Mis amigas y yo
Esta historia es la época de mi adolescencia, yo por aquel tiempo, yo estaba a punto de cumplir los 18 años, hoy tengo 27 años.
Ocurrió con dos amigas muy compinches a pesar que nuestra amistad fue algo aleatoria, hubo tiempos en donde no distanciamos un poco: Karina es una de esas caras fáciles de imaginar, rubia, cabellos largos con bucles, ojos claros y por aquel entonces tenia 18 años, su cualidad de hija única y además de padres separados le daba un carácter mas maduro además de ciertas ventajas, su prima: Silvia, también de18 años, era menudita pero muy linda, como rasgo sobresaliente eran sus ojos celestes, que la ser morena de tez blanca la convertían en una nena hermosa, a pesar de que tenían aspecto de nenas sus cuerpos eran bien de señoritas.
Casi nos criamos juntos, nos conocíamos desde la cuna prácticamente, como éramos vecinos jugábamos y pasábamos bastante tiempo juntos, nos juntábamos con otros chicos, eso hizo que nuestra amistad fuera cíclica, pero por lo general solíamos andar solos los tres,; salíamos a patinar y a pesar de que parezca raro nos gustaba jugar al básquet, un par de veces nuestros cuerpos se rozaban, pero creo que no le dábamos importancia, fue así que a pesar de mi diferencia de edad y lo inocente que yo era nos hicimos compinches, aun hoy creo que conocerlas y todo lo que compartimos fue lo mejor que me paso, ellas sembraron en mi al hombre que soy hoy, sino hubiese sido por ellas creo hoy seria totalmente diferente en lo personal y sexual.
Al principio los únicos contactos eran sus sonrisas maternales y abrazos inocentes, era normal que fuéramos bastantes pegotes, luego todo se fue extendiendo a otro tipo de intenciones.
Al principio los únicos contactos eran sus sonrisas picaras y abrazos inocentes, era normal que fuéramos bastantes pegotes, luego todo se fue extendiendo a otro tipo de intenciones.
La primera vez que mantuvimos contacto fue la mejor a pesar de lo que sucedió, yo había ido a la casa de Karina, para que me explicara una cosas del colegio.
Cuando llegue a su casa la note un poco extraña, acababa de venir de su clase de danza, me hizo pasar y me pidió que la esperara en el comedor, mientras se pegaba una ducha, puesto que luego teníamos planeado salir a caminar y pasear un rato.
Como su madre trabajaba era normal que ella al igual que yo estuviera sola en su casa todo el día, salvo los días en que venia la mucama, pero como no había drama por lo general su casa era nuestro punto reunión.
Luego de un rato, escuche que me llamo pidiéndome que le alcanzara un toallón que se había olvidado en una silla del comedor.
Golpee la puerta del baño y ella me invito a pasar, confieso que entre hecho una bola de nervios a pesar que muchas veces la vi con el torso desnudo, cuando tomábamos sol en el fondo de su casa, al lado de la pileta.
Además fui testigo del desarrollo de sus hermosos pechos.
Entre en el baño y pude apreciar su figura por detrás del vidrio irregular de la mampara del baño..
Luego me llamo desde su pieza pidiéndome que le alcanzara una loción de su cartera que dejo en la comedor. Entre en su habitación como siempre ya que no había secretos entre nosotros.
La mire en la cama, algo que para mi entonces venia a ser sinónimo de mujer, raro en mi pues hasta ese momento la veía como una hermana mayor.
Se estaba untando crema en las piernas y a pesar de que estaba envuelta en el toallón, pude observar su pubis, apenas cubierto por unas hebras de vello rubio.
Cuando tomo la loción con su mano, nuestras miradas se encontraron, y una sonrisa compinche se dibujo en nuestros rostros.
–»Alguna vez te dije que te quiero» me dijo en un tono dulce.
–»yo también te quiero» estaba a punto de terminar mi frase cuando me atrajo hacia ella y me planto un beso en la boca. El contacto de su lengua con la mía me infundió una sensación de exquisitez y felicidad. Ella se percato de mi inexperiencia, fue mi primer beso.
