Zoofilia gay verídica

Este es un relato verídico, créanlo o no…

Soy bisexual desde mas o menos los 15 años de edad , me encantan las mujeres en toda su dimensión y me encanta el placer de que me rompan el culo, aunque solo una vez tuve la posibilidad de hacerlo con un hombre.

Desde los 12 años mas o menos me di cuenta del tamaño que tomaba el pene de mi perro al frotarlo varias veces.

Fue así que un día, en el que estaba muy excitado, como es de costumbre para mi ; estaba solo en casa y decidí masturbar al animal, un perro «collie» de unos 8 años de edad.

Saco todo su pene enorme , rojo y lleno de venas , escupiendo leche a mas no poder.

Debo decir que me sorprendió en un principio, lugo me intrigo y finalmente me calentó.-

Debo aclarar que mi corta edad de unos 15 años en ese entonces, no me había dejado experimentar todavía en el plano sexual mas que unas cuantas pajas por día.

Y yo necesitaba, me volvía loco, no se que necesitaba, sexo, nada mas , sea como sea y viniera de donde viniera.-

Era tal mi calentura , que al ver ese enorme pedazo frente a mi , no dude en llevármelo a la boca, debo admitir que me dio asco en un principio, y escupí el semen canino que introdujo en mi boca, pero bueno… al fin, me aguante ese asco y le di para adentro.

Llego un momento en el que mi boca chorreaba leche y eso me excitaba mas y mas.

Dure así unos minutos, hasta que lleve un dedo hasta mi culito virgen que recién empezaba a intentar dilatarce.-

Visto la cantidad de leche que el perro largaba pensé y con certeza de que no era necesario ningún tipo de lubricante para la ocasión.-

Me puse en cuatro patas y ayude al animal a subirse arriba mio, y guiando su pene hasta mi ano logre introducir su pene aun en crecimiento.-

Pero esto no duro, era incomodo y no sentía mas que un cuarto del pene del perro.-

Lo volteé boca arriba y lentamente me senté sobre su pene introduciendo todo ese pedazo de carne en mi estrecho culo.

Comencé a cabalgar con ganas sintiendo como me llenaba el culo de jugo caliente.

Estuve así unos minutos gozando como nunca antes en mi vida.

Di por terminado ese acto y decidí sacar el pene de mi hueco, y vaya sorpresa, el pene que saco de mi culo era dos veces mas grande de cuando me lo había metido.

Lo miré, me gusto y pensé en no dejar pasar la oportunidad…

Me lo metí en la boca y lo saque enseguida por el asco que me dio los restos de «caca» que poseía en toda su extensión.

Pero eso no podía quedar allí, me senté nuevamente sobre su pene, y aunque costo un poco mas que la primera vez, logre meter todo ese pedazote de carne e mi culo ya dilatado, abierto y bañado en semen.

Cabalgue y cabalgue hasta no sentirla mas de tan pequeñita…

Esa fue mi primer experiencia de zoofilia que he tenido, esto se repitió infinidad de veces, es una manera de esconder esa doble personalidad sexual sin dejar de sentir lo lindo de que es el sexo anal en carne propia.