Si tengo «un» amante, porque no tener también «una» amante.

Hola de nuevo, como no estoy segura si el relato anterior se va a publicar, voy a hacer un breve resumen de mi persona… mi nombre es Carolina, cariñosamente me llaman Coco ya que al comenzar a hablar y a pronunciar mi nombre sólo decía eso; quiero que sepan algo aunque un amigo de México me dijo lo contrario, no soy buena redactando =).

Estudio Diseño Gráfico en una reconocida universidad en la Isla de Margarita, al noreste de Venezuela, una isla hermosísima…, tengo 22 años, mido 1.78, peso 58 k. (aprox.) mis ojos son a veces grises y a veces azules, mi cabello es castaño muy claro y mi piel blanca pero bronceada, mis senos son redondos y muy firmes al igual que mis nalgas, mi cuerpo está muy bien delineado gracias a los ejercicios, el aeróbics y las artes marciales que practico desde pequeña.

Mi virginidad la perdí hace unos años con mi querido y adorado hermano Carlos, 5 años mayor que yo, desde ese día somos amantes, a escondidas, pero no perdemos ni una sola oportunidad de estar juntos aunado a que nuestros padres siempre han visto en nosotros una unión muy marcada, ya que desde muy pequeños nos lo enseñaron.

Mi hermano Carlos tenía una novia llamada Laura (ambos eran compañeros de estudio, estudiaban medicina) que, por cierto, tenía un extraordinario parecido físico conmigo, mi hermano me confesó que debido a ese parecido se enamoró de ella ya que, aun antes de que perdiera mi virginidad bajo su cuerpo, él ya me deseaba; pero esa atracción no sólo era de mi hermano hacia ella, no sé de dónde nació, pero creo que yo también la veía muy atractiva, más bien la veía con ojos lascivos… me excusé a mí misma, asumiendo que nosotras las mujeres no tenemos ningún reparo en reconocer la belleza de las criaturas de nuestro mismo sexo, no así, si un hombre hiciera lo mismo con otro lo catalogarían de «raro» (errores de la sociedad machista, no de todas, pero errores al fin).

Carlos estuvo al lado de Laura alrededor de casi 4 años, durante los cuales cuando iba a visitarlos o cuando venían a la isla, no perdíamos oportunidad de hacer el amor, pero siempre me quedaba con la curiosidad de ver qué había bajo las ropas de Laura, ella era una chica muy recatadita, no mostraba más de lo necesario… en una oportunidad, cuando Carlos y Laura pasaban una semana en la isla, me las arreglé para que asistiera conmigo al gym un par de horas al día, como éramos de la misma talla, fácilmente podía ponerse alguno de mis atuendos para tal fin, así pude detallar un poco más sus curvas, pero lo mejor no fue eso, me las ingenié para que en los vestuarios pudiera estar completamente desnuda como lo hacíamos las demás chicas, ella decía que le daba algo de pena porque nunca lo había hecho, pero al ver que era la única que estaba con una toalla amarrada al cuerpo, decidió pasar desapercibida y se paseó desnuda por los vestuarios (los de damas, claro). Pude darme cuenta de que la chica tenía muy buenas formas, unos senos de buen tamaño, no grandes, no pequeños pero si paraditos, buena cintura, buenas piernas y un… y un… – Laura date una vuelta (con la excusa de que perdiera la pena)… y un buen culo, bien paradito; juro que el pánico me invadía, no sabía por qué el deseo de mirar a mi cuñada, pero otra parte de mi mente me empujaba a definirla. Entramos a la sauna, ahí saludé a alguna de mis amigas, realmente no me había percatado en ninguna de ellas, ni siquiera en mi amiga Marielis con quien más a menudo asistía al gym, sin embargo ahí estaba buceando descaradamente a mi cuñada.

