Capítulo 7

Llegamos a mi dormitorio, nos quitamos la ropa el uno al otro, los dos íbamos muy excitados, las pollas señalando hacia el techo y mojadas, los culitos calientes y hambrientos. Carlos se arrodilló ante mí y comenzó a lamerme al capullo mientras me sobaba los huevos y las nalgas…

-Carlos, por favor -le dije cogiendo su cabeza- tendríamos que preparar también lo que diremos cuando nos llamen esta tarde…

-¿De verdad quieres que nos pongamos ahora a preparar todo? -me dijo sacándose la polla de la boca- Creo que tienes razón…

-Mierda -le contesté con la polla tiesa- Podrías haber insistido más.

Se levantó y nos besamos, le agarré la polla y él la mía.

-Bueno, una paja para calmarnos puede venirnos bien -le dije mientras comenzaba a meneársela- Quiero sacarte la leche, hace mucho que no veo a tu polla soltar lo que tienes dentro, jejejeje.

Se sentó en la cama abriendo sus piernas, me senté junto a él, con una mano se la meneaba mientras que con la otra le acariciaba las nalgas. Le besaba el cuello mientras levantaba la cabeza, notaba como su polla se ponía cada vez más dura en mi mano. El líquido preseminal ya comenzaba a mojarme los dedos, su respiración se aceleraba. Decidí sentarme sobre sus piernas, así le comía la boca sin parar de pajearlo. Me agarró la polla y se puso a meneármela también. Nuestra respiración se aceleraba, bien por el placer y el calentón o porque nuestras bocas y nuestras lenguas no paraban…o por ambas cosas a la vez. Su otra mano se deslizó por debajo de mis pelotas buscando mi ojal. Un dedo se afianzó en la entrada presionando un poco, quería que lo metiera, necesitaba que lo metiera. Y entró, la primera falange entró en mí, ocasionando un placer tremendo y provocando que mis gemidos pareciesen gritos.

-Mételo más adentro cabrón -le dije entre gemidos- Uffff, diossss.

-¿No eras tú el que quería solo una paja? -me contestó descaradamente- Te estás volviendo una putita excitante, jejeje. Mira como me tienes el nabo.

-Ya sé cómo lo tienes, cabrón -le dije- Lo tengo en mi mano…

Apretó más su dedo contra mi ojal, introduciéndolo hasta el final, después de ese dedo metió otro. Yo comenzaba a moverme arriba y abajo con sus dedos en mi culo. Me levanté totalmente, sacándome los dedos, lo miré a los ojos, lo veía muy caliente. Agarré su polla y me senté sobre ella.

-Uffff, pero si no querías follar…-me dijo subiéndome y bajándome tirando de mi cintura- Te gusta cuando te la clavo, ¿verdad?

-Sabes que sí, cabrón -le contesté sintiendo un placer muy grande mientras notaba como su verga me rellenaba por dentro- Quiero que me preñes.

Lo cabalgaba cada vez más rápido, nos besábamos, nos acariciábamos, la calentura iba subiendo cada vez más. Salían hilos de líquido preseminal de mi polla que caían sobre mis huevos, sobre su vientre, yo lo extendía por su vientre y por su pecho, tocando sus pezones que estaban duros. Llevaba mis dedos mojados a su boca y los lamía con mucho gusto, los chupaba como si fuesen una polla.

Noté como su respiración se aceleraba, como sus gemidos eran más alargados y fuertes. Me moví más rápido, sabía qué iba a pasar y lo deseaba mucho.

-¡Dios mío, cabrón! -me dijo entre gemidos- Voy a correrme, voy a correrme.

Me agarró fuerte de la cintura y me pegó a su vientre, sus gemidos inundaron el dormitorio, y su polla inundó mi culo. Noté como, en varios trallazos, su leche invadía mi interior, caliente y espesa, su polla se movía al ritmo de sus trallazos, notando esas convulsiones dentro de mí, me excitaban mucho más. Cuando acabó, lo besé y me levanté para vaciarme en el inodoro. Salió una gran cantidad de semen, bastante.

