Capítulo 2

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Dominado por una mexicana II: Sin voluntad

Finalmente acabo de vestirme y acudo a los aposentos de Lady Marina, donde se encuentra Marga esperándome en el servicio:

¡Muy bien esclavo!, entre tus labores se encuentra atender a las necesidades particulares de tu ama.

Ten en cuenta que Lady Marina suele recibir visitas de sus amigas, para mostrarles sus posesiones y el arte de su dominación, en ese caso tu trabajo se multiplicará , pues tendrás que servir a sus invitadas.

Empecemos por el baño, entre tus labores está prepararle el baño a la señora, mediante una exacta composición de sales de baño y con la temperatura del agua exacta.

Será bueno que aprendas rápido, y tu culito te lo agradecerá, de todas maneras la señora es muy buena con el látigo corto, de tal manera que te ayudará a aprender.

No hay que decir que la higiene aquí debe ser exquisita, y como podrás comprobar aquí no hay papel higiénico. Muy simple, el papel higiénico es tu lengua.

Tal vez esto te resulte un poco asqueroso y desagradable, pero no te preocupes, te ayudaré dejando que practiques en el baño del personal de servicio.

Pronto le cogerás el gusto e incluso suplicaras por introducir tu sucia lengua en nuestros culos, ya veras.

Pasemos a la habitación: el orden y la limpieza de la ropa interior de la señora es labor tuya, es parte de la recompensa.

La señora me contó como te gustaba pajearte con la ropa usada que te enviaba discretamente por correo.

El problema es que el aparato que llevas colocado te recordará que no estás autorizado a empalmarte sin permiso.

Lustrarás su colección de zapatos a diario, y como se que eres un fetichista del calzado, no te importará hacerlo con tu legua ¿verdad?.

Procura hacerlo con cuidado para que no lastimes el cuero con tu sucia saliva. Realmente vas a tener el privilegio de besar y lamer por donde Marina pisa ¿excitante verdad?.

El lugar donde dormirás es en la alfombra a los pies de la cama de tu ama, boca arriba, con sus zapatillas sobre tu cuerpo.

Despertarás a tu ama como si fueras un perrito, lamiendo suavemente su sexo o pies y le tendrás preparadas las zapatillas prestas en tu boca para ponérselas. Tal vez y si eres muy servicial te dejará vestirla y desvestirla.

Mientras ella se maquille, permanecerás de rodillas a su costado, por si ella te necesita. Y creo que por ahora es todo, el resto lo aprenderás con la fuerza de su látigo.

¡¡ Señora !!. En ese momento una tercera persona se introdujo en la sala y se dirigió hacia el ama de llaves. Ella era una chica novata del servicio.

Era rubia, de 1,60, pelo largo y liso e iba vestida con la ropa del servicio, la misma que yo llevaba en ese mismo momento.

Era la típica chica de provincias que desde temprano había tenido que dejar su casa para marcharse a servir, por las penurias económicas de su familia.

Su nombre era Isabel, y apenas alcanzaba los 19 años de edad, no obstante su aspecto era bastante morboso.

En ese momento contempló la escena: un hombre vestido de sirvienta, encadenado, a los pies de Marga. Ella no estaba acostumbrada a eso.

Era originaria de una familia machista, en dónde había tenido que servir a sus hermanos, sin asistir al colegio y en muchas ocasiones había recibido acoso sexual por parte de su padre.

¡¡¡ Vamos esclavo, a que esperas, una mujer ha entrado en la sala y debes saludarla como corresponde…!!!. Me acerqué gateando y me paré de rodillas frente a Isabel.

La chica se mostraba tan inquieta como yo ante la nueva situación.

Con mi boca descalcé su pie derecho de su zapatilla blanca y comencé a introducirme lentamente su pie en mi boca.

Al principio su pie temblaba en mi boca, pero conforme iba ejerciendo el masaje con mi lengua, el gesto de su cara cambió de temor a satisfacción.

A mi tampoco me desagradaba la escena, sus pies eran muy pequeños 35 ó 36, blanquísimos, perfectos y con un tacto exquisito.

Además estaban suavemente impregnados con el intenso olor de sus zapatillas. Era un olor que lejos de desagradar hipnotizaba.

Continuó hablando Marga: Isabel, como has podido comprobar, hay hombres a los que les gusta ser esclavizados por mujeres, y por suerte para éste, ha caído en manos dela señora Marina, y va a satisfacer plenamente su deseo.

Tu también me tendrás que ayudar a su adiestramiento, porque como sabes la señora es muy exigente, y este imbécil esta muy verde.

Tu labor será que tenga un aspecto y comportamiento más femenino, puesto que como está parece un sarasa de medio pelo.

Te lo dejo un rato, pero no tardes, que creo que la señora quiere domarlo pronto como caballito. Lo espero en las caballerizas.

Isabel respondió: No se preocupe. En el fondo ella también deseaba tener a un hombre bajo sus pies, para poder desquitarse de todas las humillaciones de la vida que le había tocado vivir.

Ante mi sorpresa y prácticamente sin mirarme, sacó su pie de mi boca y se calzó la zapatilla. Enganchó una correa de perro en mi cuello, y a tirones me sacó de la habitación ante la atenta mirada de Marga.

Me vi obligado a seguirla apresurado a cuatro patas.

Su cara te timidez inicial había cambiado en un instante. ME introdujo en una de las estancias del servicio, que debí suponer que se trataba de su habitación.

Comenzó a hablar: Me parece que lo primero que necesitas es un nombre de mujer, te llamarás ante mi presencia Miriam, a parte de tu nombre de esclavo.

Ser mujer es difícil de aprender, pero te ayudaré con la ropa, maquillaje, posturas, sentimientos e incluso te enseñaré a seducir y a hacer el amor como una mujer.

Por el momento creo que te faltan algunos enseres femeninos, en esta bolsa tendrás el maquillaje y la colonia de mujer, para el cuidado de tu imagen.

Deberás prestar adecuada atención a mis indicaciones, sobre el maquillaje y te levantarás 1,30 horas antes, para maquillarte y depilarte como corresponde.

Miriam debes comprender que ser mujer es algo muy sacrificado.

No te preocupes te daré diversas prendas de encaje para que te sientas coqueta y te guste seducir, así como relleno para los senos y productos para la higiene femenina.

Como habrás podido comprobar con el artefacto que llevas, no puedes orinar si no es como una mujer. Por lo tanto tendrás que cuidar tu higiene íntima femenina.

También debes aprender a caminar con tacones, porque me pareces bastante patosa. Pronto te desenvolverás adecuadamente con tacones de vértigo.

Tienes que intentar no pensar con tu polla como hacéis todos los hombres, así que creo que es buena idea que la tengas enjaulada.

Creo además que no tienes compresas, no te preocupes llevarás estas usadas mías que te cambiarás regularmente, y con el tiempo quizás probemos con tampones.

Siempre debes mostrarte seductora y con las piernas abiertas, para enseñar tus braguitas, quizá te resulte complicado puesto que aquí no hay hombres, pero no te preocupes porque la señora Marina en más hombre que tu Miriam.

Comenzó a reír fuertemente…

Vamos, Miriam, recoge tus cosas, desnúdate, y vete al establo, que creo que te esperan.

Mañana a las 12:00 te espero aquí de rodillas frente al tocador.

Vamos vete estúpida !!.

Continuará…

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