Sorpresa!
Sueño que despierto una noche (creo que es de noche, pero no estoy segura) y me doy cuenta de que alguien ha atado mis ojos con una cinta y no consigo ver nada. Estoy completamente desnuda, echada encima de la cama y de pronto oigo alguien que se mueve en el cuarto.
No digo nada, no me asusto, y la otra persona tampoco dice nada. Me toma de la mano y me obliga a levantarme de la cama. Quedamos de pie, frente a frente y mi intuición me dice que mi compañero de juegos es bastante más alto que yo.
Comienza a acariciarme el pelo suavemente, se coloca detrás de mí y noto sus dedos deslizándose por mi cabello… comienza a hacerme una trenza, moviendo sus manos con pasmosa suavidad. Cuando finaliza la trenza, me la sujeta de manera que no caiga sobre mi espalda. Durante varios segundos no me toca, me impaciento un poco… soy consciente de que me está observando.De pronto, deposita suavemente un beso en mi nuca y un escalofrío me recorre de pies a cabeza.
Sigue besándome el cuello, sus labios suaves lo recorren con dulzura mientras sus manos acarician mi espalda con movimientos acompasados. Estoy excitada. Arqueo la espalda, echo el cuello hacia atrás para que pueda besarlo mejor y con un movimiento suave, echo hacia atrás mi culito y choco «accidentalmente» contra su pene erecto. ¡También él está completamente desnudo! El contacto de su pene contra mis nalgas hace que él dé un pequeño gemido y entonces comienza a besarme el cuello cada vez con más pasión… y su lengua choca entonces contra mi piel, que la espera impaciente.
Me mordisquea los hombros, los lame y empieza a bajar su boca por mi espalda, poco a poco, unas veces deposita pequeños besos, otras veces su lengua dibuja círculos sobre mi piel, que se eriza a su contacto. Cuando llega a la altura de mi cintura se detiene y noto sus manos recorrer mis caderas, mis nalgas. Me está masajeando las nalgas con sus manos mientras me las besa, entonces coloca la punta de su dedo en la entrada de mi ano y no lo introduce, lo deja ahí unos segundos mientras me mordisquea las nalgas, después lo introduce muy, muy, muy despacio y empieza el vaivén de locura: lo mete y lo saca sin parar, a un ritmo acompasado, lo hace muy despacio de manera que cada vez que lo mete y lo saca puedo sentir lentamente la sensación de su dedo dentro de mí. Estoy muy excitada, muy húmeda y siento como mis fluidos resbalan por la parte interna de mis muslos.
Con desesperación noto que ha sacado su dedo de mi culito, que me toma por los hombros y me hace girar hasta que quedo frente a él. Cada vez me pongo más excitada, especialmente porque con los ojos vendados no veo cuáles van a ser sus siguientes movimientos y todo mi cuerpo está alerta para aprovechar al máximo cada caricia… Inmediatamente, dos dedos de fuego se posan sobre mis pezones y se mueven en pequeños círculos sobre ellos. Acaricia mis pechos con una lentitud deliciosa y cuando sus manos los abandonan para dirigirse a mi espalda y bajar después hasta mis nalgas para apretarme contra él, noto su pene erecto contra mi ombligo.Ahora es su boca la que juguetea con mis pechos. Les da besos alrededor de los pezones sin llegar a tocarlos y estos, desesperadamente erectos, le piden atención, entonces él comienza a lamerlos, a hacer círculos alrededor de ellos con la lengua, a mordisquearlos, a chuparlos, mientras nuevamente introduce su dedo en mi ano y comienza a moverlo como lo había hecho antes.
Estoy muy apretada contra él, su pene erecto pegado a mí, su boca en mis pezones dándome un placer que nunca había experimentado y su dedo en mi ano moviéndose cada vez con más y más energía. Mis piernas tiemblan, me pongo muy tensa, comienzo a arquear la espalda para que, a un mismo tiempo, mis pezones estén más cerca de su boca y su dedo entre más dentro de mí y entonces tengo que agarrarme fuerte a su cuello porque noto que llega el orgasmo, que me hace palpitar el ano y el clítoris y me arranca unos gemidos ardientes que consiguen excitar mucho a mi compañero.Cuando acabo de correrme, su boca abandona mis pezones y su dedo mi culito.
