Capítulo 3

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Al fin lo conseguí con mi cuñada III – Final

Partimos a nuestra casa lo que se conversó y sucedió a los días después es materia de otro relato, que es el que viene ahora, camino a casa no cruzamos palabras sobre el tema, más bien fue un viaje en silencio, Verónica acurrucada en mi hombro y yo haciéndole cariño en sus piernas, de vez en cuando subía la mano y acariciaba su cara y su pelo, de repente me preguntó, ¿te gustó?. Si mi amor muchísimo, te admiro y te agradezco que seas como eres, me haz hecho muy pero muy feliz, y a ti te ha gustado.

Mucho, dijo, gocé y vi que tú y Laura gozaban como locas y eso me ha dado mucho placer y calentura, me di cuenta que Laura se sintió realizada como hembra y por otra parte mi macho nos hizo gozar a ambas, si mi amor me gustó mucho. Se acercó hacia mí y nos dimos un gran beso en la boca, metí mi mano en su entrepierna y encontré aun todo mojado por efecto de la tremenda relación que habíamos tenido.

Cuando llegamos a casa después de guardar el auto fuimos al dormitorio y nos acostamos desnudos como es nuestra costumbre, nos abrazamos y nos quedamos profundamente dormidos.

Al despertar como a las once de la mañana, vi a mi esposa durmiendo dándome la espalda, levanté la ropa y me deleité mirando su culito que aun tenía la marca del diminuto tanga que usa, pensaba en lo de la noche anterior lo maravilloso que fue la cacha con las dos hermanas, bastó eso para que se me parara el pico, le puse la punta en el entrepierna y empecé a presionar, todavía tenía líquidos en su vagina por lo que no se me dificultó mucho que entrara la cabeza, Verónica se despertó empujando hacia atrás, diciendo, aun te quedan ganas, si es que pensaba en todo lo que hicimos anoche y solo deseo metértelo y gozarte a ti, se retiró y se puso de espalda murmurándome al oído, ven caliente métemelo que te quiero sentir.

Me monté encima de ella y se lo metí casi en forma violenta, sintiendo un choro mojado y ardiente, nos abrazamos y besamos moviéndonos lentamente, Verónica comenzó a resollar y suspiraba e inmediatamente le vino un orgasmo violento que arrancó un tremendo grito.

Deduje que estaba pensando en lo de la noche y eso la excitaba sobremanera, así que se le pregunté, que te pasa mi amor estás pensando en algo especial.

Si, me respondió, en todo, fue tan rico, nunca me imaginé que llegaríamos a eso, lo que hemos hecho con las empleadas también a sido muy gratificante pero con Laura ha sido el sumo de las delicias.

Yo sentía en mi pico como cambiaba la temperatura de la vagina de ella, poniéndose cada momento más caliente lo que me dio un morbo espectacular, como estaba súper caliente no tardé en acabar con gritos y espasmos, fue una gran acabada, sacándole otro orgasmo a Verónica.

Nos quedamos abrazados un largo rato cada uno con sus pensamientos pero que eran los mismos. Luego nos levantamos, bañamos e iniciamos el ajetreo del día.

Alrededor de las doce y media sonó el teléfono, que contestó Verónica, era Laura, se saludaron y preguntaron como estaban cada una, Verónica le decía que muy bien y si acaso ella había tenido algún problema con Eduardo, Laura le decía que no, nada en absoluto, solo que se había despertado con una caña, (resaca) tremenda, efecto de lo mucho que había bebido lo cual no tiene costumbre, ahora fue a buscar a los niños a casa de mi suegra, por eso pude llamarte con tranquilidad y darte las gracias una vez más a ti y a Raúl, lo pasé maravilloso me siento plenamente mujer, satisfecha de sexo, dale besos a tu esposo, Verónica le responde que no tiene nada que agradecer, nosotros también lo pasamos extraordinariamente bien, te quiero mucho hermanita, Raúl también te manda besos. Después de conversar varias cosas cortaron.

