La súper tía
Tengo 18 años, tengo un cuerpo bastante atlético pues me gusta toda clase de deporte, me fascina tener sexo, además de todo eso soy un buen fotógrafo.
Esta historia se centra en mi tía Denisse una súper mujer (atléticamente hablando), ella es fisicoculturista, tiene 45 años de edad y 20 de profesión.
Su cuerpo es enorme, sus músculos están bien desarrollados hasta el punto de que tiene que mandar a hacer su ropa, un muslo de ella son dos míos, la gente la mira como un fenómeno cada vez que ella va por la calle y más aún cuando salimos de paseo.
Yo no me preocupo por ello pues la quiero mucho y la respeto por su constancia.
Ella aunque es una profesional mantiene su lado femenino y coqueto pues cuando no está entrenando se cuida mucho.
Yo la considero en cierta forma sexy, pero mi mente no ha cruzado esa barrera.
Por la forma en que su cuerpo se desarrolló sus pechos habían desaparecido por completo por lo que decidió ponerse unos pavorosos 38D.
Que la hacen verse aún más hermosa en sus competencias con sus pequeños trajes.
Bueno como les dije me gusta la fotografía, por lo que siempre asisto a los torneos de fisiculturismo de mi tía, soy como quien dice su fotógrafo personal.
Un día mientras navegaba por la internet me topé con varios sites que ofrecían miles de fotos de chicas musculosas, yo sin pensar en nada malo me afilié con tal sorpresa de descubrir que era un sitio porno, me llamaron la atención las nenas que aparecían ahí, muchas con muy buenos cuerpos, algunas con unos pechos mucho más grandes que los de mi tía, algunas tenía un cuerpo impresionante, pero les he de decir que mi tía tiene un volumen muscular exagerado, todas tenían su conejo bien rasurado y bien expuesto, inclusive algunas aparecían teniendo sexo u introduciéndose algo en el conejo, aquello hizo que me pajeara frente al monitor, una tras otra descargué las imágenes al disco duro, y siempre que podía las volvía a ver, debo confesar que cada vez que veía a mi tía en sus participaciones me imaginaba cómo sería verla desnuda.
Pero nunca pasaba de la imaginación.
En varias oportunidades me daba cuenta de que alguien había estado mirando mi colección de fotos en la compu, pero no podía saber quién era pues mucha gente utiliza el computador, temía de que mis padres me hayan pillado, pero nadie mencionaba nada de mi obsesión.
Un día me llamó mi tía y me dijo que necesitaba un favor, me pidió que llegara a su casa con la cámara, así lo hice pues era normal que me llamara.
Llegué rápido pues no vive muy lejos de mi casa.
Nos sentamos en la sala me dijo que necesitaba que yo le tomara unas fotos para mandar una inscripción, yo no vi mal y acepté, ella se fue a su cuarto a cambiarse de ropa, mientras, yo preparaba mi cámara, ella salió cubierta con una bata de baño.
-Listo-
-Sí-
Dejó caer su bata, andaba puesto un traje que jamás le había visto, era de delgadas tiras de tela horizontales, dos delgadas tiras salían de un pequeño triángulo que cubría su sexo subían para cubrir sólo sus pezones, la imagen era más que sugestiva, ella inició sus poses flexionando y endureciendo sus músculos, cuando se volteó vi como una pequeña tira se introducía y perdía entre sus nalgas, mientras ella endurecía sus músculos a mi se me endurecía la verga, ya era considerable la presión en mi pantalón, pero ella seguía posando ante mi cámara, en mi mente pasaban las imágenes de las fotos en mi computador, sus senos querían romper las débiles tiras que los cubrían, su cuerpo empezó a sudar lo que le daba un matiz más sensual a su cuerpo.
-Que tal eh-
-Vamos bien-
Se dio la vuelta mientras posaba, en un movimiento tiró de su traje rompiéndolo como papel, se volteó.
-qué te parece-
-pppppuesss-
-ahora quiero que me tomes fotos como las de la compu-
Ella era la que había estado viendo mi colección, como si fuero lo más natural siguió posando.
-Te gustan esas mujeres-
-Sí-
-Que te parezco yo-
-Tu eres mejor que todas-
Conversábamos yo seguía tomando fotos gasté varios rollos de película, ella seguía sus rutinas yo miraba por el lente como sus músculos crecían a un tamaño increíble, otra cosa que había notado era el volumen de sus labios vaginales, simplemente enormes, aquello le colgaba de entre sus piernas, yo no aguantaba más la presión en mis pants por lo que opté por sacar mi fierro.
-Uy mi amor pero mira como estás-
-Es por ti tía-
-Te la ponga así, mi amor-
-Sí tía, tu me pones así-
-Que linda la tienes-
Diciendo esto se aproximó verla caminar era magnífico su cuerpo bien firme, aquellas enormes tetas adornando ese cuerpo moldeado largas horas en el gimnasio, yo no le llegaba ni a la mitad de volumen, se agachó y de un solo mi verga fue a dar dentro de su boca, me estremecí en un placer inmenso, lo hacía de una forma que ninguna la ha podido igualar, sus poderosas manos masajeaban mis nalgas presionando aún más, pero ella no podía comerse toda mi polla, por lo gruesa que es.
Se incorporó tomó mi cabeza y la ubicó a la altura de su pecho, yo sabía lo que quería que hiciera y así me di a la tarea de chupar sus tetas, eran duras y suaves a la vez, mientras mi boca hacía destrozos con sus pechos ella daba gemidos de placer.
Me pidió que me detuviera, trajo una silla plegable y me dijo que me acostara, así lo hice con mi verga apuntando al techo ella con rápido movimiento abrió sus piernas tomó mi verga con una mano, lentamente se fue sentando y de un sólo su vagina se la tragó, el calor de su chocho era fenomenal sus paredes abrazaban tiernamente mi polla, ella cabalgaba y flexionaba sus músculos, pude sentir un gran peso en mi cintura pero no le di importancia.
-Ohhhhh ohhhh ohhhh que rico que rico-
Ella estaba por tener el primer orgasmo y cuando lo tuvo una enorme cantidad de líquidos bañaron mi cintura.
-Sssssssi ssssssssssssi siiiiiiiiii, vente tú, vente dentro de tu tía, quiero sentir tu lechita-
Al momento grandes cantidades de semen estaba llenando sus adentros.
-Que rica está tu lechita-
Mi verga seguía dentro de su chocho, ella no quería dejarla quieta, lentamente seguía moviéndose, mi verga volvió a tomar dimensiones.
-Que rico crece tu culebrota mi amor-
Una vez que mi verga tuvo su tamaño, ella se levantó un poco la sacó de chocho y por la resistencia que ofrecía deduje que la estaba intentando meter por su ano, su cara era evidencia fiel de mi creencia, su estrecho culo ahora albergaba mi tranca, poco a poco fue tomando ritmo sus gemidos eran de dolor y placer, pero no paraba, me corrí antes que ella, que rica sensación la de mi semen llenando su ano, ella increíblemente volvió a tener una corrida impresionante, esta vez pude observar como sus líquidos transparentes regaban mi cintura, qué imagen aquella mi verga en su culo y sus jugos mojando mi cintura.
Por ese día fue todo pero aún seguimos manteniendo relaciones, ahora la ayudó con sus «ejercicios».