El Pana II
Querido amigo Raymond: Te escribo este e-mail para expresarte lo que lamentablemente no pudimos (ni podemos, por ahora) hablar personalmente. Los días siguientes a que me botaste de tu casa, me sirvieron para pensar y poner todos mis sentimientos en claro.
Creo que debo comenzar por algún sitio (no sé muy bien como) y recordar lo que hemos pasado y vivido juntos desde pequeños. Cuando nos alistamos en el ejército por la pelazón que teníamos, y las borracheras que disfrutábamos juntos con los otros panas. Conoces más de mi familia y yo de la tuya que cualquier otro amigo tuyo o mío. Siempre compartimos lo poco que teníamos hasta el año pasado. Poco a poco te alejaste y cuando me llamaste para ir a «tu nueva casa» a instalar el quemador, pero al ver cómo y con quién vivías, quedé tan sorprendido que casi rayaba en la rabia.
No es que no supiera que eras gay porque realmente no me importaba, pero que vivieras con dos al mismo tiempo fue lo que me sorprendió. No sé si fue envidia o celos, pero me afectó mucho que fueras tú y no yo quien disfrutara la buena posición económica y a dos personas que estuvieran a la vez, siempre pendientes de ti, además de la compenetración que tienen los tres. Lo de la parte sexual, lo comprendí luego y hasta te admiro por haberte dado cuenta primero que yo cuál era tu camino. Por eso, cuando comenzamos a besarnos, algo dentro de mí despertó y se rompió al mismo tiempo. Estaba tan, pero tan caliente y sorprendido que algo así me sucediera ya que nunca antes había sentido esto, que me importó un bledo que fueras mi mejor amigo, mi pana de toda la vida, solo quería penetrarte y satisfacer mi instinto animal. Tu culo, al tenerlo en mi boca me supo a sexo y fue entonces cuando supe que no tendría regreso. Y aunque te traté como una puta mientras tirábamos por primera vez, era mi ultima barrera para evitar lo inevitable. Mientras te cogía y apretabas mi güevo con tu culo entregándote a mí, me di cuenta todo el tiempo que había perdido, lo cual juré en ese momento dentro de la excitación que no volvería a pasarme. Después de acabar ya estaba dispuesto a hacerlo de nuevo contigo y fue cuando tus amigos nos encontraron. Te fuiste a tirar con ellos sintiéndote culpable sin importarte yo para nada. Eras de ellos y jamás serías para mí.
Fue tan excitante ver tu cara de dolor y de entrega con Héctor y Domingo, a pesar que ambos parecían castigarte por haber tirado conmigo. Cuando te colocaron las pinzas en tus pezones y te dieron nalgadas hasta dejarte el culo rosado, en lugar de sufrir lo disfrutaste porque creo habías comprendido que los irrespetaste. El mirar como te cogían y mamabas a la vez, fue lo que me hizo pensar que quería estar en tu lugar. Además si pensé en algún momento que conmigo habías tenido buen sexo, ese pensamiento se me borró al verte con tus amantes.
Fue cuando Héctor me invitó a participar, que empecé a tratar de sacarte del juego. Mientras te cogí por segunda vez, lo único que quería era separarte de ellos, mas cuando sentí la verga de tu amante dentro de mí ya tu no me importabas sexualmente sino el semental que me cogía con fuerza, si seguía penetrándote era sinceramente por la excitación de tener a Héctor dentro de mí.
Luego, mis tiradas a solas con Héctor y Domingo (y también por separado) donde me cogieron una y otra vez y acababa solamente pensando que ya no era virgen y que podían utilizarme cuando y como quisieran. En verdad lamento haber actuado como lo hice. Pero lo que trato de explicarte es que fue una reacción completamente animal, la cual fue para mi incontrolable pero que ahora puedo poner en perspectiva. De todas maneras no hubiera podido lograr nada porque la relación de ustedes tres está por encima de toda intriga de cualquier otra persona. Además, al enamorarme de uno de ellos (Héctor), ponía fin a cualquier posible relación de trío con los dos.
Cuando me botaste de tu casa, yo ya sabía que estaba todo perdido por eso ni siquiera busqué el apoyo de tus amantes. Pero te aseguro que todo está superado de parte mía.
Si algún día pueden perdonarme, y en especial tú, búscame que ahora extraño al Raymond amigo.
Tu pana Andrew
PD: Mi tía Juana cumple años el sábado, sería ideal si fueras y nos reunimos a tomar cerveza como antes.