– ¿Estas nervioso o me tenes miedo?, susurro. me tomo de la mano y me hizo sentar a su lado en la cama, no era exactamente miedo lo que sentía en ese momento, mas bien eran muchas cosas mezcladas.
Aquella tarde el niño que en mi había, conoció por primera vez el dulzón sabor de sus pechos y olor a concha.
Ella me enseño como tocarla y estimularla, recuerdo que mientras le chupaba la concha se arqueo y chillo un largo gemido, señal inequívoca que había acabado.
Ella noto que mi paquete se extendía por todas direcciones, denotando mi excitación, me pidió que me quitara los pantalones, me tomo de la pija con las manos y manteniéndola a un palmo de su boca, exclamo:
-«Que linda», inmediatamente la acaricio como quien acaricia a un bebe…
Me estremecí cuando se la metió en la boca y comenzó a chapármela como si fuera una golosina, me termine de desnudar y ella me indico como colocarnos en la posición del 69, ella arriba.
Estuvimos un rato así, lo nuevo me gustaba, mas allá de la calentura me gustaba, no se si por lo prohibido o por la novedad, ver y saborear su sexo me deleitaba.
Yo estaba loco de calentura, sentí que el muñeco me iba a explotar. la calentura pudo más que el miedo del principio. ella trato de montarse sobre mi verga, pero antes me explico que no le acabara adentro, por el tema del embarazo, pero no se si por miedo o por lo que me dijo, se me encogió el muñeco de un saque.
Ella trato de reanimarlo, se lo metió nuevamente en la boca, le costo un poco pero logro que tuviera una erección nuevamente, pero era mayor la calentura que tenia, que no pude contenerme y le acabe mientras ella me pajeaba, entonces le entro como un complejo de culpabilidad por haber hecho algo inadecuado.
Recuerdo que me bajonee mucho, en realidad el que sentía culpa era yo, por un lado me sentía bien de que hubiese pasado con ella, por la confianza, pero por otro estaba mal por no haber podido cogerla.
Me fui a mi casa y por un par de semanas no pase por su casa.
Fue una tarde que las chicas aparecieron por mi casa, como estaba solo las hice pasar, Karina vino a ver como estaba yo y me hizo entender que todo entre nosotros estaba bien, nuestra relación siguió como al principio durante un tiempo, nunca mencionamos lo sucedido.
Yo notaba que entre ellas pasaba algo distinto, pero no estaba totalmente consciente ese mensaje subliminal que daban, hasta que un día que fuimos juntos a un cumpleaños de 15 de una conocida nuestra, y un poco tomados nos refugiamos en la terraza del lugar, apartados del resto de la fiesta, me lo confesaron y demostraron dándose un beso de novela, la sensación que me quedo de esa noche me duro un buen tiempo, creo que fue la primera señal de estar integrado a su mundo.
Fue un día luego que nos juntamos para salir un rato, como yo andaba bajoneado, además aquel encuentro furtivo con Karina me dejo mal marcado.
Ese día yo notaba en el ambiente algo distinto, nunca hasta ese momento se me había cruzado por la cabeza intentar algo con alguna de ellas, eran como dos hermanas mayores.
Como la madre de Karina trabajaba teníamos toda la tarde libre para nosotros.
Cuando llegue a la casa, tardaron en atenderme porque estaban en la pileta tomando sol, fuimos al fondo y nos quedamos en el quincho.
Me saque la remera y me puse a tomar sol con ellas, cuando en eso Karina se saco la parte de arriba de su bikini, con la excusa de que no quería que le quedara la marca, total estamos en confianza replico, se tendió boca abajo y me pidió que le frotara bronceador, algo de lo que hasta ese momento siempre me habían excluido.
El contacto del aceite con su piel comenzó a calentarme, pese a que trate de controlarme y ya no podía disimular erección que se me estaba produciendo.
Silvia hizo lo mismo, recuerdo que con un poco de miedo me hice el dolobu y les acaricie las colas, eran suaves y firmes, Se rieron un poco y confesaron que les gusto que se las masajeara. Me recosté en medio de ambas, boca abajo como para disimular la erección.
La charla se puso picante, por un instante me sentí intimidado yo les comente lo que me pasaba y como Silvia estaba al tanto de todo lo charlamos los tres.
