Capítulo 1
Siempre me ha gustado ver a las mujeres de los demás y fantaseaba a menudo con llegar a follármelas, pero era eso, una fantasía que jamás pensé que llegaría a realizar. Me pasaba por chats varios a la búsqueda de conocer gente con deseos opuestos a los míos, que les gustase enseñar a sus mujeres y fantasear un poco.
Algunos deseaban únicamente enseñarlas, otros sin embargo hablaban que deseaban que se las follaran, unos decían querer estar presentes y otros por el contrario no estar y que ella se lo contara después. Bueno, los que ya conocéis el tema, morbazo siempre eligieras la opción que eligieras.
El caso es que en uno de esos días, conocí a Carlos, de mi misma ciudad, que me contó que su mujer ya sabía de su condición de cornudo, y aunque habían quedado una vez con uno que había conocido como a mí, la cosa no fue todo lo que bien que a ella le hubiera gustado y ya había desistido, así que hasta donde yo sé, en principio Carlos solo buscaba alguien para morbosear.
Hablábamos bastante y fuimos cogiendo confianza. Me iba enseñando fotos del cuerpo de su mujer sin cara al principio, una rubia bajita de 1.65 (yo mido 1.70 así que me pareció perfecta de tamaño para mi) llamada Lidia, con unas preciosas tetas y un culo riquísimo que me ponía a mil solo de verlo por foto. Conforme fuimos hablando y cogiendo confianza empezó a proponer la posibilidad de quedar algún dia y ver las fotos en directo y que me pudiera pajear delante de él.
Cada vez que hablábamos las conversaciones subian de tono. Carlos me dijo un día si alguna vez me había pajeado otro tio. Al principio la idea no me gustó, no era lo que iba buscando, pero cuanto más hablaba de ello, y más fotos de su mujer me mostraba, mas morbo me entraba por probarlo al menos una vez. ¿Por qué no? me dije.
El fin de semana, solo unos días después me mandó un whatsapp:
- Este finde estoy solo en casa así que si quieres verla en directo podemos quedar
- me encantaría claro!
No engaño a nadie si digo que estaba cagado de miedo, tenía confianza de todas las veces que habíamos hablado pero ya sabéis cómo es esto, igual luego en persona era diferente, o no era como se esperaba por ambos lados, bueno os podéis imaginar de todas las dudas que a uno le entran, pero imagino que a él también. ¿Y si ya nos conocíamos? me habría dado algo, ufff intenté no pensar mucho al respecto ya que si no, creo que jamás daría ese primer (pero necesario) paso.
El caso es que finalmente acepté, me dió la dirección de su casa y acudí a conocerlo. La primera impresión fue buena, era como esperaba, un tipo majo que excitaba enseñar a su mujer y a mi que me encantaba mirarla… genial!! Ya nos habíamos contado cómo éramos físicamente así que tampoco nos llevamos ninguna sorpresa. A fin de cuentas íbamos a disfrutar de su mujer!!!
Me ofreció una bebida y estuvimos un rato hablando de todo un poco, y me hizo un recorrido por la ropa interior de su mujer, haciendo hincapié en las bragas que más le gustaba ponerse. Hasta que al final salió el tema que me llevaba hasta alli que no era otro que ver a su hermosa mujer. Encendió el portatil y empezó a pasar las fotos, vestida al principio y cada vez con menos ropa, por el final ya cuando me enseño las desnudas yo estaba a mil ya.
Os puedo jurar que no recuerdo el motivo, supongo que los dos estábamos algo cortados, pero no llegué a sacarme la polla de los pantalones en ese momento, acabamos la bebida y nos despedimos hasta otra ocasión, no sin decirle lo mucho que me había gustado su mujer. Supongo que los dos nos quedamos con ganas de más, así que a lo largo de la tarde continuamos hablando por whatsapp de lo que nos habría gustado hacer y no nos atrevimos.
Yo tenía esa misma noche una cena con unos amigos aprovechando que mi mujer se había ido de fin de semana. Durante la cena continué hablando con Carlos por whatsapp y lamentando no haber hecho alguna cosa más, habíamos perdido la oportunidad y no sabía cuando podría volver a darse. Me dijo que fuera después de cenar de nuevo a su casa, a ver si esta vez si dábamos un paso más. No tuvo que decir mucho más, en cuanto acabé de cenar les dije a mis amigos que estaba cansado y que me iba a dormir. Cogí el coche y me presenté de nuevo en su casa en apenas 15 minutos.
