El follador de maduritas

Tengo que decir que tengo 23 años, y tengo que dar la enhorabuena a todas esas maduras o maduritas que me he follado, porque me han enseñado mucho.

Soy un joven que debido a mi trabajo conozco a muchas señoras maduras ya que trabajo como recepcionista de un hostal.

Tengo que decir que soy un chico de 180cms 75kg, moreno.

Muchas veces me he ligado a alguna cuarentona, y hemos terminado follándonosla con otros amigos mios.

Una vez una cuarentona en una disco de moda nos dijo a mi amigo Fernando y a mi a ver si la acompañábamos a su casa así por el morro.

Ya en el coche a Fernando le hizo una mamada de esas que se tragan la polla hasta el fondo.

Yo iba conduciendo y mirando por el retrovisor.

La verdad es que la cuarentona iba bien caliente y con ganas.

No son todas las que te hacen una mamada de esas.

Se notaba que era puro vicio.

Mi amigo emitía bufidos y palabras ininteligibles, y ella hacia un sube y baja con la polla en su boca.

Mi amigo por los gemidos deduje que se iba a correr.

Ella también se dio cuenta, y saco la boca de la verga al mismo tiempo que empezaba a meterse los huevos ¡¡¡Enteros!!! en la boca.

Al instante mi amigo rugió y empezó a salpicar como una manguera.

Fue una situación súper morbosa. Al llegar a su apartamento nos dijo a ver si quería tomar algo. Lo cual como puede suponerse accedimos.

Tengo que decir que era una cuarentona sobre 175cms delgada, teñida de rubia pechos por lo que pude ver después algo caídos pero grandes.

Nos invito a cerveza, y yo allí mismo empece a morrearmela. Mi amigo se sentó en el sofá y nos miraba.

Yo la despelote, ella se dejo gustosa. La senté en un sofá y le abrí las piernas, su vagina estaba mojadísima, incluso mojaba el sofá.

Empece a trabajarme el gran coño que tenia la tía.

Empece una comida de coño que como he dicho estaba empapado, se lo iba lamiendo de arriba abajo, a ratos le metía los dedos en el.

Ella me tenia la cabeza por el cogote y me empujaba hacia su raja.

Al rato ella se incorporo, me hizo sentarme, y así lo hice con la polla completamente empalmada.

Ella cogió la polla y empezó a lamerla, desde la base hasta el capullo, mojándola a lengüetazos y descaradamente escupiendo sobre ella.

La engullo de una tacada, la polla me chocaba contra el paladar de ella y acariciaba con la lengua el capullo, presionando rítmicamente, yo empece a mover las caderas acompasadamente igual que si su boca fuera un coño.

Seguidamente ella me dio la espalda y se introdujo mi polla en su enorme coño.

Mi amigo como me dijo después tenia una vista de la follada inmejorable podía ver como la polla entraba y salía del coño.

Empezó a cabalgar lentamente al mismo tiempo que me acariciaba los huevos. Yo iba abriéndole las nalgas y introducirle un dedo en el culo.

La cabalgada empezó a hacerse rápida y los rugidos entrecortados. Pronto los dos, ella primero emitió jadeos rápidos y placenteros, después vine yo. Fue corrida total.

También siempre me acordare de un matrimonio catalán de unos 40 años.

Hicimos amistad con el rollo que soy del Barça, incluso baile un día con la señora, intentando morrearla en un apartado, lo cual no pude hacer porque me dijo: en otra ocasión, es que mi marido es muy celoso no me deja un segundo.

La mujer cuarentona estaba algo maciza de pechos grandes y culo también tirando a grande. Pero tenía como ese aire morboso que me daba unas ganas.

En eso que un día el marido me dijo a ver si iba a la montaña y después a comer, lo que le dije que a comer si pero la montaña a caminar no era mi fuerte. Acepto .

Los fui a buscar a la montaña para ir al restaurante. En eso que me dijo el marido si podía llevar a su mujer hasta el restaurante con el auto, que el prefería caminar unos 2 km que faltaban.

Total que se podía ver el restaurante pero su mujer no podía mas.

Acepte encantado como supondrán. No tenia mucho tiempo. Es decir 2km de camino de tierra.

Ella se sentó en el auto y partimos. Al cabo de 100 metros ella ya separo las piernas para que le pudiera observar, abrió las piernas y se quito las bragas diciendo: A ver que podemos hacer en este poco tiempo.

Cogí con mi mano derecha todo el abultado sexo de la tía, mientras con la otra conducía muy lentamente. Introduje primero uno luego dos, hasta tres dedos en la caliente y chapoteante raja de la cuarentona.

Comencé a masturbarla.

Ella se puso más cómoda inclinando más el asiento para atrás, ella gemía de placer y parecía que sus ojos se volvían bizcos de goze. Por momentos se quejaba cuando mis dedos entraban demasiado.

No sabía donde meterse de placer. Se cogió las tetas y se las tocaba.

De repente me lleno la mano de blanca y caliente leche de tía, dejándome también una mancha incluso en el asiento.

Le dije si había gozado y me dijo que si. Diciéndome que ahora me tocaba a mi, que me haría una mamada.

Me desabrocho la bragueta y se introdujo rápidamente mi miembro que ya estaba mas que listo.

En un ataque de placer yo le apreté la cabeza para que me la mamara profundamente. A ella parecía aguársele los ojos en una mezcla de disfrute y asfixia.