Todo subió de tono cuando se metieron a la pileta y me invitaron a acompañarlas, Yo estaba deseoso pero les hice notar que no tenia un Short.
Ellas se miraron y sonrientes: -¡No importa, metete sácate la ropa y en calzoncillos y si no queres mojártelo metete desnudo¡.
Como tarde en reaccionar: – ¡Mira para que no tengas vergüenza¡, dijo Karina y acto seguido su tanga cayo a mis pies y luego la de Silvia, el juego estaba declarado, así que no dude mas, me puse en bolas y expuse mi erección, me metí a la pileta y les seguí el juego.
Me confesaron un secreto del cual no estaba al tanto, ellas tenían unas revistas y un vídeo porno que habían conseguido, Karina se levanto y me propuso si me interesaba verlas con ellas, tenían un juego para proponerme, obviamente mi curiosidad era enorme y creo que mi calentura era mas.
Nos aseguramos que nadie pudiera molestarnos, nos acomodamos en el living, me devore cada una de las imágenes de las revistas, estábamos calientes y yo feliz de sentirme integrado en su mundo secreto.
Ellas comenzaron a tocarse, comenzaron a besarse ante mis ojos, me sentía maravillado de poder apreciar sus cuerpos desnudos, sin pudores dispuestos al goce total. Karina vino a mi lado y sin decir nada me beso, pero un beso tierno.
-«chiquito», me susurro, apretó bien su cuerpo al mío, calzando mi verga en su entre pierna, Silvia hizo lo mismo desde atrás y comenzó a besarme el cuello y las orejas, Yo estaba a mil y no paraba de acariciarlas. pusieron el vídeo y ambas se sentaron a mi lado. –Te va a gustar este juego, aclaro Karina, el vídeo era uno de la Ciciolina y trataba todos los temas sexuales imaginables, una orgía, un trío con un hombre y dos mujeres, otro trío con dos hombres y una mujer, varias mujeres haciendo el amor, ya a esa altura todo lo que queríamos era coger, me encontré en la alfombra revolcándome con ambas, Karina se acomodo encima mío, recostada sobre mi pecho y por el contacto con los suyos contra los míos le hice sentir bien mi erección entre sus piernas, apretó bien sus piernas y comenzó a masturbarme en esa postura, haciendo que mi pene se frotara contra su conchita, pude sentir a pleno su humedad, luego se dio vuelta y puso su sexo al alcance de mi boca y me dedique a darle placer con mi lengua a la ves que ella le hacia lo mismo a Silvia que estaba sentada en uno de los sillones, en realidad estábamos recreando lo que veíamos en el vídeo, Kary se sentó junto a su prima y comenzaron a masturbarse mutuamente, yo me di el gusto de comerme sus jóvenes pechos a la vez que me pajeaba un poco.
Aprovechando que estaban dispuestas una al lado de la otra me dedique a chuparles la concha a cada una de ellas. Intente acomodarme y penetrar a Silvia, pero ella me rechazo de inmediato, luego me explicaron que era virgen y que se reservaba para un flaco que la tenia re-colgada, entonces Karina se abrió bien y me acomode entre sus piernas, la penetre lentamente, y mis primeros movimiento también fueron lentos, esta vez estaba mas tranquilo y deseaba sentir a pleno ese placer, confieso que me costo un poco, mis nervios impidieron que gozara a pleno la primera vez que me encontraba dentro del sexo de una mujer.
Además no quería perder el control y meter la pata, ella se recostó y yo imite la postura del vídeo y coloque sus piernas en mis hombros y descubrí que la penetración fue mas profunda, como yo bombeaba con mucha calentura, ella me hizo salir por miedo a que le acabe, además ella ya había tenido su orgasmo, se dedico a que Silvia tuviera también su orgasmo, pero para mi sorpresa ellas se encargaron de hacerme acabar, me tendieron en el piso y comenzaron a chuparme el muñeco entre las dos y mi semen no tardo mucho en hacerse sentir, le acabe en la boca a Karina quien a diferencia de su prima saboreo y degusto todo mi semen, luego me confeso que le había gustado la novedad, lo había visto en el video y quería probar, esa tarde hicimos casi todo lo vimos en el vídeo.
