Capítulo 2
- Pillo a mi hija adolescente masturbándose
- Pillo a mi hija adolescente masturbándose II
Después de la situación vivida cuando pille a mi hija masturbándose algo cambió entre nosotros, no se si ella se dio cuenta que la vi y le gusto o que paso exactamente pero era mas cariñosa conmigo que de costumbre.
Notaba como cuando se me acercaba a abrazarme trataba de rozarme con sus pechitos apretándose para que se notara.
También note que entraba en el cuarto baño mientras me duchaba, una vez entró a lavarse los dientes en tanga y sujetador, mientras miraba su culito de reojo me masturbaba lentamente para que pareciera que me estaba lavando pero me tenía nervioso y mi polla morcillona dejaba de estarlo, note como tardó más de la cuenta, cuando se iba a ir me gire lo justo para que no se notara que estaba erecta pero creo que no lo logre y pude apreciar como una ligera sonrisa.
La siguiente vez fue cuando entré yo al baño y estaba ella duchándose se estaba enjabonando el pelo y estaba con los ojos cerrados, pude ver como tenia sus pezones duritos y sus pechos firmes como rocas, tenía un culito divino aun se notaba la marca del bañador y pude apreciar que aun tenia vellitos en el coño y le daban un aspecto super morboso, le dije que iba a hacer pis pero claro mi polla estaba a media erección viendo esa maravilla y me costó concentrarme y en que saliera mi chorrito y no otra cosa.
Ella seguía a lo suyo pero siempre con esa media sonrisa en la boca, salió de la ducha y me dijo que ya podía entrar yo a ducharme, la verdades que estaba aun medio excitado y en cuanto entre en la ducha empecé a masturbarme, cuando estaba a punto de correrme me fije que había dejado la puerta entreabierta, se me había olvidado cerrarla y parecía que había una tenue sombra.
Me imagine que era Vero y el grosor y dureza crecieron exponencialmente me apoye sobre la mampara dejando una copiosa muestra de semen sobre ella, estaba teniendo uno de los orgasmos mas intensos de mi vida pensando en mi hija y en cómo era su cuerpo desnudo y juvenil.
Al terminar pude oír claramente unos pasos que salían hacia el salón, estaba casi convencido de que Vero me había visto y se había quedado a espiarme como yo a ella.
Durante los siguientes meses no había semana en que viera a mi hija desnuda o tocarse o ella a mi se había convertido en una especie de ritual, cada uno se masturbaba pensando en el otro y veía como el otro se masturbaba pero nunca pasábamos de ahí, ni siquiera una conversación sobre lo que nos sucedía.
El sexo con mi mujer seguía siendo monótono pero al menos ahora tenia la imagen de mi hija en mi mente mientras follaba que hacia que me excitase mas y mas.