El resto del día no se tocó el tema pues fuimos a casa de mi suegra ahí se nos pasó el resto de la tarde luego llegamos a casa y ambos estábamos muertos de sueño y nos acostamos a dormir ya que al otro día había que levantarse temprano a trabajar.

Durante siguientes días ninguno hizo mención a lo sucedido, hasta que el jueves en la noche Verónica recibe un llamado de su hermana para contarle que Eduardo que trabaja en una empresa del rubro metal mecánico, lo mandarían a una feria a Europa por una semana, a contar del próximo miércoles regresando al otro miércoles, conversaron del tema y otras cosas, al cortar Verónica me hace el comentario sobre el viaje de Eduardo, me alegro por él ya que siempre lo habían postergado para esos viajes.

Para mis adentros pensé, Laura estará sola el fin de semana por lo que habrá que preparar algo para estar los tres solos de nuevo.

Verónica al parecer leyó los pensamientos, ya que me dice, que estás pensando, que Laura estará sola el fin de semana, no de ninguna manera, respondí cínicamente, pero algo podríamos inventar.

Pasaron los días y el miércoles Verónica me llama al trabajo para decirme si en la noche podemos acompañar a Laura a dejar a Eduardo al Aeropuerto, a lo que accedo gustoso con tal de verla, partimos ella iba con sus dos hijos para despedir al padre, abrazos chaos besos y partió Eduardo.

Cuando íbamos de regreso a casa de Laura para dejarla con sus hijos, hago el comentario, podríamos juntarnos en nuestra casa el viernes a conversar un trago, ¿les parece?, claro que si saltó Laura a lo que Verónica dijo, por supuesto que sí. Como mi suegra, dijo Laura, siempre se quiere quedar con los niños los fines de semana, hablaré con ella. Hasta ahí llegó el tema, no se habló más.

Cuando llegamos a casa Verónica me dice, al parecer a Laura le sedujo la idea de juntarnos, parece que si, dije yo y a ti te ha seducido, le pregunté a mi esposa. Si me respondió ella, bastante, tanto como a ti, fresco, risas abrazos y besos. Esa noche tuvimos sexo en forma muy placentera, sin comentar nada de lo que ambos estábamos pensando y era lo que se avecinaba.

El viernes llegamos de nuestros trabajos alrededor de la siete treinta de la tarde, ambos nos duchamos y que damos en ropa liviana, Verónica con falda, tanga hilo dental, blusa y sin sostén y unas chalas de taco medio, yo con un pantalón de buzo sin calzoncillos una polera y una zapatillas de descanso.

Me puse a preparar unos tragos para damas pero más cargados al licor que lo que decía la receta, cercano a las nueve sonó el timbre y salió Verónica a recibir a su hermana Laura, se dieron un gran abrazo muy cálido y que encerraba un gran cariño, yo la saludé con un abrazo muy apretado y un beso en la boca con lengua.

Ella venía con un abrigo delgado y como en la casa la calefacción estaba muy agradable se despojó de inmediato quedando con un vestido mini, de una tela como de gamuza, con cierre por delante que no alcanzaba a llegar hasta el borde, quedando una graciosa abertura en sus muslos, completaba el cuadro unas medias color tostado y zapatos de taco alto.

Se pusieron a conversar ellas dos mientras yo servía el trago que había preparado, nos abrazamos en forma muy amistosa e hicimos un salud por estar nuevamente juntos, chocando los vasos, yo dije al seco por Uds. y ellas me siguieron bebiendo hasta la última gota.

Se sentaron ellas en el sillón grande mientras yo volvía a llenar los vasos y traía unos entremeses que había preparado Verónica, luego de un rato de conversación de cosas triviales Laura dijo, voy a llamar por teléfono a mi suegra para avisarle que ya llegué acá, así estará tranquila, se paró y partió donde estaba el fono yo me quedé mirándole el poto y las piernas que se lucían con el vestido corto, sentí en mi pierna la mano de Verónica que me dice, ¿te gusta?, fresco, está casi tan buena como tú, respondí dándole un beso en la boca y metiéndole la mano directo a su choro que se encontraba levemente húmedo, ella se me apretó, muy caliente y me dice, espera un rato, empieza con Laura. Encantado, asentí yo.