Me confesaron que les gustaba pajearce mutuamente y que lo hacían desde hace tiempo.
Desde esa tarde y cuando teníamos la oportunidad, nos juntábamos y nos pajeábamos mutuamente los tres.
Un par de veces compartí solo con Karina tardes como aquella, muchas veces decíamos que íbamos a bailar y como vivía con solo con mi viejo y como tenia mi habitación propia y apartada nos encerrábamos en mi habitación toda la noche.
Ellas fueron muy buenas maestras en esto, hubo veces que me sentí usado, que no era correspondido, pero no era así.
Como Karina era la mas experimentada Silvia y yo la seguíamos y hacíamos todo lo que a ella se le ocurriera, en realidad yo era mas unido con ella, no porque su prima no me atrajera, sino que era al revés, también nos metimos en muchos líos por esto, una vez tratamos de incorporar a nuestros juegos a una de sus amigas y uno de mis amigos e hicieron un quilombo, que casi salió todo a relucir.
Algo que me gustaba mucho era hacerlo al aire libre.
Con ellas aprendí como estimular sus clítoris, sus pechos, cada una de sus zonas erógenas, como disfrutar del sexo como algo divertido y eso fue lo mejor. A pesar de que éramos unos pendejos estábamos bastante informados, digamos que Karina era la mas experimentada y yo aprendí de ella.
Al poco tiempo Silvia se engancho con el flaco, que tenia 25, se la volteo un par de veces y al poco tiempo de desvirgarla la dejo, fue obvio lo que el chabón buscaba.
Eso las unió mas que antes y por lo que el flaco hizo, la ligue Yo, con esa famosa frase «Son todos iguales». Karina nunca me explico el motivo, simplemente cortamos nuestros encuentros, el tema sexo se olvido y quede excluido del trío.
Paso un buen tiempo para que nos amigáramos de nuevo, en si fueron ellas las que se cortaron.
Por aquel entonces andaba mas o menos en el colegio, para colmo me llevaba un par de materias y no daba abasto.
En aquel tiempo yo había comenzado a trabajar como aprendiz y no lograba encontrar un ritmo adecuado que me permitiera hacer las dos cosas sin problemas.
Por más que me mataba estudiando para ponerme al día, no pegaba una, ya había repetido una vez y no quería que volviera a pasarme de nuevo.
Así que comencé a preparar esas materias con mis dos amigas, Lo que sucedió antes entre nosotros había quedado como una anécdota de calentura y curiosidad de unos pendejos que probaron el sexo.
Las dos se distinguían por ser muy aplicadas. Karina se estaba preparando para la facultad. Silvia por su parte estaba estudiando para maestra.
Ocurrió una tarde, llegue a la casa de Karina, que era nuestro punto de reunión habitual, era normal que casi siempre estuviéramos solos.
Estábamos sentados alrededor de la mesa en el living de la casa. Ya cuando llegue note algo en el ambiente, tardaron en atenderme y cuando lo hicieron las note un tanto molestas. Algo me imagine, pero como a veces tenían sus rayes no les di mucha bola.
Habíamos desparramado tantas hojas y libros de estudio que no había lugar casi para nada más. En un intento mío de buscar unos ejercicios que habían quedado debajo de unos libros, la lapicera se me deslizó de la mano y cayo al piso justo debajo de la mesa.
Silvia, estaba sentada justo frente a mí, Karina, se hallaba en su habitación buscando unos libros y apuntes.
Al arrodillarme a recoger la lapicera vi algo que me sorprendió: Silvia, que llevaba un solerito muy corto, tenia las piernas algo abiertas, ¡y no tenia bombacha! Mi corazón se aceleró inesperadamente no bien distinguí el vello público, allá en el fondo.
Enseguida me di cuenta y más tarde me lo confirmo, se estaba toqueteando. Creo que por instinto apoyé mis labios sobre su hermosa rodilla y percibí como mi amiga temblaba con todo el cuerpo.
Sus manos me tomaron de la cabeza, trato de retirarme, la agarre de las piernas y le plante un beso, como para saborear, en su pierna, por un momento pensé que se armaría quilombo por mi osadía, pero su calentura pudo mas.