Seguía excitado, con la polla dura y señalando al techo, llegué a la cama. Él estaba tumbado bocarriba, me acerqué a él a gatas, lo besé en la boca, bajé por su cuello llegando a sus pezones, en ellos me entretuve hasta ponerlos duros como los de una chica que desea que la follen. Bajé mis labios por su barriga hasta llegar a su vientre, su polla estaba morcillona y con restos de semen. La metí en mi boca hasta dejarla reluciente. Me coloqué entre sus piernas, me las puse en mis hombros dejando su ano listo para ser penetrado. Acerqué mi polla a él y se la fui metiendo lentamente. El glande entró sin resistencia alguna, seguí empujando mis caderas y el tronco entró hasta el final. Él se mordía el labio inferior, mirándome con mucho deseo. Comencé un movimiento de mis caderas a un ritmo algo acelerado, Carlos me miraba mordiéndose el labio inferior mientras gemía y se masturbaba de nuevo. En la habitación se oía el “flop flop” de mi follada entre nuestros gemidos, aceleré la cadencia notando como mis huevos golpeaban sus nalgas, mis huevos que estaban deseando de vaciarse. Notaba como el orgasmo se acercaba con fuerza, aceleré más el movimiento mientras Carlos comenzaba de nuevo a correrse entre gemidos y jadeos, el primer trallazo soltó un poco de semen que le llegó al pecho y al cuello, los demás trallazos, 2 o 3, cayeron sobre su vientre con unas pocas gotas de leche derramándose por su barriga. Noté en ese momento que me iba a correr, apreté mis caderas contra sus nalgas, mi polla bien dentro de él, y empecé a eyacular, con varios chorros su culo quedó inundado. Al sacarle la polla, mi leche salía como una fuente de su culo cayendo sobre las sábanas de mi cama.

Me tumbé sobre él y nos besamos con pasión, las gotas de su leche se adhirieron a mi pecho, su polla la notaba aún dura sobre mi vientre.

-Vaya, vaya -me dijo entre risas- Menuda paja nos hemos hecho, ¿eh? Jajajajaja.

-Qué cabrón eres -le dije también riéndome- lo nuestro no es normal, Carlos. No podemos aguantarnos si tener que follarnos, no con Irene me ha pasado esto nunca.

-Te creo, te creo -me dijo- Me pasa igual, nada más verte ya pienso en tu polla, en tus huevos, en tu boca, en tu culo…Me tienes caliente todo el día.

-Bueno, vamos a ducharnos y a empezar a mirar discos duros -le dije levantándome y acariciándole la polla ya fláccida- ¿Te duchas conmigo?

-Ummm, lo estoy deseando -me dijo mientras se incorporaba-

Nos duchamos entre caricias, besos, tocamientos y alguna pequeña chupada de polla…Salimos, nos secamos y nos dirigimos al despacho. Yo me quedé en el Pc y Carlos con el portátil, nos repartimos el contenido de la bolsa que tenía los USB y los discos duros.

-Creo que lo suyo es mirar los discos duros y si hay alguna memoria USB de 32 Gb o más, a ver que nos encontramos -dijo con mucha lógica Carlos- Imagino que las memorias USB de poca capacidad no lleven vídeos, pero lo veremos conforme vayamos investigando.

Afirmé con la cabeza y conecté el primer disco duro, era un disco duro de 500 Gb, con varias carpetas con fechas, algunas con nombre y otras con la palabra “desconocido” como nombre. Abrí una carpeta con nombre: ”2013.03.25 Desconocidos”, aparecieron dos vídeos, pinché sobre uno, el reproductor echó a andar, se veía un coche, en la misma ubicación que usamos nosotros, es decir, pegados al muro del edificio. Había dos personas dentro en el asiento trasero. Se veía bien que era una mujer de unos 35-40 años o algo más, con un chaval de unos 18 o 20 años. Al chaval se le veía totalmente excitado, ella se quitó la camisa que llevaba y el sujetador, aparecieron entonces unas tetas increíbles, el chaval metió su cara entre ellas mientras ella le desabrochaba el pantalón, las ventanillas del coche estaba bajadas y se les oía estupendamente lo que hablaban y los gemidos. En pocos minutos los dos estaban completamente desnudos y muy excitados, se notaba que era ella la que llevaba la voz cantante, ella se sentó en el centro, poniendo una pierna sobre cada respaldo del sillón delantero, él se encontraba entre ellas metiendo su cara para comerse el coño depilado de ella. La nitidez y la resolución me impresionaron, se veía con una claridad increíble.

Pasé a otro momento en el que se veía como esa mujer le comía la polla y los huevos a él, como pasaba su lengua por todo el tronco mientras él le acariciaba las tetas. Pasé a una secuencia, unos 10 minutos después, en ella se veía a él de rodillas en el asiento, corriéndose sobre las tetas y la cara de ella. Pasé hacia adelante algo más y se veía como acababan de vestirse, se pasaban a los asientos delanteros, y se marchaban conduciendo ella.

La verdad es que mi polla comenzó a subirse, algo parecido debía estar viendo Carlos porque su polla estaba asomando por encima de la mesa.

