Capítulo 2

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Una tarde lluviosa II

Hace ya mucho tiempo escribí una historia pensando en ti y en una tarde de lluvia… hoy el tiempo me inspira a pensar en ti, a recordar esa historia y a escribirte una nueva…

Son las 8 de la tarde… aun no anochece bien, esta frío, a punto de llover… tengo que apurar el paso… no quiero mojarme de nuevo…

De repente me descubro caminando de nuevo por esa calle, por la que no había vuelto a pasar… al ver que esta por llover y que no me salvare de mojarme, decido revivir de cierto modo mis recuerdos… y comienzo a caminar rumbo a ese zaguán donde te vi una sola vez…

Las gotas de lluvia comienzan a caer y una melancolía comienza a apoderarse de mi… sonrío al pasar por el zaguán… pero esta vez no me detengo, esta vacío… sigo mis pasos y siento como alguien comienza a seguirme… apuro mis pasos y al llegar a la esquina alguien me toma del brazo y me susurra: «Por fin vuelvo a encontrarte»… volteo y para mi gran sorpresa estas ahí.. tal como te recordaba, eres tú en una tarde lluviosa…

Me sonríes y me dices: «hoy no estamos mojados… y me gustaría conocerte, no te olvidé… ven, vamos por un café»… me guías hacia una cafetería, entramos y comenzamos a hablar… tu voz, tu acento me fascina, atenta escucho cuanto me has buscado desde nuestro encuentro, admirada te escucho casi sin hablar…

Después de un rato largo me sonríes melancólico y solo me miras… entonces empiezo a hablar, a decirte que no te olvide aunque nunca volví a pasar por esa calle hasta hoy… te cuento de mis días de soledad y de la añoranza que esta tarde de lluvia me trajo… a mitad de mi plática pides la cuenta y salimos de ahí… no digo nada, se que no es para despedirnos, lo veo en tus ojos… caminamos… hasta llegar a un edificio casi enfrente del portón aquel de nuestro primer encuentro… me haces entrar y en silencio te sigo… subimos al elevador y ahí te acercas, me abrazas y me besas largamente… hasta que escuchamos la campanita de la puerta… salimos y caminamos hacia una puerta que abres con una llave sacada de tu pantalón, entramos y me pides ponerme cómoda… mira a mi alrededor y cuando regresas te pregunto desde cuando vives ahí… me sonríes y respondes que desde hace 10 años… volteo a verte sorprendida y sin poderlo reprimir te digo: «entonces por que te resguardaste en el zaguán??? Solo tenias que cruzar la calle y llegabas a casa!!!»

Me miras fijamente y me dices: «no pude resistir la tentación de hablar contigo… nunca pensé que acabaríamos haciendo el amor ese día!!»

Mi emoción es enorme… al verlo te acercas a mi y comienzas a besarme… después de un rato separas tus labios de los míos y me dices: «esta noche te voy a hacer el amor como he soñado desde aquel día!»… tomas mis manos y me ayudas a ponerme de pie… me abrazas y vuelves a besarme… tu lengua entra en mi boca, la explora, la recorre… mis manos recorren tu espalda, saboreo tu boca, siento como voy volviendo a la vida poco a poco… aspiro tu aroma… siento tu lengua, tus labios en los míos… suspiro y me aferro a ti… tus manos recorren mi espalda suavemente… las bajas más, llegas a mis nalgas y las acaricias, las tomas en tus manos y me atraes a tu cuerpo, siento la dureza que empieza a crecer en tu pantalón.

Me tomas de la mano y me llevas hacia la habitación… hay una gran cama dominándola… me miras fijamente y comienzas a abrir mi blusa… cada botón tu boca va besando mi piel… al abrirla totalmente tu boca busca mis pechos, los besas sobre la tela del sostén, los acaricias… yo suspiro, acaricio tu cabello y me siento en el cielo… desabrochas el sostén y lo dejas caer al suelo… me guías a la cama y me haces recostar, tu cuerpo hace contacto con el mío y me besas apasionado, tu boca recorre de nuevo la mía, sonreímos, comenzamos a juguetear… te ayudo a quitarte la camisa y luego te quitas el pantalón y la ropa interior… quedando desnudo frente a mi, tu cuerpo me dice cuanto me deseas, mi mirada recorre tu anatomía, deseosa de sentirte en lo más profundo de mi ser… pero se que en esta ocasión será distinto, esta vez te tomarás el tiempo de darme aun más placer que la primera vez bajo la lluvia…

Me quitas el resto de mi ropa sin mucha ceremonia, pero al quedar desnuda solo me observas, sin moverte, sin tocarme… tu mirada es la que recorre todo mi cuerpo. Das la vuelta y te acercas a la ventana, cerrada en ese momento, descorres las cortinas y te quedas mirando la lluvia…