Yo deslizaba mi lengua por la cara interior de uno de sus blancos y suaves muslos y mis dedos acariciándola terminaron ubicándose en su cintura, la tome firmemente y la atraje hacia mí haciendo que el solerito le subiera mas hasta la cintura, ella se recostó un poco en la silla y abrió sus piernas, así arrodillado entre sus piernas llegue con mi boca hasta un sexo, estaba bien mojada, pienso que por instinto con la punta de la lengua le acaricie la abertura, chupándole los pelitos y sintiendo su sabor, fue buenísimo, su conchita se abrió como una flor, le deje la lengua unos momentos pegándole unas torpes lamidas y tomándola de las nalgas la apreté contra mí, mientras encajaba mi boca en su sexo.
A todo esto Silvia jadeaba y temblaba como una hoja mientras sus dedos acariciaban mi cabeza y me despeinaban. De pronto, se incorporo; y me asusto, yo muy excitado, salí debajo de la mesa, no bien me incorporé, ella se lanzó sobre mí, me planto un beso en la boca y el contacto de su lengua con la mía me dejo volando por las nubes. Con un poco de dificultad me bajo torpemente los pantalones y lo mismo hizo con el calzoncillo.
Silvia se puso de rodillas y me empezó a chupar el muñeco mientras yo veía su mano ocupada en cajetearse. Verla así, con mi pija dentro de su boca, pajeándose y afirmaba con una mano amarrándome una nalga, era tan bueno que por eso no le acabé.
A todo esto apareció Karina con los libros y apuntes. Yo la miré como disculpándome -¡Qué ridículo! Y ella lejos de asombrarse o enojarse, dejó los libros sobre la mesa, se quitó el short y la remera y se acercó a nosotros. ¡Quedo en bolas!,
Pude apreciar su pubis adolescente, su cuerpo ya no era el de nena sino de mujer, apenas tenia unos rubios vellos que le trasparentaban. Me besó en las mejillas y sobre los labios y me saco la remera.
Con mis manos atrapé sus firmes pechos juveniles y quedé extasiado y así estuvimos más de un minuto.
De pronto, bruscamente nos separamos y sin decirnos nada comenzamos a quitarnos la poca ropa que nos quedaba, en si el que mas estaba vestido era yo.
Karina, prendió la tele y en la pantalla apareció la imagen de una película porno que estaban mirando antes de mi llegada… Ya totalmente desnudos los tres, no deje a Silvia que siguiera chapándome sino que la tomé en mis brazos y la besé y la chuponeé toda, quería sentir ese beso de nuevo. Karina me frotaba sus pechos en la espalda. Cuando Silvia comenzó a arquearse, a doblarse hasta recostarse sobre el sofá, le abrí bien las piernas y le pegue una buena lamida un instante, me incorpore y trate de penetrarla, estaba nervioso debo confesar. Karina se acercó a Silvia y empezó a chuparle las hermosas tetas, calentitas y de pezones hinchados; No le acabes adentro me informo Karina: -¡No vas a meter la pata!, Mátesela y movete despacito primero, me aconsejo. Mientras Silvia se retorcía esperándome.
Ver a Karina chupar las tetas a Silvia me voló los sesos. Tome mi muñeco que estaba durísimo y se la metí en la concha a Silvia que se abría ante mí invitándome a entrar.
-¡Hay por fin cógeme, sí! ¡Que lindo, que caliente que estoy, cógeme!. La penetré y se la mande hasta el fondo y comencé a moverme como me lo había indicado Karina y pude sentir como acaba Silvia, sus gritos fueron ahogados por el beso que le encajo Karina. Una sensación incontrolable se apodero de mí y comencé a bombear más rápido y casi perdí todo el control, les dije que ya me venia la leche, Karina se percato de mi intención, me retiro del interior de su amiga me masturbe un poco y comencé a eyacular copiosamente, salpicándole todo el vientre y los pechos a Silvia, Karina me pajeo un poco y me la chupo un poco, como saboreando la mezcla de jugos. Refregué mi pija por la concha de Silvia en busca de un poco más de alivio, mientras Kary le frotaba mi semen por los pechos, luego comenzó a chapárselos y luego a tragarse las ultimas gotas de semen de mi verga.
