Nuestra primera vez III y final
La historia que os contaré, simplemente ocurrió a su protagonista, quien me lo contó, nada más para demostrarme su confianza. Es verídica de pe a pa y nada tiene de la imaginación. Esto ocurrió antes de lo sucedido con su primo Ricardo, el hijo de su querida tía Flor.
¡Entonces, vamos a ponernos más cómodos para que disfrutemos mi tesoro!
Y haciendo que me colocara de espaldas en la cama, se coloca entre mis piernas, y vuelve a tomar, mi recién y nuevamente excitado miembro entre sus manos, y bajando su cabeza, se da a darme otra mamada, para dejarme a punto según me dijo. Su lengua, recorría por sobre mi pene, por la punta, por el tallo, por mis testículos. Era realmente un sueño lo que me estaba sucediendo.
Luego abriéndose las piernas se coloca a horcajadas sobre mí, dejándome entre sus piernas y con mi palito paradito. Tomándolo con sus manos lo dirige a la entrada de su vagina y con la otra mano abre sus labios vaginales, y lo inserta.
Empezó a bajar muy lentamente, hasta que mi penecito, desapareció entre sus rubios pelitos y comencé a sentir la tibieza de su vagina rozándome el pene a lo largo.
Comenzó a moverse muy delicadamente. Subía y bajaba sobre mi pene. Y a cada movimiento sus gemidos de placer iban creciendo.
¡Qué cosita más rica tiene mi tesorito… te lo voy a comer todo… todo… mmmmm… esta durito esta cosita! ¿Sientes cómo estoy de caliente por dentro? ¿Te gusta sentirlo así, en mi conchita? ¡Oooooooohhhhhh… que riiiico! ¡Siiiiii… tía… está rico… se siente rico adentro de usted… está tan calentita… tan suavecita… no lo saque de ahí adentro… muévase más… más… asiiii… así… que cosita más rica… la deseo tanto tía… la quiero!
Y bajando su cuerpo hacia mí, mi tía acerca sus pechos a mi boca para que los saboree, y chupe esos bellos pezones. Mi lengua de deshace en atenciones para ellos. Mamo como un niño de pecho… es tan deliciosa son tan redonditos sus tetitas… sus pezones tan duritos… mmmmmm… la siento tan profundamente… estoy en el delirio gozando con mi propia tía.
La tomo de las caderas, trato de acercarla más a mí. Quiero entrar más en ella. Quiero entrar todo, hundirme en su fogosidad, sentirla toda. Afortunadamente, con tantas pajas que me había hecho en días anteriores, y con la acabada que me hizo mi tía rica con su boquita, ya no iba a acabar tan pronto. Ahora podría durar mucho tiempo más dentro de ella.
¡Aaaaaahhh… tía… qué rico se mueve… así… así… quiero tenerla así… mmmmhhhh… muévase más rápido tía! ¡Sí mi tesorito… te lo voy a apretar con mi conchita para que gocemos juntitos… quiero que me dejes llenita con tu lechita… lléname toda… aaaaahhhgggg… así… dámela… dámela… dame… aaaahhhhhgggg… ya viene… mmmmmhhh… ya… ya mi amorcito… dámela toda…. dame…dame…dameeeeeeeeee… aaaaahhhgggg!
Y mientras sentía que mi penecito era apretado a muerte entre las calientes paredes de su vagina, sentí que ya también entraría en la etapa de entregarle toda mi descarga. Cogiéndola con fuerza de sus caderas, la apreté contra mí, y entré lo que más pude en su interior.
¡Aaaaaahhh tía… tía… tía… que rica… oooohhhh… se la quiero meter más adentro… así… así… mmmmhhhh… qué rica esta tía… tan calentita… tan riiiica… qué cosita mas ricaaaaaaaaa… tía… te quiero… cómemelo todo… chúpamelo con tu vaginita… trágatelo todo… en tu conchita… aaaaaahhhhhhhggggg… tía rica… voy a acabar… ya me vengooooooo… yaaaaaaaahhhhh… mhhhhhhggggggg… ahora tía… tómalo… tómalo… bébelo con tu conchita… ya vengo… ya vengo… ya vengo… ahoraaaaaaaaaaaaaa… yaaaaaaaaaaaaahhhhhggggggg!
