A mis 36 años descubrí una faceta sexual , que ni yo sabía que existía en mi inconsciente, estoy casado, soy heterosexual, teníamos una vida sexual muy activa, aunque no convencional, estábamos experimentando nuevas cosas, compartía a mi esposa con su amante, ella tenía permitidos, pero yo no, así fue el acuerdo cuando aceptó estar con otros hombres para complacer mi fantasía de hacer un trió HMH, a sus 32 años tuvo su primer amante, un chico de 19 muy bien dotado con 22 cm, con él nunca hicimos trío sin embargo mi esposa lo conservo como amante fijo durante dos años, ella si hizo hizo trió con el amante y el hermano del amante, después con el tiempo vinieron otros, fijo y casuales.

Volviendo a mí, cierto día estábamos de mi cuñada, la hermana de mi esposa, ella tiene tres chicos, dos varones, el más chico mellizo con la mujercita, el otro varón un año mayor que ellos, Mariela, es una nena muy afectuosa y cariñosa siempre estaba sobre mi esposa o sobre mi, por ser verano estábamos todos livianos de ropa, disfrutando la piscina, Mariela tenía un short de algodón, que se le metía en la raya de la cola y al estar mojado se le marcaban los pequeños labios vaginales, me sorprendí de estar mirando esos detalles en ella, nunca me había sucedido, pero me estaba obsesionando con espiar a cada momento esa pequeña rayita en su short. Luego de un tiempo, ella se metió al coche de su padre en el garaje, escuchaba música y hacía que manejaba, yo le dije:

_ ¿ Quieres que el tío te haga manejar el auto de él?

_ Si tío, dale, quiero.

Le dije a mi cuñada, fuimos hacia el auto, subí, la senté sobre mis piernas, arrancamos, tomó el volante, yo con una mano lo sujetaba también, se puso tan contenta que comenzó a saltar haciendo rebotar su colita una y otra vez sobre mi pene, empezando este a dar empujones, buscando espacio para pararse totalmente, intentaba reprimir el estimuló, pero no pude, se puso como piedra, y una y otra vez punzaba sobre la cola de ella, lo acomode para que apunte hacia mi ombligo, la tome con mi brazo por la cintura y la apreté contra mi para que no salte mas, todo el largo de mi verga calzo en la raya de ese regordete culo, cuando lo sintió se dio vuelta, me sonroje, me dio vergüenza, me miró con una sonrisa picara y me dio un beso en la mejilla, en un segundo comprendí que sabía de qué se trataba, lo asocie con sus dos hermanos,pensé que los chicos le apoyarían sus penes o harían que ella se los agarre, para mi sorpresa, me dijo:

Ella: Tío se te puso muy dura.

– Es que con tus saltitos me dio cosquillas.

Ella: A papá también se le pone así dura, cuando jugamos, pero no puedo contar a nadie.

Lo que menos imagine era que el que le enseño algo era el padre, mi cabeza trabajaba a mil intentando buscar la forma de saber mas, mientras mi pija seguía entre sus nalgas ropa de por medio, latiendo con cada movimiento de ella que no dejaba de ir de adelante hacia atrás, sobando mi verga entre sus nalgas.

– Si papi te dijo que no cuentes no lo hagas, así no se enoja con vos, yo te pregunto y vos me decís si o no, así vos no contaste nada, solo me respondiste mis preguntas.

-¿ Con tu papá juegan así como ahora conmigo?

Ella: Antes si, ahora no.

– ¿Ahora es mas divertido que antes, como lo hacen ?

Ella: ¿ Queres ver ?

– Si mostrame

Se incorporó se bajo el short dejando ante mis ojos, esas nalgas blanquitas, suaves, inmaculadas

Ella: Ahora saca tu pene tío.

No lo dude un segundo, corrí mi pantaloncito de costado y saque mi pene que estaba hinchado y rojo, se sentó sobre mi, la acomodo entre sus piernas y quedo adelante entre los labios de su vagina, empezó a subir y bajar, frotando su vagina con mi pene ,yo apretaba el esfínter para no correrme, luego la paso para atrás y la puso entre sus nalgas, y se deslizaba sobre la verga de adelante hacia atrás, le tuve que pedir que pare, que no se mueva más, se rió y me dijo

Ella: Pobre tío ¿Se te sale la leche si sigo?

– Por favor quédate quieta, ¿ Tu mamá sabe que jugas con papi?

Ella: Si, a veces juega con las dos, papá me ama y me hace el amor igual que a mamá.