Cuando vuelve Laura comenta que los niños están acostados con su abuela y le había dicho que por cualquier cosa la llamara para nuestra casa. Como yo estaba sentado al lado de mi esposa me corro un poco más a ella y le hago espacio a Laura a mi lado quedando yo al medio de las dos mujeres. Hago un nuevo brindis chocando el vaso primero con Verónica y luego con su hermana a la que beso en la boca, se sorbió el liquido hasta desocupar de nuevo el vaso, se lo tomo y lo deposito en la mesa junto a l mío y le tomo la cara y le doy un nuevo beso en la boca, pero este si empieza a ser interminable, nuestras lenguas jugaban, se empujaban y con nuestras manos nos apretábamos la cabeza, como tratando de meterse uno dentro del otro.

Mi erección ya era bastante notoria en el pantalón del buzo, comencé a bajar mi mano hacia los pechos de Laura, tome el carro del cierre y lo corrí muy lentamente hacia abajo, hasta la cintura, dejando a la vista los lindos senos enfundados en un sostén blanco de gasa que resaltaba sus pezones, no duró mucho mi visión pues rápidamente le desabroche el sostén y se lo baje para acceder a sus tetas y comenzar a besar y chupar.

Como ya mi erección era total, Verónica me empujó para que me sentara más a la orilla del sillón procediendo a bajarme el pantalón y tomar mi pico con sus manos, se hincó en la alfombra y me los saco totalmente junto con las zapatillas, nuevamente tomo el pico y se lo introdujo en su boca, iniciando un chupete de película, mientras yo seguía chupando los senos de Laura.

Ya le había desabrochado entero su vestido y sacándole la parte de arriba por los brazos, dejándola desnuda de la cintura para arriba.

Le metí la mano directamente a su choro, encontrando una zorra depilada completamente mojada con el calzón metido en toda la raja.

Como pude la levante un poco para que pasara su vestido y calzón por debajo y sacárselo por completo dejándola totalmente desnuda.

Ella me sacó la polera, que era lo único que me quedaba, le metí un dedo en su choro hasta alcanzar el clítoris que no logré tomar bien cuando le vino un tremendo espasmo como inicio de un orgasmo tremendamente largo y violentísimo, así que aceleré mis movimientos en su choro para provocarle un mayor goce. Se reclinó hacia atrás apoyando la cabeza en el brazo del sillón quedando medio acostada en él.

Verónica continuaba con su chupete, pasándome la lengua a todo lo largo de mi pico llegando hasta los testículos y mirando de reojo la espectacular acabada que se había pegado su hermana. Lo que me llamó la atención fue la persistente mirada al choro de Laura.

Al quedar ésta acostada le levanté una pierna pasándola por encima de mí quedándome toda su depilada raja a la vista y que vista era la que tenía yo, me deleité un momento y luego metí mí cabeza entre sus piernas aspirando ese olor a hembra en celo, sorbí sus líquidos con mi lengua alcancé su clítoris y comencé a morderlo suavemente y succionarlo como si chupara un pico, no pasaron mas de dos minutos y se contorsionó violentamente con cualquier tipo de quejidos iniciando un nuevo orgasmo que la dejó extenuada en el sillón, lo juro que estaba tan concentrado en mi labor de hacer gozar al máximo a Laura, que me olvidé por completo lo que me hacía Verónica, solo me percaté cuando sentí los quejidos y suspiros de Verónica que también estaba acabando de una manera brutal, le conté en un lapso de un minuto dos orgasmos, creo que principalmente fue la situación de sentir gozar a su hermana y a mí.

Dejé a Laura un rato y me agaché para tomar a Verónica y ponerla de pie ante mí para comenzar a sacarle la ropa dejándola totalmente desnuda, me levanté tomando de la mano a ambas y partir a nuestro dormitorio donde estaríamos más cómodos.

