuando me masturbo uso mi cepillo o mi desodorante y créeme que han entrado y salido de mi concha muchas veces.

Lo que sí dejo que haga tu hermano es solo tallar la punta de su verga en mi concha; cuando mucho, solo mete la pura cabeza con eso hace que me moje y a veces con solo eso me hace terminar con un gran orgasmo al frotar su verga contra mi clítoris y como termina con su verga mojada por mis fluidos, queda lista para que me la meta por atrás». (Yo hasta ese momento fue que me enteré de que Mónica había empezado a entregar el culo desde antes; se lo entregó a uno de sus primos en la casa de su abuela y a mí hasta entonces no me había dejado disfrutar su culo). En eso, ella notó que él tenía la verga más parada; su confesión estaba dando los resultados que ella esperaba y, para excitarlo aún más, ella le dijo.

Si hubiera sabido que estabas aquí, te hubiera pedido que me llevaras a mi casa, porque a tu hermano se le hizo tarde y, para no desviarlo de su ruta, mejor me fui caminando a mi casa, y ya te imaginarás, fue una tortura; las piernas todavia me temblaban, el culo me punzaba de tanto que me dio tu hermano, y aparte lo llevaba lleno de semen, porque las tres veces que me culió, me aventó la leche hasta adentro y cuando por fin llegué a mi casa, me metí al baño para ducharme y vi que se me escurrió el semen hasta mi concha, la tenía toda mojada por haber caminado así; se me escurrieron de mi culo y eso me puso muy caliente y me masturbé mientras chupaba la leche de tu hermano al mojar mis dedos con lo que tenía en mi panocha y mi culo.

Dice que miró que su cuñado ya estaba muy caliente; su respiración era agitada y él solo le dijo: «Perdón, Mónica, espero que esto no cambie nuestra amistad, pero con esto que me estás contando, ya no aguanto más me tienes bien caliente». Y sin decir más, se sacó la verga del short. Dice que la cabeza la tenía bien mojada; él se la empezó a jalar frente a ella mientras la veía a los ojos y luego miró su cuerpo de arriba a abajo y, por último, clavó su mirada en los pezones de ella que ya se encontraban bien parados y duros, ella se sorprendió y no dejaba de ver la verga de su cuñado porque era mucho más larga, gorda y venuda que la de su novio y ninguno de sus exnovios la tenía así de grande. Dice que se podía comparar con una lata de desodorante en aerosol para baño en lo gorda, pero medía unos 25 centímetros de larga lo supo por que era del tamaño de su cuaderno.

En ese momento, de lo caliente que ella estaba, ya no le importaba lo que pensaría su cuñado de ella, ni tampoco lo que pasaría si su novio se enteraba; no le importaba nada. En esos momentos solo quería disfrutar de esa verga, ya que nunca había visto una tan grande en persona, solo en videos porno.

Ella poco a poco estiró las dos manos hasta agarrarle la verga por la mitad; el cuñado solo se recostó en la cama y ella lo comenzó a masturbar lentamente mientras se acercaba para mirarle la verga, muy de cerca. Después de un tiempo, se la peló por completo, dejándole la cabeza completamente libre, puso su boca sobre esa verga y le soltó saliva encima para empezarla a mamar, pero justo en ese momento le dijo su cuñado: «Mónica, no sabes cuánto deseaba esto desde que me dijeron en la escuela que tú y tus amigas eran bien putas, pero que de todas ellas tú chupas la verga mucho más rico y cada vez que te miro con mi hermano me imagino lo afortunado que es de tener tu boquita a su disposición». Ella dice que en ese momento le dio coraje que la llamara puta, y estuvo a punto de pararse e irse y dejar todo, pero no quería perder tal vez esa única oportunidad de disfrutar esa verga; solo respiró y ya más tranquila, notó que le excitó que le hablara sucio y la llamara puta, y él también notó que eso la excitó. Ella solo le contestó que en un momento se daría cuenta si era cierto lo que decían de ella y, sin más, le comenzó a mamar la verga y a chuparle los huevos. Intentó meterse toda esa verga, pero solo alcanzó a meter un poco menos de la mitad, ya que era enorme. Ella se la mamó hasta que empezó a sentir cómo se contraía dentro de su boca y sintió los chorros de semen que le inundaban su garganta. Trató de tomarse toda esa leche, pero dice que no pudo porque era demasiada y se le desbordó por alrededor de sus labios, pero luego de pasarse el primer trago, siguió chupando hasta dejarla limpia.

