A mi prima

Los días calurosos habían llegado para quedarse la ciudad a la hora de la siesta sus calles estaban desiertas, en el departamento en pleno centro , el calor se siente mucho, por eso y por encontrar en el contestador la reiterada invitación de Annabella , me decidí en ir, alejarme un poco del dialogo económico por toda la crisis de la interminable recesión, pese que mi familia se encuentra muy unida , recién podemos decir hoy que nuestra situación económica ha mejorado , mis padres desde siempre ponen todos sus esfuerzo en sus hijos María Luisa (24) farmacéutica y yo Alejandro (22) abogado, logramos ser profesionales independientes o por lo menos tener los estudios que han permitido a generaciones anteriores a vivir dignamente.

La quinta de mis tíos queda cerca , por la Costanera se llega en veinte minutos, le pedí el auto a Mamá y me fui para allí, mi tíos son mis padrinos y su pasar es infinitamente mejor que el nuestro, pero no es envidia lo que siento puesto que en las situaciones que se los requirió siempre estuvieron apoyándonos, a veces por noviazgos, otras por envidias entre hermanos, estupideces humanas , nos alejamos mutuamente de nuestras vidas, pero no tenia alternativa, quería salir del encierro, la ruptura con mi «novia» se agregaba al calor y a la reiterada invitación que nunca necesite y ahora esto parecía un pedido, solo estaban en la pileta mis primas Annabella (18) y Silvia(16), un amigo de la familia estudiante del interior Oscar (20), los salude con un beso en la mejilla y me fui a dejar las cosas que traje en el quincho y ponerme mis pantalones de baño.

Lleve algunas facturas para la rondas de mate ( esa costumbre del sur de América, de tomar frío o caliente en infusión las hojas de la yerba mate) pese a que siempre nos saludábamos, las charlas con mis primas tenían contenidos muy ligeros, al ducharme me pareció estar siendo observado, ese cosquilleo , sensación que produjo un raro efecto, lejos de cohibirme me higienice totalmente, al hacerlo con mi falo, el mismo tomó fuerzas, tuve que echarle agua fría, para poder poner el traje de baño, Annabella no estaba cuando me puse a nadar, era una suerte que un gran árbol daba sombras, puesto en verdad era imposible, tomar sol.

Me extrañó al verla caminar hacia la pileta, era como se fuese la primera vez , que viera ese cuerpo, sencillamente hermoso, sensual, una mujer que provocaba deseos, algo bullía en mi interior, conocía el efecto de la atracción sexual, pero nunca me imaginé, que mi prima me podría producir tal revolución en mis hormonas, recién minutos atrás la había visto y nada sentí.

Corriendo se tiró al agua en mi dirección, saliendo a medio metro de mi cuerpo, su cara enmarcada en el pelo lacio pegado en su piel, semejaba a una reina egipcia, rasgos perfectos, labios entreabiertos, su mirada me extraño y más sus palabras.

No te hagas problemas primo, todo pasa, hay que vivir, lo mejor posible

Quedamos solos Silvia y Oscar se fueron a preparar los mates, no podía entender como nunca había visto, esa hermosura, al hacer la «plancha» sus senos se pegaban a la tela, marcando su perfección, introduciendo su cabeza y torso , hundiéndose por la espalda su vagina se marcaba, era toda una invitación, no pude dejar de mirarla y si alguien me estaba viendo, sabía que no miraba sus gráciles movimientos, miraba su sexo y mis ganas de poseerlo que brotaban.

Me pidió que abriera las piernas para pasar por dentro de ellas, un juego de niños que hacíamos todos los veranos, ella paso como siempre, mis pensamientos de que me acariciaría o algo iba hacer, no se transformaron en realidad.

Me tocaba a mí, yo la pasaba tocaba el borde y volvía a pasarla, como no tenia anteojos de baño y me irritaba un poco el cloro, mire bajo el agua , cruce sus piernas, ella saltó un poco, para que lo pudiera hacer, toque el borde y volví, abrí mis ojos nuevamente, enfile hacia ella y mis manos chocaron con su sexo, sus piernas estaban cerradas, tuve que salir a la superficie, encontrando esa sonrisa, los labios entreabiertos y un beso de pasión con la lengua más delicada que hubiese imaginado, superó mis pensamientos lascivos de momentos antes, mientras su mano tomaba mi pene , el cual en forma espontánea hizo una explosión de crecimiento, me deje llevar al rincón de la pileta donde quedábamos escondidos a la vista desde cualquiera , no dijimos nada,¿ era el comienzo de algo o de un momento muy especial?