Esta vez si, estuvimos hablando desde el principio de su mujer, sin rodeos, y volvió a sacar su portátil, nos sentamos en el sofá y conforme iba pasando fotos yo iba acariciándome la polla por encima de mis pantalones, hasta que al final estaba dura y le dije que me la iba a sacar para seguir pajeandome.
A él no le importó, todo lo contrario, lo estaba deseando que liberara mi polla y ver como se ponía más y más cachonda con las fotos que me enseñaba. Me bajé los pantalones y le enseñé mi polla ya dura. Estuve pajeándome unos minutos, mientras me decía
- Te gusta mi mujer? Que le harías? Te gustaría follarla?
- Ufff claro que si tío, me encantaría, le comería esas tetas, agarrar su precioso culo mientras me cabalga.
- Donde te la follarías?
- Ahora mismo la llevaría a vuestra cama le abriría las piernas y le comería su coño mientras tu miras como lo hago y te pajeas viendo como hago disfrutar a Lidia.
A Carlos parecía que le gustaba lo que le iba contando, porque se sacó su polla y con su mano libre se pajeaba. Tenía un buen rabo, de hecho incluso mayor que el mío, pero parecía no importarle eso, quiero pensar que el morbo de tener mi polla en su mano era suficiente para satisfacer su morbo y no necesitaba ningún pollón para eso, aunque creo que tampoco habría importado si hubiera sido más grande.
Se detuvo un momento y se fue al dormitorio, para traer unas bragas blancas de Lidia. Me las acercó diciendo que se las ponía mucho y que quería seguir pajeandome con ellas entre mi polla. Me envolví la polla con ellas dejando a la vista de Carlos el capullo, y parece que a Carlos le gustaba lo que estaba viendo.
Yo sabía debido a lo que habíamos estado hablando todos los días anteriores que quería ser él quien me pajeara mientras las veía, nunca lo había probado con un tio, pero el morbo me podía y estaba cachondísimo, así que lo anime a que fuera él quien continuara la paja. Nunca antes lo había hecho, incluso tenía algo de miedo de que la erección se bajara, pero no fue así ni mucho menos, me puso la mano en mi polla y me pajeó mientras yo iba pasando las fotos de su mujer. La sensación era extraña, ver a un tio con mi polla en su mano, aunque reconozco que a pesar de la extrañeza de la situación por ser mi primera vez, estaba cachondo perdido, y disfrutando de una buena paja.
En un momento dado me dijo
- Me gustaría comerte la polla.
uffff la verdad es que es algo que habíamos hablado y por chat sonaba muy morboso, tengo que admitirlo, quizá luego en persona no lo sería tanto, pero no lo sabría si no me decidía, así que me envalentoné y le respondí:
- Adelante, toda para ti.
Por primera vez un tío me estaba haciendo una mamada!! y desde luego mi polla no puso ninguna objeción, seguía bien dura disfrutando de la mamada recibida, mientras las fotos seguían avanzando en el ordenador y dejaban ver sus preciosas tetazas. Ya me había contado Carlos que había mamado pollas antes, y desde luego se notaba, nada que envidiar a las que me habían hecho hasta ahora, yo desde luego estaba en el séptimo cielo siendo mamado y pajeado por un marido cornudo y las tetas de Lidia apenas a unos centímetros de mis ojos.
Continuaba Carlos haciéndome la mamada y acariciandome los huevos cuando sonó el teléfono y era Lidia, así que se la sacó de la boca para poder contestar al teléfono, y siguió pajeándome con una mano. Yo estaba a reventar, Carlos hablando por teléfono con Lidia (que ni se podía imaginar que su marido estaba en esta situación) de que ya habían llegado, que el viaje había ido bien y de las cosas normales que le cuentas a alguien en esa situación) y Carlos mientras pajeándome como si nada. Cuando estaban casi despidiéndose, aceleró el ritmo, quería que me corriera mientras seguía hablando con su mujer y en realidad estaba a punto de explotar debido al rato que llevaba trabajandomela. Apenas unos segundos después de colgar, me corrí y casi podría decir que como nunca, debido al morbo de la situación, empapandole las bragas de semen recién exprimido por Carlos.
Nos despedimos y me fui para mi casa descargado y encantado de una nueva experiencia que seguro (como así fue) repetiría en más ocasiones.