Capítulo 4
- Y así empezó todo I
- El polígono industrial II
- Mira lo que he aprendido III
- La mejor amiga de Verónica
Suena el despertador. Lo apago rápidamente y me levanto de la cama en el acto, mientras oigo a mi pareja protestar.
- Joder, puto despertador.
Hoy tiene turno de tarde en el trabajo, así que tiene todo el día para dormir y mi despertador le acaba de hacer la puñeta.
- No te quejes, que puedes seguir durmiendo. Dije.
- Ya, pero estaba tan a gusto, ahora tengo que volver a coger el sueño. Siempre estas molestando.
- Ja, Ja. Si, ese soy yo. «El señor de las molestias». Dije dando un tono épico a mi voz haciendo referencia a «El señor de los anillos».
Me miro sonriendo, cosa rara después de que le despertara mi despertador y porque de un tiempo a esta parte no solía de estar de buen humor. La verdad que nuestra relación no iba demasiado bien tenia sus momentos pero había mas momentos de enfado y silencio que otra cosa, y si hablamos de sexo, nunca ha sido la gran cosa, misionero y si me intentaba salir de eso, me decía que porque quería hacer cosas raras, que era un guarro y bla, bla, bla..
De ahí que yo acabara liado con Verónica, su compañera de trabajo y quizás amiga. Aunque creo que sabia porque estaba de buen humor y quizás porque la relación se había enfriado tanto. Y fue a raíz de una pregunta que le hice a la propia Verónica. Le dije que me llamaba la atención que se comportaba con mucha naturalidad delante de Elena ( así se llama mi pareja) trabajaba con ella y a veces salíamos a tomar algo y ella estaba como si no pasara nada, la pregunte que si no se sentia culpable o algo porque yo a veces si me comía la cabeza. A lo que ella me contesto.
- Bueno, no somos pareja, o sea que no estamos enamorados, ¿no?. No es que tu la vayas a dejar y nos vayamos a casar. Dijo.
- A ver, si hay algo por lo que no me siento culpable. Te lo voy a contar y que quede claro que no es por esto el motivo de estar contigo. Me gustas, siempre me he llevado bien contigo, y eres un tío muy legal y Elena no te valora mucho, y menos con lo que te voy a decir.
Hizo una pausa me miro muy seria y continuo.
- Dani, Elena esta liada con Javi, el encargado.
- !No me jodas! Dije sorprendido.
- Calla y escucha todo. Hace dos meses ..
- !Dos meses!. La interrumpí.
- !Que te calles! Escucha y luego me dices lo que quieras.
- Hubo un día que teníamos turno de noche y la verdad que ese día había poco curro, así que el jefe, Fernando, nos dijo que nos fuéramos a casa que se quedara una de nosotras con Javi, que lo echáramos a suertes a ver quien se quedaba, y Elena dijo que se quedaba ella que le daba igual » total ya venia hecha a la idea que venia a trabajar». Una idiotez, pero en el momento con lo contenta que estaba porque me iba a casa no le di importancia. Total que Fernando le dijo a Javi que cerraba la puerta de la nave al salir y nos íbamos, y cuando estábamos fuera Fernando cerro la puerta de la nave y cuando ya me iba me di cuenta que me había dejado las gafas en la taquilla, fui corriendo al coche de Fernando para que me abriera y cogerlas, me dio las llaves y me dijo abre tu vuelve a cerrar y mañana me las das, y se fue.
- Verónica ve al grano, que parece que me estas contando una película. Le dije
Vero, me miro me cogió de la mano y siguió.
- Tienes razón. Cuando entre a por las gafas y las había cogido, me dio por ir a la zona de trabajo para decirles que era yo la que había entrado por si habían oído la puerta cerrarse y luego volver a abrirse…
Hizo una pausa me miro me apretó la mano y con voz mas baja como si tuviera miedo a que alguien la escuchara a pesar que estábamos los dos solos en el coche me dijo.
- Vi a Javi morreando a Elena, ella tenia la camisa subida y le estaba manoseando las tetas, en un primer momento pensé que el hijo puta se estaba pasando de la ralla. Hasta que Elena le empujo se puso de rodillas le bajo los pantalones y le empezó a… Bueno imagínatelo.
- ¿Que? no lo dije preguntando, que era lo que le estaba haciendo, si no con incredulidad. Pero Verónica no lo entendió.