Laura me preguntó, muy discretamente, que por qué la miraba tanto, que la estaba poniendo un poco nerviosa, rápidamente argumenté que como mi hermano no me daba detalle de la «carne» que se estaba comiendo quería comprobarlo yo misma – porque la verdad es que mi hermano no hace sino exaltarte… – le dije casi entre risas (sé que me va a crecer la nariz, jajaja), como Laura sabía que yo soy osada en mi vocabulario, no se ofendió ni se apenó por lo dicho, al contrario, estallamos en risas. A pesar del miedo que tenía por fijarme en el cuerpo de una mujer, no dejaba de hacerlo con mi cuñada y me preguntaba si es que yo en el fondo era una lesbiana o una bisexual, porque un hombre me gusta mucho…

Laura se fue a hacer post-grado en USA y luego creo que se fue a Cuba o a algún país centroamericano; aunque el contacto por cartas y por teléfono persiste el sentimiento amoroso se fue enfriando entre ellos. Yo por mi parte, decidí aceptar la propuesta de algún que otro chico que quería ser mi novio, primero para tratar de alejar la «supuesta» atracción hacia las chicas que estaba empezando a desarrollar y segundo porque sé que mi hermano no será mi pareja en un futuro y que cuando conozca una chica y se case se alejará de mí (sexualmente hablando).

Aquí en esta hermosa isla, es normal que las chicas hagan topless en las playas y playas es lo que sobra, así que por donde voltees ves un par de hermosas tetas, incluyendo las mías (modestia aparte), porque yo también hago topless, me encanta enseñar =). Debido a esto el deseo de observar detalladamente a las demás chicas al parecer iba en considerable aumento y no es que mi atracción hacia el género masculino estuviera en decadencia porque para ser sincera, aquí en la isla existen muy buenos ejemplares de ese gremio y algunos de ellos pasaron por mis manos… por cierto uno de ellos aspiró a desvirgarme el ano, el único virguito que me quedaba y… adivinen para quien lo estaba guardando?, ¡¡¡CLARO!!! Para mi hermano Carlos, para quién más, pero todo a su momento, lo cierto es que muchas veces sentía unas ganas locas de que me penetraran analmente, así que busqué el momento oportuno para tal fin y un buen día en que mi hermano venía de visita a la isla le dije a mi novio (al de turno) que tenía unas ganas inmensas de conversar largamente con mi hermano, así que ese fin de semana no nos veríamos mucho… mi hermano en muchas ocasiones había intentado una expedición anal pero por miedo de mi parte nunca acaeció, esta vez, inclusive antes de que llegara mi hermano, yo misma estaba preparando mi ano, con mis dedos y con ayuda de aceite para bebes, la sensación era demasiado exquisita, ya deseaba que llegara Carlos para darle el último de mis virgos; cuando por fin llegó, ya saben, los saludos, los obsequios, cuéntame cómo te ha ido, cómo van los estudios, bla , bla, bla…, la cena y ¡¡¡por fin!!! mi madre le dijo a mi hermano – Carlos por favor, anda y enciérrate con Coco que está desesperada por contarte sus cosas, caramba… Coco no vayas a trasnochar a tu hermano, mira que a lo mejor viene cansado del viaje –