-¿Has encontrado algo? -le pregunté- Acabo de ver una sesión de sexo del 25 de marzo del año pasado…y joder como me ha puesto.

-Jajaja, algo parecido me ha pasado, pero del 6 de abril del mismo año -contestó Carlos- Una parejita de jóvenes, ella sobre los 18-19 años muy tetona, coño depilado…parecía con experiencia. Él algo más joven, con una polla pequeña, pero solo pajas, tocamientos y sexo oral. Ni te cuento la corrida que ha tenido…se han puesto los dos pringados de leche, y el coche también…me gustaría verlos después limpiando el coche de papá…jajajaja

Pasé al otro vídeo de la misma carpeta, era la misma mujer pero con otro chico, éste tendría unos años más que el otro, sobre los 23 años le calculé. Ella volvía a llevar la batuta con este chico también. Cuando el chico se quitó el pantalón asomó una verga tremenda, la cara de ella era de un asombro absoluto, acercó su boca a la polla del chaval y se le veía con la polla en la boca, boca que tenía muy abierta, se veía como le caían hilos de babas por los lados, apenas le cabía en la boca. Se la sacó y se volvió de espaldas al chaval, sus piernas sobre el asiento, en el centro, y él entre los dos asientos delantero, en el hueco que queda, clavándole semejante polla por el coño. En ese momento pensé que no le entraría por el culo, era demasiado gorda. Pasé el vídeo y seguían en la misma posición pero ella se estaba corriendo, gemía y jadeaba con fuerza, pasé un poco más y lo mismo, en la misma posición y corriéndose de nuevo. Pasé unos minutos después, ella estaba tumbada sobre el asiento pajeándolo a la altura de sus tetas. Se corrió con un gran chorro de leche que llegó a todos lados, siguieron saliendo chorros de leche hacia todas las direcciones, acabaron asfixiados y con semen hasta en las orejas.

Seguimos viendo vídeos de distintas fechas, algunos con nombres que no conocíamos, algunos que yo conocía de vista…hubo uno que Carlos lo conoce porque vive muy cerca de su casa y la mujer con la que estaba no era su esposa, y otros desconocidos. Hombres follando con hombres, mujeres follando con mujeres, un trío entre dos mujeres y un hombre…así íbamos agotando los discos duros.

-¡Bingo! -gritó- Acabo de encontrarlo.

Me levanté y me senté junto a él, su polla como la mía, seguía empalmada. Pensé en pajearlo pero no era el momento de ello. Creo que él pensó lo mismo. En la imagen pausada que tenía en pantalla se nos veía claramente. Le dio al play del reproductor de vídeo, se nos veía charlando, calientes, cada uno tocándose su paquete, se oía muy bien lo que decíamos, como nos desabrochamos los pantalones, como nos las sacábamos y empezábamos a pajearnos. Como en determinado momento, nos desnudamos completamente y nos fuimos al asiento de atrás, y como él agarraba mi polla y yo la suya y empezamos a pajearnos. Se veía estupendamente como le metía el dedo por el culo, como no aguantaba más y su leche salía despedida hacia mi cuello, mi pecho, mi vientre… después vino mi corrida que le dio en su cuello, en su pecho…. El vídeo acababa arrancando el coche y marchándonos.

El siguiente vídeo era el del día siguiente que volvimos a repetir en el mismo sitio. Se veía y oía estupendamente. Los vídeos siguientes estaban grabados en la casa en la que tuvimos los dos encuentros con ellos. En el primero aparecía Pedro, fue el de las pajas y las mamadas, en el segundo se veía como nos follaban, como lo disfrutábamos, como nuestras pollas se ponían más duras y segregaban el líquido preseminal, se veía que nos encantaba.

-¿Qué nombre tiene la carpeta? -le pregunté a Carlos-

-Un nombre lógico -me dijo- “Tortolitos”.

-Hijos de puta -dije bien claro- ¿Hay más vídeos en ese disco duro?

-No, ninguno más -me contestó Carlos-

Seguimos repasando discos duros y memorias USB, había para todos los gustos. Ahí me di cuenta que cuando queremos follar, quien no lo hace en un hotel, porque por cualquier motivo no puede hacerlo en su casa, lo hace en el coche y en los mismos lugares que los demás. Puse un nuevo disco duro, me quedarían unos 4 por revisar.

-¡Ostias! -dije llevándome las manos a la cabeza- No me lo puedo creer…

-¿Qué pasa, Nico? -me preguntó Carlos levantándose y viniendo hacia mí- Mierda…no puede ser…¿pero qué coño está pasando?¿Qué fecha tiene la carpeta?