Cuando llegamos al dormitorio nos acostamos en nuestra cama, yo al medio de ellas, sin mediar ninguna palabra Laura se fue directamente a mi pico y comenzó a chuparlo, pues al parecer era lo que deseaba sobremanera por la forma que lo hacía, lo tomó introduciéndolo por completo en la boca pasaba la lengua de arriba abajo y sonaba su sorbeteo que me producía una sensación de placer y de risa, mientras yo besaba a Verónica me acomodé para hacer un sesenta y nueve con Laura, poniendo a la vez a Verónica en sentido contrario para así tener acceso a las dos conchas al mismo tiempo, metía mi cabeza entre las piernas de Laura le chupaba su clítoris y jugaba con los dedos en la chucha de Verónica, luego cambiaba y chupaba la zorra de Verónica y jugaba con la de Laura y viceversa, mientras yo chupaba el choro de Laura Verónica miraba extasiada lo que yo hacía, en la segunda vez que me fui a la chucha de Verónica le alcancé a tocar y mamar un poco el clítoris y comenzó ha acabar en forma desesperada, y como les he contado que caliente es multiorgásmica por lo que tuvo tres orgasmos seguidos, con gritos que a la vez contagiaron a Laura que también acabó, pero sus gritos se acallaron un poco por el hecho de tener el pico metido en la boca.

Cuando ya Verónica se tranquilizó un poco le seguí chupando la concha a Laura y Verónica se puso hincada a mirar como le chupaba la zorra a su hermana, estaba tan cerca de mi cara que yo la levantaba y besaba su boca refregando en su cara los líquidos que tenía de ambas por todo mí rostro, pensé que no le gustaría pero me equivoqué ya que sola refregaba su cara en la mía, quedándole hasta el pelo impregnado de ese líquido.

Me excitaba sobre manera la situación que estaba viendo, Verónica a escasos centímetros del choro de su hermana mojada su cara y pelo con los líquidos que salían de él. Sentí que iba ha acabar por lo que preferí salir de esa posición para liberar mi pico de la boca de Laura, pero sin sacar mi boca de entre sus piernas, así seguir gozando de tener la cara de Verónica a mi lado, cada cierto rato cuando yo juntaba bastante líquido de Laura daba vueltas la cara y le daba un beso en la boca a mi esposa traspasándole los líquidos a su boca, junto con meterle la lengua hasta el fondo, para sorpresa mía Verónica en vez de rechazar tal actitud me daba los besos y se refregaba contra mi cara empapándose en todo su rostro de esos jugos maravillosos que emanaba Laura.

Al tercer beso que le di a Verónica llenándole su boca de jugos, ahí me percaté que se estaba masturbando y alcanzó el orgasmo al tragarse lo que yo le había depositado, fue un orgasmo distinto no tan furioso como los anteriores, pero no por eso de un gran placer.

Mientras Laura con sus manos se abría los labios vaginales quedando a mi vista un tremendo hoyo que yo lamía y lamía hasta arrancarle otro tremendo orgasmo, fue una acabada de película, durante todo el orgasmo ella no soltó los labios abiertos, siempre manteniendo ese hoyo a la vista, por lo que levanté mi cara y deje esa exposición a la vista de Verónica, la que miraba extasiada la concha de su hermana, que chorreaba de jugos, Verónica me tomó la cabeza y me la llevó a la zorra de Laura para que siguiera chupándola, luego metió su mano tomando mi cara y darme un beso en la boca traspasándole los jugos que yo había sacado.

