La primera paja de mi vida
Paso a presentarme, soy un chico argentino, de una provincia que se llama Tucumán.
Queda al norte, es la mas chiquita de toda Argentina, chiquita en geografía, pero es una de las mas importantes del norte del país.
Ahora tengo 24 años, pelo negro, rulos, piel blanca, no muy alto, tampoco chaparro, soy el típico pajero, vos arrastrada, lento para casi todo, un clásico.
La otra noche, leyendo algunos relatos, me puse a pensar, porque no escribir mis historias de pajero, si yo lo soy.
Incluso soy unos de los tantos que pasan por el general del canal de sexo en ciudad u otros, la frase «Alguien quiere hablar de pajas, manden privados», jajaja, no se es divertido hablar de pajas, compartir esas historias que nos hacen llamarnos pajeros.
Tengo varias historias que de pajas que me hice en lugares locos, pajas memorables dignas de tenerlas en mi corazón, con amigos, por el chat, con la webcam, etc.
A veces me pregunto, ¿seré bisexual?, creo que no lo soy, porque realmente no se si tendría sexo con un hombre, y las minas me vuelven loco.
Igual lo que me gusta compartir con hombres es solo la paja, no me veo siendo besado, ni penetrado, ni penetrar a otro man, pero lo que me gusta mucho es la paja grupal, colectiva, o como les guste llamar.
Ok, también creo que es importante contarles que no tengo mucha experiencia sexual con mujeres, debido a mi gran timidez, pero bueee, no es el tema de este relato.
Les quería contarles de las que considero mis mejores pajas, las que definí como memorables, la que me hizo debutar como hombre, por ser la primera, creo que las primeras veces en el sexo, nunca se olvidan, cuando digo sexo, digo en general, y la paja esta dentro del sexo.
No me voy a olvidar mas un día que tendría unos 9 ó 10 años, estaba tendido en la cama de mi abuela, viendo la tele, y me comencé a tocar el pito (así lo llamaba cuando era chico), me gusto tanto, que me baje los pantalones y me comencé a dar masa sin piedad, en eso entra mi vieja y ve el espectáculo, yo no hice nada, porque no lo consideraba algo malo, hasta que ella me dijo que eso no era correcto por lo tanto a partir de ese momento comencé a hacerlo de vez en cuando y tratando que no me descubrieran.
Esto es lo primero que me acuerdo relacionado con las pajas en mi vida, después saltamos a los 11 casi 12 años, que tengo el recuerdo fresco de pajearme, siempre lo hacia en la cama o donde nadie me veía, es como que ahí le agarre el gustito, no lo hacia seguido, porque en realidad no sabia que estaba haciendo, había escuchado por ahí la palabra paja, había escuchado de un agua blanca que me iba a comenzar a salir cuando sea mas grande del pito (pensaba que era tipo pis y que no la podría controlar, pensé que saldría en cualquier lugar u momento, o sea me asustaba un poco la idea).
Siempre me daba masa, hasta llegar a un punto que me comenzaba un cosquilleo y especie de picazón el la pija, y ahí cortaba porque no sabia que era (gran error, no sabia el placer que me perdía).
No me acuerdo muy bien desde cuando hacia eso, la cuestión es que llego el verano, como todos los veranos de mi vida, me fui al campo, donde tenemos casa, en frente tiene una mis tíos, tengo un primo de mi misma edad con quien somos amigos desde que nacimos, aunque en la ciudad no nos vemos mucho, ahí estamos todo el día juntos.
Una siesta, estábamos en el río los dos solos, comenzamos a hablar de sexo, minas, porno, etc, yo estaba un poco perdido, porque realmente no tenía idea de nada de esas cosas, no sabia nada de pajas, no sabia nada de porno, y menos de sexo, no hacia mucho tiempo que había dejado de creer que los hijos se hacían de un beso en la boca jajajajajaj, que boludo… hay Dios…
Bueno la cuestión es que estábamos ahí, hasta que me pregunto si yo me hacia la paja, como tenemos mucha confianza, yo me animé a confesarle que no estaba seguro si lo que yo hacía era paja.
