Nuestra primera vez I

La historia que os contaré, simplemente ocurrió a su protagonista, quien me lo contó, nada más para demostrarme su confianza. Es verídica de pe a pa y nada tiene de la imaginación.

Sucedió que, Camilo de 17 años, vivía con sus tíos, porque sus padres habían fallecido y su tío político había dicho que era mejor que éste viviera en casa para que siguiera estudiando, y además podría ayudar en los quehaceres de casa. Sus tíos, tenían además, 3 hijos. Un varón de su misma edad y dos niñas de 6 y 5 respectivamente.

Normalmente, Camilo, debía ir a hacer las compras, ayudar a su tía en los quehaceres, tales como: barrer la casa, lavar la loza, ayudar a preparar la comida, en fin todo lo que involucraba quehaceres de casa. Muchas debía escuchar o estar metido entre peleas de sus tíos, sin que tuviera parte en ellas.

En casa le tenían asignada una pieza para dormir anexa a la casa de sus tíos. Dormía solo. Su única distracción mientras conciliaba el sueño era una pequeña radio a pilas, que le llevaba su música preferida.

En reiteradas ocasiones, mientras su tío se ausentaba de casa, por días, dado su trabajo, veía como su tía, llevaba a un amigo que tenía, a conversar a casa, pero eran conversaciones que sucedían, mientras Camilo se encontraba acostado en su pieza. Para que así, éste no le dijera a su tío lo que ocurría a sus espaldas, dado que este sobrino era muy compinche con su tío.

Cierto día llegaron unas visitas, las cuales se quedaron por varios días en casa. Con ello, su tía no pudo llevar a su amigo a casa. Pero hubo que organizar las piezas para que las camas alcanzaran para todos.

Cada niña tenía su cama, lo mismo su primo Ricardo, y como las visitas eran solo 3 personas, se debieron acomodar las niñas en una sola cama, y su primo debía irse a dormir a la cama de Camilo.

Después de estar todo listo y luego de una conversación extensa, ya se hizo tarde y partieron todos a sus respectivas camas. Camilo debió partir primero a su pieza, mas alejada que los demás. Luego de pasar por el baño, y prepararse para acostarse, llega su primo a ocupar el baño. Mientras este entra al baño, Camilo, se dirige a su cama y dejándose nada más, su bóxer, se acuesta. Al rato llega su primo Ricardo.

Aquella noche sin ser calurosa, hacía abrigarse para no sentir el frío externo. Pronto las luces de la casa se apagaron, quedando todo a oscuras. Aquí conviene aclarar unas cosillas.

Camilo, pese a su edad era poco el conocimiento que tenía con el sexo contrario. Sus tíos, poco o nada le explicaban de las cualidades o defectos de un hombre. Simplemente le dejaban que aprendiera de la vida. Es más, revista que llegaba a sus manos, la devoraba, y si ésta contenía algo relacionado con el sexo, más aún.

Y resultaba que aquel día, había llegado a sus manos una revista en que se mostraban unas mujeres de excelente físico, y muy ligeras de ropa, por no decir desnudas totalmente, lo cual le provocó una excitación muy profunda. Quiso descargarse cuando fue al baño, pero como su primo toca a la puerta, se le hace difícil, practicar el onanismo. Y sin más, tuvo que irse a la cama.

Mientras está en la cama, vuelto hacia su lado, se acaricia su miembro muy disimuladamente, tratando de liberarse de lo que lo oprimía. Pero el sueño le vence y no se atreve a seguir por miedo a que su primo le sorprenda. Entre sueños, se gira y queda de frente a su primo, quien duerme plácidamente.

De pronto su primo, también se gira y queda dándole las espaldas. Siempre entre sueños, aún siente su excitación. Su miembro, sin ser una cosa descomunal, es tan simple como el de un muchacho de 17 años, está erecto. Prácticamente se sale de su bóxer, y como la cama en que duerme con su primo, es sólo de una plaza, la punta de su miembro toca las nalgas de su primo, que también están cubiertas sólo con un bóxer.