En eso que ya me corría. En eso eche adelante mis caderas y empece a soltar el manguerazo en la boca de la tía, por un instante el auto perdía el control. Y yo también.

En eso que la tía empezó a limpiarse la boca y yo abrocharme el pantalón.

Te gusta el vició le dije, y ella me contesto que si, que su marido, no iba de nada, y ella en tiempo de vacaciones como iban a sitios que nadie la conocía, no perdía oportunidad.

Y mas a su edad.

Por lo que le conteste que si quería que nos lo montáramos con unos cuantos colegas podíamos quedar. Ella rio y me dijo: me basta uno no jjjjaaaa. Simpática la mujer.

Me viene también a la memoria una tía que vino sola a pasar unos días, tenia 35 años esa. (lo se porque se les exige para entrar el DNI) era toda una tiarrona media sobre 175 pasados creo, muy delgada pechos ni grandes ni pequeños, buen culo, pequeñito y bien puesto.

Era muy presumida y muy creída. Pero a esa mis colegas y yo también la pasamos por la piedra.

Todo empezó una noche de esas de baile que no de disco porque ella era muy finolis y nos dijo que no acudía a discos. Nos la intentábamos ligar pero nada, ella a lo suyo.

Nosotros eramos 5colegas comigo. También estaban dos amigos emigrantes de raza árabe que curran por aquí.

La verdad es que manejan buenas pollas especialmente el mayor, que tendrá unos 40 tacos ya, el otro también es madurito unos 30. Son excelentes amigos.

La tía les llego a poner cara de asco me dijo el Safin (es el mayor), por lo que prácticamente lo dejamos por ser la tía una antipática y todo.

Al acabar la fiesta y nos íbamos cual fue nuestra sorpresa que la encontramos medio borracha y riendo en la barra.

El camarero nos dijo que había bebido un poco de más sangría de la cuenta junto con otros señores mayores también turistas.

Por lo que nos ofrecimos a llevarla a tomar el aire. El camarero nos dijo que era estupenda idea pero que el iba a cerrar y también quería participar en ese paseo.

Que una tía así valía la pena follarla. (no era tonto el camarero).

Yo les dije que personalmente y estando residente en el hotel que curro no me parecía correcto ir con ellos. Ellos me dijeron que al menos podía mirar no.

El camarero cerro el bar y yo les dije que iba a comprar tabaco en un pub de por allí, que por mi no se preocuparan.

Por lo que me dijeron que se iban a la parte de atrás del sitio del baile que estaba el campo y después la playa. Les dije que echaría un vistazo. Ellos rieron.

Se llevaban a la tía entre dos.

Fui al pub a por tabaco, y me tome una cerveza. Al rato me aburrí y me dije: voy a verlos.

Y allí al descampado al lado del mar me fui.

Camine un rato por el descampado hasta oír ruido.

Pude observar entre las penumbras que le iban quitando el pantalón, ella ante mi asombro medio borracha o mas de medio los iba besando a todos.

En eso que el árabe mas maduro se tumbo al suelo y hizo que ella se agachara hasta que le llego al coño, aparto sus bragas y empezó a comerle el coño.

Ella empezó a gemir y a retorcerse agradecida de los lengüetazos que le daba el tío. Al ver el panorama los otros se despojaron de sus ropas.

El otro árabe diciendo: no te gustaban los moros decías, y al mismo tiempo se dirigió con la polla erecta a la boca de la tía. Ella se introdujo el aparato en la boca, que no era poco.¡¡¡¡ Y cuando viera la de su amigo ¡!!!!!!!.

El camarero que se autoinvito exclamo: vaya pollón usáis. Y acto seguido junto con otro colega se pusieron a cada lado de la tía colocando sus pollas en las manos libres de la tía.

Mientras pajeaba a los dos el árabe se incorporo exclamando: ahora te vas a enterar de cómo follo. Se despeloto y con la polla bien tiesa se volvió a colocar debajo de la tía, pero ahora con la polla.

Ella al estar mamando a mi colega y los otros dos no prestaba mucha atención pero al clavársele el falo de mi amigo, abrió los ojos y la boca por la impresión de la embestida y de tener semejante aparato dentro.

Lanzo un grito de dolor pero pronto lo cambio por gemidos de placer. Ella misma empezó un sube y baja al ritmo de la follada. Yo ya estaba pajeándome.

El árabe al cual se la estaba mamando empezó a retorcerse y a jadear, saco la polla y delante de la cara de la tía se la empezó a menear, y descargo el chorro sobre su cara.

Era súper excitante. Podía ver como los chorros de semen golpeaban la cara una y otra vez. Porgue el tío se corrió a morir.

Después le restregó por la cara la polla. Diciéndole : que te gustan o no los árabes?. Los otros 2 tíos aprovecharon también para menearse la polla delante la cara de la tía que iba cabalgando al cuarentón arabe. Los dos no pudieron aguantarse mas y soltaron las mangueras sobre la cara de la tía.

Era una autentica escena de perversión. Ella seguía gimiendo y cabalgando.

El árabe que estaba debajo se incorporo, la hizo ponerse a 4 patas.

Le abrió completamente el culo, incluso le tiro unos cuantos escupitajos y le empezó una buena enculada.

Ahora si que la tía gritaba a tope, a ratos creo que de dolor, después gimió, hasta que el árabe saco la polla y se corrió en la espalda.

Quedo hecha una pena la tía.

A la mañana siguiente se marcho, y al caminar parecía escocida.

No había para menos.