Ella notó que esa verga no había perdido dureza después de terminar y él se puso cerca de ella y la comenzó a besar. Le quitó la blusa polo y le comenzó a mamar los pezones y a morderlos un poco. Eso la volvió loca, ya que sus tetas las tenía muy duras y sensibles de lo caliente que estaba. Él le desabrochó su falda, metió la mano por debajo de su short y su tanga y sacó los dedos bien mojados haciéndola chupar sus dedos mojados con los fluidos de su concha. Él le dijo: «Al parecer ya tenías rato mojada, ya deseas esta verga, ¿verdad?». Ella le dijo que la deseaba como no tenía una idea. Ella se calentó más porque, siendo la novia de su hermano, quería otra verga y se sentía ella en ese momento, como toda una puta por estar a punto de recibir la verga de su cuñado.

Él la recostó en la cama y le quitó su falda, su minishort y su tanga empapada, y se agachó para mamarle la concha y ella no tardó en tener su primer orgasmo. Ella, cuando tiene un orgasmo, logra terminar con un squirt; y terminó retorciéndose en la cama, tomándolo por la cabeza para hundir su boca y su lengua lo más profundo que podía en la entrada de su concha. Luego formaron un 69; ella, al sentir cómo recorría su lengua desde la concha hasta el culo, eso le daba mucho placer y tenía que sacar la verga de su boca para lanzar unos ricos gemidos. Después de eso, él le dijo que se recostara boca arriba y el se puso de rodillas. Le acercó la verga a la entrada de su concha y la comenzó a tallar de arriba a abajo. Una y otra vez resbalaba muy bien por la gran lubricación que tenía y con cada tallada, cada vez ejercía un poco más de presión en la entrada de su concha. Él levantó las piernas de Mónica y las puso sobre sus hombros y de repente le metió la cabeza. Dice que sintió cómo esa verga tan grande le estiraba sus labios para entrar en ella, ya que su entrada es pequeña. En ese momento, ella colocó su mano entre medio de su concha y del pene, sujetándolo, y le dijo que por la concha no, que mejor la culeara porque no tenía condones. él como si no hubiera escuchado su petición, le volvió a empujar la verga lentamente y ella no tuvo de otra que disfrutar de esa verga hasta que le metió la mitad. Ella, con cada centímetro que le entraba, sentía cómo le llenaba y estiraba su vagina.

Todas esas sensaciones eran nuevas para ella, ya que nunca se había metido nada tan grande. Al sentir todo ese placer que con solo la mitad de esa verga le estaba generando, dice que ella ya no le volvió a decir que por la concha no, porque ella deseaba sentir esa verga tan dura llegando a lugares donde su novio nunca había llegado, ya que la de él, era casi la mitad de la de su cuñado, en ese momento solo deseaba tener esa verga tan adentro como fuera posible; la quería por todos sus hoyos, no le importaba quedar embarazada.

En ese momento, mirándola a los ojos, la besó y le dejó ir el resto de la verga de una sola metida; su gemido fue muy fuerte imposible de silenciar con ese beso apasionado. Con esa embestida la hizo tocar el cielo. Dice que se la sacó casi toda, solo dejando la cabeza adentro, y se la volvió a meter de un solo empujón lentamente hasta que sus huevos tocaron sus labios. Dice que así estuvieron aproximadamente por unos 10 minutos entrando y saliendo más y más rápido hasta que la hizo tener otro orgasmo. Ella aventaba sus chorros de líquido y mojaba parte de la cama junto con la verga de su cuñado. En ese momento ella temblaba y estaba loca de placer. Nunca se imaginó que la verga de su cuñado la haría tener ese orgasmo. Él la puso boca abajo y le pidió que con sus manos abriera sus nalgas. Una vez que ella se abrió las nalgas, él le comenzó a mamar el culo. Dice que sentía cómo le metía la lengua en su culito, abriéndolo poco a poco. Luego le metió un dedo mientras le mordía las nalgas, la espalda hasta llegar a su nuca y sus orejas, ella solo mordía la almohada del placer que sentía.

