La confesión

Tenía como remordimientos y mi conciencia no me dejaba tranquila, tenia que confesar mi pecado.

Esperé a que un poco de gente se retirara de la iglesia y me dirigí al confesionario, tenía que confesar mi pecado, mi grave falta como esposa.

El padre ya estaba en la cabina … el sacerdote me dijo: veamos hija, ¿Qué te trae por aquí? … padre, dije … he cometido un pecado horrible, he pecado como esposa, he mirado a otro hombre y no solo mirado, padre … y que mas hiciste querida hija, pregunto el cura … padre le contare todo desde el principio.

El pasado martes, fui al garaje de mi marido, él es mecánico, ahí estaba Marco, un ex – novio mío, me miró de arriba abajo y lanzó un silbido de admiración, no me quitaba los ojos de encima, yo me reí, pero en modo inocente y divertida, solo que a ese loco no se que le pasó por la cabeza, porque me agarro mis pechos y me besó rápidamente, fue tanta mi sorpresa que no me resistí, me deje besar … mi marido estaba bajo el coche y no se percato de nada … después este chalado me hizo señas de salir, porque tenía algo que decirme … yo padre, salí …

Marco, mi ex -, me invitó a dar un paseo en su coche esa misma tarde, según él tenía que comunicarme algo importante … padre, mi cabeza me decía que no … pero los recuerdos me decían que sí … y tu qué hiciste hija mía … yo fui padre, yo fui … y esos es lo más terrible.

Él me llevó a un lugar poco frecuentado, apenas detuvo el vehículo, este tipo se lanzó sobre mi … yo lo empujaba y trataba de resistir … no se cómo, me encontré con mis tetas al aire y este tipo presionando mi cabeza hacia abajo sobre su verga … me lo puso en la boca, padre … yo cerré mi labios y trataba de expulsarlo con mi lengua, pero eso más lo excitaba, padre … después. Improvisamente me rajó mi tanguita, me levantó en el aire y su polla se deslizo dentro de mi chocho, padre … era algo inmoral, padre … yo estaba desesperada y me movía como loca, se me escapaban algunos chillidos, padre … pero no había nadie que me escuchara … la divina providencia me había abandonada a merced de este demonio, padre …

Marco me tomaba de las caderas y me enterraba su verga dura, me hacía subir y bajar con su polla metida en lo más profundo de mi coño … mi uñas se enterraban en su espalda desnuda, padre … el me besaba el cuello y las orejas, era tan violento que me faltaba la respiración … padre, aleje mi torso de su apriete, pero él aprovecho eso para morderme las tetas y chupar mis pezones, él sabía que eso me provocaba una excitación, padre … entonces me encontré a cabalgar su verga … esa polla enorme me hizo perder la cabeza, padre … gozaba como una puta en celo, padre … le arañe su espalda, le mordí sus labios carnosos, pero no podía dejar de saltar sobre su polla, padre … estaba como poseída … era algo diabólico y pecaminoso … perverso y prohibido … pero yo estaba gozando, padre … mi cuerpo entero delató mi orgasmo … temblé, grité, moví mis caderas en modo desenfrenado, lo hice acabar dentro de mí, padre … era incubo ¡Jesús mío!

La culpa es toda mía, padre … no tuve la fuerza para huir del lugar, me sentía cansada, exhausta … lo mas condenable, padre … es que luego el metió sus dedos dentro mi vagina, yo apretaba mis muslos para resistir, pero él se inclino sobre mi y chupó mis pezones … padre, me perdí en esas sensaciones y abrí mis piernas otra vez … él se levanto un poco en el asiento de la camioneta y su verga quedó a la altura de mi boca … padre, se la volví a chupar, besar, lamer y acariciar … padre, me trague toda su polla, padre … me la tragué toda ….

El cuerpo de él se contorsionaba y movía, a un momento él estaba detrás de mí y empujaba su verga dentro de mi chocho resbaloso y listo para la penetración, su polla tan gordita, suavecita, mojadita se deslizó dentro de mi chocho … yo trataba de pensar en cosas no pecaminosas, padre … pero el maligno me hacía gozar y mi cuerpo respondía a su follada tan rica, padre … me hizo gozar otra vez … ¡Dios mío! …

Estaba empalada en su miembro con mil sentimientos encontrados, estaba haciendo cornudo a mi marido … era tarde para remediar, pero estoy arrepentida, padre … no se como se desarrollo todo, fueron mas de tres horas que gocé mucho, jamás había disfrutado tanto una polla, padre … ahora no sé como puedo hacerlo … no puedo mirar a los ojos a mi marido, lo he traicionado, padre decesito que me diga que puedo hacer … estoy desesperada, padre …

Hija mía, tu pecado es muy grave, lo comentaré con el párroco y encontraremos una solución absolutoria, así podrás tener tu alma y tu conciencia en paz, ven después de almuerzo, así como a las 16:00 horas, y tendré la oportuna respuesta para ti, por el momento reza unos diez avemaría y cinco padre nuestro … que dios te bendiga hija … gracias, padre … gracias …

Esa tarde a la hora precisa estaba golpeando a la oficina del párroco, salió un cura bastante joven, por su voz reconocí en él al cura del confesionario, dime hija que deseas, me dijo … padre, yo soy la que le puso los cuernos al marido … ¡Oh¡ si querida, ven … adelante … me hizo pasar y sentarme en un sillón, mientras él permanecía de pie en frente a mí apoyándose en el escritorio, puso sus manos en el pecho cruzando los dedos solemnemente … luego dijo … hija el matrimonio es algo sagrado, bendecido por nuestro señor, pero es una unión entre seres humanos, desafortunadamente los seres humanos somos débiles e imperfectos …ahora bien, tu ex te puso sus manos encima y tu reaccionaste por recuerdos, ¿no es así? …

