Hola, mi nombre es Carolin y no quiero dejar de contarles esta historia que con solo recordarla me pone a mil, soy una mujer casada de 36 años.
Tenemos sexo normal con mi esposo, nos encanta los sábados tomar un buen vinito y de esta forma me pongo muy bien.
Esta historia comienza con los viajes diarios para llevar a mi hija al colegio, con el chofer que nos lleva diariamente iniciamos una buena amistad, todo comenzó con un juego de palabras, palabras eróticas en inglés, piropos por mi corta pollera, por mis pantalones sumamente ajustados en los cuales siempre duda si tengo ropa interior.
La cosa es que él tiene un hermano, y yo realmente estoy caliente con ambos, es más cuando estamos de tragos con mi esposo, en broma le digo que me encantaría que me cojan ellos, él se pone más que caliente y aprovecha mi calentura y borrachera, para hacerme la cola y cogerme bien.
Llegó el día en que mi esposo viaja a Europa por cuestiones laborales durante dos meses, una eternidad para mí sin coger.
La primera semana me pajeaba, cosa que me encanta hacer, pero no me alcanza.
Durante los viajes comenzamos un juego de cinco días, él debía adivinar sí yo tenía ropa interior debajo de mi pollera o pantalón.
Él decía, y para verificar debía poner su mano por sobre mi cintura hacia abajo y verificar si tengo algo o no, el primer día pollera corta, él dice no tenes y verifica con su mano por sobre mi cola, que calentura que me agarre los pezones duros, y mi conchita muy mojada, a él le observo el bulto por debajo del pantalón hermoso tronco.
Así siguieron los días, el perdedor debía cumplir con unas prendas, lo que yo quería era perder así que llegamos al cuarto día dos a dos.
Ese día me puse una pollera bastante corta y sin ropa interior, entonces hice todo lo posible para que me viera la conchita bien depilada, por supuesto él gano la apuesta y yo debía cumplir con la apuesta.
En el auto comenzó a besarme, me levanto la pollera y comenzó a jugar con mi concha, metiéndome un dedo, luego dos, luego tres y con el cuarto ya me hacía acabar.
Le desabroche el pantalón, y saque su hermosa pija y comencé a besarla, suavemente y luego de una forma muy frenética.
Me parecía mentira, dentro del auto con las piernas abiertas, mi concha totalmente abierta y mojada, chupándole la pija, hasta hacerlo acabar y no dejar escapar una gota de esa rica leche, cosa que siempre me encanto, ya desde mi adolescencia que me encanta chupar buenas pijas y tragarme la leche.
Tuve que cumplir la primera prenda por haber perdido, hacerme una hermosa paja dentro del auto, cosa que hice con enorme placer, logrando nuevamente la erección de esa hermosa pija, me hacer recostar y me apoya la pija en mi culo, que estaba bastante abierto y comienza a jugar poniéndola un poquito y sacándola, cosa que me vuelve loca.
Al mismo tiempo yo jugando con mi clítoris y metiéndome los dedos, que hermoso placer estaba logrando.
Así estuvimos bastante tiempo, perdí la cuenta de las veces que alcance orgasmos, esa fue la primer prenda realmente me encanto.
Quedamos para el siguiente día ir a un hotel y así pasarla bomba.
Todo el viaje hasta el hotel fui jugando con su hermosa pija, estaba yo muy caliente, muy abierta de piernas y muy húmeda, cuando entramos a la habitación se portó como un caballero, me lleno de besos y me fue sacando la ropa cuando quede desnuda totalmente con mis tetas bien erguidas, mis pezones duros como un dedo y los labios de mi concha abiertos como una flor.
Lo desvisto a él y cuando le saco el slip su hermosa pija salta como un resorte, nos damos una ducha juntos él me enjabona todo el cuerpo, principalmente metiéndome el jabón dentro de mi culo.
Nos vamos a la cama y comienza a jugar con todo mi cuerpo, me pasa su pija bien dura por mi boca, mis tetas, las pone entre ellas y comienza a pajearse, con una mano juega con mi clítoris.
Me pide que me haga una paja, y me la hago, vieran la cara de calentura al verme, se manoseaba los huevos y se pajeaba suavemente y se metía un dedo dentro de su culo, cosa que a mí me gusta y mucho.
Él hace algo que a mí me saca, y es no cogerme rápidamente sino jugar con mi cuerpo y mucho.
Me pasa su pija muy dura por mi culo, por mi concha, frota mi clítoris suavemente y besa mis pezones duros.
No pueden imaginarse lo caliente que estaba, comienza a penetrarme por mi conchita que lo pedía a gritos muy suavemente con una cadencia de movimiento que me hacía hervir la sangre, entonces de repente la saca y se pone a jugar nuevamente con todo mi cuerpo.
Con una crema comienza a masajear todo mi cuerpo meciéndome la mano dentro de mí calo, y con la otra pajeandome.
Cuando me ve jadear desesperada me deja descansando, y me dice tengo una sorpresa para vos, pensé en un consolador.
Saca un pañuelo de seda y me venda los ojos, me lleva a la cama se acuesta y comienza a cogerme yo encima de él, suavemente hermosa particularidad que él tiene.
Me estaba bombeando suavemente, cuando siento otra muy dura pija tratando de entrar en mi abierto culo, tal fue mi sorpresa que me asuste al sentir la otra pija, pero allí vino la real sorpresa, me sacan el pañuelo de los ojos y quien era el dueño de esa también hermosa pija, pues nada más que el hermano, con el cual yo estaba caliente pero nunca había tenido un acercamiento.
Me dio vuelta, comenzó a besarme en la boca y su pija dura entre mis piernas mientras el otro se entretenía con mi húmeda cola.
Comenzaron a cogerme entre los dos, por primera vez fui penetrada por dos pijas al mismo tiempo es una sensación inigualable, el placer es indescriptible.
Comencé a chuparle a ambos las pijas, manoseándoles los huevos y metiéndoles un dedo dentro de su culo para masajearles la próstata, placer inigualable para los hombres.
Me recostaron en la cama y comenzaron a cogerme nuevamente hasta casi llegar al clímax, allí tome ambas pijas con mi boca y los hice acabar tragándome la mayor cantidad de leche posible.
Nos duchamos nuevamente los tres, y allí volvieron a hacerse un festival conmigo.