-23 de junio de 2014, hace un mes justo -le dije preocupado-

-Coño, algo de dos semanas después de haber llegado de Madrid -me dijo intrigado-

En el vídeo que puse se veía a Irene, mi mujer, con Carmen, la mujer de Carlos. Estaban sentadas en el asiento trasero de mi coche, se besaban mientras se desnudaba la una a la otra. Ni Carlos ni yo dábamos crédito a lo que veíamos. Cuando estuvieron totalmente desnudas se abrazaron, la boca de Carmen recorría el cuerpo de Irene, de su boca bajaba a su pecho, de sus pezones bajaba a su vientre, de su vientre bajaba a su entrepierna… Los jadeos y gemidos que daba mi mujer eran increíbles. Mi polla comenzó a subir, me estaba empalmando de ver a mi mujer con otra, y disfrutándolo. Carlos estaba junto a mí, también empalmado, nos miramos. Carlos me hizo un gesto con la cara, como queriendo decir que no entendía nada, o que le daba igual. Seguimos viendo el vídeo, Carmen se inclinó hacia delante para coger su bolso, del sacó un consolador de los que tienen dos puntas, se recostó cada una en la puerta de su lado, con las piernas abiertas, entrelazadas, y Carmen metió una punta del consolador en el coño de Irene, cuando lo tuvo dentro se metió la punta que quedaba en el suyo, y empezó a moverlo. Las dos gemían bastante, sus respiraciones eran aceleradas. Cada una se magreaba sus tetas, sus cuerpos comenzaron a moverse con más violencia, sus gemidos debieron oírse en todo el descampado, sus cuerpos convulsionaban mientras se corrían, ambas a la vez. Observamos que cerca del coche había dos tipos observándolas con las pollas fuera, pajeándose mientras ellas acababan de correrse. A ellos también se les vio como se corrían, como su leche salía de sus pollas, leche a presión que llenaron la ventanilla de la puerta en la que estaba apoyada mi mujer. Los tipos se metieron sus nabos en los pantalones y se marcharon mientras ellas acababan de vestirse, se besaban y reían mientras se vestían. Ahí se acabó el vídeo. Había más.

-No sé si estoy preparado para ver más vídeos -le dije a Carlos- No me esperaba esto de ella.

-No sé a qué te refieres, Nico -me contestó Carlos- Pero estamos haciendo exactamente lo mismo. Mirémonos, estamos en bolas juntos, de vez en cuando nos besamos en la boca, nos tocamos las pollas, los huevos, los culos el uno al otro. Nos pajeamos y nos follamos y lo disfrutamos. No somos mejores que ellas, no podemos criticarlas sin antes criticarnos a nosotros. ¡¡¡Joder, que hemos follado con dos tías los cuatro juntos!!! De todas formas a los hombres siempre nos gustaría hacer un trío con dos mujeres…míralo por ahí. Hay que sacar lo positivo. Imagino que habrá mujeres que les guste hacer un trío con dos hombres, porque pienso que a Carmen le encantaría follar con nosotros dos.

– Ahora entiendo por qué en la fiesta se fueron juntas, y porqué llegó con tal calentón, se habrían comido el coño, se habrían masturbado la una a la otra…pero necesitaba una polla, y en ese momento, aquí en mi cama la tuvo -le dije con una sensación de sentimientos contrapuestos- Y ellas estaban follando con público. Sé que en parte tienes razón, pero esto tengo que digerirlo.

-Deja que te haga una pregunta -me dijo Carlos- ¿Amas a Irene? Porque yo amo a Carmen, y lo que he visto hace que mi imaginación vuele, con ella por supuesto.

Me quedé mirándolo fijamente a los ojos, tenía toda la razón del mundo y yo lo sabía.

-Sí, sí la amo -le dije volviendo mi cabeza hacia el monitor- Tienes toda la razón.

Se inclinó sobre mí y me besó en la boca, su lengua lamió mis labios, sabía lo que eso provocaba en mí.

