Consecuencias de una noche de verano
Hola. La historia que os voy a contar, me pasó hace unos días, estábamos de veraneo en Torrevieja, y aproveche que allí no me conocía nadie para intentar disfrutar un poquito y olvidar el curso, por unos días.
Primero, intentare describirme, ya he contado otras historias aquí, pero volveré a hacerlo, por si alguien no ha leído nunca nada mío. Me llamo Marta, tengo 20 años, y soy de Murcia, me gusta disfrutar del sexo, tanto con hombres como mujeres, aunque siempre he disfrutado mucho más con las chicas, y de hecho, me gustan más. La verdad es que me considero más lesbiana que bisexual, pero bueno. De mi les diré, que soy simpática, extrovertida, y muy, muy atrevida, de principio no me asusta nada, pero tal vez luego en el momento, me eche atrás, pero esto sucede pocas veces. De mi físico les diré que soy alta, 1 78, pelirroja, con una melena un poco más abajo de los hombros, ahora lisa, blanca de piel, con pecas, y creo que tengo buen tipo, intento cuidarme, salgo a correr todos los días para mantenerme en forma, y creo que surte efecto, mis piernas, son largas, y fuertes, bien torneadas, es la parte de mi cuerpo que más me gusta, y el resto de mi cuerpo, pues bueno, no me quejo, mis medidas por si a alguien le interesa son 92-64-92.
Siempre me ha gustado vestir provocativa, pero el problema esta vez es que mi madre me hizo la maleta, por lo que no había nada que me terminara de gustar. He de decir, que mi padre es bastante conservador, y severo a veces, es horrible estar cerca de él cuando se enfada, por lo que la ropa que tengo a la vista suele ser normalita. Pero otra cosa, es la ropa que tengo escondidas, me gusta llevar minis cortísimas, para realzar mis piernas, y tops ajustados, o blusas. Aquella noche, salí con una amiga que conocí allí. Me puse unos vaqueros y una blusa, pero en el bolso, llevaba ropa que me había comprado esa tarde, para poder salir de fiesta, y me cambie en casa de mi amiga. En casa de mi amiga me cambie, y me puse una falda que me había comprado realmente escandalosa, era cortísima, y llevaba una abertura en el lado izquierdo bastante pronunciado, la verdad, es que casi llegaba hasta el elástico. Por arriba, un top con escote tipo palabra de honor (Sin tirantes), y un tanga rojo muy escueto. No me puse sujetador. Salimos, y nos fuimos a beber.
Nos bebimos una botella de Vodka entre las dos, y las dos nos pusimos muy borrachas. Después fuimos a Pachá. Ella se encontró con un amigo, y se fue, y yo me subí a una tarima a bailar, bailaba lo más sensualmente que me dejaba mi borrachera, cuando se subieron a la tarima dos tíos a bailar conmigo. Se presentaron, y me invitaron a una copa, y yo me puse a bailar, como estaba sola, decidí liarme con alguno de ellos, y empecé a pegarme mucho más a ellos. Y a bailar muy sexy, les sonreía, y viendo que no terminaban de hacerme caso, empecé a acariciarme por encima de la ropa.
La verdad es que me estaba excitando muchísimo, y fue mejor, cuando se pusieron uno de ellos detrás y el otro delante, abrazándome. Sentía esos cuerpos trabajados en el gimnasio alrededor de mí, me acariciaban, me besaban en el cuello. Estuvimos bailando así una canción, a la siguiente, se volvieron un poco más atrevidos, uno de ellos, me acariciaba el culo, con la mano metida por la raja de mi falda, y el otro estaba subiendo por la tela de mi top. De repente note como el tío, tras varios intentos, me arranco el tanga, casi al mismo tiempo, que el otro hacia caer mi top, dejando al descubierto mis pechos, intente reaccionar disimuladamente, pero no podía sin montar un escándalo, el que tenía delante empezó a besarme mientras masajeaba mis pechos. Finalmente conseguí zafarme de ellos, y ponerme el top en su sitio, a lo que el que tenía detrás, me dijo, no te vas a ir de aquí así como así, y me cogió del brazo, me hacía daño.