Efectivamente, quería contarle muchas cosas a Carlos, mis estudios, mis relaciones amorosas, pero lo que realmente quería era sexo, sexo de hermanos y me di cuenta que él también lo deseaba porque al rato de estar conversando se levantó, pasó el seguro de la puerta y me dio un largo, húmedo y caliente beso que me electrizó la piel e hizo que mi rajita anegara mi pequeño hilo dental. Mientras nos besábamos nos despojábamos de nuestras ropas y balbuceábamos cuanto nos extrañábamos y cuanto nos amábamos, parecíamos un par de chiquillos que piensan que esta puede ser la última vez. En efecto, Carlos y yo siempre hacíamos el amor como si fuera la última vez, cuerpo, alma y corazón, no hubo juego previo, al terminar de desnudarnos ya estábamos más que lubricados por nuestra excitación, me tumbó en la cama, rápidamente abrí mis piernas hasta más no poder y de un solo golpe me enterró aquella vara gruesa, larga e hirviente que en pocos minutos me hizo desfallecer en un majestuoso orgasmo; yo sé que no soy multiorgásmica, todos mis orgasmos vienen a su debido tiempo, pero con mi hermano, me volvía un animal, orgasmo tras orgasmo, uno tras otro, mi hermano me cabalgaba como si tuviera un motor atómico y yo le respondía como una leona con un ataque epiléptico (qué comparación); tuvimos que abandonar la cama y seguir en el suelo porque seguramente mi cama no aguantaría el duelo de titanes que había, en la alfombra él se colocó con la espalda al suelo y yo me senté encima, ahora yo tenía el control, mis caderas se movían de manera vertiginosa tratando de hacer que esa gran vergota que tenía dentro de mí expulsara su carga, las manos de Carlos recorrían sin cesar todo mi cuerpo, mis tetas brincaban al compás de nuestra danza, mis persistentes orgasmos hacían que poco a poco me debilitara… desfalleciera… hasta que sentí que la verga de mi hermano se empezó a hinchar, el movimiento de Carlos era cada vez más rápido, su cuerpo vibraba, cada vez más agitado… más rápido… más salvajemente, hasta que por fin un espeso chorro de caliente semen inundó mis entrañas, al mismo tiempo yo explotaba en otro intenso orgasmo solitario, con cada expulsión de mi hermano yo me aferraba más a él, hasta el punto de hacerle daño sin querer, ya que le clavé mis uñas en su cadera, me dejé caer sobre él y nos fundimos en un beso lleno de lujuria, pasión, ternura.

Luego de descansar un buen rato, aún en el piso, estuvimos conversando, haciendo comentarios sobre lo rico que era cuando hacíamos el amor, entre palabras y palabras le dejé caer que quería que me penetrara por mi colita… Carlos se sorprendió mucho ya que en varias oportunidades lo detuve, pero esta vez estaba decidida, quería que me penetrara y estaba dispuesta a colaborar al máximo… Carlos, sin perder tiempo, me empezó a acariciar el ano, el producto de su corrida salía de mis entrañas mezclada con mis jugos, me colocó boca abajo y me acariciaba la espalda, las nalgas, pero una de sus manos no se despegaba de mi ano… estuvo ahí largo tiempo, con toda la paciencia, el cariño y la dedicación que solo un hermano puede tener, poco a poco mi ano se acostumbraba al entrar y salir de los dedos de mi hermano, primero uno, luego eran dos y hasta tres dedos, lo hacía con mucha sutileza, era imposible que me doliera… nos acomodamos de manera que mientras él seguía estimulando mi ano yo le mamaba la verga, casi estábamos en un 69… luego de un buen rato de estimulación y de una buena mamada a su pene, Carlos consideró que ya estaba lista, así que me colocó en 4 patitas y con su pene fue acariciando desde mi clítoris, pasando por mi cuquita, hasta la entrada de mi ano, iba y venía, iba y venía, ya estaba inundada de nuevo, ya estaba a punto de comenzar el nuevo festival de orgasmos, hasta que mi hermano puso la cabeza de su pene en la entrada de mi orificio anal, por mi mente pasaron muchas cosas, muchos comentarios – eso duele, no se te ocurra hacerlo – pero otras amigas me decían – duele un poco la primera vez pero después te va a gustar, en serio que te va a gustar – Carlos empezó a meter su verga casi milimétricamente, pensé que era imposible que doliera, pero si dolió, la verga de mi hermano es algo gruesa y mi anito estaba sin estrenar, pero 100 a uno el placer venció al dolor, Carlos metía un centímetro y sacaba medio centímetro, metía dos centímetros y sacaba uno, poco a poco sentí como ese enorme falo llenaba mi intestino, cuando sentí que sus bolas tocaban mis nalgas mi hermano se detuvo, yo suspiré hondo, muy hondo y luego yo misma empecé a moverme, muy lentamente, perezosamente, poco a poco fui adquiriendo velocidad, realmente estaba disfrutando de ese momento, ya no sentía nada de dolor, sentía algo realmente divino, un par de movimientos más y ya llegaba a mi orgasmo, mi hermano me tomó por mis caderas y empezó a conducir nuestros movimientos, no tengo las palabras exactas para describir tanto placer, tanta agonía por los orgasmos, mi hermano me estaba partiendo el alma en mil pedazos, me estaba traspasando con su estaca, nuevamente orgasmo tras orgasmo, más bien parecían uno sólo… tuve que morder la almohada para evitar gritar de tanto placer que me daba mi querido hermano, es impresionante, pensé que aquí moriría de placer pero sentí a mi hermano que estaba cerca de acabar, volteé a verlo y efectivamente sin aviso alguno su pene volvía a descargar un chorro de caliente semen mientras al mismo tiempo yo tenía otro orgasmo espectacular… Ambos caímos a la cama, agotados, nos quedamos dormidos hasta el día siguiente.