-Ahora vamos a mirar el siguiente vídeo -me dijo acariciándome la polla que volvía a levantarse- A ver qué pasa…

Pinché dos veces seguidas sobre el vídeo siguiente, Ahora se veía a Carmen y a Irene desnudas de pie, con unos antifaces negros de piel, llevaban unos tacones de aguja de unos 15 cms, tacones que les estilizaban mucho las piernas. Delante de ellas había una cama de las grandes, se oyeron voces y apareció Emilio, el Señor A, con una especie de calzoncillo de piel, con una abertura en el culo y otra en la parte delantera que le dejaba ver las pelotas y la polla, polla que en ese momento estaba fláccida. Se puso a 4 patas y comenzó a lamer los pies de Carmen. Detrás de él apareció Pepeca, vestido de igual forma pero éste llevaba en el culo un dildo de los que imitan la cola de un caballo. Él besaba y lamía los pies de Irene. Mientras, nuestras dos mujeres se besaban y magreaban los pechos. En un determinado momento, y a la orden de Irene, dejaron de besar los pies de ellas y se pusieron a comerse la boca el uno al otro, en la misma posición, a gatas. Irene le sacó el dildo del culo de Pepeca y se lo metió a Emilio, sin consideración ninguna, se veía que a Emilio no era la primera vez que le metían algo por el culo, aunque gimió de dolor, los gestos de su cara mostraban placer.

Ellos siguieron besándose mientras Carmen le metía los dedos a Irene por el coño y acariciaba sus nalgas. De vez en cuando Irene ponía uno de sus pies sobre la espalda de Pepeca y lo llamaba de todo, desde puta a maricón, pasando por zorrita, calentona, culera…nunca imaginé que Irene se transformara de esa forma en el sexo, ni lo imaginé ni lo sabía obviamente. Ellas se sentaron sobre las espaldas de cada uno de ellos y abrieron las piernas, en ese momento dieron una orden y un par de hombres mayores, creo que uno podría tener unos 68 o 70 años y el otro algo más joven, sobre los 60-65 años, se pusieron a 4 patas metiendo sus cabezas entre las piernas de nuestras esposas.

Comenzaron a comerles el coño a ambas, el de 70 años se lo comía a Carmen y el de 65 a Irene. A ellas se les veía que lo disfrutaban, ellos iban vestidos como Pepeca y Emilio, pero sin dildo en el culo. Al cabo del rato ellas se levantaron, echaron a los que les comían el coño empujándolos con los pies.

Carmen les ordenó (no decía no, ordenaba) que les dieran por el culo a quienes habían usado como asientos. El más mayor se colocó detrás de Emilio, y sin clemencia, se la metió de golpe, Emilio soltó un grito de dolor, pero aguantó firme.

Irene lo insultaba por haberse quejado, se sentó sobre él mirando hacia el hombre mayor que daba por el culo a Emilio, y abrió las piernas para que el hombre la pajeara mientras le rompía el culo al otro.

La imagen era muy morbosa y excitante. Carmen ordenó al otro a que hiciera lo mismo a Pepeca, este hombre tuvo algo de más cuidado y se la metió despacio, mientras Carmen se dirigió hacia Irene y comenzó a comerle la boca. Ante aquella imagen, mi polla estaba muy dura y mojada, miré a Carlos, empezaba a tocarse la polla, le quité la mano y empecé a pajearlo mientras no dejábamos de mirar el vídeo. Su polla estaba muy dura, notaba el latido de su corazón en la mano que la tenía agarrada. Carlos me agarró la polla y se puso a meneármela, de vez en cuando bajaba su mano hasta mis pelotas y las acariciaba.

-No sé qué pensar -le dije excitado pero contrariado- todo esto me viene muy grande.

En ese momento Carlos dejó de pajearme. Se quedó mirando el vídeo, lo paró y le dio un poco hacia atrás, volvió a darle al “play” y los pausó.

-¡¡¡Coño!!! ¡¡¡No me jodas!!! -gritó señalando al hombre mayor que enculaba a Emilio- Ese es el director de la Empresa de ellas, manda huevos… Cómo se llama… ¡Alonso! No, Alonso no es. ¡Alfonso, se llama Alfonso!

-Ostias…verdad -le dije mirando el vídeo- De algo me sonaba la cara, aunque lo he visto pocas veces.

-¡El teléfono! Tú cogiste el teléfono de la habitación…-me dijo- Veamos a quién llamaban o quien los llamaba, o si hay WhatsApp…

Me levanté y fui al dormitorio, lo había dejado en el pantalón. Lo cogí, estaba encendido pero con poca batería, lo enchufé y comenzó a cargar. Carlos se acercó, aún llevaba la polla tiesa, no tanto como hacía un rato, pero le asomaba una gota de precum por la punta del capullo. Me acerqué y se la quité con un dedo que luego me llevé a la boca, me miró y me besó con ganas, metiendo su lengua en mi boca. Las pollas empezaron a subir de nuevo.