Al pasar la mano para tomarme la cara yo vi que restregó su mano en los labios vaginales de Laura, pensé que era idea mía pero cuando me llevó de nuevo la cara al choro de Laura nuevamente se lo rozó, sí esta vez dejó un momento su mano en contacto con esa chucha mojada y ardiente. Este hecho me hizo bajar todos los morbos y los recuerdos de las relaciones de Verónica con la Pilar esa mocosa exquisita con que habíamos gozado los dos. Con esos pensamientos me salí de entre las piernas de Laura, a la que tomé poniéndole un par de cojines en las caderas dejándola muy levantada yo me hinqué entre sus piernas quedando su choro justo a la altura de mi pico, cuando se lo iba a meter en el choro a Laura, Verónica lo toma y lo empieza a chupar, demostrando una calentura bárbara. En los años que llevamos juntos y pese a todas las cosas que hemos hecho, jamás la había visto tan ansiosa, con una tremenda desesperación de hacer algo.

Como al estar Verónica chupándomelo y yo hincado a punto de metérselo en el choro a Laura, el rostro de Verónica quedaba rozando la pelvis de su hermana, con mi morbo enorme que sentía en ese momento, presioné la cabeza de Verónica dejándola apoyada en la pelvis y retiré mi pico de su boca, por lo que esta quedó casi en contacto con la chucha de Laura, me bastó girársela un poco y Verónica quedó apoyando sus labios en los muy pocos pelitos que tenía Laura en su zorra, nuevamente ejercí una leve presión en su cabeza hasta que los labios tomaron contacto con los labios vaginales de Laura, quiso retirar la cabeza pero no la dejé, diciéndole, hazlo si lo deseas. Fue suficiente para que Verónica se largara a chuparle el choro de una manera que solo ella sabía hacerlo.

Miré la cara de Laura, que al parecer no se percató de lo que pasaba, solo demostraba ese rostro un gran placer, placer que se tradujo en una convulsiones que indicaban la llegada de otro gran orgasmo, así fue comenzó a contornearse de una forma lanzando quejidos y gritos de placer que fueron prontamente seguidos por los gritos de Verónica, quién también llego al clímax, con un tremendo orgasmo. Yo solo era veedor de un espectáculo sin precedente, como me habría gustado tener en mis manos una filmadora para inmortalizar los gestos de ambas hermanas, la cara de placer de Verónica, con una desesperación con que chupaba la zorra de Laura y lo maravillosamente bella que se veía ella acabando abrazada al culo de su hermana.

Cuando quiso retirarse, fui yo quién le dio un beso en la boca, impregnándome de los jugos de Laura a través del rostro de Verónica, jugos que habían saltado mojando los almohadones que tenía en sus caderas, me abracé a Verónica quién me besó y me apretó queriendo fundirse en mi cuerpo. No hubo palabras, sobraban, no procedía decir nada en ese momento.

Me tiré encima de mi esposa abriéndola de piernas y metiéndole el pico de un solo empujón, dado a la tremenda calentura que experimentaba, su zorra estaba muy pero muy lubricada por lo que mi pico se fue solo hacia adentro, nos quedamos quietos besándonos y gozando, es una de las cosas que más le agrada, tener el pico metido y quedarse quieta sintiendo como palpita en su interior, ella contrae su vagina de una manera muy rica, acto en el cual ambos sentimos un gran placer, incluso a veces ambos acabamos de esa manera, casi sin movernos, le recomiendo que lo experimenten y verán que es sensacional.

Mientras tanto Laura tendida al lado nuestro nos contemplaba embobada, mientras nos dispensábamos una relación a todo dar. Luego de un momento, cuando sentí los primeros síntomas de una inminente acabada por parte mía, me despegué de Verónica, poniéndola al igual que Laura, sobre los cojines, para a donde apuntaba esto, repetir lo que había hecho antes.