Su respuesta me taladro el cerebro, entonces no solo jugaba a frotársela, también se la cogía, ante la duda de que sea mi mente la que imaginaba de más, ansioso le pregunté:

¿Papa juega así como el tío o la pone adentro de tu cuerpo.

Ella: Adentro de mi cuerpo, en mi vagina, y en mi cola.

Su respuesta aceleró más mi morbo, acababa de confirmarme que no era virgen y que su padre la poseía.

– Lo dejarías al tío entrar en tu cuerpo.

Ella: ¿Quieres dejarme tu leche, adentro mio no?

– Si me dejas, me gustaría, y va a ser nuestro secreto.

Estacione detrás de una fabrica, un lugar que en domingo no hay nadie, agarro mi pene, lo puso erguido, lo apoyo en su ano y me dijo:

Ella: Acá es donde mas le gusta a papá, casi siempre lo pone acá.

Recordé que en la guantera del auto mi esposa tiene un pote de crema para las manos, lo tomé, me puse en la verga y le dije:

-Ahora sentate vos despacito y anda poniéndolo así no te hago doler.

Se iba sentando y levantando, empujando cada vez un poco mas, comencé a sentir como la punta comenzaba a abrirse paso, hasta que entró la cabeza, sentí el calor de su interior en mi glande, la tomé de la cintura y la jalé despacio pero sin pausa hacia abajo para que terminara de entrar, me di cuenta que efectivamente,el culo era el preferido del padre, porque no se quejo de dolor, solo gemía, como una mujer que goza al ser penetrada, empezó con , jadeó, gimió , yo dure unos segundos mas, era demasiado ver gozar con mi pija a una mujercita en miniatura, chorros de semen brotaban de mí, en vez de disminuir mi erección parecía querer seguir creciendo, me explotaba, para mí asombro, ella empezó a dar grititos agudos, gemía y saltaba sobre mi parada verga, hasta que quedó laxa, no podía creer lo que había sucedido, había cogido el culo de mi sobrina y encima acabó como toda una mujer, a pesar de estar lejos de serlo.

No se porque , pero seguía duro, supongo porque su esfínter me mantenía la verga apretada, la levanté unos centímetros le dije que permanezca así y comencé a bombear,puse mi mano en su pequeña vagina , se la frotaba, abría sus pequeños labios con mis dedos , con el otro brazo la abrace por debajo de sus axilas, empezó a temblar, a gemir y se corrió otra vez, al menos eso supongo, no se si era real, o hacía lo que veía que hacia su madre cuando la cogian, aceleré el bombeo y me descargue nuevamente, tomé un paquete de pañuelos de papel de la guantera del auto, saque mi pene con cuidado y puse varios papeles en su ano para evitar que descargara sobre mi, le dije hace fuerza como si fueras al baño para que te salga el semen, así lo hizo, sentía el ruido que hacia el fluido saliendo de su abierto ano , nos limpiamos, se subió su short, se sentó en el asiento del acompañante, le dije

– Este tiene que ser nuestro secreto, si tu papa se entera, se va a enojar y no va a querer jugar mas con vos, y no vamos a poder jugar más nosotros. Si guardamos este secreto, podes jugar con tu papá, tu mamá y conmigo.

Ella: Si tío, vamos a tener este secreto para nosotros, y me vas a hacer el amor como lo haces con la tía.

Volvimos , previo a llegar, acordamos que la lleve a tomar un helado y nos sentamos en la plaza mientras lo tomaba, ademas de que al entrar fuéramos directo a la pileta, para que nadie se de cuenta del olor a sexo . Recién llegábamos y ya estaba planeando alguna forma para llevármela de nuevo para poseer ahora su pequeña vagina, que según me dio a entender no se la usaba mucho su padre, porque prefería sodomizarla. En la pileta , con la excusa de tenerla mientras estaba acostada flotando boca arriba, le dije:

– ¿ Quieres salir de nuevo en el auto ?, porque estoy excitado otra vez y me gustaría hacerle el amor a tu vagina.

Ella: Si tío, quiero otra vez tu pene dentro mío, me gusto mucho.

– Bueno salimos del agua y dentro de media hora, pedidme otra vuelta, insistí, deci porfa tío, me llevas

Media hora después a pesar que mi cuñada le decía a Mariela que no moleste mas al tío, y mi cuñado también le decía que ya paseo, yo haciéndome el tío ejemplar le dije:

-No hay problema, vamos, total es un rato nada mas, no me molesta, una vez que me da mas bolilla a mí que a la tía, voy a aprovechar.

