Me llamo Irenita, tengo 26 años y llevo ya 4 de casada. Los hombres me consideran guapa, soy morena clara de 1.60 m de alto, mis medidas son 95, 70, 90.
Por lo general le llamo la atención a los hombres, a quienes les gusta mis tetas y pompis, me dicen guapa, que buenas tetas te cargas mamacita, amamántame que quiero crecer, etc., es decir esas cositas que nos dicen a las mujeres, etc.
Quiero contarles lo que me paso con mi cuñado Jorge:
Mi hermana Alicia y su esposo Jorge tienen apenas 4 meses de casados y viven frente a mi casa, él siempre me ha parecido muy guapo y allá en mi interior lo he deseado, he soñado que él me hace suya de una manera bestial, por ello creo que se facilitaron las cosas como les voy a contar: ayer jueves por la mañana, mi esposo ya se había ido a trabajar y como yo estaba de vacaciones, pues estaba ahí preparando la comida del día, en eso toco la puerta mi hermana y me dijo que Jorge había llegado apenas y bien borracho lo más seguro es que al rato se salga a curársela, te dejo la llave para que cierres bien si el sale, gracias y se fue; yo arregle rápidamente mi casa y después de dos horas prepare unos chilaquiles, saqué una cerveza del refrigerador y me dirigí a la casa de Jorge mi cuñadito, entre a su casa:
Jorgito te traje tu desayuno, donde estas… de pronto lo vi allí en la sala estaba dormidito, se veía muy guapo, como me gustas precioso me dije entre dientes y lo moví, despierta Jorge, ve a tu cama a dormir, no se despertaba por nada y como siempre me ha gustado, le dije: papito, Jorgito, te traje tu desayuno, precioso si no despiertas te voy a quitar la ropa para que duermas más cómodo, papacito Jorge mira que te violo ya sabes que me gustas un chingo, como no se movía le di un beso en sus labios, ni se inmutó seguía roncando, metí mi lengua entre sus labios y saboree su saliva con sabor a alcohol todavía , que borrachera te traes Jorgito, tu por allá de loco y una aquí deseando complacerte, pensé: se me hace que ahorita me aprovecho de ti, así que me arrodille junto él, encontré la cremallera de su pantalón y la fui abriendo muy lentamente, una verga preciosa apareció a mi vista, que linda se veía allí recostada sobre sus huevitos, mi esposo generalmente me coge y no me ha pedido nunca que le bese ahí, su pene y huevos, aunque yo siempre he tenido deseos de hacerlo, aunque nunca me he atrevido por lo que él pudiese pensar, incluso en mis días fértiles, usa condón y no se viene dentro de mí, sino que los arroja en su condón y a la basura: así que al ver la verga de Jorge me dije creo que ahora es cuando me toca chupar verga, te voy a comer tu pitote papito, le dije y me acerque a su preciosa verga, la cual olía muy rico a hombre, acerque mi boca a la cabeza de su verga y le di un beso, voltee a ver su cara, esta era todo tranquilidad, parecía un muñequito dormidito, por lo que la tome con mi mano y seguí besándola a todo lo largo… y en sus huevos inclusive, él seguía completamente dormido y yo para darle más espacio a mi mano saque su pene para así poder tocarlo por completo, lo recorría de arriba a abajo con mi mano, su dureza hacia que mi excitación creciera más y yo, más atrevida empecé a chupárselo, por lo que su verga crecía y crecía, yo me sentía emocionada por ser mis caricias las que lo hacían más y más grande, fácil unos 25 cm de linda carne y toda para mí, se veía tremendo y hermoso, que verga tan sabrosa tienes papito Jorge dije; … y tú que bien lo chupas me dijo… Me sobresalte al sentirme descubierta y no supe que hacer, solo me quede de boba allí viéndolo a sus ojos con su verga entre mis labios, me quedé ahí sin hacer nada.
¿Qué pasa contigo, no pares, sigue en tu quehacer Irenita?, me dijo poniéndose de pie. Saliéndoseme su vergota de mi boca.
Ándale continua chupando putita, me dijo nuevamente.
Me le acerque, no dije nada, simplemente le di un beso a su verga como dándole las gracias por permitirme seguir agasajándome con su preciosa verga, continuando con mis besos en todo lo largo de su precioso pito.
Con mi lengua empecé a recorrer todo el entorno de su glande, antes de meter su verga en mi boca nuevamente para continuar con mi mamada a su linda y preciosa verga, con gran avidez empecé a chupar su vergota pensando que era mi Jorge, y no el esposo de mi hermana, le chupaba su glande como si estuviese comiendo un delicioso helado. «Sin miedo, Irenita putita, sin miedo. No te va a comer. Te la tienes que comer tú.»
Yo estaba de rodillas y con la punta de su verga entre mis labios le miré a los ojos y me dio seguridad, me cogió la cabeza y empezó a marcar el ritmo. Pensé que me iba a morir ahogada cuando me metió completamente su gran verga en mi boca, además cada vez se ponía más grande. Pero yo, solo me sentía la mujer más feliz al tener saboreando la hermosa verga de mi cuñado Jorge, además me adapte rápidamente a su ritmo de mete y saca de su verga en mi boca, sujeté su enorme verga con mis dos manos y empecé a comemerla, me llegaba hasta la garganta y era deliciosa.