Y fundiéndonos en un apretado abrazo, quedamos rendidos en aquella cama en que tantas veces la vi desnuda, y me pajeaba mirándola mientras se desvestía, mientras sacaba sus calzones y su sostén. Ahora era mía, la sentía tan caliente, y sólo para mí. Tendiéndose a mi lado, agotada, me mira con sus ojos somnolientos.
¡Estabas muy rico, mi tesorito! Me dice. ¡Tu también tía! Le respondo. ¡Estabas tan calentita adentro, que no quería salir de tu conchita! ¡Mira que eres pillo! ¿Y si nos viera tu tío, qué le diríamos? ¿No crees que se enojaría bastante? ¡Cierto, no lo había pensado!
Claro con eso me dejaba en sus manos y su amigo llegaría cuando mi tío no estuviera, para darle un revolcón de primera y tendría un espectador en primera fila.
¡Pero tía, yo no quiero que estés con ese amigo tuyo. Cuando no esté mi tío, quiero acostarme contigo, y que hagamos lo que hicimos ahora. ¡Fue tan rico! ¡Pero mira. Lo haremos así. Cuándo venga Waldo, tú te quedas afuera y me miras cómo me hace el amor, luego que él se vaya, entras tú y lo hacemos mejor que ahora! ¿Te parece?
No muy convencido, le dije que aceptaba. Pero antes quería volver a sentirla. Quería volver a disfrutar de su maravilloso cuerpo. Aun con nuestros cuerpos húmedos con nuestros jugos, sentí que mi miembro se excitaba al contacto de sus muslos. Y ella con esa ternura que emanaba, se tiende de espaldas en la cama y me permite subirme sobre ella.
Abriendo sus piernas me coloco entre ellas. Y tomando mi pene entre mis manos, dirijo la punta a la entrada de su vagina, y me hundo en ella. íEstá tan exquisita! Esta tan suavecita.
¡Uuuuuhhhhmmmm… despacito mi tesorito… así… siiiiii… déjame sentirlo asiiiiii!
Y ella solita, levanta sus piernas y las coloca sobre mis hombros. Siento que entro mucho más en su interior. Apoyo mis manos en sus tetitas y las acaricio. Cojo sus pezones con la punta de mis dedos y los estrujo suavemente. Están tan duritos.
Dejando caer mi cuerpo sobre el suyo, sus rodillas casi tocan su barbilla. Esta totalmente doblada. Me esta ofreciendo todo su sexo sólo para mí.
¡Ayyyyy… tía… estoy tan adentro de ti, que me siento embrujado! ¡Aaaaaaahhhh… tía… tía… estás tan rica… te quiero dar todo lo mío… soy todo tuyo tía riiiiiicaaaaaaa… tómamelo todo… tómalo!
Y mis movimientos de entrada y salida de su conchita son tan agradables. El roce de las paredes de su vagina en mi pene, son enloquecedores. Trato de hacerlo cada vez más lento, pero mi instinto animal me dicta lo contrario. Y a cada momento debo acelerar. A cada instante vez quiero entrar más y más en su interior.
Mi cuerpo entra y sale de su interior, y son cada vez más agitados. La necesito. Necesito estar dentro de ella. Necesito depositar en ella, mi lechita para dejarla llenita como ella me lo pide.
¡Aaaaaahhhhhggg… tía ya no puedo más… voy a acabar… ya llega… ahora… mmmm… qué riiiiiiiicoooooooo… aaahhh… aaaahhh… aaahhhh… ya no puedo maaaaassssssssss… me vengo… me vengo… aaaaaahhhhgggggg!
Y descargándome totalmente de mis testículos, dejo caer mi cuerpo sobre ella, rendido y totalmente transpirado.
Mi deliciosa tía, me toma de la cabeza y me besa.
¡Mi tesorito! ¿Le ha gustado lo que le dio su tía? ¿Ahora estas contento, no sólo de mirarme, sino que de tenerme para ti? ¡Sí… siiiii… si tía… eres tan rica… y cada noche estaré esperándote, para que hagamos estas cosas tan deliciosas. ¡Ya… ahora descansemos, y así mañana veremos que nuevo juego inventamos mi tesorito!
Y abrazándonos, nos dormimos juntitos. Mientras mi boca jugaba con uno de sus pezones. Y en vista de que yo, no tenía la menor intención de dormirme, mi tía se da vuelta y queda de espaldas a mí. Quedando apegado a su espalda. Pero mi miembro queda entre sus nalgas sintiendo la tibieza de su traserito.
Está tan rica mi querida tía.
Mañana será otro día.
Un beso para todos…