A la mañana siguiente, sentí que tocaron la puerta, primero suave, luego con más fuerza, me desperté bruscamente y también bruscamente me levanté, no vi a mi amado hermano por ninguna parte, estaba aún desnuda en mi cama pero arropada con una sábana, volvieron a tocar la puerta y cuando abrí… era mi amiga Mary que venía a buscarme para ir a la playa como todos los fines de semana, cuando vi la hora eran ya las 9:30 de la mañana… Mary entró y me contó que mi hermano estaba jugando con Susti (mi perro) en el jardín, me preguntó que dónde había sido la fiesta y que por qué no le había dicho nada – jajaja, Mary, no fui a ninguna fiesta, sabes que cuando mi hermano viene, charlamos casi hasta el amanecer y eso fue lo que pasó.

Le dije que me bañaría y luego nos iríamos; no era la primera vez que Mary me veía desnuda, ya en el gym lo hacíamos normalmente y en la playa vamos con los senos al descubierto pero esa vez como otras veces que Mary entró al baño para conversar conmigo mientras me bañaba, me sentía un poco excitada al sentir cerca su presencia, de hecho mis pezones se endurecieron y mi agotada vagina empezó a humedecerse de nuevo…

Mucho tiempo pasó, inclusive hasta tuve un novio con quien tenía planes mucho más serios, mi gustó por las chicas lo hice a un lado ya que no me sentía con suficiente valor como para abordar a una, nunca le comenté mi pequeña debilidad a mi amiga Mary para escuchar su comentario, ni siquiera a mi hermano con quien tenía una confianza al máximo.

Hubo una oportunidad en que estaba muy deprimida porque mi novio me había dejado por otra chica, a principios de julio de este mismo año (esa historia no viene al caso por ahora), mi amiga Mary había recibido la visita de unos familiares en su casa y me había invitado a ir con su prima Nancy, su primo Javier y su novio a una disco a pasarla súper como en otras oportunidades, no quise ir por lo mal que me sentía y hasta les podía aguar la noche, pero ella, como buena amiga, me dijo que en la mañana luego de reponer energías, me pasaría buscando para ir a la playa y no aceptaría un NO como respuesta. Así fue, me pasaron buscando y conocí a los primos de Mary, luego de los saludos, el cómo te fue y todo lo demás, nos enrumbamos camino a Playa El Agua, una de las más bellas de la isla, cuando llegamos buscamos un buen lugar para instalarnos, colocamos nuestras toallas en la arena y nos dispusimos a pasar un excelente día, nunca me imaginé qué tan bueno sería.

Varias sucesos se suscitaron, no me atreví a quitarme el sostén de mi traje de baño por pena con el primo y el novio de Mary, de hecho ni ella ni su prima lo hicieron, nos metimos al agua y estuvimos jugando entre todos, mojándonos y jugando a hundirnos en el agua, pero me di cuenta de que Nancy, la prima de Mary, utilizaba sus manos de una manera que rozaba con cierta audacia el cuerpo de Mary y hasta el mío propio. Mis pensamientos fluían de manera agresiva, así que traté de dejarlos a un lado y tratar de pensar en otra cosa, pero en una oportunidad en que una ola trataba de envolvernos, Nancy me apretujó los senos de una manera un poco descarada.