-Karina me agarró como quién agarra un muñeco, me tiro de espaldas sobre la alfombra y aprovechando que mantenía la erección me la chupo bien como para impedir que perdiera la erección y se monto, se la metió toda de un saque, me aplasto los huevos y me produjo un pequeño dolor. Subió y bajo por mi pija, ante mis ojos asombrados y luego de cabalgarme desesperada por un rato acabó y parecía un terremoto, un gemido salió de su boca y cayó tendida sobre mi pecho.
-Estábamos muy calientes… –Reflexionó luego de un momento, ya recuperada de su polvo.
-Si hubieras llegado cinco minutos después no te hubiéramos abierto la puerta porque habíamos comenzado a ponernos en bolas y a ella Yo le pegue una chupada que la dejo re caliente…
-Karina me dejo descansar unos minutos, mientras Silvia fue a lavarse. Nos dispusimos a ver la película que habían puesto. Fue lo suficiente como para que yo me recompusiera de semejante polvo; no estaba dispuesta a quedarse con eso solo así que se apodero de mi pija y entre suaves lengüetazos y tironeos logró que se pusiera dura de nuevo. La turra sabia chupar muy bien y me lo había dejado a punto. Mientras me chupaba la verga, sobaba mis testículos con delicadas caricias y se los metía en la boca de uno a la vez. Luego se dio vuelta y comenzó a chuparle la concha a Silvia que estaba sobre el sofá
-Me puso tan loco la escena que la agarré de los pelos y aprovechando que estaba en cuatro me dispuse a chuparle el culo, luego le frote la punta del muñeco por su raja y comencé a penetrarla y comencé a bombear pero esta vez con la intención de disfrutar a pleno el placer de coger.
-Al rato Silvia desapareció por unos segundos; cuando volvió me alcanzó un pote de crema y me ayudo a separarle los cantos.
-¡Métele los dedos en el culo con esto! – Apuraba Silvia. – ¿Para que? – pregunte estúpidamente.
-¡Para dilatarla, boludo!, ella me mostró como y comencé a meterle los dedos en cremados mientras Karina se retorcía, uno de mis dedos se movía con facilidad por el ano de mi amiga mientras Silvia acariciaba, la besaba y le recorría el cuerpo con su lengua cálida y húmeda, luego se ubicó debajo de esta en la posición del 69 y comenzó a chuparle la concha, mi pija y mis huevos.
-Yo estaba tan excitado; lo único que quería era volverla a meter, su trasero estaba bien lubricado y dilatado, tenia mi pulgar bien metido.
Se la volvía meter sin sacarle mi dedo, me fascinó poder sentir mi verga con mi dedo, ella deliraba, estaba realmente caliente, me pidió que reemplazara mi dedo por mi pija, así que apoyé mi pija en el agujerito trasero de Karina.
Con la punta del muñeco le fui abriendo los cachetes muy despacito, muy lentamente, ayudado por Silvia que le mantenía bien abiertos los cantos y guiaba mi verga hacia el objetivo, mientras Kary sacaba para afuera su cadera.
Me costo un poco, tenia algo de cagazo por la novedad, pero a la vez estaba tranquilo
-¡Dale, métemela de una vez, boludo! – grito Kary. Parecía que boludo era mi nombre ese día. Cuando la zanjita quedó completamente abierta y lista para mí, oí a Silvia:
-¡Dásela de una vez, boludo! ¿No ves que tiene el culo abierto? Apoyé la punta de mi verga y cuando metí la cabeza Karina pegó un soplido y soltó una queja o suspiro de alivio, no sé. Nos quedamos los tres inmovilizados por unos segundos. Luego yo avancé un poco y hizo fuerza hacia atrás, su cola se abrió como una flor, se la metí toda, despacio como me lo pidió y cuando la sintió toda adentro se aflojo y quedo muy quieta. Aproveche para atacar nuevamente y comencé a cabalgarla, sintiendo que los huevos se me habían vuelto de piedra y los pelitos se me erizaban.
-¡Así, culeame bien, boludo!