-Vamos a ver esto, y después hacemos lo que estamos deseando -le dije excitado nuevamente- Veamos las llamadas recibidas y llamadas enviadas…

Carlos cogió el teléfono, me puse junto a él mirando atentamente la pantalla. Presionó sobre la tecla del historial de llamadas, aparecían los números de Carlos y mío como llamadas salientes. También aparecían varios números, en ninguno ponía nombre. Muchos números era de llamadas salientes, pero había algunos de llamadas entrantes, entre ellos estaba el teléfono de Irene. Le cogí la mano a Carlos para que no siguiera pasando, quería ver qué día había hecho la última llamada a ese teléfono. No podía dar crédito, Irene había llamado a ese número minutos antes de hablar conmigo el día anterior, cuando me llamó por la mañana, que me dijo que habían parado para desayunar. Su llamada al teléfono que ahora teníamos nosotros había durado 8:37 minutos, había hablado con la persona que fuese la que tenía ese teléfono durante más tiempo que conmigo. Tuve que sentarme, Carlos me agarró del brazo y me ayudó a coger siento.

-Si te sirve de consuelo -me dijo con una mano en mi hombro- Carmen también ha llamado a este teléfono y hablado con quien fuese. De todas formas, ahora mismo tenemos el teléfono desde el que nos llamaban, eso significa que más pronto que tarde van a saber que alguien ha entrado allí y cogido más cosas que el teléfono.

Nos quedamos mirándonos y pensando en nuestro próximo movimiento. Teníamos que estar preparados para cualquier cosa. No sabíamos hasta donde podían llegar esta gente… incluidas nuestras “desconocidas esposas”

-Bueno, lo primero es buscar una solución a esto antes de empezar a lamentarnos -dijo Carlos enérgico- Deberíamos guardar todo esto, menos el teléfono, en alguna taquilla de consigna, por ejemplo de la Estación de Autobuses, de la Estación de Tren o de la Estación Marítima del Puerto.

-Creo que lo suyo es en una consigna de la Estación Marítima del Puerto -le dije convencido- El teléfono podemos tenerlo nosotros, silenciado y sin vibración, por si lo buscan, ah, y con la pantalla casi sin brillo.

-No hemos acabado de ver los vídeos -dijo Carlos- Podríamos seguir después, antes de llevarnos todo a la consigna. Igual nos llevamos más sorpresas…

-No sé si estoy yo para más sorpresas…-le dije negando con la cabeza- Ya me da hasta miedo ver un vídeo más, no sea que me encuentre a algún familiar más en uno de ellos.

Seguimos mirando vídeos durante un par de horas más. Nos hicimos unos bocadillos y tomamos unas cervezas mientras seguíamos viéndolos. En uno de las memorias USB apareció una carpeta con el nombre: “Pedro maricones”, Carlos la abrió y era el famoso vídeo de Pedro con su amigo, empezamos a verlo. Era tal y como él dijo, en el interior de un edificio con un chaval que se le veía afeminado. Carlos detuvo el vídeo.

-Este se lo podemos mandar a Pedro -me dijo sonriendo- Se lo merece, merece saber que ya no podrán chantajearlo más…

-Salvo que tengan copias -le aclaré-.

Seguimos viendo vídeos y siguieron apareciendo personas que conocíamos de vista, sobre todo yo. Hombres con una edad ya considerable con chiquillas de no más de 19 años, o con chavales de esa edad también, maduros con maduros, con maduras, tenían una buena colección. Acabamos los vídeos y teníamos las pollas a reventar, duras y mojadas. Carlos se arrodilló delante de mí y comenzó a comerme la polla mientras me masajeaba los huevos. Me encantaba el barrido que hacía con la lengua, como la frotaba contra el frenillo, como lamía el capullo, como chupaba el tronco. Miré hacia la mesa, nos quedaba un disco duro. Alargué mi mano y lo traje hacia mí, lo conecté al puerto USB del portátil y lo abrí. Había una carpeta “Parejita”.

-Joder Carlos, mira esto -le dije apartando su cabeza de mi polla- Podría ser la parejita de la que nos habló Pedro.

-Vaya, dale a ver que hay -dijo con un tono de voz molesta- Como no sea nada… no te la como más. Jajajaja

Se sentó a mi lado y comenzamos a ver el vídeo. Salía una habitación bastante grande, con dos sillones grandes en el centro, en ellos se sentaron los dos hombres mayores que se follaron a Emilio y a Pepeca, Alfonso era el mayor, aún no sabíamos quién era el otro. De pronto aparecieron Carmen e Irene, se pusieron por detrás de ellos, les acariciaban el pecho, los besaban en la boca. Se acercaban a ellos y les ponían sus tetas en la boca mientras ellos metían sus manos entre las piernas de ellas. Irene le quitó la mano a Alfonso, se tocó con sus dedos y esos mismos dedos se los puso en la boca de Alfonso, que los lamió sacando su lengua. Él acariciaba las nalgas de Irene, que se dejaba tocar, incluso se le notaba que lo disfrutaba, le agarraba la polla a Alfonso que no terminaba de ponerse dura pero que ya estaba morcillona. Irene se giró y se puso de espaldas a Alfonso, se inclinó y con sus manos se abría las nalgas, la cámara se movió, señal de que había alguien más con ellos. La cámara enfocó el culo de Irene y como Alfonso metía un dedo en él, lo sacaba, lo chupaba y volvía a meterlo. De vez en cuando no lo metía en el culo sino en el coño.