Sus manos acarician entonces mi cuello y noto su boca suave sobre la mía, su lengua tibia inundando cada rincón de mi boca y mi lengua entablando una excitante lucha con ella. Por primera vez mis manos pueden recorrer sus brazos, su espalda, su abdomen y lo que descubren es un cuerpo musculoso y caliente que está preparado para disfrutar y para hacer disfrutar. Me lleva de la mano hasta la cama, me siento, noto cómo se pone delante de mí, de pie, y al alargar la mano noto su pene. Lo cojo para hacerme la idea de cuál es su dimensión. Es grande, ancho y está muy duro. Yo estoy muy caliente. Tengo su pene cogido con mi mano y él contiene la respiración. Saco mi lengua y lamo dulcemente su punta, después la chupo un poco.Comienzo a masturbarlo, a mover enérgicamente mi mano sobre su pene. Él está en tensión. Suelto el pene y lo lamo de abajo hacia arriba y cuando está bien húmedo me lo meto entero en la boca y comienzo a chuparlo mientras con mis manos agarro sus nalgas para acercarlo más a mí. Entonces él me empuja suavemente sobre la cama, quedo echada y noto que él me separa las piernas… y una lengua exquisita busca mi clítoris, lo encuentra y lo acaricia con maestría. Doblo las rodillas y llevo mis manos hacia su cabeza, hundida entre mis piernas, para apretarla más contra mí. Su lengua, muy larga, se introduce en mi sexo y sus movimientos me arranca gemidos que enloquecen a mi compañero. Su excitación llega al máximo y con un rápido movimiento siento su enorme y duro pene en mi sexo… entra, sale, entra, sale… ¡qué locura!
Nuestros gemidos se hacen uno solo y yo ato mis piernas a su cintura para sentirlo más dentro de mí. Él me levanta con sus manos y me sienta en lo que intuyo que es mi escritorio.Una vez allí sentada, abro mis piernas y le invito a que entre nuevamente en mí. No me hace esperar. Sus embestidas son cada vez más fuertes y yo noto que no puedo más, ya no puedo más, ummm! No puedo más… y me corro. Mis piernas están muy abiertas y mi espalda muy tiesa, de modo que mis pezones duros se rozan contra su pecho y mi clítoris toca en cada movimiento sus pelos púbicos. Apoyo las manos en los bordes del escritorio y me abandono a un orgasmo glorioso. Él está besándome en la boca y sigue moviéndose después de que yo ya me he corrido… se mueve… se mueve… y atrapa mis pezones con su boca, yo noto un calor que emana de mi centro y me envuelve y nuevamente me corro entre espasmos.Cuando acabo, él me baja del escritorio, me manda apoyarme contra la mesa y me separa las piernas. Se coloca detrás de mí y apoya su enorme pene contra la entrada de mi ano. Muevo mi culito impaciente en círculos y eso le invita a follarme. Me la mete poco a poco… mi ano lo espera impaciente. Cuando la ha metido completamente, permanece quieto dentro de mí por unos segundos y su pene palpita, lo noto.
Soy yo la que comienzo a moverme y a gemir y cuando queremos darnos cuenta, estamos como locos. La saca de mi ano, me da la vuelta, apoya mi espalda contra la pared y me folla como nunca me habían follado mientras yo apoyo mi boca contra su cuello… siento que voy a correrme, hay un calor en mi sexo que me abrasa, lo siento, sí, voy a correrme, y en la locura de la excitación le muerdo en el cuello… creo que le he hecho un poco de daño…Le pido que vuelva a meterla en mi culito y me complace. Me echo boca abajo sobre la cama, elevo mi culito y él penetra mi ano una y otra vez. Noto su pene ancho y palpitante dentro de mí y sé que va a correrse… yo también me excito… me excito mucho… ¡Dios, voy a volver a correrme!… y estallamos al unísono en un orgasmo que nos hace temblar como hojas… nos desmoronamos sobre la cama, exhaustos y me duermo entre sus brazos… Cuando me despierto a la mañana siguiente pienso en lo fabuloso que ha sido el sueño, pero…¡un momento!… ¿qué es esto?… hay una cinta negra tirada en el suelo, idéntica a aquella con la que me había vendado los ojos anoche. En una esquina del cuarto estaba una botella de vodka vacía… ¡había olvidado que bebí demasiado en la fiesta de ayer!. Salgo por el pasillo hacia la cocina sin entender muy bien qué ha pasado y me encuentro desayunando a mis padres, mi abuela, mis tíos y mi primo Andrés, que me mira inquietantemente y me dice: «Buenos días, primita». Le contesto somnolienta y me siento a desayunar a su lado.
Noto mi cuerpo cansado, tan cansado como si en vez de ser un sueño, hubiera sido real la maravillosa noche de sexo… entonces miro hacia mi primo, que está hablándome, y descubro que tiene un mordisco bien marcado en su cuello… ¡Es él!… Tengo la certeza absoluta en ese instante de que lo de anoche no fue un sueño, fue real y de que ese hombre que hay sentado a mi lado, ese primo lejano al que he conocido hace apenas una par de semanas, ha sido mi fabuloso amante de hace unas horas. Estoy completamente segura… no puedo evitar excitarme… sí, ha sido él… disimuladamente meto mi mano bajo el mantel y toco su paquete, noto que está abultado, también él se excita… me mira, sonríe, disimula… y yo no puedo evitar hacer nuevos planes para esa noche…