Mire al otro tío y vi como sonreía, y me asuste. Y justo en ese momento, apareció mi hermano, tiene 23 años, y es bastante fuerte, por eso me tranquilicé, se encaró con los otros dos, y nos fuimos de allí. Todo parecía ir bien, cuando uno de ellos apareció por detrás y le pego a mi hermano, mi hermano le golpeo, y empezó una pelea horrible.
Mi hermano intentaba defenderse, pero acabo en el suelo, golpeado por esos dos, y otros dos que habían aparecido después. Le dieron una paliza terrible, mientras, yo lloraba, y gritaba histérica. De camino a casa, ni siquiera me miro, íbamos andando e intentaba hablarle, pero nunca me respondía.
Al día siguiente me levanto antes de que lo hicieran los padres, y me dijo, tengo que decírselo a Papa. Yo me asuste y le dije que no lo hiciera, y me respondió, “mira mona, tal como llevo la cara no creo que se crean nada que no sea eso». Yo asentí, y lo mire, pese, y le dije, no lo hagas, invéntate cualquier excusa, papá se volverá loco, por favor, haré lo que quieras. Se negó tres veces, y a la cuarta, accedió, pero tienes que hacer todo lo que yo te diga sin rechistar. Accedí. Se inventó una excusa de que estaban pegándole a un amigo suyo, y todo quedo así.
No me dirigió la palabra hasta dos días después, cuando me dijo, «arréglate, nos vamos de compras, y coge la falda del otro día». Yo la cogí, y no pregunte nada, me llevo a varias tiendas, hasta que encontró lo que quería, una camiseta, pequeñísima, de una tela finísima, como la de las camisetas de propaganda, y que me quedaba ajustadísima.
Me hizo probármela. Lo hizo, pero me estaba pequeña, se lo dije, me miro, y me dijo «no, esa es tu talla», quítate el sujetador, y ponte la falda, así que allí en el probador lo hice. Estaba un poco preocupada, pero pensé que solo quería mirarme de vez en cuando vestida así.
Me mira, por delante y por detrás, y me dijo, que me quitara el tanga, yo accedí, pensé, qué más da que me vea, es mi hermano… Cuando me había mirado por todos sitios, cogió la falda por el elástico y tirando hacia arriba le hizo dos dobleces, y la subió 3 o 4 dedos más, prácticamente se podían ver los cachetes de mi culo, se lo dije, y solo me miró. Al ver como tenía la cara me calle, y agache la cabeza. Salimos a la calle, los chicos me miraban con cara de lujuria, y alguno hasta decía algo, Luis (así se llama mi hermano), no decía nada, solo me cogía de vez en cuando, y me abrazaba.
Cuando estaba empezando a acostumbrarme, empezó a meterme mano mientras andábamos, levantaba mi falda, me acariciaba el culo, me pellizcaba los pezones, cosas esporádicas, pero que me mosqueaban bastante. Entramos en otro centro comercial. Empezamos a dar vueltas, y al llegar a la sección de libros, me dijo que le diera uno que había en la parte alta de la estantería, apenas llegaba, y tuve que estirarme todo lo que pude, para poder llegar, comprendí la maniobra de mi hermano, al tercer libro que cogí, ¿porque solo le interesaban los que había en alto?.
Pues porque al ponerme de puntillas, la falda subía ligeramente, y se empezaba a insinuar mi coñito, por el contrario mi culo se podía disfrutar a poco que los observadores tuvieran un buen ángulo. Lo que no me di ni cuenta, y que me dijo él, fue, en que al levantar mis brazos, mis pechos, quedaban totalmente expuestos, por debajo de la camiseta! no imaginaba que fuera tan exageradamente corta!, y yo boba pensando que era para ver mi culo.