-¡ Mira que fiesta se vino a hacer esté, de puro culo! Opino la dulce Silvia. -¡Vos seguí, boludo, un poco más rápido ahora! ¡Silvia, Cajetéame que acabo, Dale, le ordeno Karina y efectivamente así lo hizo, a los gritos. Yo estaba loco y quería acabar pero me costaba un poco así que bombeaba con fuerza, me decían cosas y me calentaba mas, sentía como se aproximaba mi descarga, me tensé desde los pies a la cabeza clavándole la pija en el culo sin piedad!. Salió la leche con una fuerza que comencé a gritar, en mi desesperación golpeé sus nalgas con la mano, se las deje coloradas, incluso llegue a clavarle las uñas, esto la puso re loca y acabo en un nuevo polvo espectacular.
Me repuse un poco y comencé a besarle la espada, el cuello, mimarla a la vez que acariciaba su cuerpo.
Me salí de su interior me incorpore un poco y quede arrodillado observando su cola. Karina se acariciaba con un dedo su orificio y jugaba con el semen que le salía a fuera.
– ¡Que lindo te quedo el orto, bien abierto y jugoso! Acoto Silvia, que apareció con un trapo y una cacerolita llena de agua para lavarme la pija.
-¿Qué haces?- pregunte; -No vas a dejarme a mí así, me explico y me lavo cuidadosamente el muñeco.
-Tenia razón esa tarde dimos por terminados los ejercicios y no dedicamos al placer por varias horas más. No quedo nada por hacer y fue la experiencia más alucinante que había vivido con ellas hasta ese momento.
-Me contaron que de ves en cuando aprovechaban cuando estaban solas para coger y que hacia tiempo que ya no cogían con un flaco, ellas tomaban el sexo entre ellas como una diversión, aclararon que no se consideraban tortilleras, pero les gustaba mucho, la vivimos bien y no tenemos que andar buscando flacos, que después andan por ahí alardeando por haber estado con nosotras y haciéndonos fama de locas. A vos no teníamos porque cortarte, hicimos mal vos no sos como los otros pendejos, digamos que la tenes mas clara.
Hace rato que teníamos ganas de que vuelvas a tener algo con nosotras, pero no queríamos volver a meter la pata y tirar a la mierda tu amistad. Hoy nos agarraste descuidadas y sin bombacha y además ya era tarde y no te esperábamos, cuando llegaste pensamos que nos cagaste la tarde y nos íbamos a quedar con las ganas…
-¡Así, que cuídate de hablar, nene, porque si no acá no vas a coger más y te vas a seguir haciendo la paja!, Me replico Silvia muy seria. Y enseguida Karina pregunto con la velocidad que la caracteriza: Decime, ¿El primer culo que te cogiste fue el mío, no?. –Sí, asentí con la cabeza y una sonrisa.
Ya vas a aprender mucho con nosotras, sabes es fácil coger, pero hacer gozar y hacer un culo exige, como decirlo, una técnica que hay que aprender con paciencia. Con nosotras vas a aprender y vas a dejar de ser un pendejo boludo. –Oime, intervino Silvia eso de chupar concha es una manera de decir, de eso no tenes ni la menor idea…
-No boluda le falta practica, interrumpiéndola sonriente Karina. vas a ver como vas a aprender con nosotras.
Nos pegamos un baño los tres y me hicieron sentir especial aquella tarde, me gustaba mucho el contacto de nuestros cuerpos. Nuestra amistad creció a otro nivel que nos hizo mas unidos.
-Me considero un privilegiado, la mayoría de los flacos que conozco hablan de estas cosas, pero no saben un carajo del tema. Encontrar dos chicas como mis amigas es muy difícil, agarrarlas en el momento justo ni hablar, y que encima te adopten como alumno y semental, es una en un millón.
-Karina y Silvia, vistas a tantos años de distancia, fueron para mí los ángeles guardianes de mi sexualidad. Ese año me lleve las materias a marzo, fue un desastre: todo por coger, pero el tiempo todo lo arregla. Ellas si se recibieron y tal vez algún día cuente algunas mas de nuestras locuras. Por motivos ajenos a nosotros nos distanciamos, pero de vez en cuando nos carteamos, nos llamamos por teléfono o nos mandamos e-mails.