Él, en total, de a poco metió 3 dedos, uno por uno; ya con eso le dejó abierto el culo para facilitar la entrada de su verga. En ese momento le acarició la concha, la dedió un poco y con sus fluidos que sacó de su concha, se lubricó la verga y se la comenzó a meter lentamente. Primero solo fue la pura cabeza y dejó que se dilatara por un momento; luego metió un poco más. Dice que, a pesar de que estaba acostumbrada a que le metieran la verga seguido por el culo, se tuvo que adaptar a esa verga tan grande; poco a poco la fue metiendo más y más. Ya cuando sintió que la había metido toda, lentamente empezó él a meter y sacar, hasta que ya después solo se escuchaba cómo chocaban los huevos de su cuñado en la entrada de su conchita, la cual estaba goteando de lo lubricada que estaba, y se escuchaba cómo se mojaban los huevos con cada metida de verga. Ella miraba estrellas y se le volteaban los ojos con cada embestida; era un placer indescriptible. Nunca pensó poder recibir toda esa verga en su culo; era demasiado grande y gruesa; pensó que no le entraría toda, luego él la levantó un poco para ponerla a gatas mientras la verga seguía dentro de ella. Se acercó a su oído y le dijo: «Puta, te voy a culiar en la pose que te tenía mi hermano el otro día para que compares y sientas lo que es una verdadera verga entrando y saliendo de tu apretado culo y así sentir cómo le apretabas la verga con este culito tan sabroso que tienes». esas palabras solo la ponían cada vez más excitada. Dice que así estuvieron un buen rato; con cada metida, ella sentía como rozaba esa verga su pared vaginal y esto le provocaba un orgasmo tras otro. Una parte de la cama donde estaban ya la tenía toda mojada por los chorros de sus orgasmos.

Luego él le dijo que probaran otra posición; él la bajó de la cama poniéndola de pie. Él se sentó en la pura orilla de la cama con los pies en el suelo; ella se colocó frente a él dándole la espalda, y Ella, parándose de puntitas, se metió esa verga por su dilatado culo. Ahora ella tenía el control y podía meter esa verga a su gusto, pero dice que en esa posición, cada vez que se la metía completamente, sentía como si le llegara hasta su estómago. Esa sensación le produjo un orgasmo intenso que tuvo que parar un momento porque perdió la fuerza de sus piernas. En cuanto recobró la fuerza, sacó la verga de sus entrañas y se colocó de rodillas frente a él para mamarle la verga. Ella se sentía enamorada de esa enorme verga y la disfrutaba a más no poder, ya por último, él se recostó en la cama y ella se montó en él metiéndose la verga nuevamente a su antojo. Algunas veces la metía hasta que pegaban los huevos en sus nalgas; otras, solo metía la pura cabeza una y otra vez, en ratos lentos y en otros rápidos, hasta que él le dijo que ya se iba a venir, sujetándola por la cintura. Ella empezó a acelerar el ritmo, ahora sí solo metiéndola hasta el fondo una y otra vez, hasta que sintió cómo se empezó a contraer la verga dentro de ella. Él se retorcía y nomás retumbaban los gemidos de los dos en el cuarto junto con el chillido de la cama que parecía que se desarmaría por completo, se dio un sentón y esa verga entró toda y de repente empezó a sentir cómo lo caliente de los mecos le llenaba todas sus entrañas.