Tuve varios minutos bajo la cascada, para que mi compañero inseparable volviera a la normalidad, ella reía al verme en esa situación incomoda, pero daba un cierre a la escena, con una sonrisa sensual y llamativamente provocativa.

Por fin el mate estaba, nos secamos y fuimos al quincho, ella tomó un toallón y me lo paso en la espalda, condicionando que haga lo mismo, la charla se inició por las fiestas, las cuales pasaríamos seguro en ese mismo lugar, cuando los tíos se levantaron de la siesta y estuvieron un rato con nosotros nunca imagine como era la planificación de mi prima de las siguientes horas, hizo que su madre llamara a la mía, le pidió dinero a su padre y dijo que conmigo comprarían todas las cosas de la reunión.

Todo era vértigo, todo pasaba, a velocidades que mi retina gravaba , mientras Silvia y Oscar comentaban sobre la enseñanza secundaria, irreal e inútil, Annabella con una mirando sensual a mi sexo y tomando el mate introdujo la bombilla dos o tres veces en su boca, incitándome sin lugar a dudas .

Tomamos el auto de ella, como los supermercados estarían llenos, me dirigí al centro, su sonrisa llamaba a la pregunta , fue ella, que dijo

Para!

Bajando del auto abrió el baúl, toda la provista de la fiesta estaba hecha excepto las carnes que minutos antes indicó que las llevaran a su domicilio, me senté en el lado del conductor y deje que ella manejara el momento.

Paro en una farmacia , mi imaginación corría, poniendo las cosas de su lado y siempre sonriendo, en un instante, entrábamos al motel, donde varias veces lleve a mis «novias», nunca imaginando que me llevara mi prima.

La habitación era más bien espartana, lo que no impidió que recibiera un beso mientras nuestros miembros se sacaban mutuamente la poca ropa, el falo creció , pero ella lejos de rechazarlo por su tamaño lo tomó en sus manos y lo mamo, lamiendo desde el tronco y los testículos, sentir esa dulce lengua apoyando mi miembro y succionarlo cual chupete por un niño, en pocos momentos y juegos de entre y saca, tomándole sus hermosos todavía húmedos pelos, me produje una rápida venida, le avise, tragarlo y limpiarme todo, no redujo su tamaño, me deje llevar, me recostó en la cama, subiendo en cuclillas, apoyando la cueva casi totalmente depilada poco a poco se introdujo , entrando y saliendo, el momento de acabar la recibió totalmente apoyada en mi pelvis, refregando sus manos en sus maracas , aumentando su tamaño, se recostó sobre mi y me beso, su !Quiero más! no me extraño, todo su cuerpo me transmitía en el mismo idioma sin palabras que me introducía en un frenesí.

Unos minutos de caricias suaves, fueron un oasis de deseos cumplidos, nos despegamos, tomó el paquete de la farmacia, una cánula de lubricante entraba en su coño, ella me tiró un preservativo, sin necesidad de preguntarle me lo puse, salto a la cama, se puso con la cola para arriba apoyando su cabeza en la almohada con su mano indicaba y ahí estaba un agujero chico, lubricado, poco a poco lo apoyaba para que dilatara, fue creciendo hasta que entro todo, acabar y sentir exprimido mi miembro en mi prima, me dieron por primera vez , un poco de conciencia, mi prima era una puta de aquellas.

La deje en la quinta después de bajar las cosas, ella me dio un beso en la mejilla, pero tomó con su mano mi pene, que por suerte (al estar totalmente cansado) no respondió.

Al otro día a la mañana un mensaje en el contestador para invitarme a la quinta y salir de compras, como un pedido, fue lo primero que escuche, esa voz parecida a Annabella, me llevó a escuchar el mensaje otra vez, pude asegurar la voz era la de Silvia.