Quedó mi pico a la altura del choro de Verónica, le comencé a pasar la cabeza del pico por los labios vaginales, resbalaba solo por la gran lubricación que tenía, junto con mi líquido que salía, de repente acerco a Laura para que me lo chupe, no se hizo de rogar, era una de sus aficiones por tanto tiempo reprimida, fui acercando su cara al choro de Verónica conjuntamente con mi pico, cuando tomo contacto su rostro con los bellos de la chucha de su hermana, sujeté su cabeza dejándola apoyada en ellos, acto seguido retiré mi pico y doble la cabeza de ella a la chucha de Verónica, con tal suerte que los labios quedaron directamente apoyados en la zorra de Verónica, Laura quiso echarse para atrás, pero lo impedí ejerciendo una mayor presión hacia el entrepierna de Verónica, esta consiente de lo que yo estaba tratando de hacer tomo con ambas manos la cabeza de su hermana y la mantuvo pegada a su choro, Laura no demoró mucho en darse a ese placer, iniciando una succión como la lesbiana más experimentada del mundo, resultado de la calentura acumulada y de lo que su hermana le había otorgado antes, yo me retiré dejándolas actuar libremente, solo suavemente saqué los cojines de las caderas de Verónica para permitirles un libre accionar, me senté en la cabecera de la cama tomando las nalgas de Laura y girándola para que se ubicara en un sesenta y nueve con su hermana, reconozco que bastante me ayudó Verónica, pues tomó a Laura pasándole una pierna por sobre ella y quedó con los brazos entre las piernas de Laura permitiéndose abrirle la zorra apartando los labios y dejar a su vista tremendo hoyo, agujero que aun no había podido ser penetrado a entero gusto y gozar con el pico en su interior, pero al parecer la lengua de Verónica estaba haciendo maravillas pues ambas gritaban de placer, señal que las dos estaban alcanzando sendos orgasmos casi al unísono, yo no daba más de caliente, solo con mirar ese espectáculo ya me iba de acabada, como pude me acomodé tras Laura que tenía su hoyo a mi vista, abierto por las manos de Verónica, por lo que me costó muy poco meterle el pico, apartando un poco la lengua de Verónica, iniciando un mete y saca violento, profundo, me detenía y sacaba el pico para ponerlo en la boca de mi esposa, luego ingresaba al choro de Laura en forma bruta arrancándole gritos de dolor y placer que repentinamente ayudaron a que no pudiera aguantar más y solté un chorro de moco en su interior retirándolo de ahí para soltar el segundo chorro en la boca de Verónica, lo introduje de nuevo en esa zorra llena de semen, para soltar los siguientes chorros de moco, sí esto acompañado de unos gritos de placer, gritos que deben haberse escuchado en la China, pues no me contuve en lo más mínimo, dando rienda suelta a mi descarga, dado a que lo que sentí en ese momento al ver a las dos hermanas acabando con su sesenta y nueve y mi pico entrando en ese hoyo, fue superior a mis fuerzas de retención.

Juro que caí agotadísimo a un costado de ellas, en cambio ellas siguieron en lo que estaban, como al parecer yo las estorbaba en su placer, sí Verónica chupaba el semen que yo había depositado en el choro de Laura, lo que a mi parecer le producía un tremendo goce.

Me quedé inmóvil deleitándome con el espectáculo, hasta que Laura fue la primera en acabar, una acabada de esas brutales, mientras Verónica le metía tres dedos en el culo, cuando Verónica sintió como acababa la otra, inició un orgasmo tremendo lleno de lujuria y de placer, yo solo miraba no quise por ningún motivo interponerme en el desarrollo del acto que estaban viviendo, habría sido un crimen.

Después de un largo rato en que solo se sentían sus suspiros y la respiración agitada de ambas, Verónica se giró un poco para mirarme, le guiñé un ojo y le murmuré, estuviste fantástica mi amor, tienes una cara de haber satisfecho algo que profundamente tenías guardado, te amo mi vida.

Ella me respondió, yo también te amo, mi amor, anda al living déjanos solas por un momento. Accedí de inmediato, por algo me lo pedía mi esposa, salí del dormitorio claro que obviamente dejé la puerta sin cerrar completamente, llegué al living, metí bulla con los vasos, me serví un trago, lo necesitaba luego de tremendo ajetreo y sigilosamente me desplacé al dormitorio, para mirar por el resquicio que había dejado en la puerta, ¿Qué es lo que vi?, ambas hermanas abrazadas y conversando en voz baja, después supe ya que me lo contó Verónica con pelos y señales, pero en ese momento solo veía un tremendo abrazo y de súbito Laura tomó el rostro de Verónica y le plasmó un beso en la boca, beso que fue correspondido por mi mujer, ambas se metían las manos por el pelo y se apretaban la cabeza.