Él me contó que se hacia la paja hacia un monto, y que le había saltado hace rato ya (vale la pena aclarar que él tiene un hermano 3 o 4 años mayor, que le explicó).
Yo comencé a hacer preguntas al respecto, era como que me sentía muy identificado con las cosas que contaba, entonces él me dio una clase teórica y luego, práctica.
Me dijo si quería que me mostrara como se hace, así él me enseñe, yo acepté, nos metimos en el agua que nos daba hasta la rodilla, detrás de una piedra grande y nos pusimos frente a frente, nos bajamos las mayas, y vi por primera vez otra pija que no sea la mía, ya estaba desarrollado, tenia pelos, no tantos pero mucho mas que yo, y se comenzó a pajear, yo miraba excitado por situación y tratando de no perder detalle para aprender.
No podían faltar las comparaciones, la de él era mas grande que la mía (aun hoy lo sigue siendo), no mucho, pero mas grande, realmente me excitaba ver a mi primo así, imagino que él también le gustaba verme.
Nos estuvimos pajeando un rato, hasta que otro de mis primos (un poco mas chico), llego de repente, nos vio y se comenzó a reír entonces nosotros nos subimos las mayas, y nos quedamos ahí como dos nabos.
La cuestión es yo ya estaba preparadísimo para esto, tenia la teoría, tenia gran parte de la practica echa, solo me faltaba llegar al mejor momento de la paja que es cuando acabas, cuando sale la leche.
Deje pasar unos días, nos volvimos a Tucumán, llegue a casa, acomodamos las cosas.
Al día siguiente, otra vez a la siesta, una vez superado todo, me dije «hoy es el gran día».
Cerré la puerta de mi cuarto con llave, cerré las cortinas tipo visillos de la ventana, o sea que había un ambiente semi-iluminado digno para el sexo, me senté en la cama en forma perpendicular, apoyado en la pared y con las piernas extendidas sobre la cama, con un pantalón pijama corto, que me quedaba suelto, me lo baje hasta las rodillas, estaba en cuero (quiere decir, sin nada en el torso).
Comencé el proceso, me pajeaba, fui superando las etapas que ya había vivido, hasta que llegue al punto clave, donde yo desertaba, el famoso cosquilleo o comezón, me dije sigamos adelante y que sea los que Dios quiera, así paso, comenzaba el jadeo un poco mas rápido, sentía muchas cosas que nunca había sentido, estaba muy excitado, me acordaba de mi primo en el río, hasta que de repente sentí la misma sensación de cuando meas, así que me dio miedo porque pensé justamente eso, «me hice pis», jajaja, pero de repente vi que de la punta de mi pija comenzó a salir un liquido blanco que se regaba por todos lados, eran chorros, que salían disparados de mi polla, era totalmente nuevo para mí, porque la pis es un chorro tipo el caño de agua, esto parecía una pistola que disparaba balazos blancos y espeso.
Las sabanas, mi panza, el piso, las zapatillas, salía y salía, se manchó todo.
Se me juntaron muchas sensaciones en ese momento, placer, orgullo, susto, felicidad, me sentía un hombre.
Los últimos chorros quedaron en la cabeza de mi pija, tome un poco entre los dedos y automáticamente me puse a observar su textura, consistencia, olor, todo, realmente me sentía orgulloso de esa néctar blanco, me di cuenta porque le decían leche, me di cuenta de lo feliz que era.
Luego no sabia que hacer, con todo ese enchastre, como aunque mucha teoría, pero no estaba seguro de lo que iba pasar, por lo tanto no estaba preparado, así que agarre unas hojas del cole que andaban por ahí y con eso limpie lo mas que pude.
Después deje pasar dos o tres días sin pajearme, la segunda fue en la ducha, la tercera también y de ahí en mas no pare nunca mas.