Todavía con la verga un poco dura, ella se la sacó y se la comenzó a mamar para limpiarle todos los mecos que tenía en la verga. Terminaron rendidos en la cama; mientras la besaba, él le dijo a ella que de ahora en adelante seguiría siendo suya una y otra vez aunque fuera la novia de su hermano, a lo que ella, encantada por esa sección de sexo y después de perder la cuenta de tantos orgasmos, ella le dijo que claro que sí estaría encantada de seguir siendo su puta cuantas veces él lo deseara. Después de eso se vistieron y el la llevó a su casa porque ya era noche y no tardaba en llegar su novio, y no querían que la encontrara todavía en su casa, y más porque era obvio que había pasado algo entre ellos porque el cuarto de su cuñado olía a sexo y la cama estaba mojada con el semen y los squirts que salían de su concha con cada orgasmo.

A partir de ese día se hizo adicta a la verga de su cuñado, por lo menos 3 o 4 veces a la semana culiaba con el y con su novio cada vez era menos por que terminada exhausta del cuñado, en algunas ocasiones terminaba teniendo sexo con los dos el mismo día: por la mañana con su novio y por la tarde con su cuñado, esas veces terminaba con el semen de los dos adentro de su dilatado culo. Eso la ponía muy caliente y para su cuñado era mejor, ya que en esas ocasiones era más fácil tener sexo por qué; luego luego, al verle el culo abierto, sabía que ese día la había culiado también su hermano y el más duro, la culiaba por ser tan puta, eso para ella era más placer.

Ya unas semanas después de su primera vez con su cuñado el le dio una cogida esta vez solo fue por su concha y en esa ocasión Ella le pidio que le vaciara toda la leche adentro; ella quería que le llenara de semen su cuevita, y asi lo hizo le metio toda esa enorme verga asta que toparon los huevos y vacio toda su leche dentro de ella, por suerte no quedó embarazada (en otra ocasión les contaré sobre este relato, que también es muy excitante).

Ya cuando terminaron; ella se fue a estudiar la universidad a otra ciudad y era más difícil verse. Solo se miraban en algunas fiestas familiares que la llevaba su novio, donde aprovechaban ella y su cuñado para lanzarse una que otra mirada y, en algunas ocasiones, uno que otro toqueteo discreto, pero era casi imposible mirarse a escondidas como lo hacían.

Al tiempo, terminó con su novio y fue cuando perdió contacto con su excuñado; hasta esta ocasión que ella lo buscó para invitarlo a nuestra boda.

Yo en todo momento solo la escuché sin hacer ningún comentario y poniéndole toda mi atención; ella desconocía si yo estaba molesto, pero lo que ella no sabía era que yo estaba muy excitado al escuchar todo lo que ella llegó a hacer con su excuñado. Todo eso lo desconocía de mi futura esposa, y sabía que de hoy en adelante podríamos vivir miles de fantasías juntos.

Ya cuando terminó de contarme lo que vivieron juntos, me pidió perdón por no haberme explicado desde un principio que él había sido más que su amigo.

Su rostro se veía triste y con temor por no saber mi reacción, pero también se notaba que estaba excitada al recordar todos los momentos que vivió con él. Yo, al escuchar eso, solo le dije que no se preocupara porque eso ya era parte del pasado, aparte de que no fue estando conmigo, pero que le agradecería que me contara todo desde un principio y, sonriendo, le dije: «Más si se trata de historias como esta, tan excitantes de tu vida».

Ella, más tranquila al saber que no estaba molesto, me preguntó si en verdad me había excitado. Yo me le acerqué y le dije que esto nunca lo había vivido antes con ninguna otra novia, pero que al escucharlo me había excitado como no tenía una idea, y es que saber cómo le metían la verga por el culo a mi futura esposa y saber lo que había llegado a ser despertó un morbo y deseo de querer saber más sobre su pasado, y mientras estaba cerca de ella con la punta de mis dedos toqué sus pezones y noté que estaban completamente duros. Poco a poco fui bajando mi mano y la metí por debajo de su pants de yoga y su tanga y noté que estaba completamente empapada. Le metí mis dedos y me di cuenta de que estaba supermojada. En ese momento estábamos muy excitados los dos y le dije: «Mira cómo estás mojada, con tan solo recordar esa verga de tu excuñado, estás empapada y con tus pezones al máximo». Y me contestó que esa verga todavía la calienta mucho y hace que saque lo más caliente de ella y me confesó que desde antes de conocerme compró un dildo del tamaño lo más parecido a la verga de su excuñado y siempre lo usaba estando muy caliente y cuando salía de viaje lo llevaba con ella porque siempre lo escondía en su maleta para que no lo encontrara su mamá y, a lo que entendí, era esa maleta la que llevaba para pasar el fin de semana en casa conmigo.