Unos momentos después me pongo de pie y me acerco a ti te abrazo por detrás y beso tu cuello mis manos recorren tu pecho y lentamente bajo una hasta comenzar a acariciar tu pene, parece tener vida propia, al sentir mi caricia comienza a ponerse erecto, tu suspiras y siento como te concentras en sentir lo que te hago… lo acaricio todo, desde la punta hasta la base, sintiendo como cada vez esta mas duro… y después de un rato me muevo, me pongo frente a ti, de espaldas a la ventana y comienzo a besarte y tu pene queda entre mis piernas, comenzamos a movernos, me abrazas apasionado y me tomas las nalgas para pegarme aún mas a tu cuerpo… nos besamos y acariciamos largo rato… luego comienzo a bajar por tu cuerpo, mis labios recorren tu pecho y sin detenerme mucho sigo mi camino por tu estomago, tu ombligo… hasta llegar un poco más abajo, a tu pene erecto… comienzo a pasar mi lengua por la cabecita… lo lamo y luego comienzo a meterlo dentro de mi boca… despacio, suavemente, saboreándolo todo me muevo rítmicamente sobre él… mi boca devora tu pene, lo saborea, en un vaivén erótico succiono más y más… siento como te estremeces, como disfrutas… como tiemblas… te recargas en la ventana con ambas manos y comienzas a moverte un poco, al contrario de mis movimientos, lo que hace aún mas rico todo… después de no se cuanto tiempo me detienes… haces que me ponga de pie y me guías a la cama… me haces tumbar en la orilla de la cama, mis piernas quedan colgando de la cama y te pones de rodillas, abres mis piernas y te colocas entre ellas, tu boca busca el centro de mi ser… comienzas a besar, a lamer, a chupar… tus dedos abren un poco más, tu boca me enloquece, tu lengua inquieta busca mis recodos, bañándose golosa en mi sudor de sal… recorriéndome toda… elevándome al cielo, llevándome al paraíso con cada movimiento de tu lengua…

Esta entra y sale de mi sin parar, tus dedos acarician además mi clítoris vuelan sobre él, llevándome a la cima del pacer… siento estallar mi cuerpo, desintegrarse de placer… de mi garganta salen gemidos de placer, de gozo… entonces y solo entonces comienzas a subir en busca de mi boca… tu cuerpo va rozando el mío, tu boca se entretiene en mis pechos, los lames, los acaricias con tu boca, éstos responden gustosos a tus caricias…

Subes más, llegas a besarme, nuestros cuerpos están unidos casi en su totalidad… seguimos besándonos, acariciándonos, tus manos me piden silenciosamente que abra mis piernas, suavemente, muy despacio mientras me miras fijamente, muy serio, sorprendentemente serio, tu mirada me hace pensar que, como la primera vez, no olvidare ese momento, lo guardare para mi siempre…

Te acomodas entre ellas y sin más ayuda que tu cadera guías tu pene hacia mi entrada húmeda y suavemente se desliza en mi interior… el sentir como va entrando a mi cuerpo me estremece toda, cuando por fin entras totalmente, te quedas quieto unos instantes, después comienzas a moverte dentro de mí, haciéndome gemir, suspirar… Tomo tus nalgas y te aprieto hacia mi, buscando con mis manos estrechar mas el abrazo, aunque esto resulte ya imposible.

Nos miramos fijamente, nuestros cuerpos bailan su propia danza, tu cuerpo entra y sale de mi cuerpo, siento como tu pene entra y sale de mi cuerpo, te aprieto más a mi, gimiendo y suspirando ante tanto placer…

Después de un rato te pones de rodillas frente a mi y tomas mis piernas en tus manos, levantándolas, abriéndolas más, tus manos agarran mis tobillos y así empiezas a penetrar de nuevo, haciéndome gozar, aceleras así tus movimientos… me preguntas si estoy bien, si estoy gozando… solo puedo pedirte mas, decirte que no pares, que sigas así… tu aceleras, siento como entras y sales con rapidez, llevándome a un mundo de placer indescriptible… pero de repente paras, me sonríes y tomas mis piernas y las colocas en tus hombros y comienzas de nuevo, en esa posición entras aun mas a mi cuerpo, me das con más fuerza, más pasión… tu seriedad me sigue intrigando, aunque no me detengo a pensar mucho en ello, ya habrá tiempo para preguntarte después… tu cuerpo imprime mas pasión a cada movimiento, uno tras otro van llegando los orgasmos, realmente he perdido la cuenta de cuantos me has provocado, solo sé que estoy sintiendo un placer indescriptible, maravilloso…

Me cambias de posición casi sin aviso… poniéndome en 4 te acomodas desde atrás, listo para penetrarme desde esa posición y antes de hacerlo comienzas a besar mi espalda, acaricias mis pechos y una vez que tomas entre tus manos los pezones, tu pene empieza a entrar de nuevo a mi cuerpo, estoy muy húmeda, ardiendo, mis gemidos son mas intensos, muerdo mis labios para no hacer mucho ruido, tú, después de un rato, te levantas, agarras mis caderas e intensificas tus movimientos, observando al tiempo como tu pene se pierde en mi interior… un dedo travieso comienza a juguetear en mi ano, que esta mojado por mis propios jugos, haces círculos con ese dedo, poco a poco vas abriéndolo, hasta que comienzas a meterlo, despacio, la punta de tu dedo entra en mi ano, luego un poco más, mientras tu pene sigue arrancándome gemidos de placer, me resulta casi imposible mantener la posición, estoy temblorosa de tanto placer, de no se cuantos orgasmos… Tu dedo sigue entrando y saliendo de mi ano, imprimiéndole un sello de mas placer…

Con la voz entrecortada me dices que no aguantaras mucho más, que quieres saber donde quiero que acabes, te digo que no sé que tu decidas… sales de mi y me pides me acueste boca arriba, lo hago rápidamente, tu vuelves a penetrarme, abriéndome las piernas, lo haces rápido, entras y sales sin parar, fuertemente, tu cara habla de todo el placer que sientes, de que falta poco para que termines…

Un par de movimientos después, sales de mi, con tu mano te ayudas y acabas derramándote en mi estomago… con pañuelos desechables me limpias y te acuestas junto a mi, me besas tiernamente y sonriéndome me atraes a tu cuerpo, recargo mi cabeza en tu hombro y en silencio los dos observamos esa lluvia maravillosa que una vez nos unió por unos instantes y ahora nos une de nuevo…

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