Lamí, chupé y mordisqueé su glande, saboree con mi lengua todo su sabor a sudor y a un no sé qué, al recorrerla de arriba abajo y de abajo arriba, llegando hasta sus huevitos peludos que metí en mi boca, los chupe y regrese a la punta de su verga para finalmente tragármela toda, al fin tenía en mi boca una verga, y que verga, satisfaciendo mi deseo de siempre de probar a que sabía, LA ENORME VERGA DE JORGE MI CUÑADITO, MI REY, MI HOMBRE DESEADO, ERA SOLO MÍA, Y QUE DELICIOSA SE SENTIA.
No podía parar de chuparla, un ritmo frenético se apoderó de mí, siempre había deseado probar la verga de mi esposo, pero ahora tenía para mí la del hombre más guapo de la familia, mi nuevo papacito, Jorge, mi cuñado adorado. «Más despacio Irene, más despacio que me corro» Y desee su semen, de quién para mí era de la familia, el más hombre de todos y que lo comprobaba al ver lo bien vergudo que era, y tener por primera vez su linda verga en mi boca. «Para Irenita putita, para zorrita» Pero yo no podía parar, no podía me gustaba tanto, veía como Jorge tenía los ojos cerrados y aunque me decía que parase su cara no decía lo mismo hasta que su voz se apagó y fue su verga la que empezó a brincotear en mi boca. Un líquido espeso, caliente y salado bajó por mi garganta ¡¡¡era tan rico, tan agradable!!!Su semen brotaba y brotaba a borbotones, deliciosa lechita para mi boca, no quería que saliese ninguna gota de mi boca pero un poco salió y resbaló por mi pecho e inconscientemente empecé a frotarme con él. Jorge se sentó «Irene, tendrías que haber parado, ya te dije que me iba a correr e inundarte de semen y te lo has tragado todo».
«¿Es malo tragarlo?». «No, no es malo pero si era tu primera vez, ¿por qué era tu primera vez?». «Si, mi esposo jamás me ha dejado ni siquiera darle un beso a su pito”. “Pero tú me has llenado de verga y semen delicioso» «Muy bien, nena, muy bien. Solo te lo digo porque nadie me había comido la verga como tú, nadie, ni Alicia: de verdad que pareces una profesional».
Para mi aquello fue un piropo, me gustó lo que me dijo.
«¿Quieres que tu panochita pruebe lo que ha probado tu boca?». Noté como su preciosa verga se volvía poner dura, su enorme verga dentro de mi coño, aquello era imposible. «Jorge mi amor, no sé es muy grande, no creo que me quepa». «Tranquila, ya verás como sí. Tu relájate como al principio y ya verás». Estaba en sus manos, me relajé y el me acaricio mi coño y poco a poco sus dedos fueron penetrando dentro de mí: primero uno, después dos, tres ¡hasta cuatro! y los cuatro cabían. «Date la vuelta mi pequeña putita» me di la vuelta.
«Ahora ponte a cuatro patas, como una perra». Y allí estaba yo a cuatro patas en medio de la sala con mi coñito todo al aire. Sentí como Jorge se puso de rodillas y se acercó a mí, con una mano me cogió de la cadera y comprobó si estaba preparada ¡y claro que lo estaba! «Ahora tranquila mi Irenita» y mientras decía esto metió su verga de una sola vez en mí; en aquel momento experimenté una sensación de dolor y placer que jamás había sentido: ME HABÍA ENCANTADO COMO ME ABRIA COMO NO LO HACIA MI ESPOSO. Sacó su gran verga y la volvió a meter rápidamente y a si cuatro o cinco veces hasta que empezó a hacerlo cada vez más rápido.
Yo gritaba de dolor, de placer, ¡de gusto! Me tuvo que tapar la boca. Me cogía cada vez más rápido, vio que casi vuelvo a gritar así que se acerca a mi oído sin dejar de cogerme y me susurra «Ves cómo te entra toda zorra; y otra más te cabría puta Irene, más que puta». «Siiii, siiii me gusta, me gusta mucho. Más rápido por favor papito», Jorge se separó de mi oído y comenzó a cogerme con tal rapidez que pensé que su verga iba a salirme por la garganta. «Más rápido, más rápido» pedía yo, me dolía pero me gustaba aquel dolor. «¡uuff! ¡aaahhhh!» fue lo último que dijo Jorge antes de que su verga disparara dentro de mí: se había corrido otra vez. Me di la vuelta y me quedé tumbada boca arriba y él se acostó junto a mí.
«Irene, cuñadita eres fantástica, entrecerró sus ojitos y se quedó dormido ¡Ay papacito, primera vez que me coges y te deje todo crudo y deslechado, pero me dejaste toda llena de tu rico semen, solamente te falto probar uno de mis agujeritos, que es virgen solo hasta que lo pruebes tú». Le dí un beso a su verga y salí para mi casa toda contenta, sintiendo en mi vientre ya el latir de un bebé, que me había hecho mi cuñado Jorge, y que ya estaba creciendo dentro de mí…
Lenguaje de mi cuerpo que gime por el tuyo…
… agonía por el incendio de las caricias de tus manos…
… lujuria de tus besos que me desesperan…
… frenesí de mis labios y mi lengua que te adoran