-Joder con el viejo -dijo Carlos- Y parece hasta tontito…

Alfonso empezó a follar el culo de Irene con dos dedos, ella gemía de placer. La polla del viejo subía lentamente pero subía, se la veía más dura que hacía un ratillo. Irene se giró y se sentó sobre la polla de Alfonso mientras le comía la boca, él agarraba sus tetas, intentaba besarlas, lamerlas…ella lo besaba por el cuello volviendo a subir para comerle la boca de nuevo mientras él las acariciaba con las manos. Irene se levantó, se giró dándole la espalda y abriéndose las nalgas con sus manos, se sentó sobre Alfonso. Le estaba dando por el culo, y lo estaba disfrutando. No solo ella lo disfrutaba, Alfonso gemía con fuerza. Ella, en esa posición le acariciaba los huevos, que los tenía bastante grandes y colgones y con pelos canosos. La cara de placer de mi mujer lo decía todo. Me fijé en Carmen, estaba de rodillas delante del otro hombre, le estaba haciendo una mamada. La polla de aquel hombre era grande, bastante más grande que la de Alfonso y Carmen se la tragaba entera, las babas colgaban de los huevos de él hasta el suelo, mientras ella le metía un dedo por el culo. Se levantó y se sentó sobre la polla del hombre mientras subía y bajaba magreándose ella misma las tetas, unas tetas que eran espectaculares, botaban con su movimiento, los pezones erizados, las tetas apuntando hacia arriba…eran una obra maestra de tetas. Ellas se miraban y se sonreían, ambas con cara de placer, ellos gemían con más intensidad cada vez. En una de las tomas el cámara pasó delante de un espejo de cuerpo entero, era Pepeca. A través del espejo también vimos a Emilio, ambos iban desnudos y estaban empalmados. Pepeca se estaba deleitando grabándose a él y a Emilio. De pronto los gemidos fueron más fuertes, ellas se levantaron y se arrodillaron delante de ellos. Irene abrió la boca, sacando su lengua mientras pajeaba a Alfonso, salió poca leche y con poca fuerza, le manchó la mano y la barbilla nada más, pero se la metió en la boca para limpiársela, y la sacó totalmente limpia. Carmen tenía la cara llena de leche y también le estaba limpiándole la polla con el boca. Se levantaron, se abrazaron y se besaban la una a la otra limpiándose el semen de esos desconocidos de su cara, Irene le ponía la mano que tenía manchada en la boca de Carmen que la lamió hasta dejarla limpia. Se oyó a Irene:

-David, coge tú la cámara y graba a estos dos dándose por el culo -le dijo al hasta ahora desconocido caballero- Tienen un calentón que no podrán ni andar.

-Eso, eso -dijo Carmen- Graba como Emilio le da por el culo a Pepeca, jejejeje. Sabemos que os encanta tener un rabo dentro como a nosotras, jajajaja.

La cámara se movió hasta que se estabilizó, entonces pudimos ver a Pepeca a cuatro patas con Emilio reventándole el culo a pollazos, los demás observaban interesados. Al ratillo de estar bombeando, Pepeca se puso a gemir y se corrió sin tocarse la polla del placer que Emilio le daba. Cuando llegó la hora de correrse Emilio, sacó la polla del culo del Pepeca y se corrió sobre su espalda. En ese momento se acabó el vídeo.

Nos quedamos en silencio, ni nos mirábamos. Carlos golpeaba la mesa con sus dedos, yo miraba hacia la ventana del jardín de atrás, pero sin ver nada.

-Bueno, lo primero es darle solución a estos discos duros y memorias -dijo resolutivo- Vamos a la Estación Marítima, vamos a dejar esto en consigna.

Nos vestimos y salimos con una bolsa donde iban todos los discos y las memorias menos la que tenía el vídeo de Pedro. Por el camino Carlos le mandó un audio a Pedro para decirle que teníamos el vídeo por el que le habían chantajeado. Se lo mandaríamos a la agencia de transporte que quisiera, a su nombre y para recoger en la oficina de la agencia de Zaragoza.

