Al otro dia se fue a trabajar y yo a estudiar, estaba obsesionado con mi tia y debia plantear la forma de cómo follamela pero no se me vino a la cabeza nada.
Un sobrino que llega de provincia y se las ingenia para hacerle el amor a su tia... lo sorprendente es que descubre otra forma de amar con otro miembro de su familia.
Ella me estaba masturbando; para este tiempo la cabeza del pene se descubría sin problema, y sentía delicioso; el ardor y las incomodidades eran más fuertes; parecía como si quisiera hacer pipí y no pudiera aguantarme más por lo intenso; momentos antes de eyacular sentí un ardor fuerte en mi abdomen y pene
Aunque el chico ya tenia la pinza en su mano, note que se había quedado muy quieto, con una mano aferrada fuertemente a mi teta y la otra dentro de mis bragas; así que me gire, y vi que el pobrecillo al final se había corrido en los pantalones de seda.
Esta, una lindisima rubita de ojos claros y rostro angelical, con mas redondeces en su cuerpecito de lo aconsejable, parecía sentir una gran devoción por su hermano mayor, aceptando jugar con nosotros si el se lo pedía.
Entonces entramos a la casa y nos dirigimos a mi cuarto, puse el canal de MTV para estar escuchando música y me senté en mi sofá, ella se sentó como siempre en mis piernas, y empezamos a platicar de cómo era donde estudiaba, si tenia novia, mientras ella jugaba con el cabello de mi cabeza.
Yo que enseño a bailar salsa en un centro de baile pues le comente el tema y como no me pidió q la enseñara por que así su novio cuando viniera iba a sorprenderse de como bailaba, ya que a el también le encanta bailar en las discos esa música.
Alba paró y se puso de pie y se acercó a mi hermana y comenzó a besarla, esa situación me daba mucho morbo, entonces mi hermana se arrodilló frente a mi y comenzó a chupármela mientras Alba le comía todo su coñito.
Volvimos en silencio. Solo había estado media hora en su oficina y todo lo que había fantaseado con ese encuentro se esfumó camino de regreso. Solo cuando entramos, volvió a tomar contacto.
Yo me quede super caliente, empecé a escuchar fuertes gritos en la recamara de mis padres no tomando en cuenta que se decían entre sí, como a los 15 minutos se escuchó un fuerte golpe en la puerta de su recamara, de inmediato se abrió la de mi cuarto entrando mi madre llorando y con sangre en la nariz se echó a mis brazos de inmediato yo quería ir a reclamar a mi padre su proceder no permitiéndose mi mama.
Aun así, la rigidez habitual de mi miembro cuando soy poseído no podía ocultarla, pues con cada envite la rozaba por detrás. El tenue roce de su fino camisón contribuía a aumentar mi placer, por lo que sin siquiera darme cuenta, cada vez buscaba mas ese contacto.
Pues desde donde estabamos veíamos perfectamente como Ingrid permanecía recostada en el sofá, frente a nosotras, con los ojos cerrados, tratando de no pensar en quien la estaba llevando al borde del orgasmo. Pues era el perrazo el que, meneando alegremente la cola, tenia incrustada las fauces en su acogedora intimidad; lamiendo, entusiasmado, la dulce cueva que habíamos dejado tan amablemente a su entera disposición.
Después la obligue a que fuera, completamente desnuda, a nuestro dormitorio, para que se trajera el regalo que traíamos para ella. Ingrid lo abrió delante mía, y así pude ver la sorpresa que reflejo su rostro cuando sacó de la caja un consolador doble, acoplado a un cinturón de cuero.
Por la noche durante la cena ella estaba sentada a mi lado, yo me divertía con la escena pues estaba el padre que se follaba a la hija y la madre de mi mujer a la que me follaba yo. Con todo el descaro del mundo le metía mano a mi suegra por debajo la mesa, le había subido la falda y le toqueteaba el coño por encima de las bragas.
A regañadientes accedí a que me volvieran a atar y amordazar, esta vez en el pequeño cuarto trastero, con la excusa de que así evitarían que les chafase la broma, a la espera de que apareciera Carmela a ponerse el traje de novia; que yo podía ver, muy bien puesto, en una esquina del cuarto, gracias al enorme espejo que las mellizas habían tenido la amabilidad de mover, para que a través de la estrecha rendija de la puerta pudiera ver todo el cuarto.
