Capítulo 2

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Verónica II

El miércoles de esa semana tuve un compromiso, así que no puede estar en casa y el viernes en cuanto se abrió la puerta y ella entro se me acercó y me dio un beso en la boca, mientras hacia el desayuno, platicamos un poco y me dijo que cuando el miércoles no estuve pensó que me había ofendido, me acerque por su espalda y abrazándola le dije qué no me perdería el espectáculo de le verla por nada del mundo, cuando acabamos de desayunar me subí a mi estudio esperando a que ella recogiera la mesa y subiera, el beso de la mañana lo tome como su decisión de entregarse así que en cuanto entro le pregunte que hacia en el baño, ella me dijo la verdad cambiarse de ropa, que si me gustaría verla, a lo que le conteste que solo si eso significaba que seria mi amante y esclava, lo dudo un poco y me pregunto que deseaba que se quitara primero.

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Llevaba puesta una blusa crema y unos pantalones no demasiado ajustados, le dije que se quitara la blusa y se quedo con un bra blanco que tapaba por completo sus grandes pechos, le dije que se acercara, dio vuelta al escritorio poniéndose frente a mi silla, su piel era morena muy clara, lisa y todavía marcada por los golpes de su esposo, comencé a pasar mis manos sobre su carne , su respiración se agito, subí las manos a su pechos y los apreté, sentí sus pezones erectos bajo las copas, baje sus tirantes y ante mis ojos se presentaron unos senos grandes y redondos, coronados con unos pezones café obscuros de tamaño mediano y en ese momento totalmente erectos, a pesar de su tamaño eran lo suficientemente firmes no colgarse demasiado, la atraje hacia mi y me prendí a su pecho izquierdo, primero con pequeños mordidas y luego succionando queriendo vaciarlos, cada succión mía era acompañada por un gemido de Verónica, después pase al pecho derecho con los mismos resultados, para ese momento mi erección amenazaba con romper mi pantalón quería comenzar a probarla.

Evidentemente era sumisa como la mayor parte de las mujeres en México, pero para mi no era suficiente, lo tengo que admitir soy sádico, no voy a decir que en ese momento era un experto, o que tenia sexo todos los días, pero si había tenido relaciones con 5 o 6 mujeres antes de forma mas o menos regular, todas ellas sumisas, inclusive a dos de ellas las había llegado a azotar, sin embargo mas que placer solo era diversión lo que obtenía, ellas aceptaban los azotes por obediencia, yo quería que Verónica los «deseara», que buscara el mayor dolor posible sabiendo que posteriormente recibiría aun más placer. Tenia la convicción la hacia sentir placer, que aprendiera a disfrutar del sexo y desearlo después haría cualquier cosa por seguirlo consiguiendo, así las cosas sabia que no quería una sumisa o una masoquista, sino una ninfomanía, dispuesta a todo.

Deseaba azotarla y poseerla ahí mismo pero como ya lo había pensado y necesitaba el mayor estimulo solamente erótico para que ella alcanzara el clímax, me puse de pie la bese en la boca y le pedí que me acompañara a mi recama, una vez en ella la termine de desnudar, ella estaba muy excitada, pero seguía siendo sumisa y pasiva, no haciendo nada si no lo pedía explícitamente, cuando quedamos completamente desnudos los dos la recosté en la cama, no voy a presumir diciendo que tengo una verga descomunal, es bastante normalita, tendrá unos 15 de largo y 4 o cinco de ancho, pero para todo aquel traumado con el tamaño debo de aclararle que la mujer únicamente siente en los 5 primero centímetros de la vagina.

Recostada en la cama debajo de mi, con las pierna semi abiertas, Verónica estaba lista para convertirse en mi amante, comencé a penetrar ese cuerpo que había deseado durante tanto tiempo, no fue difícil penetrarla ya que estaba completamente lubricada, sin embargo las paredes de su vagina se cerraban en torno a mi verga., la penetre lentamente para que sintiera como la invadía, ella arqueo su espalda acompañándola de gemido, cuando entre por completo dentro de ella, me detuve para observar ese cuerpo que se me ofrecía, los ojos cerrados, la boca entreabierta, la respiración agitada haciendo subir y bajar esos pechos deliciosos que aun acostada sobresalían de su cuerpo, su cintura breve,. Lentamente disfrutando su estrechez comencé a entrar y salir lentamente, estaba tan lubricada que me permitía fácilmente salir por completo de ella y volver a invadirla lo que ella acompañaba cada vez con un gemido mas profundo que el anterior, al aumentar el ritmo la tome de la muñecas y lleve sus manos a los pechos, la imagen de verla cubriendo los pechos y marcada por los golpes me excito todavía mas lo que me invito aumentar el ritmo, me recosté con ella y ya sin salir nunca empecé a cogérmela a mayor velocidad, sus gemidos se hicieron continuos y la excitación la hizo agarrase fuerte de las sabanas y mover la cabeza de un lado al otro, después de un breve tiempo sentí como su vagina se contraía preludio de su orgasmo, y de su garganta salió un delicioso ¿qué es eso?, que termino con su cuerpo desmadejado y jadeante, resulta que ese magnifico ejemplar de hembra, casada desde hacia 8 años y que había parido dos hijos nunca sintió un orgasmo antes, no me salí de ella y me quede sintiendo como su vagina trataba de exprimir mi semen, sin resultado ya que yo todavía no había llegado.

Mientras se relajaba del primer orgasmo me acomode para darle una rica mamada a sus pechos cuando su vagina apenas punzaba decidí que era el momento de seguir cogiéndomela, le saque la verga y subí sus piernas a mis hombros recargue mi cuerpo para que se doblara y comencé a penetrarla, esta vez la penetración fue un poco mas difícil ya que la posición de las piernas y el que no estaba tan lubricada, también era mas profunda así mas que gemir pujaba hasta que tope con su matriz, empecé otra vez a meterlo y sacar lentamente, rápidamente su cuerpo fue generoso en lubricante y me facilitó el trabajo otra vez, el primer orgasmo fue «espectacular» rápido e intenso yo quería que este otro fuera lento y largo así que me tome con mucha clama, aumentaba el ritmo hasta sentirla punzar y luego volvía a bajarlo, su orgasmo llego después de un buen rato, la vibración continua de su vagina me hizo venirme, para lo que se la clave hasta la entrada misma de su matriz, al sentirse inundad por mi semen volvió a arquear la espalda en un espasmo antes de volver a quedarse «ida».

Me salí y me acosté junto a ella, me quede medio adormilado disfrutando de mi orgasmo, cuando desperté ella se había levantado, estaba en la sala con su bata aspirando, el ruido de la aspiradora hizo que no me escuchara al bajar la abrace por la espalda y ella se dio vuelta, y nos comenzamos a besar, cuando le dije que su bata me lastimaba no dudo en abrírsela para poder tener contacto directo otra vez con su piel, me dijo que le encanto que nunca había sentido algo así, le sugerí volver al cuarto pero ella me convenció que si mi Madre llegaba y la casa estaba sin limpiar la despediría, todavía no llegaba el momento de descararme así que quedamos en que a partir del lunes llegaría mas temprano, como no sabia que era un rapidin la empine sobre el comedor para darle el tercer orgasmo del día

Esa noche hice un análisis de cómo era, físicamente no se puede negar que me encantaba sin embargo había detalles que no me agradaban demasiado, no se rasuraba las piernas y el bello púbico estaba descuidado. Además la ropa que usaba no era precisamente sexi, ambas cosas podían ser arregladas fácilmente y me servirían de prueba de su buena disposición.

Continuara…

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