Este acto evidenció que aparte del cariño de hermanas, había una tremenda alegría y calentura por lo efectuado, por ese tremendo descubrimiento y entrega, continuaron así por algún espacio de tiempo en el que no me perdí ningún movimiento, solo que no escuchaba lo que conversaban. Verónica soltó el rostro de Laura y me llamo, Raúl, ven te necesitamos, yo me demoré un poco, volviendo al living metiendo ruido con los vasos, entré a la habitación encontrándolas aún abrazadas masturbándose mutuamente, me coloqué entre ellas dos pero a la altura de las piernas para no perder ningún detalle de cómo se tocaban los choros cada una, metí mi cabeza en la entrepierna de Verónica, cuando las dos me dicen, te vamos a estrujar hasta dejarte seco y se tiran encima mío, Verónica a cabalgar en mi pico y Laura se sienta en mi cara para que le siga chupando la zorra. Lógicamente que me entregué a tan maravilloso suplicio, no tardé mucho en acabar conjuntamente con el orgasmo de Laura sobre mi boca, lo que no pude ver que luego lo supe, era que mientras cabalgaba una en mi pico y yo le chupaba la zorra a la otra, ambas se besaban con una pasión sin freno.

Me rendí extenuado, ambas se ubicaron a mis costados, haciéndome cariño, Laura le dice a su hermana, tengo que ser franca con Uds. extrañé esta relación en estos días, quise hacer lo mismo con Eduardo y este se enojó diciéndome que qué me pasaba, solo le dije que tenía ganas de chupárselo, el me respondió que eso lo hacían las putas.

Yo la tomé y le dije, eres la segunda puta más maravillosa que existe, no te preocupes por lo que él te dice en lo referente a sexo, él es así, nosotros tres somos como somos, esta es tu forma de ver el sexo, disfrutémosla, ¿te parece?, por supuesto que si, dijo ella. Verónica la tomó y le da un beso, hermanita al fin nos henos complementado en algo que nunca supusimos que nos agradaba a ambas, nunca es tarde para comenzar. Nos tapamos con la ropa de cama y nos abrazamos los tres.

Verónica comenzó a hacerme cariño en el pico con una mano, mientras con la otra acariciaba un seno de Laura, esta inmediatamente reaccionó e inició una serie de caricias en el busto de Verónica, Laura golosa bajó a chupar mi pico, que lentamente comenzó a revivir, mi esposa al sentir como lo chupaba su hermana, también bajó a chuparlo, ambas se turnaban llevándoselo a la boca aprovechando de besarse mientras jugaban con el pico que ya se había recuperado y tenía una buena erección.

Algo cuchichiaban entre ellas y empezaron a masturbarse mutuamente mientras ambas me masturbaban y me lo chupaban, no tardó mucho Verónica en provocarle un orgasmo a Laura quién al comenzar sus quejidos hizo que Verónica también acabara. En ese momento las dos se turnaban par echarse el pico a la boca.

Yo me deleitaba viendo como una le metía los dedos en la zorra a la otra, era tanto el éxtasis que expresaban con sus gritos que no aguanté más y comencé ha acabar en forma violenta. Como estaba casi sentado en la cama, pude apreciar como entre las dos se tragaban el poco semen que apenas me salía, siendo Laura la que se quedó con el pico en la boca, succionando como para sacar más y más moco. Obviamente después de tremenda acabada, quedé lacio resollando de cansancio, nuevamente se puso cada una a mis costados, nos abrazamos y en silencio nos dormimos profundamente ya alrededor de las cinco de la mañana.

