Como cada mañana
Como cada mañana me deslizare en silencio a través del dormitorio en penumbras, hasta sentarme sigilosamente en la cabecera de su cama.
Luego musitare en voz queda su nombre, a pesar de tener la certeza casi absoluta de que no me responderá… como cada mañana.
Como cada mañana permaneceré unos minutos contemplando la increíble perfección de su adorable rostro, mientras mis dedos se deslizan suavemente a través de su larga melena azabache, como cada mañana.
Como cada mañana mis yemas rozaran la piel de sus pálidas mejillas de marfil y jugare con el contorno de su naricilla puntiaguda, asombrándome de que sus sonrosados labios gordezuelos esten tan tibios y húmedos… como cada mañana.
Como cada mañana deslizare con infinito cuidado y paciencia las sabanas que la ocultan hasta recogerlas a sus pies, contemplando embelesado el cuerpo perfecto que se esconde bajo su camisón… como cada mañana.
Como cada mañana apartare las tirantas de su camisón lo suficiente como para dejar a la vista sus tiernas colinas blancas, con sus diminutos fresones rosados y puntiagudos, los cuales contemplare embelesado… como cada mañana.
Como cada mañana mi puslo oscilara, y mis manos permanecerán temblorosas hasta que por fin ambas se posen sobre sus cumbres de alabastro, donde descansaran quietas un tiempo infinitamente breve… como cada mañana.
Como cada mañana mis pulgares se asombraran de la tersura, dureza y elasticidad de sus senos perfectos, y mis largos indices se deleitaran con la inconcebible suavidad de sus pequeños pezones llamativos.
Los cuales, si hay suerte, se endurecerán bajo mis dedos, hasta convertirse en los mas increíbles rubíes de carne… como cada mañana.
Como cada mañana dejare que una mano permanezca posada sobre su montículo divino, ardiendo con el calor y las sensaciones que se desprenden bajo su palma, mientras que con la otra mano empezare a subirle el camisón desde las rodillas… como cada mañana.
Como cada mañana bendeciré la suerte que tengo de que duerma sin braguitas cuando al fin deje a la vista su adorable nido de amor… como cada mañana.
Como cada mañana me asombrare de que su pudoroso triangulo negro sea tan breve y encantador, y que sus rizos sean tan suaves y delicados cuando mis dedos se deslizen a través de ellos… como cada mañana.
Como cada mañana mi dedo permanecerá indeciso en el limite de la selva, hasta que por fin haga acopio del valor suficiente como para deslizarse, con toda la delicadeza de que soy capaz, a través de los entreabiertos labios de su flor mas preciosa; sintiendo, apenas, su indescriptible tersura y calidez a través de mi yema… como cada mañana.
Como cada mañana la vestiré con el mismo cuidado que la desvestí, recuperando apenas mi aliento contenido y mi pulso alocado y acelerado… como cada mañana.
Como cada mañana la volveré a arropar con los ojos llenos de lagrimas contenidas, y la zarandeare muy delicadamente por su hombro hasta para despertarla… como cada mañana.
Como cada mañana lo primero que verán sus cautivadores ojitos pardos al abrirse sera a mi, y oira mi enronquecida voz diciéndole en un tierno susurro «vamos cariño, vístete, que llegaras tarde»; y ella, con una sonrisa tan cálida y radiante como el sol me responderá «si, papa»… como cada mañana.