Capítulo 2
Yo soy Julieta II: Carlos
En mi relato anterior describí los inicios de mi deseo por sentirme mujer y como fui descubriendo que era posible hacerlo.
Descubrí una serie de increíbles sensaciones al jugar con mi cuerpo y la exploración comenzó.
Como todas las tardes entre semana me quede sola y no sabia con que probar, pero debía ser algo no muy grande y suficientemente liso como un banano, por suerte ese día teníamos toda una penca, trate de hacerlo directamente pero me sentía muy seca y no podía introducirme aquello, pero utilicé un poco de crema, lo cual facilito las cosas, pero estaba tan apretada que el banano, se hizo licuado.
Así que busque unas velas por cierto bastante gruesas y utilizando un poco de crema logre introducirme un poco la cera, pero un dolor intenso me detuvo, pues no sabía que después de eso viene el placer, por varios días más seguí con mi ritual de transformarme cada tarde en Julieta y disfrutar del encanto de serlo que uno desea, poco a poco fui perfeccionando mi maquillaje y no es por nada pero me veía realmente bien, además mi cuerpo era esbelto y con unas buenas nalgas.
Podía ver a las otras niñas desarrollando sus senos y yo simplemente crecía, pero no era del todo malo, podía estar con los chicos todo el tiempo y observarlos en las duchas, cada vez me embriagaba mas el perfume de sus cuerpos y los desarrollados que estaban, algunas veces no podía contenerme y los miraba directamente al pene, así fue como conocí a quien llamaré Carlos, era el típico chico que admiran todas las chicas, mas que eso era realmente hermoso con un cuerpo capaz de humedecer cualquier entrepierna y con unos ojos tan soñadores que me hicieron sucumbir.
No se como pero nuestras miradas se cruzaron uno de esos días y el me observo directa y fijamente, yo no pude mas que bajar la mirada y de paso observar su entrepierna, él simplemente me sonrío y yo salí corriendo.
Por la tarde nos volvimos a encontrar cerca de mi casa, iba en su bicicleta y se acerco a mí diciéndome «podríamos ser amigos», mi corazón latió tan fuerte que no pude responder y solo afirme con la cabeza, el dijo tener algo que hacer y que nos veríamos luego.
Este encuentro me puso a pensar en lo que podría ser y que debería agradar a mi hombre, entonces volví a intentarlo con una vela, esta vez estaba realmente excitada y no lograba contener los deseos de hacerlo así que me subía a mi habitación y puse el seguro, pues mi madre ya había llegado.
En una de las películas vi como una chica pelirroja se sentaba en una tranca, entonces lo hice yo misma y poco a poco fui introduciendo la punta de la vela imaginado que era el pene de Carlos, eso me ayudo a superar el dolor que fue intenso, pero que después fue disminuyendo mientras me acostumbraba y cuando me sentí lista comencé el sube y baja, hummm, de solo recordarlo… estuve así por un buen rato, no se cuanto y me corrí como nunca lo había hecho sin siquiera tocarme.
En ese momento se borraron todas las dudas de mi mente y sabía que debía de ser toda una mujer. Con el tiempo me di cuenta que no siempre es placentero y que es necesario estar bien de la digestión así que desde entonces no olvido tomar ciruelas, son muy útiles para que todo salga bien y entre mejor.
Al día siguiente encontré a Carlos durante el descanso en el colegio y me saludo muy amablemente como si supiera lo que había hecho por él.
Aunque algunos chicos del colegio decían que era maricas, debido a mi comportamiento, el no menciono nada y solo se dispuso a platicar, de su último viaje a la playa y de lo bien que lo había pasado con un chica, eso me interesó y pregunté
¿Lo hiciste con ella?
No, solo nos besamos y me dejo acariciar sus senos¡¡¡¡
y que sentiste
muy bien eran suaves y firmes a la vez, además la bolita se para cuando los tocas y ella comenzó a respirar apresuradamente.
de veras, ¿Se te paro?
que dices, bueno si…. ya no deseo continuar hablando de ese tema, como que algo le había molestado.
Desafortunadamente las siguientes dos semanas tuvimos vacaciones del colegio y mis padres me llevaron a casa de mis primos, donde por primera vez pude probar una buena…