Como a las nueve me desperté, y me levanté directo al living, tomé la ropa de mis dos mujeres y la llevé a nuestro dormitorio, para borrar las huellas de lo que ahí había sucedido, pues luego llegaría Sonia, la criada, salí de nuestro dormitorio y me dirigí al dormitorio de visitas para desarmar la cama aparentando que en ella había dormido alguien, me tendí un rato sobre la cama, rememorando lo sucedido, paso a paso, desnudo como andaba siempre por la casa me quedé un poco traspuesto, reaccionando solo cuando sentí la voz de Sonia que me decía, buenos días Dn. Raúl, ¿porqué está durmiendo en esta habitación, discutió con la señora?, nooo… dije, no te preocupes, es que ha venido su hermana a dormir acá y se han quedado conversando toda la noche, tu sabes como son Uds. las mujeres para darle a la conversa y yo quería dormir un poco por eso me vine para acá.

Ella se rió y me miraba el pico que se encontraba a medio camino de una erección, de caliente degenerado y con una morbosidad sin freno, con una idea fija en la sucia mente, me paré y la tomé por las tetas, empezando a puntearla por atrás y besarle el cuello, ella se dejó pues yo sabía que eso le gustaba mucho, sin mediar mayor trámite la hice agacharse y apoyarse en una silla, le levanté el vestido le corrí el calzón y se lo metí sin mucho miramiento, arrancándole un gritito de placer, inicié un movimiento lateral y un mete y saca prolongado, la pobre como hacia tanto tiempo que yo no le daba nada, gozaba como endemoniada no tardando en comenzar su orgasmo que hacía días debe haber necesitado y lo tenía reprimido, yo la ayudaba moviéndome y manoseándole las tetas como a ella le agradaba que yo le hiciera. Eran tantas las veces que me la había culiado que le conocía el más mínimo de sus gustos y preferencias, ya llevaba dos años con nosotros.

Cuando ya se aquietó de su tremendo orgasmo, se lo saqué, nos besamos y le dije, voy ha ir a despertar a las señoras, para que tomemos desayuno, ella se sobresaltó diciéndome, va así desnudo estando la señora Laura en la pieza, si no te asustes, dije, total todo queda en familia, partí y me metí a la cama entre las dos hermanas despertándolas a besos y cosquillas en sus respectivas chuchitas que aún estilaban exquisitos jugos, al meter mi cabeza bajo las sábanas me llegó un marcado y exagerado olor a sexo lo que me hizo salir rápidamente a la superficie, diciendo, chiquillas han amanecido un poco fuerte, nos hace falta una ducha a todos. Verónica rió y me dice tú tienes todo el pico mojado, que estuviste haciendo, nada dije, nada mi amor, llegó Sonia y nos servirá desayuno.

No seguiré relatando lo que sucedió todo ese día, pero se los resumo en que hacía mucho pero muchísimo tiempo que no culiaba tanto en un solo día, no sé de donde saque pico y fuerzas para darle a esas dos mujeres después que se fue Sonia a la hora de almuerzo. Esa noche me acosté reventado.

Estas sesiones las hemos seguido repitiendo. Con distintas excusas va Laura a nuestra casa, dejando a los niños con Eduardo, su esposo, o cuando este sube a la nieve con ellos, o dejándolos en casa de su suegra.

Las dos hermanas practican sus relaciones mientras yo las observo y luego me dan duro a mí y yo a ellas.

Les contaré que la última tarde completa que estuvimos juntos fue ahora el fin de semana del sábado treinta y uno de Agosto, desde las cuatro de la tarde hasta las diez y media, hora en que llegó Eduardo de la nieve con los niños, para quedarse un rato con nosotros e irse con su esposa, mientras el esquiaba yo me culiaba a su señora y se comían ambas hermanas.

Es y será una relación maravillosa, durante la semana estamos programando algo para la semana de fiestas Patrias, que como son varios días libres los que tenemos en Chile, dejarnos alguno para darnos con todo, me dan ganas de incluir a Sonia para tener un trío de mujeres en la misma cama, veremos que opina Verónica tengo que trabajar mucho en el tema, si sucede algo obvio que se los contaré.

Continúa la serie