- ¿Cómo que, «¿que?». Coño Dani que se la estaba chupando y el te puedo asegurar que no la estaba obligando. Vamos que luego ella se levanto se puso contra la mesa se bajo los pantalones le puso el culo en pompa y el se la empezó a follar, ahí ya me fui despacio, sin hacer ruido y flipando en colores.
Verónica me miro me soltó la mano y casi susurrando me pregunto.
- ¿Qué piensas? tienes una cara…
- Dos meses hace que tu viste eso. Pero lo mas seguro es que llevaran mas. !Joder! en todo ese tiempo algún beso le he dado y la tía se estaba metiendo el pito de ese tío en la boca. !Dios que asco!.
- Ja, Ja, ja. Después de lo que te he contado, ¿eso lo único que se te ocurre? Ja, ja. Me contesto divertida.
- Bueno al fin y al cabo estoy contigo. Jode, pero menos. !Vaya dos! Me pone los cuernos yo a ella, menuda pareja. me reí.
- Uuum. Ya, si imagino que solo soy eso unos «cuernos». Dijo un poco molesta.
- Bueno eres tu la que dices que no somos pareja, no estamos enamorados, que esto es solo sexo. Yo no digo nada, ya veremos adonde nos lleva esto. Siempre nos hemos llevado bien, cuando salimos por ahí con la gente tu y yo siempre estamos hablando, nos reímos de unos y de otros. Vamos que siempre hemos tenido «feeling», por eso creo que hemos acabado como hemos acabado. No se, no me importaría ser tu pareja en un momento dado.
Se abalanzo sobre mi y me beso intensamente.
- Eso es muy bonito, Gracias Dani. La verdad que siempre me haces sentir bien y no me tratas como si solo fuera la putilla de tu amante.
- Bueno. Un poco putilla si eres. ji,ji. Me burle de ella.
- !Calla cornudo!
- Serás hija de….ja,ja.
Me estaba duchando antes de ir a trabajar mientras recordaba lo que me conto Vero. Y aunque con ella me lo tomé a cachondeo, la verdad es que si me tocaba las narices bastante. Elena para el sexo siempre había sido muy retraída, si proponía hacer cualquier cosa mas halla de uno encima del otro, en seguida me decía que era un salido, un guarro. Vamos decirle que me la chupara. Buuufff el mismísimo demonio. Y ahora me enteraba que andaba chupándosela al tal Javi ese, que le puso el culo en pompa para que se la metiera. No recuerdo que ella viniera a buscarme para echar un polvo, siempre tenia que ser yo. Si, la verdad es que estaba cabreado.
Y su buen humor estaba seguro que se debía, a que le había dicho que me iba el fin de semana a trabajar fuera y que volvería el Lunes. Adivina a quien me iba a meter en casa la muy zorra. Era un poco hipócrita por mi parte, porque no me iba a trabajar. Después de estar con Verónica en el coche, en un polígono, follando en cualquier lado. Ese fin de semana había reservado un motel de esos que solo son para ir a disfrutar del sexo con tu pareja o con quien quieras. Jacuzzi, piscina climatizada todo dentro del apartamento y con total discreción, vamos Sábado y Domingo disfrutando de la lujuria sin freno con Verónica. Yo puse la escusa del trabajo porque era habitual que de vez en cuando saliera fuera de Madrid a trabajar y Vero por si le decía de quedar las dos el fin de semana, le había dicho que no iba a salir porque tenia que ayudar a su madre a pintar la casa o algo así. No le había dicho nada con lo cual reforzaba mi sospecha de que se iba a liar con el tal Javi.
Sali de la ducha, quite el vaho del espejo con la mano abrí la puerta del baño para que se desempañara mas rápido. Mire mi reflejo y pensé. No me jodas si el Javi ese es feo de cojones, no es que lo diga yo, es que lo dicen las del trabajo de Elena y que es un tío borde y antipático, si lo dijo Vero. «Sinceramente es que si hubiera pensado que Elena se iba a enrollar con alguien, en Javi no hubiera pensado en ningún momento. Si las del trabajo se lo decimos a Elena que su novio esta como un tren» Claro que no falto la pullita de la muy cabrona. » A lo mejor es que el tío follando es una maquina. Lo mismo tengo que probar con el»
Soy rubio, pelo largo por debajo ligeramente de los hombros, ojos azules, el cuerpo atlético con sus abdominales y esas cosas. Y dirás tu «Joder que tío mas creído». Pues no, estoy pensando para mis adentros, no es que halla salido a la calle gritando ! QUE GUAPO SOY!. Así que sigue leyendo y metete en tus asuntos.