Llegamos a la Estación Marítima, Carlos salió con la bolsa mientras yo me quedaba esperando en el coche, pocos aparcamientos y la policía portuaria no paraba de dar vueltas. A los pocos minutos regresó Carlos con la bolsa, abrió y se sentó en el coche.

-Vámonos -me dijo pensativo- No podemos dejarla ahí, todos los días, en el último turno, abren todas las consignas y sacan lo que haya dentro, por seguridad antiterrorista. Así que no podemos arriesgarnos a que esto caiga en más manos.

-Joder, no habíamos pensado en eso -le dije- A ver donde metemos esto.

-Alquilemos un trastero -me dijo sonriendo- Uno de los más baratos, creo que están sobre los 25€, no nos hace falta que sea grande, con que quepa la bolsa nos basta.

-Cierto -le dije emocionado por la rapidez que tuvo en buscar una solución- te has ganado pasar un buen rato conmigo después, jejejeje.

-Ten la seguridad que el buen rato lo iba a pasar -me dijo riéndose- no sabes lo caliente que estoy…

Llegamos a un edificio que tenía trasteros en alquiler, pedimos uno pequeño, firmamos un contrato de 3 meses y nos salió por 32€ al mes, pagamos los tres meses con antelación. Si la cosa seguía así podríamos venir y pagar por adelantado el tiempo que quisiéramos. Llegamos al trastero, era pequeño pero nos sobraba sitio, dejamos la bolsa en él, cerramos y nos quedamos con una llave cada uno. Nos fuimos para la casa directos.

Llegamos a la casa, nada más cerrar la puerta, Carlos se giró y me abrazó, le toqué el paquete, tenía la zona dura y caliente, muy caliente. Él ya había comenzado a desnudarme, le solté el cinturón, le bajé el pantalón, sin desabrocharlo, su polla salió golpeándome el vientre, estaba muy dura y mojada. Le quité la camiseta, su mano ya estaba en mi polla meneándomela, le acaricié las nalgas, las pelotas…me lengua entraba en su boca enredándose con la suya, las respiraciones se aceleraban, me saqué el pantalón por los pies, lo agarré de la mano y lo llevé hasta mi dormitorio, iba dando pequeños saltos por el pasillo, no se había sacado el pantalón, me arrodillé delante de él para sacárselos, pero me metió la polla en la boca y claro, aproveché mientras le sacaba el pantalón para comérsela. Llegamos al dormitorio con las pollas duras, sin parar de besarnos. Me tumbé sobre la cama levantando mi culo, no tenía que decirle qué pretendía que hiciera y, lo entendió a la primera. Me masajeó el ojal con su dedo lleno de saliva, lo metía y sacaba de él.

-Coje el lubricante que está en ese cajón, Carlos -le dije muy excitado- embadúrnamelo y métemela ya.

Abrió el cajón y sacó el lubricante, junto al lubricante estaba el teléfono que nos habíamos traído del edificio que “asaltamos”, lo dejó sobre la mesilla de noche. Me puso bastante lubricante en el ano y en su polla, colocó su glande en mi ojal y no esperé que moviera sus caderas, yo moví las mías y entró su capullo despacio, lentamente. Notaba como ya lo tenía dentro, notaba como se colaba por el esfínter y se quedaba quieto, abriéndome el ojal para dejar pasar el tronco, que en su base era más grueso que por arriba. En ese momento fue él quien empujó, fue penetrándome lentamente, yo notaba como su tronco invadía el interior de mi culo y me gustaba, me encantaba esa sensación de estar siendo penetrado, ese placer de tener una verga dura dentro, dura y caliente. Llegó hasta el final, notaba su vientre pegado a mis nalgas, notaba su polla como latía dentro de mí, empezó a bombear sus caderas, su polla entraba y casi salía de mi ojal para volver a recorrer el mismo camino de nuevo y llegar hasta el final. Sus manos agarraban con fuerza mis caderas, sus dedos apretaban mi cintura mientras el mete y saca no paraba, su respiración me excitaba, mi mente iba de una parte a otra de su cuerpo que estaba en contacto con el mío, parecía como si mi piel se hubiese hecho más sensible, mucho más sensible. Notaba cuando sus pelotas golpeaban la parte de debajo de mis nalgas, hasta notaba como pinchaban los pelos que le empezaban a salir en ellas. En ese instante se iluminó el teléfono que había dejado en la mesilla iluminando el techo de la habitación, rompiendo toda la magia que estaba sintiendo en ese momento.

Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com

Saludos.

Vantheway

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