Teresa, que así se llama mi sobrina, estaba sentada en la cama, recostada contra la cabecera, con una bata ligera y transparente que casi caía de su cuerpo. Con una mano se acariciaba los senos,que son realmente bien formados, y con la otra se acariciaba la rajita mientras suspiraba y se agitaba con evidentes muestras de excitación.
Un dia que ella acababa de ducharse se fue a la habitación, dejó la puerta mal cerrada, pasé por allí, me asomé un poquito y vi como la muy viciosa estaba abierta de piernas con dos dedos metidos en su coño, su cara mostraba gran placer, eso me puso a 100 y fui al lavabo a pajearme.
Y así como estaba semidesnuda en la cama, empecé a besarles los pies de una manera sensual, tierna, única, poco a poco con mis manos y mi boca iba recorriendo su piel, y nuestra respiración empezó a tornarse como una música de chopin, que retumbaba en las paredes del cuarto, ella inconscientemente se inquietaba, no sabía lo que pasaba, pero yo estaba allí.
Estaba anocheciendo cuando llegó mamá de su consultorio -es médica clínica- apurada porque tenía que ducharse y cambiarse para ir a una recepción a la que estábamos invitados. Peleamos un rato porque yo no quería ir, pero la decisión estaba tomada de acuerdo con papá, y eso en mi casa... es palabra de Ley.
Historia de incesto o amor filial que trata de la relación tía - sobrino, descubriendo que la tía es una mujer liberal y bastante viciosa, que llega a prostituir a su propio sobrino.
Estaba en la gloria, saltando sobre las olitas, y sintiendo la brisa en la cara. Papa me cogía de la cintura para que no me cayera y se reía mucho de mis grititos cuando saltaba y giraba con la barca.
Esas tardes en que yo se los entregaba en cada momento, en cada rincón, cuando aprendió a mamarlos con delicadeza, a veces, y con furia otras, en que me sentí amamantando a un animal joven, hambriento y mío y en que los dos nos dejábamos llevar por este juego diabólico que nos llenaba cada día de un deseo creciente.
En ese instante su cara estaba llena de sudor, con los ojos hinchados como los de un polluelo que acaba de romper el cascarón, todo mojado, acalorado, con el cabello en el rostro como si hubiese sido depositada en la axila de un gigante; sus mejillas blancas estaban por lo tanto algo manchadas del maquillaje que no soportaba tanta humedad; su respiración tensa, difícil, caliente y teledirigida a mis fosas nasales y a los sensores que tengo en la lengua.
Como os contaba en mi relato titulado Mi esposa, había decidido con la complicidad de mi mujer, y sobre todo de Ana y Juan, pervertir a mi cuñada, sus dos hijas de 18 y 20 años y a mi suegra.
Tenía un tanga cuya línea apenas le tapaba la raja. ¡Menudo culo! Ya no pude más y me saqué la polla, que no es por nada, era más grande que la de aquel tipo. Miranda se arrodilló y le hizo una mamada de escándalo a Juan, que así se llamaba. Luego él la dio la vuelta y por fin la vi las tetas.
Me tenía excitadísimo, ella lo notó y empezó a acariciarlo, hasta que bajó el zipper y lo tuvo al descubierto. Se agachó y lo miraba como una niña mira una paleta, le empezó a dar besos y a jugar con él. Me da un beso en la boca y se abalanza contra mi pija, se la metió en la boca.
Con lo que ellas me estaban haciendo yo sentía que explotaba en orgasmos uno tras otro y arrojando líquido; mi tía tomó con su dedo de mi líquido y lo untó en su clítoris para masturbarse; la amiga se acercó a Laura y también se empezó a masturbar mientras me acariciaba los testículos.
Se excitó tremendamente espiando a su hija y a su hermano menor. La visión era más que espectacular, jamás pensó que le daría tanto placer ver desvirgar a su hija.
"Espera así un momento" me dijo mientras saltaba de la cama y salía de la habitación, yo empecé a pajearme mientras la esperaba, volvió al rato con un bote, era vaselina, me la dio y se puso a cuatro patas encima de la cama.
Con tales palabras ya no me contuve y ni me escondí mas, quería presenciar la desvirgacion total de teresa, ver su cara, sentir su dolor y vi cuando papá le abrió y acomodo sus piernas al lado de él y coloco su pene tieso en su rajita y le metió, la cabeza de la gran verga, a lo que ella dio un gemido y se lo fue introduciendo poco a poco. A como me lo metio a mi, con todo amor,