Cuando la realidad supera cualquier relato

Después de un intenso año de trabajo mi esposa Ana y yo decidimos marchar a Camping de la Costa Norte para pasar unos días de descanso.

Mi esposa estaba embarazada de seis meses pero no había perdido su atractivo, todo lo contrario el pecho le había engordado lo que la que hacia que fuera mas atractiva.

Pero con nueva situación había perdido totalmente el apetito sexual y yo llevaba los seis meses masturbándome a solas ingeniándome todo tipo de fantasías.

Ella mide 1.70 cm. tiene unas tetas de locura y ahora más aun, había detectado que durante estos seis meses le había engordado un poco los labios vaginales lo cual me ponía como una moto, el pelo lo tiene castaño con mechas rubias en definitiva una mujer muy atractiva y aunque estaba embarazada no ha perdido su atractivo.

En ocasiones cuando hacíamos el amor, antes de quedadas embarazada, nos imaginábamos situaciones en la que mi mujer me compartía con otro tío lo cual provocaba que se excitara bastante y si esto estaba acompañado de alguna peli porno los orgasmos eran múltiples.

Aunque su educación nunca le había permitido realizar este tipo de fantasías (al principio ni con la mente) poco a poco se ha ido desinhibiendo y cada vez las fantasías eran mas placenteras.

Bueno volviendo al relato después de un día de viaje llegamos al camping y procedimos a la instalación de la tienda, era medio día comimos algo y dimos una vuelta para ver todo los alrededores, era muy bonito todo verde y mucho bosque.

Mi mujer se dio cuanta de algo que yo no aprecie, las duchas y baños eran compartidas tanto para hombres como para mujeres, esto le molesto un poco pero le dije que cuando se duchara llevara el traje de baño y todo solucionado.

Durante todo el paseo observamos que había pocos clientes unas quince tiendas en un camping con capacidad para seiscientas, no era de extrañar dado en la época ( finales de septiembre).

Llegando a la tienda nos disponíamos a dormir una siesta vinos a un pareja recién llegada que nos saludo con la mano.

El era un chico de color de 1,95 cm. aproximadamente y ella una chica también de color de 1.75 cm. por cierto ambos bastante atléticos, a mi me pareció que ella estaba muy buena.

Ya en la tienda mi esposa comento que le alegraba que tuviéramos a gente tan cerca así podíamos charlar y estaríamos mas acompañados.

Nos desnudamos completamente para dormir, a mi me apetecía un poco de sexo pero mi esposa se negó, por lo que me di media vuelta y me dormí, note como Ana se levanto varias veces para hacer «pis» ya que desde que esta embarazada orina bastante.

Así transcurrió la tarde, cuando nos despertamos le propuse a Ana el darnos una ducha para luego salir a cenar.

Así lo hicimos cogimos nuestros objetos de ducha y nos dirigimos a la misma. Me choco que mi esposa no se pusiera el traje de baño solo una camiseta. Le regañe un poco porque tenia el pubis peludo y me dijo que no le importaba y que con tan poca gente nadie la vería en la ducha.

Cuando llegamos a las duchas nos preparamos y escuchamos que había alguien mas duchándose, pero no le dimos importancia. Estas estaban compuestas por dos filas de tres unas enfrente de las otras, yo no tarde en desnudarme y me metí en una de ellas, mi mujer se metió en la de al lado. En la ducha de en frente estaba nuestro vecino, me impresión el cuerpo del chico todo marcado de musculatura y la polla de 30 cm., nos saludamos y todos seguimos a lo nuestro.

Aunque no pude ver a mi esposa se que ella no ahorro en miradas al chico.

Este se enjabonaba todo su cuerpo cada que se frotaba por su barriga y piernas su polla se movía para los lados como un péndulo, pude observar como disimuladamente observa a mi esposa, a la vez que le resbalaba la espuma por todo su cuerpo, esta situación me excito tanto que me tuve que volverme para que no viera como me empalmaba.

Él chico termino antes y se marchó con un «hasta luego», cuando volvimos para vestirnos no comentamos nada mi esposa ni yo, pero se palpaba en el ambiente un sensación nueva para nosotros.

Llegamos al restaurante del Camping y solicitamos una mesa para dos, el camarero nos dijo que alguien nos había invitado a compartir su mesa era nuestro amigo y su esposa, a lo cual accedimos. Pronto entablamos varias conversaciones el se llama Walter y era arquitecto, ella Sofie y era medico ambos nacieron en Nueva York pero llevaban bastante tiempo trabajando en España. Después de cenar y tomar una copa nos comentaron que se tenían que ir a dormir porque Sofie tenia que volver al hospital temprano y no volvería en dos días, hasta el viernes para pasar ya diez días de vacaciones junto a su esposo. Todos volvimos nuestra respectivas tiendas.

Ya acostados comentamos Ana y yo lo agradables que eran, y de forma jocosa le dije que además tenía una buena pistola. Mi mujer se reía y me dijo que le había dado un poco de corte lo ocurrido en la ducha pero que le había excitado que alguien al viera desnuda en su estado. A mi eso me puso la polla muy dura y le empecé a acariciar el chochete, ella abrió inmediatamente las piernas, note como le fluía su liquido vaginal como nunca, perecía un río de lava, cerro los ojos y me dejo que la acariciara durante bastante rato, el tacto de si vagina era mas suave que nunca, podía notar su grosor y como el entraba mi dedo con facilidad, lo sacaba y lo metía cada vez mas fuerte, esto hacia que ella moviera la cabeza para los lados y de vez en cuando suspirara, yo le dije al oído que si se acordaba de la polla de nuestro vecino, pero ella no contesto, se limitaba a cerrar los ojos y a gozar, a mi me excitaba bastante imaginar que ella pensaba en Walter, a la vez que la acariciaba me hice una paja y le chupaba sus pezones, me encantaba meterme esos pechos tan enormes en mi boca, con tanta excitación no tardamos ambos en corrernos.