Despierta, no puede conciliar el sueño. Calladamente, con su mano trata de bajar su miembro para que no toque a su primo. De pronto siente que su primo, entre sueños deja caer una mano hacia atrás. Esta mano, toca la suya quietamente. Luego siente que el cuerpo de su primo se acerca hacia él. Al hacerlo, la mano de su primo que apretando, su mano, junto con su miembro.

Al sentir ese calor, su excitación crece. Pero él no sabe a qué se debe. Y en un acto instintivo, saca su mano, y la mano de su primo queda tocando su miembro. Su respiración es acelerada. Trata de entender qué le sucede, mas no lo logra.

Su primo, se gira y queda de espaldas en la cama, con lo cual puede ver a través de la oscuridad de la pieza, su rostro dormido. Pero la mano de su primo, ha quedado ahora, más encima de su miembro. Trata de alejarse, pero si lo hace, seguro cae de la cama. Pronto siente que la mano de su primo, está comenzando a oprimir su miembro. Le siente su respiración agitada.

Sin saber por qué, lleva su mano sobre el bóxer de su primo, y nota que éste tiene su miembro totalmente erecto. La retira muy despacio. Y en esos momento siente que su primo, se gira quedando de cara a él. Pero su mano no se separa de su pene. De pronto Ricardo, se encoge en la cama, quedando su cabeza, a la altura de su pecho. Instintivamente, Camilo, se empieza a subir muy lentamente, hasta que su miembro, queda frente a la cara de Ricardo.

Ahora siente, la respiración de su primo, sobre su pene. Ya su excitación es demasiado, entonces en un acto de valentía, acerca su mano libre, a la parte posterior de la cabeza de su primo, y delicadamente, la acerca su pene. Y en ese momento, siente los labios de su primo sobre su pene.

Muy silenciosamente, le dice a Ricardo: ¡Bésamelo!

Y éste como si hubiera estado esperando nada más esa orden, lo besa apasionadamente en el glande.

¡Aaaahh… pásame la lengua por la puntita! ¡Mmmmm… qué rico! ¡Chúpamelo… mételo en tu boca… aaaaahhhhhggggg… así… así… así!

Y comenzó a sentir cómo su primo, le lamía y chupaba su pene. Se lo devoraba. Y Camilo comenzó a tomarle la cabeza con sus dos manos, y a entrar y salir de su boca. Lo necesitaba, era urgente lo que lo necesitaba. Quería descargarse, liberarse de esa terrible tensión. Tenía que desahogarse.

¡Asiiiiiiiiii… chúpamelo… chúpalo… lámelo… cómemelo… trágatelo todo… aaaahhhhhgggg!

Y como su primo era bastante más chico de estatura que él, con una mano alcanzaba a tomar su pequeño pene, y comenzó a masturbarlo, y mientras lo hacía, notaba que Ricardo le mamaba con más entusiasmo, con más dedicación.

¡Aaaaaaahhhhhhggggg… ahora… me vengo… ya llega… tómatela toda… aaaahhhhhhhh que riiiiiiiiiiiiiiiiico! ¡Ya… ya… ya… uuuuummmmmmm… aaaaaaahhhggggg… trágala… ahora viene… ahora… ahora… ahoraaaaaaaa… yaaaaaaaa… uuuuuuuggggggghhhhh!

Y sintiendo llegar su orgasmo, descargó su semen en la boca de su primo, quien tragaba y tragaba, lo que Camilo le estaba obsequiando, mientras la mano de Camilo, le hacía llegar también a él a un orgasmo delicioso.

Y así quedaron, hasta que el miembro de Camilo, salió empequeñecido de la boca de Ricardo, pero sin una gota de semen. Nada se dijeron. Sólo se quedaron así, hasta que Ricardo se dio vuelta y queda boca abajo en la cama. Con sus manos Ricardo, se saca sus bóxers, y dejándolos caer fuera de la cama, queda desnudo.