Me aventuré a preguntarle a Mary cosas con respecto a su prima y en una de ellas le dije que si acaso Nancy era lesbiana o qué cosa y cuál fue mi sorpresa cuando Mary me dijo que sí, que era lesbiana o que en el mejor de los casos más bien era bisexual, pero no sólo eso fue lo que atiborró mis dudas sino que también me dijo que era su amante. Mi mente dio 1.000 vueltas pero me dije a mi misma que una oportunidad como esa no la podía dejar pasar, así que además de decirle que no me lo podía creer, aproveche de exteriorizar que siempre había tenido curiosidad por saber más acerca de ese mundo y que además estaba dispuesta a probar, inclusive, una sesión lésbica con ella. Se imaginan, una sesión lésbica con Mary, mi mejor amiga, lo mejor de ambos mundos estaba justo a mis pies. Le confesé a Mary que me sentía muy excitada y que por mis labios vaginales estaba destilando flujos que incitaban al placer. Mary se atrevió a invitarme a una fiesta privada que tenían en casa de su novio donde prácticamente tendrían una orgía y hasta me dijo que quería tocar mi vagina para ver qué tan mojada estaba, accedí y ella metió su mano en mi bikini, luego de eso se llevó la mano a su boca constatando y saboreando mi paroxismo.

Luego del mediodía nos fuimos a casa del novio de Mary, estuvimos breves minutos en la piscina y subimos a su departamento, yo estaba súper nerviosa, no me lo podía creer. Al parecer nadie quería iniciar la fiesta, así que Mary se acercó a su primo y empezó a besarlo, luego Nancy se acercó a mí y sin mediar nada empezó a besarme, yo le respondí, nuestras lenguas se encontraron salvajemente, el novio de Mary empezó a desnudar a Nancy, al cabo de un rato todos estábamos desnudos, Javier se lo metió a Mary y estaban cogiendo divinamente, sin pensarlo dos veces Nancy y yo nos trenzamos en un perfecto 69, me sentía como en las nubes, mamando por primera vez a una chica y viceversa era mi fantasía haciéndose realidad. Obviamente nosotras las mujeres sabemos mejor que nadie cuáles son nuestros puntos de placer, así es que mientras Nancy encontraba y succionaba mi clítoris, yo hacía lo propio con ella, sería tonto tratar de describir lo que estábamos sintiendo, era el éxtasis en su máxima expresión.

Al rato, Nancy se levantó y se sentó en la cara de Javier que a su vez estaba cogiéndose a Mary; pude ver cómo Javier le mamaba la cuca a su hermana, cosa que mi hermano hacía en muchas ocasiones conmigo. Yo me acerqué y le besaba y acariciaba las tetas a Nancy y a Mary y esta a su vez le mamaba la cuquita a Nancy, quise aprovechar al máximo de esa experiencia, así que me di a la tarea de hacer lo propio con Mary y con Nancy más que con los chicos. Sin embargo no perdía oportunidad de mamar esas dos vergas que tenía a la mano. Javier y el novio de Mary lograron una hazaña que yo sólo había visto en películas y es la de ambos meter sus vergas en la cuquita de Mary, yo los ayudé ya que éramos unos inexpertos, pero muy excitados. Luego de que hubiéramos hecho alarde de nuestros orgasmos y que los chicos hubieran llenado la vagina de Mary de abundante leche, las tres nos fuimos a la cama y entre Nancy y yo nos dimos un gustazo mamándole la cuca a Mary y bebiendo sus jugos mezclados con los polvos de su novio y su primo Javier, ni el mejor de los barman prepara un buen cocktail.

Estuvimos cogiendo con ellos, ellos con nosotras, nosotras entre sí y hasta le desvirgamos el culo al primo de Mary, inclusive, ambos chicos me metieron sus vergas al mismo tiempo por mi vagina, es extraño sentir dos vergas en la raja, pero bien divino que fue.

Hoy día, Mary y yo como buenas amigas, también nos hemos convertido en buenas amantes y aprovechamos cualquier momento para hacernos el amor, la amo un mundo y sé que al descubrir esta faceta con ella, también sé que nunca me apartaré de ella…