Encontré en el baño el consolador de mi prima

Me presento soy Enrique y con tan solo 17 años soy todo un experimentado en el sexo.

Ya probé de todo, anal, oral (soy todo un experto chupando conchitas, en especial si están bien depiladas) y por supuesto vaginal, con grandes, chicas, pendejitas de solo 13, etc..

Mido 1,78 m., peso 70 kg y soy rubio y de ojos celestes.

Aunque estas suelen ser las condiciones de un chico perfecto yo no me considero como tal, lo que pasa es que yo antes pesaba 95 kg y después de un estricto régimen y pileta, soy un adicto a la pileta, logré ser lo que soy y por lo tanto se lo que es ser de los feos.

Lo bueno para las chicas es que lo único de mi que no se achicó después de la dieta fue mi pija.

Sigue gruesa y larga como antes e incluso creció unos centímetros, 25 cm x 5 cm en la ultima medición.

A esto se debe mi éxito con las mujeres.

Pero ya basta de hablar sobre mi mismo y pasemos al relato que les quiero contar.

Es el primero que escribo y por lo tanto voy a narrar mi primera experiencia.

Todo sucedió hace diez meses, yo tengo una prima, la llamo prima pero en realidad es mi tía, lo que pasa es que solo tiene 21 y por la diferencia de edades ella prefiere que le digamos prima.

Bueno, la cuestión es que está re buena, medio morochita, flaquita y lo mas importante, tiene un culo que dan ganas de partirlo. En cuanto a sus tetas, no son demasiado grandes pero están bien paraditas.

Todo empezó cuando cierto día entré a su cuarto y vi que sobre la mesa había dejado un sobre.

Yo con mi curiosidad lo abrí y descubrí, con gran sorpresa, unas fotos de Mari, así le decimos, siendo penetrada por el novio. Tomé alguna de las fotos y me metí al baño para echarme un par de pajas.

Después de terminar, se me ocurrió revisar sus cosas personales que ella guarda en una bolsa en el baño. Nada llamó mi atención, solo toallitas femeninas y tampones, hasta que ví otra bolsa dentro de la primera.

Oh sorpresa, dentro encontré un consolador tamaño familiar. Era impresionantemente grande.

Escuche un ruido, dejé todo en su lugar y salí del baño con la desgracia o más bien la suerte de encontrarme a Mari en la puerta con el sobre en la mano.

¿Estuviste viendo mis fotos no? Me dijo con voz de pícara

Eso no se hace y menos sin pedir permiso. ¿Cómo vamos a arreglar esto? Si por lo menos pudieras hacerme gozar, pero con esta chotita no vas a hacer nada. Dijo esto mientras se dirigía a palpar mi palo y se quedó callada al sentir las dimensiones.

Mmmm, arece que estas bien desarrollado, me dijo.

Con todo esto yo estaba a mil y lo único que dije fue: si, querés probar.

Ni lo pensó, se bajo los jeans ajustados que traía y bajó los míos también, después me sacó el eslip y comenzó a chuparme la chota.

Estuvo así hasta que le pedí que hiciéramos un 69, lo cual aceptó de buena gana. La tiré a la cama y la bajé la tanga extrafina que tenía.

A la vista quedó un chochito espectacular que invitaba a ser comido, eso hice y así estuvimos durante 15 minutos hasta que yo acabé. Me limpió bien la pija con la lengua y me pidió a gritos

PONEELA!!!!!!!!!!!!no aguanto más, no podés chupar así pendejo

Para que. Ni bien escuché esos gritos de puta caliente la di vuelta y se la clavé de una sola vez.

Gimió un poco y empezó a moverse como una poseída.

Su super culo chocaba en mi abdomen y llegó el gran momento, ella se corrió toda y yo con ella. Salió tanto semen que rebalsaba de su concha.

Pero esto no quedó así. Yo tenía su culo a la vista y no iba a perdérmelo.

La acomodé y sin avisarle le partí el ojete de una sola vez.

Como era virgen del culo pego un grito que debe de haberse oído por toda la casa ya que sentimos al rato que tocaban la puerta y era mi tía que quería saber lo que pasaba adentro.

Que momento, yo con la pija en el culo de mi prima y ella pidiéndome a gritos que siguiera mientras mi tía tocaba la puerta.

Mari entre gemidos, le dijo que estábamos haciéndonos cosquillas y mi tía se fue.

Seguí propinándole la culiada.

Acabé en su ojete y se la volví a poner por la concha.

Estuvimos como 40 minutos y me tuve que ir.

Pero esto no termina aquí, volvimos a juntarnos y esta vez su juguete participó en la acción, pero eso lo dejo para la próxima.