Fui a la habitación me dirigí a la cómoda abrí el cajón y cogí unos bóxer, calcetines y la ropa de trabajo, mire a Elena por el espejo estaba sentada con la espalda apoyada en el cabecero de la cama. Es que ese tío en su vida se hubiera imaginado estar con una mujer así. Rubia con el pelo largo hasta el culo, guapa de cara, nariz respingona, unos labios ligeramente voluminosos y muy bien delineados con una forma muy sensual, tiene un cuerpo bonito, pechos grandes pero no exagerados, culo respingón y bien proporcionado. Esa mujer que vas con ella por la calle y los tíos la miran, porque esta para mirarla.
- ¿No te vuelves adormir? le pregunte al verla despierta.
- Si eso espero cuando el pesado que no para de hacer ruido con la ducha , el cajón y todo lo que encuentra por la casa, se vaya. ¿Cómo era eso? «El señor de las molestias» Dijo imitando el tono de voz que había puesto yo anteriormente.
Me sonreí mirándola por el espejo de la cómoda, tenia una camiseta interior de tirantes que le realzaba los exuberantes pechos que tenia, el pelo ligeramente alborotado recogido en una coleta. Me estaba excitando. Una mezcla entre enfado y unas ganas locas de follarla salvajemente. Pensar como esos labios le hacían una mamada a otro , que esas tetazas se las tocaba el idiota ese, poniéndole el culo para que se la metiera en su tierno chocho, me estaba poniendo enfermo.
Sali de la habitación hacia el baño otra vez, me quite la toalla que tenia atada en la cintura y me puse los bóxer. Estaba muy empalmado, tenia rabia y una excitación realmente salvaje, me imagine entrando a la habitación arrancarle la ropa y follármela salvajemente. Mire desde el baño a la habitación seguía sentada en la cama leyendo un libro, se llevo una mano al pecho y se lo rasco suavemente y ese absurdo movimiento, esa imagen tan inocua de verla tocarse una teta, acabo de encenderme. Anda follando con otro ¿y no voy a poder yo?, total si me manda a paseo no seria la primera vez.
Entre en la habitación completamente empalmado, Elena me miro un instante con total desinterés, volvió al libro y rápidamente con cara de sorpresa me volvió a mirar, clavando su mirada en mi pene a punto de salirse de los bóxer, subió su mirada a mi cara, que debía ser la viva expresión de la rabia y la salvaje excitación que tenia en ese momento, y su cara de sorpresa paso a una expresión de pensar «!ostias! me va a follar como a una perra».
Me puse de rodillas sobre la cama con cada pierna a los lados de sus caderas, con mi pene a escasos centímetro de su cara. Soltó el libro, e hizo un no muy convencido intento de empujón para que me quitara, le sujete ambas manos y una de ellas la puse en mi pene, presione su mano contra mi pene, moviéndola con movimientos ascendentes y descendentes a lo largo de mi falo.
- ¿Qué cojones te crees que estas haciendo? Me dijo ofendida.
- Me creo que ya estoy harto de que te hagas la remilgada, me creo que me vas a sacar la polla y te la vas a meter en la boca y me vas hacer una mamada..
Y según lo estaba diciendo me bajo los bóxer y mi pene salió disparado apuntando a sus sensuales labios. No se movió, no hizo nada, seguía mirándome muy seria a la cara, puse la punta de mi pene en sus bonitos labios, moví mi pelvis golpeando suavemente con mi polla en su boca para que me dejara entrar , se resistía a dejarme entrar. Apoye mi mano izquierda en la pared, con la derecha la cogí la cabeza por la nuca y la empuje hacia mi, impulse mi cuerpo hacia ella. Y al final sus labios se abrieron. Note como mi pene se deslizaba por ellos, como pasaba a través de sus dientes, sentí el calor de su saliva impregnando mi miembro, y el tacto de su lengua en la base de mi pene. El morbo, la mas pura lujuria se apodero de mí , la hundí hasta el fondo de su boca, moviendo mi pelvis con rapidez y completamente desprovisto de pasión o amor, solo buscando mi placer, deseando masturbarme con su boca por puro y sucio deseo sexual, follándole la boca como si fuera su vagina.
pare para darla un respiro, me miraba con los labios entre abiertos llenos de saliva y liquido preseminal de mi polla, intentando coger aire.
