Capítulo 1
Mi tía y yo
Yo buscaba a mis primos pero habían salido a una fiesta y ella estaba sola, viendo una película, ella me pidió que me quedara ya que se sentía sola y me recosté junto a ella en su cama.
Entonces recordé que debía hacer algo y le dije que volvería en un momento, cuando regrese a su lado ella se había puesto una bata de dormir tipo camisón entonces ella se dio un giro y me puso a la vista ese par de hermosas nalgas que tiene, firmes y suaves a pesar de su edad (42) no esta tan vieja pero esta algo llenita (cosa que me encanta) y bueno, para entonces ella hizo como que dormitaba dándome esa vista maravillosa, entonces, me dio una señal con su pie dándome a entender que le tocará las nalgas, lo hice pensando que se molestaría pero no fue así, y me di gusto acariciando a plenitud esas duras y suaves sandías que tiene por trasero.
Ella estaba más que exitada y me comenzó a tallar mi dura erección con su pie el cual tome y lo acaricie cosa que la puso más cachonda que antes.
Luego subí mi mano hacia sus muslos que son llenitos y macizos como a mi me gustan! Entonces llegue a su entrepierna cubierta por solo una tanga pequeñísima la cual cubría apenas su mata de vellos y esos labios vaginales que me fascinaron.
Metí un dedo dentro de su tanga y sentí como estaba súper húmeda por la calentada que le metí, entonces metí otro más y comenzó a gemir placenteramente.
Ya después ella condujo mi mano hacia sus pechos, que son grandes y redondos, coronados por un par de pezones oscuros y fáciles de exitar, lo cual aproveche al máximo dándole unas lamidas, recorriendo todo el contorno de sus tetas que para ser sincero son exquisitas!!!
Los mordí, lamí a placer dándole el placer que tanto anhelaba y haciendo caso de su instinto se dejo llevar hasta que tuve entre mis labios esa hermosa concha tan dulce y caliente a la vez.
Fue entonces que me metió la mano en mi pantalón tomando con ella mi pene brindándome la mejor masturbada que pudiera haber tenido en mi vida, mientras ella hacia esto yo le daba gusto con mi mano y con la otra masajeaba sus pechos, haciendo que se estremeciera de tal modo que grito levemente entonces me atreví a morder su pezón haciendo que se chorreara en mi mano, al tiempo que yo me venia sobre sus nalgas y diciéndole que esto no terminaría ahí , pero eso amigos… se los contare en otro relato.