Sorpresa de fin de semana

Llegue a casa del trabajo como otro día cualquiera, pero ese día era viernes y eso es un aliciente.

Al entrar en casa me encontré a mi mujer en el salón medio desnuda recostada en el sofá.

Estaba ligeramente despeinada y el vestido que llevaba lo tenia por la cintura mostrando sus grande pechos con los pezones erectos.

Tenía el vestido subido hasta la cintura y mostraba su coño abierto mientras se tocaba suavemente.

En los pies llevaba puestas unas mules (sandalias sin nada atrás que solo sujetan el pie en la parte de adelante enseñando los dedos) de tacón alto y fino de color blanco.

Ella me miro y me sonrió diciéndome que que bien que había llegado a casa que necesitaba de mi.

Yo estaba deleitándome con esa pose tan sexy y sensual y tenia una erección muy grande que surgió casi instantáneamente al ver a mi mujer de esa manera.

Me acerque a ella y dándola un beso le acaricie un pecho tocando sus pezones que estaban en punta y muy duros.

Ella dejó de tocarse el coño para pasar su mano por encima de mi paquete que quería salir del pantalón.

Me bajó la cremallera, desabrocho el botón y dejo caer el pantalón al suelo acariciando ahora mi polla por encima del calzoncillo que no tardo en bajarme.

Baje la mano hasta su coño que estaba muy mojado, bastante mojado.

Lo miré y vi que estaba empapado de sus líquidos y también de semen que salía lentamente de dentro de su coño!!

La mire a la cara y ella sonriendo me dijo: Que quieres que haga, me sentía muy sola hoy y el de la librería vino a hacerme compañía.

Yo me quedé a cuadros, la muy puta se había tirado a otro en nuestro salón y estaba como si nada.

Ella al ver mi cara de asombro me dijo: no te extrañes, además a ti esto te gusta o no? A la vez que decía esto me cogía la polla y la masturbaba lentamente. Yo no podía negar que todo aquello era muy excitante y que yo estaba muy cachondo.

En esto que se oyó el ruido de la cisterna del servicio.

Me sobresalte al saber que no estábamos solos en casa, rápidamente pensé que el que se había follado a mi mujer seguramente seguía allí.

Mi mujer seguía masturbándome cuando vi que un hombre de mediana edad entraba en el salón y se quedaba como yo sorprendido.

Mi mujer rompió el silencio diciendo al hombre que se acercara que tenia ganas de tenernos a los dos a su disposición, como en los relatos que leíamos en Internet.

El hombre se acerco mientras se iba desnudando, yo no sabia que hacer y dado que estaba muy excitado decidí dejarla hacer.

Ella se tumbó en el sofá y me dijo que le chupase el coño y al hombre le dijo que se acercase que quería volver a saborear esa gran polla.

La verdad es que en comparación con la mía era muy grande y gorda.

Yo le chupaba el coño a mi mujer y ella la polla al hombre que estaba disfrutando de la mamada de mi mujer.

La agarre de los tobillos y empujándolos hacia delante doble sus piernas poniendo sus rodillas a la altura de sus pechos.

De esta manera su coño estaba totalmente abierto y sus nalgas separadas mostrándome el ano que empecé a lamer.

Con las piernas así y sus pies cerca de mi cara de vez en cuando le lamía los pies por encima de las sandalias y jugaba con sus dedos y mi lengua, a ella esto le encanta y a mi mas todavía.

Le chupaba el coño y el ano metiendo mi lengua todo lo que podía en ambos agujeros a la vez que de vez en cuando le chupaba los pies y las sandalias chupando el tacón fino y largo y sus dedos.

Ella seguía chupando la polla del hombre que gozaba mucho de la boca de mi mujer hasta que nos dijo que nos cambiáramos, que ahora quería chupar la mía y que el se la metiera en el coño.

Así hicimos, ella se tragó por completo mi polla y el se coloco entre las piernas de mi mujer y metió su polla en el coño que folló durante un buen rato mientras yo disfrutaba de aquella fantástica mamada.

El hombre paro de follarla el coño y dijo que ahora quería volver a probar el culo otra vez como antes.

Debían habérselo pasado en grande mientras yo me fastidiaba trabajando.

Metió lentamente su polla en en el ano de mi mujer que yo había dilatado y humedecido con mi lengua, aunque ya estaría mojado de antes.

Así estuvimos un rato hasta que nos corrimos todos casi a la vez, el en su ano que no pudo retener tanta leche y yo en su boca.

Mi mujer dijo que tenia ganas de marcha y yo dije que si quería podíamos salir a tomar algo, a lo que el hombre dijo que conocía una discoteca que estaba muy bien en un pueblo cercano.

Así que quedamos a la noche para ir a ese lugar y nos despedimos del hombre de la librería.

Ya de noche nos vestimos para la ocasión y mi mujer se puso un vestido negro con mucho escote y mucho vuelo, por encima de la rodilla

Se puso un tanga blanco pequeñísimo y un sujetador de media copa de los que juntan y levantan el pecho.