Ya se había cambiado la ropa mojada, se puso una pollera cortita y musculosa, teníamos que hacer rápido, porque otra vez no podíamos tardar demasiado. Salimos se sentó sobre mis piernas para que vieran que iba a manejar ella, arrancamos , mi pija empezó a empujar, la saque por el costado del short y se la apoye, ella dijo

– Uh tío ya estas listo para entra en mi vagina.

se saco la bikini y la dejó en asiento del acompañante, tomo mi pene y lo frotaba entre los pequeños labios vaginales, se empezó a humedecer porque resbalaba con mas fluidez, no aguantaba mas quería estar mas cómodo para penetrarla, me baje el short hasta los tobillos, mientras seguía manejando, corrí el asiento bien para atrás para que ella se pudiese acomodar bien, me dijo:

Ella: Ya se me abrió , ahora tió me la pones.

– Pon saliva en tu mano, moja bien mi pene, y ponlo dentro.

Sentía su manito recorrer mi pene desparramando su saliva, luego se incorporó lo apoyo en la entrada y comenzó a subir y bajar penetrándose con mi pija, fué indescriptible la sensación de entrar en ese canal cálido, apretado, tener el privilegio de estar dentro de esa vagina en miniatura, que me haga gozar y goze con mi verga, Mariela saltaba sobre mi pene, subía un poco y se sentaba revotando su culo contra mi pubis, empezó a emitir unos gritos como de chico que hace berrinches, era su forma de expresar un gran orgasmo que le duró varios segundos, creo fue un orgasmo o como dije antes , repetía lo que vio hacer a su madre, de escucharle gritar me precipite y no pude contener mas, empuje fuerte hacia arriba para no dejar centímetro afuera y me vacié en su interior, no tenía mas papeles así que use mi pañuelo para atajar el semen que salía de su vagina, luego lo tire. Le dije:

– Cuando lleguemos a tu casa, anda rápido al baño y lávate la vagina, por las dudas que alguien sienta el olor a semen , y recorda que es nuestro secreto.

Fue rapidísimo, en 20 minutos volvimos, nadie sospecho nada, mientras conversaba con los padres de mi amante sobrina, y con mi esposa , las imagenes se repetian en mi cabeza continuamente, estaba pensando en cuando podría estar a solas otra vez con ella para hacer que me chupara la verga, cosa que no pedí en esta oportunidad porque la ganas de penetrarla eran tantas que no quise perder tiempo metiendola en su boca . Mariela mantuvo el secreto, pudimos seguir cogiéndonos varias veces mas, el siguiente encuentro fué en mí casa, se quedo a dormir el viernes, el sabado mi esposa trabajaba medio dia, asi que tuve varias horas para disfrutarla y hacerla disfrutar.

Se vino a mi cama yo ya estaba desnudo , se saco la pijama, tomé mi verga y la sacudí mostrandole lo que tenía para ella, Mariela vino gateando por la cama , sin decir palabra abrió su boquita metió en ella la verga y comenzo a chuparla,a besarla , lamerla, su papá le había enseñado bien, tenía todo un repertorio de maneras de succionar, la traje sobre mi , la hice arrodillar sobre mi dejando mi cabeza entre sus piernas, su rosada y tierna vagina delante de mi boca, se la lami, bese chupe, le introduje la lengua dentro hasta donde me llegaba, se reia, gemía, contorsionaba, ya no aguantaba mas, mis testículos explotaban querían largar el semen, la senté sobre mi verga de frente a mí y la pude observar mientras subía y bajaba sobre mi verga,mientras con mis dedos apretaba suave los pezones de las tetas que todabía no aparecieron, esa fue solo la primera de varias cogidas que nos dimos hasta las 15 horas que llegaba mi esposa, en esa ocasión me contó mas secretos, me comentó que el padre y la madre habían hecho que los dos hermanos cogiesen con la madre y también se la cogían a ella , pero el padre no quería que los hermanos la sigan cogiendo, porque ella era de él , los varones son de la madre y tenian que coger con la madre, aunque según manifestó sus hermanos seguían cogiendola en secreto y haciendo que les chupara el pene y no podía contar nada porque le dijeron que le iban a pegar si le decía a los padres.

¡Y yo que pensaba que mi matrimonio era la oveja negra de la familia, por nuestros gustos sexuales!