Capítulo 3
- Mi sobrino en Badoo I
- Mi sobrino en el badoo II
- Mi sobrino en el badoo III
- Mi sobrino en el badoo IV
- Mi sobrino en el badoo V
Después de conocer a mi “sobrina” en persona había poco que pudiera hacer para rebajar mi calentura, me pase varios días sin tener noticias de ella, supongo que por tema de exámenes y de pronto un viernes me escribió un whatsapp.
- Hola Tita.
- Hola Sara.
- Te gusta que te llame tita ¿no?
- Jaja, no me importa.
- Bueno pues estaba aquí diciendo a ver si se deja de hacer la dura y me escribe para quedar y terminar lo de la última vez.
- No hija pensé que estabas liada con los mensajes y bueno tampoco quería seguir la historia.
- Jaja, no me lo creo, ¿cuántas veces te has tocado pensando en mi?
- Hija si te soy sincera, varias.
- Vale en 20 minutos estoy en tu casa ponte cómoda.
- ¿Cómo?
- Lo que has oído sé que no están tus hijas que me lo conto tu sobrino.
- Pero es que ahora no puedo, tengo que salir a ..
- No busques excusas que lo que vayas a hacer lo puedes hacer luego, pero más contenta, voy saliendo.
No me dejo continuar la conversación y cerró el WhatsApp. La situación me tenía entre muerta de vergüenza y con la braguita empapada. No sabía que hacer, pero ella iba a venir y la única forma de que no pasara nada era no abrirle, pero ¿de verdad quería que no pasara nada?, con el tonteo con mi sobrina llevaba casi un mes sin acostarme con ningún amigo y la verdad es que lo prohibido de la situación me tenía excitada todo el día.
Decidí tirarme al pozo, pero no tenía mucho tiempo me di un lavadito rápido y me rasure lo mas que pude, me puse un camisón blanco con escote y debajo unas braguitas suaves que me encantaban como me sentaban.
A los 30 minutos apareció Sara llamando a la puerta, tras abrir la vi como un ángel llevaba un body blanco y unos vaqueros cortitos muy ceñidos el body se le pegaba a su cuerpecito fitness y se notaba que no llevaba sujetador por unos pezones marcados, traía una bolsa y antes de que me diera tiempo a decir nada entró en casa y tras cerrar la puerta me beso durante lo que calculo que seria un minuto en el que sus manos no dejaban de tocarme cuello espalda mis pechos y por último bajo las manos a mi sexo y tras apartar la braguita que ya estaba empapada me acaricio los labios del coño.
Casi me corro en ese momento, y me susurro al oído.
- Vaya zorrita si que te has puesto cachonda. Tengo que ponerme cómoda, si puedes ve a la cocina y tráeme un refresco, pero cuando vengas las bragas las dejas allí.
No me había dado cuenta que era tan dominante pero como hipnotizada fui a la nevera por un par de refrescos y me quite las bragas que ya estaban empapadas de flujo.
Cuando volví al salón se había puesto un corpiño rojo dejando sus pechos al aire y una tanguita a juego transparente, me dijo, deja el refresco ahí y túmbate en el sofá con las piernas abiertas que quiero ver a qué sabe una mujer de verdad.
No se que me pasaba mi cuerpo solo reaccionaba a sus órdenes me tenía totalmente a su merced.
Me tumbé y con un poco de pudor abrí mis piernas y ella tras devorarme con la mirada comenzó a darme besos por todo mi pubis depilado para terminar posando sus labios sobre mi clítoris. Empezó a chupar y lamer de una forma que no me habían hecho nunca, en poco tiempo tuve mi primer orgasmo, pero no fue el primero tuve dos más antes de que ella parara y me besara en la boca con el sabor de mis fluidos en sus labios.
Le dije que me gustaría probar yo a lo que ella accedió sin problemas tras besarla sus pechos aparte la braguita y me dispuse a comerme mi primer coñito, no había visto nada tan bonito en mi vida unos labios finos pero hinchados por el momento de la excitación y un mechoncito de pelo arriba en el pubis, luego me dijo que a mi sobrino le encantaba acariciarle el mechón como lo llamaba él mientras veían la tele. Empecé a besarla y meter mi lengua entre sus labios vaginales e intente hacer las cosas que a mí me volvían loca.
Cuando se corrió en mi cara me dejó empapada, me dijo que ella siempre tenia corridas abundantes e incluso llegaba al squirting si le daban duro.
Nos tumbamos en el sofá exhaustas tras nuestros orgasmos, me dijo que fuera a la cama y la esperase desnuda y a cuatro patas, obedecí y así estuve esperando 5 minutos hasta que apareció con un arnés que tendría unos 25 cm, y me dijo para que te vayas acostumbrando a la de tu sobrino.
La verdad es que no fue necesario mucha preparación ya que los orgasmos de antes y la situación me tenían en modo charco, asi que me la metió en un par de embestidas y comenzó a moverse, cuando estaba a punto de correrme, ella lo noto y mientras se acercaba para tocarme los pechos sentía sus pezones erizados en mi espalda y me corrí como no recuerdo haberlo hecho en mi vida.
Quedamos rendidas, en un olor entre sudor y sexo que impregnaba la habitación, así que abrí un poco la casa para airear y Sara me pidió ducharse antes de irse que tenia clases por la tarde.
Le dije donde podía coger la toalla y donde tenía el jabón, me dijo, no tu te vienes conmigo a la ducha que quiero dejarte limpia antes de irme.
Nos metimos a la ducha que por dimensiones no daba mucho lugar a juegos, pero ella aprovechaba para enjabonarme y yo a ella cuando nos enjuagamos me dijo ponte de rodillas que quiero que me lo comas una última vez antes de irme.
Asi hice veía ese coñito tan bonito y empecé a chupar y lamer hasta que se corrió una última vez.
Tras vestirse salió de casa medio despeinada y me dijo al oído:
- Gracias por regalarme mi primera vez con una mujer, la próxima vez tu sobrino estará con nosotras.
Nos dimos un beso largo en el rellano, aunque yo con miedo que me vieran los vecinos.