En los pies se puso unas sandalias de tacón alto y de tiras finísimas delante y pulsera al tobillo.

Estaba de infarto, para comérsela. Entendí que en verdad tenia ganas de marcha.

Bajamos a la calle donde nos esperaba el librero en su coche y nos fuimos camino de la discoteca no sin antes decirle a mi mujer lo hermosa que estaba.

Al llegar vimos que era un sitio muy concurrido y grande.

Ya dentro, era muy oscura a pesar de los focos y tenia una gran pista de baile y muchos reservados.

Al mirar a mi mujer que se movía al ritmo de la música mientras nos dirigíamos a la barra, me quedé atónito.

Su ropa interior blanca con el efecto de las luces de neón se veía perfectamente bajo su vestido negro que parecía no existir y esto hizo que prácticamente toda la discoteca según pasábamos se quedase con ella, diciéndole lo buena que estaba o simplemente mirándola de arriba abajo.

Llegamos a la barra y pedimos una copas, mi mujer dijo que quería bailar y a mi como no me gusta mucho no me insistió, así que salió con el librero a la pista.

Yo la miraba como se movía a sus anchas pegada a su amigo mientras alrededor los chicos y alguna chica no le quitaban el ojo de encima.

El la pasaba la mano por la cintura de vez en cuando y ella se giraba de espaldas a el rozando su trasero contra él.

Después de un rato volvieron donde yo estaba y ella me dijo según me daba en beso, que estaba un poco cansada y que quería sentarse así que nos dirigimos a un reservado que había libre.

El librero se quedó hablando con un amigo y seguramente uno de los temas de conversación sería mi mujer ya que no le quitaban el ojo de encima.

Al llegar al reservado nos sentamos en el sofá y ella me dio un beso en la boca diciéndome que estaba un poco caliente ya que el sobe de su amigo y el notar su paquete junto a ella la había excitado un poco.

Yo estaba un poco excitado también con su look y con sus movimientos así que empezamos a besarnos y a meternos mano mutuamente.

La besaba las tetas por su amplio escote y ella me saco la polla y me masturbaba.

Se levantó y sentándose encima y apartando el tanga hacia un lado se metió mi polla en su coño y empezó a cabalgar encima de mi.

Sus tetas se salían por el escote y yo las agarraba desde atrás. Estábamos como locos follando en aquella discoteca.

Al poco llegó el librero con su amigo y los dos sin extrañarse mucho se acercaron y dejaron que mi mujer les bajara los pantalones sacando sus pollas y chupandolas mientras seguía cabalgando sobre mi polla.

Yo no pude mas y me corrí dentro de ella que se levantó escurriendo el semen de su coño y empujando el librero al sofá de al lado le sentó y se metió su polla en el coño, de cara a él, este le chupaba las tetas y el otro hombre se puso detrás penetrándola el ano.

Yo estaba sentado mirando la escena de mi mujer con dos tíos haciéndola un sándwich.

Tenía el coño y el culo llenos de polla y gritaba de placer.

Mi polla estaba otra vez tiesa debido a aquel espectáculo y me masturbaba viéndolo, era fantástico ver como disfrutaba y como entraban las pollas y salían de sus agujeros.

El que estaba en el culo se corrió y se sentó al lado chupando sus tetas así que yo me puse detrás de ella y se la metí en el culo follandola rápidamente.

Su ano estaba muy mojado y pastoso del semen del tío que se lo había llenado lo que hacia un chup chup muy excitante.

Su amigo el librero no tardó en correrse llenándola el coño de leche y yo fui a continuación. Al sacarla escurrió fuera un gran chorro de semen de su ano ya que las dos pollas se lo habíamos llenado.

De repente entraron tres chiquillos de unos 18 años en el reservado.

Los tres tenían la polla fuera de la bragueta y tiesa ya que seguro que habían estado masturbándose mientras follabamos y uno de ellos se la metió en el ano comenzando un mete saca muy acelerado que no duró mucho ya que se corrió dentro de ella rápidamente.

Al quitarse otro de ellos ocupo su lugar y se la clavó en el coño pasando lo mismo, tardo poco en correrse aunque este saco la polla antes y le regó las nalgas y la espalda de leche.

El tercero se masturbo mientras delante de la cara de mi mujer corriéndose en su cara y en sus tetas.

Ella había disfrutado mucho al igual que nosotros y al sentarse vimos que estaba llena de semen por todas partes.

Ella al ver la juventud de sus tres folladores espontáneos, se puso en plan autoritario y les mando arrodillarse y lamerle las sandalias y el coño para limpiarla el semen.

Y abriendo las piernas y poniendo un pie a cada lado del sofá un chico se puso a lamerle una de las sandalias y los otros dos le lamían el ano y el coño.

La otra sandalia era naturalmente para mi que chupe y lamí con mucho placer.