Si padre, así fue … bien, para entender como fue que él te incitó y absolverte, muéstrame que hizo … bueno padre él empezó a tocar mis pechos, él sabia que no me puedo resistir cuando tocan mis pechos … es algo más fuerte que yo … me excito mucho, padre …

El sacerdote se había posicionado detrás de mi sillón, repentinamente sentí sus manos sobre mis senos … padre, ¿qué está haciendo? … el cura no me contestaba, solo acariciaba mis tetas y había conseguido sacarlas de mi sujetador … me pellizcaba los pezones y me las acariciaba con sus manos tibias y suaves … comencé a sentirme cachonda … uno de sus largos brazos, se alargó entre mis piernas que ya temblequeaban … acarició mi chochito por sobre mis bragas … de seguro se dio cuenta que me estaba excitando …

El cura tomaba mis pechos y los masajeaba, dejando pasar mis pezones por entre sus dedos … mi blusa y mi sujetador desaparecieron … estaba desnuda de la cintura para arriba y juntando mis piernas con mi coño excitado al máximo … comencé a gemir y a mover mis caderas …

Mis tetas en plena libertad tremaban y se bamboleaban de lado a lado, cuando logró correr mis bragas y me metió un dedo sobre mi clítoris … ¡oh! padrecito … mas que una súplica, me salió como un incentivo a sus caricias … me tenía tremendamente caliente …

Con el poco de raciocinio que aún me quedaba, pregunté … ¿padre, este es otro pecado? … el respondió, seria pecado si no cumplimos con la voluntad del señor … déjate ir … abandónate a su voluntad … luego por medio de mi voto, te absolverá de todos tus pecados …

El cura se ubico de frente a mí, tenía una considerable hinchazón en su pantalón … la curiosidad me incitó a bajarle el cierre … casi de rebote, salto hacia adelante una polla de dimensiones celestiales … abrí mí boca y la engullí …

Sus dedos se habían hecho espacio en mi coño y me follaba con cuatro de ellos … él me hizo ponerme de pie y me quito las bragas y la falda, me quedé solo con mis medias y mi liguero … después me acomodó de espaldas sobre el escritorio … tomó mis muslos y puso mis tobillos sobre sus hombros … acercó su verga a mi chocho ansioso y comenzó a deslizarla entre mis carnes rosadas, jugosas y resbalosas … alcancé solo a decir … ¡ten piedad de mi señor! …

Comenzó a follarme con fuerza … sus golpes hacían crujir el escritorio … mientras yo gemía y chillaba como una loca … mis tetas se balanceaban rítmicamente con sus impactos … sentía fluir desde mi coño todo un rio de jugos vaginales … mis piernas, mis muslos y mis senos temblaban por sí solos … la beata polla del cura me hacía gozar demencialmente …

El cura me hizo bajar del escritorio, me giró y me hizo apoyar con mis tetas sobre el mueble … sentí que buscaba mi chochito desde atrás … su gruesa verga me penetró haciéndome encorvar mi espalda … fácilmente se incrusto en mi coño hasta el fondo … ¡Jesús! … ¡Jesús … ¡Jesús! … gritaba yo mientras ese ángel de lucifer me embestía pecaminosamente …

Sus embates eran potentes, estábamos casi moviendo el pesado escritorio con la fuerza de la follada … estaba doblando una de mis piernas involuntariamente … mi orgasmo se aproximaba … estiré mi piernecita todo lo que pude, para dejarla vibrar con la fuerza de mi orgasmo … el sacerdote continuaba follando mi chochito tembloroso … luego con unos sonidos guturales … comenzó a rellenar mi vagina con su lechecita tibia, mi barriguita se hinchaba con la cantidad de esperma que descargó en mí.

El cura quedo como aturdido … se sentó en el sillón … su verga estaba todavía dura … me hizo señas para que me acercara … se puso a lamerme mis tetas … mis pezones sensibles, me hacían chillar otra vez … me puso a horcajadas sobre su regazo … agarró y levantó mis muslos y mi coño se ensarto en su verga … estaba riquísima esa cosa demoniaca… me tenía en el aire y me hacía deslizar a lo largo de su pija … mis manos estaban enloquecidas, abría y cerraba mis dedos, mi espalda se arqueaba por el placer … estaba teniendo otro orgasmo increíble … él también, jadeante y gruñendo rellenaba mi coño por segunda vez … nos quedamos sin respiración … el cura susurraba una oración mientras su polla palpitaba enhiesta dentro de mi conchita …

Retomando un poco de aire, le pregunté … entonces padre, ¿Cómo lo hacemos con nuestros pecados? … con su respirar muy agitado, se tomó un largo momento antes de responderme … hija tu alma es caritativa y buena, el señor ya te absolvió … eres una buena creyente … tu fe es tu escudo … tus pecados han sido absueltos … cuando tengas algún problema de conciencia, ven a mi … la comprensión del señor está aquí con tu confesor, no lo olvides … ahora, el señor iluminará tu camino …ve en paz podrás ir en paz … dios te acompañara … hizo una señal de la cruz con sus manos y me bendijo … salí de su oficina como una santa …

Ahora que tengo este contacto directo con el todopoderoso, no ceso de ver a mi ex y tampoco ceso de venir a confesarme, también pido por los cuernos de mi buen marido … que dios me lo bendiga …