- Vamos cariño, enséñame la puta que llevas dentro y fóllame la polla con esa preciosa boca que tienes. Dije con rabia y ávido de deseo.
Y lo hizo. se metió la volvió a meter en la boca, me agarro con fuerza de las caderas , movía la cabeza con energía chupándomela como una loca.
- ¿Así?. Dijo y volvió a metérsela en la boca.
- ¿Te gusta como te la chupo? Volvió a repetir.
La agarro con una mano, y mientras la sujetaba, movió su boca mas rápido, saco su lengua y empezó a lamer de arriba abajo, por los lados, y volvía a chupármela.
- Mira como te la chupo. ¿Quieres que te haga una paja, también? Dijo. Y empezó a masturbarme con la mano que agarraba mi polla. Chupaba y masturbaba, masturbaba y chupaba.
No dije nada solo disfrutaba y miraba como succionaba mi polla, como se deslizaban sus perfilados labios por todo mi pene. Le seguía sujetando la cabeza, me iba a correr en su boca, se la quería llenar con mi semen , ver como goteaba por sus carnosos labios. Y no iba a dejar que se quitara, se iba a tragar hasta la ultima gota de mi lefa.
- ¿Qué pasa cabrón? ¿quieres correrte en mi boca?
- !Pues hazlo de una puta vez y vete a trabajar! Dijo entre jadeos.
¿Así?. Eso es lo que quería que me largara cuanto antes. Pues se iba a joder. Literalmente.
- Si, esa era mi intención. pero me vas a tener que aguantar mas tiempo. Conteste.
Me baje de la cama , la cogí por debajo de los hombros y la tire de espaldas, a lo ancho de la cama, tire de sus piernas, hasta que su culo quedo en el mismo borde, le quite los pantalones del pijama, a continuación fue el tanga con un estampado imitando la piel de un tigre con las rayas negras y un fondo lila. Dejando al descubierto su bello púbico castaño oscuro.
- !Vaya amor mío! .Piel de tigre para cubrir el coño de una zorra. La dije.
Tenia cara entre sorpresa, susto o enfado. Justo cuando me iba a contestar algo, la levante las piernas, apoyando las pantorrillas en mis hombros y su vagina se abrió ante mi, y hundi mi polla en ella sin mediar palabra. La penetre con fuerza y dando un golpe seco contra la base de su culo. PLAS. Volví a salir de su chocho y volví a penetrarla con mas fuerza aún. PLAS. Una tercera, una cuarta, una quinta. Con cada arremetida soltaba un gritito que se mezclaba con el golpe de mi cuerpo contra el suyo.
- Jo-der – no – seas – bru-to. Consiguió decir entre penetración y penetración.
Y comencé a follarla con movimientos rápidos y fuertes, como un puto animal. La follaba con ansia desmedida, cada vez que me impulsaba era como si quisiera atravesarla con mi pene. Su cuerpo se deslizaba arriba y abajo por la cama, las manos extendidas a lo largo y agarrando con fuerza las sabanas para sujetarse, mientras gemía, jadeaba con los ojos cerrados y sin cerrar su boca todavía húmeda por la mamada que me había hecho.
Sus pechos se agitaban al ritmo de mis penetraciones en su hermoso coño, contenidos por la camiseta y el sujetador.
- Desnúdate. Quítate la ropa. Quiero verte las tetas. Ordene.
Se quito la camiseta, volvió a agarrase a las sabanas dejándose el sujetador feísimo que llevaba. Color carne, como un sujetador de vieja, pero que por lo visto era muy cómodo para dormir. Yo no paraba de follarla y el movimiento de su cuerpo con mis sacudidas le hacia difícil quitárselo. Afloje un poco para ponérselo fácil.
- Quítatelo. Quiero ver como se mueven tus tetazas mientras te follo.
- Quiero verte ese cuerpazo desnudo mientras te la meto hasta el fondo.