Mi hermosa tía
Que tal, mi nombre verdadero no lo voy a dar pues conozco amigos que también son aficionados a esta página, para este caso mi nombre será Federico.
Tengo 17 años y quiero contarles el cómo perdí mi virginidad.
No tengo la verga que muchos escritores dicen tener, la mía promedia 18 cms. de largo y es bastante gruesa, este aspecto se lo heredé a mi padre pues el también tiene una verga gruesa, soy un chico normal al que le gustan las mujeres.
Fiel aficionado a las películas porno y fue por ellas que me paso lo que les voy a narrar.
Todo ocurrió hace apenas 3 meses, yo vivo con mis padres en un condominio en el centro de la ciudad, mi madre una mujer de 42 años mi padre un hombre en los 38, ellos forman una pareja muy hermosa.
Siempre en mi casa han sido muy abiertos a los temas sexuales, de hecho conozco todo lo temático con respecto a las relaciones sexuales, pero no he tenido aún ninguna.
Me fascinan todo tipo de mujeres, pero no hay mujer que me atraiga tanto como mi tía María, ella es una mujer fenomenal de excelente carácter, jovial, muy desinhibida le gusta hablar de todo, a pesar de sus 48 años se conserva muy bien, hace ejercicios todas las mañanas, lo cual le ha dado un cuerpo bastante firme, tiene unos senos que son anchísimos, cuando usa trajes de baño las «melas» se le salen del sostén por los lados.
Ni hablar de su trasero que ya de por sí su tamaño es suficiente para endurecer el agua, sus piernas son lo mejor bien torneadas y unos enormes muslos, carnosos y tentadores.
A ella siempre le ha gustado vestir a la moda y provocativamente sin importar lo que los demás piensen.
Yo por mi tía no sentía ningún tipo de atracción sexual, siempre me dediqué a admirarla nada más.
Soy amigo del muchacho del video club por lo que no me cuesta conseguir películas porno, un día me recomendó una de título «Los amores de Luis».
Esa noche me metí al cuarto prendí el tele y la video-casetera y comencé a ver la película, la historia de un chico que se enamoraba de su tía pero empezó por follar a las empleadas hasta que un día se topó con su tía y esta cedió a su oferta.
Desde ese día pensé que era normal que un chico quisiera follar con su tía, mis pajas eran en honor a mi tía.
Me la imaginaba en igual situación que en la película.
Pero mi caso jamás podría ser igual al de la película.
Por más que mi tía fuera muy arrebatada jamás me accedería a desvirgar a su sobrino.
Bueno durante unos días yo me guardé mi atracción por mi tía.
Un día que me estaba masturbando en mi cuarto mi tía entró sin avisar y me encontró con mi verga en la mano.
Ella salió asustada de la habitación, durante una semana ella no me dirigía la palabra y menos una mirada.
Pero un día que yo estaba muy urgido de usar el sanitario, entré sin tocar pues la puerta estaba sin seguro.
Al entrar mi tía estaba sentada sobre el sanitario, con su falda en el suelo y con algo introducido en su vagina.
Yo me oriné en mis pantalones pero salí, la imagen me impresionó, ver aquel objeto dentro de la vagina de mi tía.
Al rato mi tía llegó donde yo estaba -No debiste entrar así- -Lo sé, perdón- -Bueno creo que es justo, el otro día yo te vi a ti- -Es cierto- -Somos un par de alborotados- -Por qué lo hacías tu tía- -Hace mucho que no estoy con un hombre, y tú- -Pues por pensar en ti- -Qué dices- -Sí es que en una película un chico folla con su tía- -Pero eso es mentira, además eso no puede ser- -Lo sé pero tu eres muy hermosa y yo soy virgen- -Y qué imaginas cuando te pajeas- -Que te desnudas- -Y cómo soy- -Bueno veo tus pechos y tu sexo- -Y te gustan- -Sí, mucho- -Que más- -Te acaricias- -Sigue- -Luego yo saco mi verga- -Y que más- -Tu te acercas y empiezas a chupármela- -Luego- -Luego me acuestas y me desvirgas hasta que terminamos los dos- -Que buena imaginación tienes, vaya que es interesante- -No lo puedo evitar y siempre se me pone dura cuando recuerdo esto- -Que tan dura se te pone- -Toda- -La tienes dura ahora- -Sí- -Sácatela- así lo hice, -Estás muy bien equipado mi amor- diciendo esto estiró su mano y tomó mi verga con una ternura incomparable, tirando suavemente me descapulló, muestras de líquido pre-seminal estaban a la vista -Te gustaría que te la chupara- -Sí- inició dando un beso en la punta de mi verga, luego a como abría su boca mi verga desaparecía en su boca, jamás había sentido tantas cosas a la vez, su ritmo era mortal, lentamente masajeaba mi verga con sus labios y lengua.
Se detuvo, levantándose se deshizo de su ropa -Te gustó- -Sí mucho- -Tócame los pechos- mis manos se apoderaron de aquellas inmensas masas de carne suaves y tiernas, pronto mi boca aprisionó sus pezones que estaban duros, el sabor de sus pechos era dulce, ella me acariciaba, oprimía mi cabeza sobre su pecho, su mano magreaba mi verga, tiernamente me acostó en la cama y con suave movimiento se introdujo mi verga, su ritmo era pausado yo estaba próximo a terminar, ella aumentaba sus embestidas, los dos nos vinimos al mismo tiempo, mi semen llenó su interior, ella se recostó sobre mí y me dio un tierno beso en la boca.
Lentamente mi verga abandonó su hogar, ella fue besándome hasta llegar de nuevo a mi verga, me dio tiernos besos hasta que logró que recuperara su tamaño -Ahora te toca a ti, ven- se recostó boca arriba lentamente me ubiqué sobre ella, abrió levemente sus piernas, tomando mi verga la ubicó a la entrada de su vagina -Ahora empuja un poco- Mi capullo entró abriendo sus hermosos labios vaginales, cerró sus piernas alrededor de mi cintura, me fue dando el ritmo adecuado, mi tía es una gran maestra, no tardó en correrse ella yo tardé un poco más pero igual volví a terminar dentro de ella.
Nos besamos y nos vestimos, desde ese día mi tía me deja follarla, he ido aprendiendo cosas nuevas como penetrarla por el ano y a mamarle el chocho.