Entonces se puso de pie y ni corto ni perezoso se lo quito quedándose desnuda como yo la había imaginado algunas veces durante mis fantasías nocturnas, pues he de deciros que a pesar de sus sesenta y largos años estaba ante una hembra muy pero que muy apetecible.
Un sábado mis papas salieron y mi hermana estaba tomando una ducha. Sentado en el sofá me imaginaba a mi hermana con su maravilloso cuerpo, con sus dulces pechos, frotándose su conejito en la ducha,en eso mis papas hablaron y me dijeron que iban a llegar muy noche y les dijo que no había problema
He agarrado una de ellas con la mano y he empezado a dar lametones a su aureola, pequeños y en círculo, para que mamá se estremeciese. Se le han puesto enormes y durísimos y ha seguido gimiendo.
Me sentí gozada y más que satisfecha, no paso más que minutos que de la contemplación y caricias pasamos al 69 su lengua me entraba apoyando en el clítoris y yo succionaba con mis labios ese hermoso y deseado miembro , hasta que acabe y acabo, nunca había hecho eso, pero todo era natural y me llamaba la atención mis ganas
Sin oponer resistencia, me permitió que le subiera la blusa, le desabroché el sujetador y tuve ante mí, un par de tetas tiernas y deliciosas; sin perder tiempo, me apoderé de sus pezones, chupándolos con suavidad, así que, con la mamada que le hacía mi hermano en el coño y la chupada de tetas que yo le estaba dando, Rosita no tardó en tener su primer orgasmo.
Había dejado de llorar, y su respiración comenzó a hacerse más agitada aún de lo que ya estaba, alcancé a escuchar un leve gemido, que pronto aumentó de volumen, al tiempo que ella agarraba mi cabeza y la presionaba fuertemente contra su sexo.
Al volverme hacia la puerta, descubrí a mi hermano, mirándonos con desparpajo y observando detenidamente al profesor; éste, al ver a mi hermano, se puso pálido y forcejeó un poco, para soltarse.
En eso que se despierta el morro y yo aferrada a su pene. me lo estaba devorando, y que se me queda viendo, el pobre estaba asustado, parecía un cachorrito asustado, yo me puse bien colorada, ja, ja ahí estaba yo a mis 20 años, chupándole la verga a mi hermanito de 15.
Entonces vi como ella se metía dos dedos en el coño y cuando los sacó relucientes de los jugos de su placer se dispuso a pasarlos por encima de su ano para lubricarlo y luego se metió primero un dedo, luego otro y luego, se metió el consolador poco a poco.
De pronto, en una de las fuertes embestidas, sentí como mi piel y mi cabello se erizaban, como mi cuerpo sudoroso se convulsionaba, como mi coñito se humedecía aún más, como de mi boca salían gritos y gemidos de extremo placer y como un intenso orgasmo recorría mi interior, mientras mordía mis labios y arañaba el culo y la espalda de aquel hombre.
Ella se sacó el vestido,quedando solo cubierta por su tanguita y sus sandalias doradas de tacón y dejando al aire unos senos de bisturí que semejaban los de una veinteañera por su perfecta redondez.
Era mi prima pequeña de 20 años, una adolescente de pelo rojo como el fuego y rizado, igual que el mar enfurecido, sus ojos verdes intensos que atraían hasta el hombre mas cabal, su cuerpecito dulce, tierno, suave sus curvas, provocativas acariciadas por aquel vestido blanco que dejaba entrever su lindo pubis, con una piel blanca pura sin pecas sus labios carnosos.
La sentí lista para mi paquete, así que baje la tapa de uno de los excusados y me senté, y le dije que ella viniera y se sentara sobre mí, ahí me dijo algo que llevo mi excitación al extremo, Diana, mi querida prima menor, era virgen, por lo que me pedía que la tratara bien.
Al rato de estar hablando Miguel dirigiéndose a mí, me pidió que con ayuda de María, podríamos poner el biombo que había en el salón comedor el cual separababa la habitación en dos partes, como digo podríamos subirlo a la habitación donde teníamos que dormir ya que no deseaba que Roberto tuviera que ver como yo tenía que ayudarle en todo; desnudarlo, ponerle el pijama, meterlo en la cama y por la mañana a la inversa.
En cuanto tuve oportunidad entré clandestinamente en su despacho y efectivamente, el relato no estaba donde yo lo había dejado. Ya no había vuelta atrás. Mamá sabía que la quería follar. Sabía que estaba loco por ella.
Enseguida yo les dije a mis hermanas que me dejaran en paz, o es que acaso ellas querían que las cogiera igual. Florencia dijo por mi no tengo problemas, desde que supe que estaba con mamá eso me ha excitado mucho, y cada noche lo comentamos mis hermanas antes de acostarnos.