Después fuimos a la playa, me hizo desnudarme, y tomar el sol desnuda, dude, pero vi a dos chicas extranjeras, desnudas tomando el sol en la playa, y tampoco había mucha gente, así que lo hice. Estuvimos una hora y media, en la que no me hablo ni una sola vez, seguro que estaba pensando lo que me haría después lo que hizo fue preguntarme si hacía calor, a lo que me dijo que me duchara. Que fuera a las duchas a ducharme, ya sabía que no serviría de nada quejarme, y además no había nadie, así que fui, pero cuando estaba duchándome aparecieron dos chicos extranjeros, que dijeron algo, y me miraron de arriba abajo, aquello me excitó.
Volví a nuestro sitio, y me ordeno vestirme, lo hice, y me hizo ducharme otra vez, esta vez vestida. A la tela de la camiseta que ya marcaba bastante por sí sola, el agua le sentó mal, y empezó a transparentar, era como si no llevara nada. Estoy segura de que hubiera ganado un concurso de camisetas mojadas, rio, y me dijo estas preciosa. Empezamos a andar y se paró en una parada de autobús, entramos y nos sentamos en mitad del autobús, no había mucha gente, era la segunda parada, pero luego…
Empezó a entrar gente, las mujeres me miraban con desprecio y es que mi falda apenas tapaba nada, y la raja dejaba ver mi muslo entero, cerré las piernas, porque estaba seguro que si no se vería todo. Fui así un trozo pero enseguida mi hermano se dio cuenta, y me abrió las piernas, sonriendo, “si no tiene emoción», yo estaba empapada, la tela se pegaba mi piel, y así, se podía ver todo lo que uno quisiera, para colmo, empecé a excitarme, y se notó en mi camiseta, que poco a poco se iba despegando de mi piel, para dejar un hueco por debajo de mis pechos, entre el abdomen, y la tela.
Yo metí mi cabeza en el pecho de mi hermano, no quería ver la cara de la gente, y él me obligo a hacerlo, y a sonreír a todo el que me mirase. Había un tío mirándome muy fijamente, y Luis me obligo a mirarlo a los ojos, sonreírle, y acariciar mis pechos por encima de la camiseta, lo hice, y el tío sonrió. Estuvimos en el autobús un buen rato, creo que ha sido uno de los peores tragos que he pasado. La tela estaba secándose, y solo quedaban en el autobús 3 chicos italianos, Luis y yo.
Los tres tíos no me quitaban ojo de encima, yo ya tenía cerradas las piernas, y la tela se había secado, pensaba que Luis no se había dado cuenta, y los tíos como mucho podían ver mis piernas hasta el final, e imaginar mucho, además, de la insinuación de mis pechos, por lo ajustado de la camiseta. De repente mi hermano saco una botella de agua que llevaba en la mochila, pensé, que para beber, pero el muy cabrón, me la roció entera, por la camiseta y la falda, yo me quede helada, que hacia!, los chicos rieron y aplaudieron.
Esto lo envalentono y cogiéndome las piernas con las manos, me las abrió y me obligo a girarme hacia ellos, me gire, y me dijo, «ábrelas mucho más cariño»,» tu puedes perfectamente «Me obligo a abrirlas todo lo que pude. La tela de mi mini, no bastaba para tapar lo suficiente, y mi pierna izquierda había pasado por la raja, que quedaba directamente sobre mi coñito.
Estaba ahí con mi coñito, totalmente afeitado, húmedo, y mostrándose con ganas de sexo hacia ellos, hasta yo podía verlo!,¿así que como lo verían ellos que estaban enfrente? ahí fue cuando casi me muero del susto, y después de todo lo mal que me lo había hecho pasar mi hermano, demostró que me quería, porque uno de los chicos, se levantó y empezó a andar hacia mí, a lo que Luis, mirándolo le dijo que no con la cabeza y llevo su mano a mi coño, empezando a acariciar mi clítoris.
El tío pareció comprender, y se volvió a sentar en su sitio.
Y después, mi hermano termino de masturbarme en lo que quedaba del trayecto, y cielos, no sé si he tenido un orgasmo tan bestial alguna vez.
Me dio un beso en la frente, y me dijo, espero que te haya gustado, a lo que yo ahora fui la que no contesto.