Juegos
Ayer por la tarde mi mujer y yo estábamos en el estudio de nuestra casa, ambos frente al ordenador, ella buscando artículos en Internet sobre un proyecto que preparaba para la empresa en la que trabaja, y yo en mi ordenador trabajando en un programa que estaba desarrollando.
Ella se levantó y se fue no sé a donde, tal vez a la cocina a por un refresco, no sé.
El caso es que yo seguí a lo mío y al poco rato oigo el inconfundible y excitante sonido de unos tacones finos sobre el parqué.
Al girar la cabeza vi a mi mujer Vanessa en la puerta y mi polla se levanto a saludarla.
Se había cambiado de ropa y vaya que si estaba buena, llevaba un top muy cortito que cuando levanta un poco los brazos le asoman por debajo sus grandes y firmes tetas además de mostrar su pequeña cintura y su precioso ombligo.
También se había puesto una mini muy mini y ligera que habíamos comprado en una tienda de la playa y que ya causo estragos durante esas vacaciones entre los veraneantes; la mini es muy cortita y le llega justo por donde comienzan sus redondas nalgas.
También llevaba unas medias negras de rejilla grande y unas botas de altísimo y fino tacón de color negro.
Así vestida y con su pelo ondulado cayéndole por la cara, me miraba sonriente y con malicia a la vez, de pie y con las manos en su cintura preguntándome que tal estaba.
Yo no decía nada, solo la miraba excitado y acalorado, mi polla no sé si decía que si que le gustaba con sus palpitaciones o es que quería separarse de mí y salir directo hacia Vanessa.
El caso es que ella empezó a moverse sugerente hacia mí, contoneándose y me toco con la punta de sus botas en mi paquete que estaba bastante a la vista.
Al hacer esto vi que no llevaba bragas y que ella estaba excitada ya que tenia el coño brillante por la humedad.
Se volvió a alejar de mí dándome la espalda y se agacho mostrándome su culo abierto que dejaba ver los labios de su coño y su ano apetitoso.
Así estuvo un ratito moviéndose, bailando sugerentemente con la música que sonaba en la radio, acariciándose los pechos, lamiendo los pezones, en fin, un espectáculo digno de una estríper profesional.
Al fin ella se acercó a mi y empezó a acariciarme el paquete y yo le sobaba las tetas por debajo del top y la acariciaba el culo y los labios del coño que chorreaban ya que a ella le excita mucho exhibirse y mostrarse provocativa.
Mientras nuestras lenguas se retorcían juntas en un beso interminable.
Se fue de la habitación y volvió con un vibrador en forma de pene que le regale hacia tiempo y sentándose enfrente de mi, con las piernas abiertas empezó a pasárselo por el coño mientras se acariciaba las tetas y que de vez en cuando chupaba erizando aun más los pezones.
Haciendo todo esto ella no dejaba de tocarme la polla con sus botas, frotándome y poniéndome a cien.
Cuando me tenia bien caliente, me dijo que me desnudara, cosa que yo hice a toda velocidad. Entonces se acercó y de rodillas empezó a chuparme la polla con esa maestría que ella tiene.
Después de un rato chapándomela y tragándosela entera, se puso de pie y agachándose me ofreció su trasero que empecé a acariciar y a pasarle la mano por la raja del culo deteniéndome en el ano y en su fantástico coño.
Me acerque y me puse a chuparle los dos agujeritos, deteniéndome en el clítoris y jugando con su ano, girando alrededor con la lengua y cuando le chupaba el coño ocupaba su ano con un dedo o dos.
Ella mientras tanto agachada, se pasaba el vibrador por el clítoris y también lo chupaba.
Con las manos se separo las nalgas abriéndolo bien y mostrando su ano dilatado y su coño chorreante, momento que aproveche para meterle la polla poco a poco en su ano y comenzar un mete saca sin pausa a un ritmo lento.
Su coño lo ocupaba ella con el vibrador y así estuvimos un rato.
Cuando estaba a punto de correrme, ella se sentó sin sacarse el vibrador del coño y agarrando mi polla se la llevo a la boca mientras yo le sobaba las tetas.
No pude aguantar mucho y me corrí en su boca, cara y tetas. Fue fantástico y ella todavía seguía metiéndose el vibrador lentamente en el coño cuando llamaron al telefonillo de la puerta.
Vanessa me dijo que iba a mirar y yo me quede sentado, sudoroso y extasiado de la fenomenal corrida que había tenido. Llegó mi esposa y al verla todavía me quedaban ganas de volver a jugar otro poco, ella lo noto y agachándose se metió mi polla en la boca haciendo que volviera a crecer lentamente.
En esto que oí la puerta de la calle que se cerraba y una voz preguntaba dónde estábamos.
Era Luis, un amigo mío que recordareis de un relato anterior «Tarde de fútbol en casa».
Mire rápidamente a Vanessa que sin sacarse la polla de la boca sonreía mirándome. Paro de chuparmela y me dijo que quería mas, que no estaba satisfecha del todo y que aprovechando que Luis estaba allí, tendría su ración doble de polla.
Apareció Luis frente a la puerta y viendo el panorama, sonrió y dijo que no le extrañaba que tardásemos en abrir con lo ocupados que estábamos y que si molestaba se iba. Yo le dije que pasase, que Vanessa se aburría y necesitaba ayuda.
Vanessa volvió la cabeza y le dijo que se desnudara y se acercase, que tenia el coño un poco frío.
Y es que en la posición de Luis mi esposa debía estar fabulosa, con el culo en pompa mostrando su ano dilatado de mi follada anterior y su coño emanando jugos.
Así que Vanessa siguió agachada chupándome la polla que estaba durísima dada la situación y Luis agachado le lamía todo el coño y el culo a ella.
Después de un rato vi como Luis se levantaba y agarrando a Vanessa por las caderas comenzó a follársela por el coño.
Ella comenzó a gemir y a chuparme la polla mas rápidamente consiguiendo que me volviera a correr en su boca, esta vez en menos cantidad.
Mientras, Luis seguía follándosela con fuerza hasta que decidió sentarse y poner a Vanessa encima de él, dándole la oportunidad de chuparle las tetas a la vez que ella cabalgaba sobre su polla.
Todo esto hizo que yo sentado en la otra silla comenzase a tocarme la polla que sin saber de donde sacaba el aguante volvía a pedir guerra.
Me puse de rodillas en el suelo y le empecé a chupar el ano a mi mujer mientras seguía cabalgando sobre la polla de Luis que no dejaba de follarla.
Después de un rato de repente el semen que salía del coño me salpico la cara, y entre gritos y gemidos, Vanessa y Luis se corrieron.
Ella se puso de pie y mandándome sentar se metió mi polla en el culo de un golpe y siguió cabalgando mientras Luis acercándose a mi mujer le ofrecía su polla.
Vanessa la agarro y se la metió en la boca chupándosela frenéticamente y diciéndole que quería mas leche. Así estuvimos un buen rato y yo termine corriéndome dentro de su culo y Luis en su boca.
Terminamos los tres agotados por tan maravillosa sesión de sexo y Vanessa estaba llena de semen que le escurría del coño y del culo y su cara y sus tetas también mostraban los restos de nuestras corridas.
Fue una tarde animada y difícilmente olvidable.