Le pregunté que si a poco lo tenía en su maleta. Ella me contestó que sí y me dijo que si quería ver cómo jugaba con él. Yo, sin pensarlo, le respondí que sí, que jugara con él como lo hacía con su excuñado mientras yo la miraba. Ella fue por su maleta y la llevó hasta el sillón donde estábamos sentados, la abrió y sacó un dildo grande con ventosa que dudaría que pudiera entrar en ella. Lo agarró con su mano, con la cual no lo alcanzaba a abarcar por completo, y lo llevó a su boquita y me dijo: «Mira, así se le miraba esa verga en la boca de tu prometida», y la empezó a chupar como si fuera real, luego de un momento lo sacó de su boca lleno de saliva y se recostó un poco en el sillón y levantó sus piernas una la puso sobre mi hombro para poco a poco irlo introduciendo en su concha. Al ver eso y escuchar sus primeros gemidos, yo ya estaba con la verga bien parada y la saqué para masturbarme mientras la miraba cómo se masturbaba con su dildo que, aunque era de plástico, el que estaba metiendo en su vagina, el de su excuñado, era real y así era como se devio de ver mirado en su conchita apretada. Cuando él la cogía, ella se lo metió hasta que tuvo su primer orgasmo, luego lo pegó en la mesita de centro y se montó de rodillas en ella, dándome la espalda. Con su mano dirigió su dildo a la entrada de su concha y se empezó a dar sentones sobre él, una y otra vez. Luego, volteó hacia atrás para verme y me preguntó que si quería ver cómo se lo metía por atrás y le dije que sí. Ella en ese momento lo sacó todo mojado de su concha y poco a poco lo fue metiendo por el culito hasta que lo metió todo. Ella no dejaba de gemir y me preguntaba que si me gustaba ver cómo se metía la verga de su excuñado.

En ese momento empezamos a fantasear que su excuñado se la estaba metiendo y yo le dije que me encantaba ver cómo se metía la verga de su excuñado y en eso me preguntó que si me excitaba saber que mi futura esposa era toda una cachonda a la que le encantaban las vergas grandes por la panocha y por el culo. Eso me puso bien caliente. Me paré y me puse frente a ella; mientras ella seguía dándose por el culo, yo la agarré por el pelo y le puse mi verga en la boca. Mientras se la metía poco a poco, le dije: «Mira, puta, cómo me tienes de caliente por lo cachonda que eres al meterte la verga de tu excuñado por el culo y al mismo tiempo me la estás chupando a mí». Luego me fue para atrás, de ella y le dije que se metiera el dildo por la concha; en cuanto lo hizo, le acomodé mi verga y por primera vez se la metí por el culo hasta que toparon mis huevos con los huevos del dildo y así empezamos a tener sexo, ella me dijo en ese momento que era una de sus fantacias tener una doble penetracion, ella gritaba y gemía y se retorcía toda con cada orgasmo que tenía. Ese día tuvimos sexo muy rico y salvaje como nunca habíamos tenido y por primera vez disfruté al máximo de su delicioso culito, llenándolo de semen junto con su concha.

Le dije que quería que me contara cada una de las veces que anduvo dando el culo y la concha, queria saber desde la primera vez que la culió su primo en la casa de su abuela hasta lo que haya pasado con el último que estuvo antes de mí. Quería seguir sabiendo todo sobre su pasado, cada una de las veces que anduvo de cachonda.

Luego les contaré con más detalle sobre esta ocasión y sobre otros relatos que me ha seguido contando. Vaya que mi esposa era toda una encantadora puta; la verdad, me saqué la lotería con ella; tengo la mejor esposa de todas.