Al día siguiente mi mujer me dijo que invitara a Walter para comer ya que se encontraba solo, fuimos al pueblo andando, la comida fue muy amena. Cuan volvíamos comenzó a llover de una manera torrencial, empezamos a correr y le dijimos a Walter que nos acompañara a le tienda y le invitaríamos a un café. Estábamos chorreando y mujer nos dio unas toallas para secarnos, Walter propuso desnudarnos ya que a el no le importaba, mi mujer me miro ruborizada y yo asentí con la cabeza. Comenzó el morbo nos sentamos los tres en el suelo y empezamos a charlar completamente desnudos, mi mujer estaba en medio de los dos y note que cada vez que se levantaba se y rozaba con Walter se lo ponían los pezones de punta. Nuestro amigo y yo empezamos a tomar Coñac ni mujer se negó por su estado, y el ambiente empezó a caldearse, entre risas y chistes empezamos a contar historias sexuales vividas. Walter nos comento que la situación de la ducha le había excitado, yo entre risas le dije que mi también pero que a mi esposa más, por la cara de mi Ana pude ver como se enfado bastante, pero no se corto un pelo y dijo que como no «una Herramienta como la de Walter era una especie en extinción» . Este ni corto ni perezoso premió a mi esposa con un beso en la mejilla, para añadir mas morbo al asunto, yo pregunte a Walter si permitía a mi esposa tocársela un poco, este contesto que encantado que seria un placer que una mujer tan bella le tocara la polla. Mi mujer se quedo supercortada, pero Walter le cogió la mano y se la llevo a su pene, ella empezó a tocarla con mucho miedo y muy despacio a la vez que me miraba. Nuestro negrito no tardo en besar en la boca a mi esposa, varias veces en los labios hasta que consiguió meterle la lengua hasta la garganta en un beso prolongado, mientras mi esposa no soltaba la herramienta y la movía cada vez más fuerte podía ver su pequeña mano tan blanca y como le salía esa polla por todos lados. Empezaron a abrazarse como si yo no existiera, la polla de Walter se le puso como tres veces la mía de grande, le cogió la cabeza a Ana y la bajo hasta la altura de la polla y se la metió muy despacio en la boca, no me corrí de milagro, era alucinante ver a mi esposa comerse la polla de un negro con esas ganas, la venas de la verga parecían que podían estallar.

Esta situación tenia que quedar inmortalizada y cogi mi cámara de video, después de un buen rato Walter la tumbo en la colchoneta y empezó a chuparle los pezones, se metía uno en la boca y pellizcaba con sus dedos el otro, poco a poco fue bajando pasando la lengua por todo su cuerpo hasta que le metió la lengua en pleno coño, con sus manos acariciaba la voluminosa barriga de mi señora, ella se abría de piernas y presionaba la cabeza de su amante a su coño, gritaba de placer y de vez en cuando me miraba, yo esta atónito pero seguía grabando todas las secuencias, por primera vez veía follar a mi esposa con otro.

Seguía con la legua en el clítoris gritaba «dame mas, mas «, Walter movía el clítoris con sus dedos, el cual engordo como nunca se lo había visto, a la vez que metía su legua dentro de la vagina, después de retorcerse de placer mis esposa empezó a gritar, ¡que me meo, me meo, me meo, me meo,!!! Walter quito su cara y allí estaba Ana tumbada boca arriba con las piernas abiertas en par en par y meándose como una guarra en la cara de otro, parecía una ninfa, yo le sonreí.

Pero a Walter parecía que no le molesto, se meneo un poco su polla ya que se le había quedado algo floja y se puso encima de Ana sin echar el cuerpo para no aplastar la barriga y le metió la polla, muy despacio, y poco a poco aumentaba el ritmo, mi mujer esta boquiabierta, no se lo creía, no podía ni gritar, a escena era para grabarla, su barrigón y sus tetas moviéndose para los lados al ritmo que marcaba nuestro amigo.

Cambiaron varias veces de postura ahora arriba ahora como los perros, intento metérsela por el culo pero la gran polla y un grito de dolor de ella hizo que desistiera, mi mujer gritaba a menudo follame mas, mas,!!!! mas. Unas de las posturas mas morbosas fue cuando mi esposa se coloco en cuclillas dándole la espalda a su amigo con una mano se agarro al fornido hombro de este y con otra se metió la polla muy despacito, la barriga y el coño se unieron, el cilindro le entraba parecía que podía reventarla. Cuando Walter estaba a punto de correrse mi mujer que para eso es muy clásica se puso boca arriba con las pierna abiertas para que este se la metiera, dio varias envestidas y se corrió como un animal, soltando mas semen que yo en toda mi vida. Me encajaba ver como chorreaba su polla por los pelos del coño de Ana y como salía de su agujero que se había quedado mas abierto de lo normal. Se tumbaron los dos me miraron y empezaron a reírse.

Yo le dije a Walter que esto no había acabado, me subí encima de Ana y se la metí hasta los huevos de una envestida, Ana grito, yo le daba mas fuerte que nunca, me encantaba sentir su flujo con el semen de Walter, su coño estaba súper lubricado, la sacaba y la metía con mas facilidad que nunca hasta que me corrí, me sentí como un cornudo, pero jamás había sentido nada igual.

Decidí en ese momento que ser un cabrón era lo mío me gustaba que mi esposa se comportara como una puta en la cama y una señora en la calle.