Sin mediar palabras, la mano de Ricardo queda asiendo el pene de Camilo, con la cara frente a él. Aunque nada podía ver debido a la oscuridad. Sólo lo sentía. De pronto Camilo sintió que con las caricias de su primo, la excitación renacía. Su miembro, volvía a sentir la necesidad de desahogarse. Ricardo sintió que el pene de Camilo estaba totalmente rígido. Lo deseaba, pero tampoco sabía cómo, aunque lo presentía, dado que también hojeaba las revistas que Camilo ocultaba.

Y en un acto instintivo, encoge sus piernas, levantando su trasero, quedando expuesto totalmente. Tomando una mano de Camilo, la acerca a sus nalgas y se acaricia con ella.

Camilo comprendiendo lo que desea su primo, sigue acariciándolo. Y tomándole su pene como una ubre de vaca, empieza a acariciárselo, hacia arriba y hacia abajo. Luego, se levanta y se coloca entre las piernas de su primo, quien las abre más aún, al sentir la ubicación de éste.

Entonces, acerca, la punta de su pene al orificio de su ano, y con los restos de su semen, y el líquido pre seminal, lo pasa por allí. Comienza a empujar, y sentía los quejidos de su primo. Pero pronto, la punta empieza a ingresar por ese camino. Y cogiéndolo de las caderas, empuja de un golpe, y Ricardo siente la totalidad de ese miembro dentro de su ano.

Apretando sus dientes, siente que Camilo, empieza el bombeo de meter y sacarlo a lo cual ayuda, abriéndose con sus manos, sus nalgas y empujando hacia Camilo lo más que puede.

Ricardo, lo sentía tan profundo, tan dentro de él, que le pedía calladamente: ¡Empuja más… dámelo… dámelo… ooooohhhhhh… mmmmmmmm… qué riiiiiiicoooooo!

Y mientras Camilo empuja más y más dentro de su ano, Ricardo con una de sus manos toma su propio pene y lo sacude agitadamente, buscando su orgasmo. Y al cabo de algunos momentos, ambos sienten explotar su orgasmo.

¡Aaaaaaaaggggggghhhhhhh… tómalo… te lo lleno todo… mmmmmmmm… qué riiiiiccccooo… tómalo putito… ¿Te gusta? Ahhhhgggg… ya viene… ya viennnnneeeee… Aaaahhhhhhh!

Y Ricardo explota también su orgasmo. Y antes de que Camilo vacíe sus testículos en su ano se lo saca de su trasero y se hinca a chupar lo que queda de semen en el miembro de Camilo, tragándose golosamente, todo el resto que queda.

Luego de ello, ambos se tienden en la cama y nada dicen. Sobran las palabras. Lo único que queda, es que desde ahora cada noche Ricardo buscará a Camilo para que lo haga suyo, para lo cual lo buscará de todas maneras.

Así han pasado muchos años, Camilo siguió su vida normalmente, se casó sin problemas. Ricardo también lo hizo, pero cada cierto tiempo, invita a Camilo a su casa, bajo cualquier pretexto, y sobre todo cuando su mujer no se encuentra en casa, para recordar los gratos momentos que han pasado juntos. Incluso, ya Camilo como que, se hastiado de ello, pero Ricardo le ha preparado a su mujer para que la posea, junto a él. Quiere que Camilo, no se aleje de su lado y para ello, quiere que Camilo tenga dos mujeres en casa a Juana y a él.

Amigos, si les he contado esto, es por que es una vivencia de un amigo, que me confió su secreto, y para mí fue una manera de hacer un relato. Lo reitero, esto no es ficción. Es realidad y para ahondar aún más, esto ocurrió en Santiago de Chile, en el año 1963. Los nombres de los protagonistas son los mismos, no hay para que ocultarlos.