Ya hace tres meses que mi marido se entero que es un cornudo, lo consintió creyendo que fue una aventura de verano, (ver confesiones de mi tía Clara), pero como les prometí me veo en la obligación de contarle mi historia con mi sobrino (25).
Viendo esas imágenes,comencé a tener fantasías sexuales con ellos. Me los imaginaba a ellos y a mi en plena orgía. Me imaginaba a mi amigo Juanje, haciéndolo conmigo mientras su hermana me chupaba las tetas o mi coño o viceversa o, las dos chupándole a el su hermosa verga...me puse tan mojada, que tuve que masturbarme allí mismo, acariciando mis pechos y pezones y sobando mi clítoris que se ponía cada vez mas grande...asi estuve un rato hasta que me llego un orgasmo increíble.
Mariano baja el pie del masaje hasta el suelo... no se lo que esta por hacer... no quiero abrir los ojos... el no saber lo que esta pasando me erotiza terriblemente. Me agita pensar que se puede estar acercando a mi cuerpo casi desnudo, deseoso y terriblemente caliente.
Me empezaba a masturbar mirándola, sin imaginar nada, sólo mirando su cuerpo, disfrutando de sus piernas y sus pechos abultados por estar durmiendo de lado. Me corría, lo limpiaba y me iba a la cama feliz.
Bueno esta es la parte mas interesante de lo íbamos hablando en el coche mientras nos dirigíamos a un lujoso hotel en las afueras de la ciudad, quería lo mejor para esa noche, no la iba a desperdiciar.
Yo quedé atónito cuando ella mencionaba mi nombre frotándose su clítoris. Enseguida se me paró mi miembro y me lo saque para hacerme una soberana paja, pero estaba tan excitado que mi madre salió de momento y me encontró.
Cuando la ayude a que bajara del cofre de madera nuestros cuerpos se volvieron frotar con fuerza... nuestra caras quedaron muy cerca... la mirada de Dana era un canto a la lujuria... respiraba con dificultad... me tomó de nuevo de la nuca y se fundió conmigo en un beso salvaje, comiéndose con desesperación mi lengua.
Sentada a su lado y entretenida en lo que estaba haciendo no me dí cuenta que mi bata estaba un poco abierta y con el movimiento dejaba ver gran parte de mis tetas. Como estaba desnuda debajo mire hacia mi cintura y ví que la abertura llegaba casi hasta mi sexo... aunque no se lo veía aún.
De pronto, al intentar mirar los libros que leían, me di cuenta de que la mayor estaba leyendo un libro erótico, a juzgar por los dibujos alusivos al sexo que había en la tapa. Más tarde, observé cómo se le habían puesto los pezones de sus tetas, que se marcaban a través de su bikini azul.
Después de pasar el vendaval, de la presentación de su novia. Rut y Mía se hicieron muy buenas amigas. Pero en el fondo Rut envidiaba a la futura esposa de su padre. Debido a el estrecho, laso de amistad que unió a las dos jóvenes. Rut decide ser ella quien organizará la despedida de soltera de Mía.
Ella tenia puesta una minifalda negra sin medias me di cuenta porque roce su pierna con mi mano sin quererlo, tenia unas piernas geniales dignas de ser mostradas sin medias, arriba llevaba una camisa blanca semi transparente por la cual se observaba el corpiño que era mas chico de lo que debería usar, lo usaba a propósito para provocar, así lograba que casi medio seno quedase a la vista de todo y mis ojos no podían dejar de mirarla.
Dicho esto, nos abrazamos y nos fundimos en unos besos muy apasionados, mientras nuestras manos recorrían nuestros cuerpos. Empezó a besarme y fue bajando poco a poco. Yo estaba muy excitada por lo que, cuando llegó a mi pecho, mi respiración se entrecortó, mientras yo acariciaba su espalda.
Me desvestí, quedándome solo con los calzoncillos, y me acerque a la ducha, sin atreverme a desnudarme, así que empecé a perder el tiempo cepillándome los dientes, peinándome, etc. Mi madre se debió dar cuenta de que estaba incómodo porque entonces me dijo.
No le escondí un solo detalle, tampoco inventé nada, no hacía falta, la realidad de lo ocurrido era para Miguel más que suficiente para llegar a un grado de excitación mental haciendo que su cara la reflejara.
Saco un enorme objeto de plástico de la caja y la dejo caer al suelo. El estruendo que provocó me hizo salir de mi sueño y ver, con pasmo, como ponía en marcha aquello, que no era sino un vibrador y lo introducía en su culo. Se me heló la sangre. Estoy segura que, si me hubiesen pinchado, no habría sangrado lo más mínimo.