La cena de fin de año

Hoy les relato una nueva historia mia, si alguno recién me lee por primera vez, les cuento que soy de Argentina, soy morocha, mido 1.70 y mis medidas son 100 – 60 – 92 y así comienza.

Ese día no trabajaba, ya que por la noche la agencia organizaba una reunión con motivo de fin de año con todos sus principales clientes, así que decidí ir al gimnasio, temprano por la mañana a primera hora.

Al llegar solo se encontraba María, la instructora, con la cual éramos bastante amigas y solo había un chico, de unos 18 o 19 años realizando una rutina de ejercicios de pesas.

Comencé mi rutina, ayudaba por María, cerca de donde estaba el chico, el cual pudimos notar que no dejaba de mirarnos, es lógico veía dos mujeres muy bellas que solo llevaban puestas unas mallas de gimnasio y mostrando sus cuerpos.

Yo ya me describí y María es también muy bella, su cuerpo está perfecto por la gimnasia, con pechos no muy grandes pero duros y redondos y un culito perfecto, duro y apretado.

En un momento él le pidió a María que lo ayudara con un ejercicio, ella notó que lo estaba realizando en una mala posición, así que se puso cerca de él y tomó su espalda corrigiendo su posición, al contacto de sus manos y como estaba sentado con los pechos de Maria muy cerca, el muchacho se excitó.

Ambas notamos cómo comenzó a crecer su erección, lo cual evidenció un bulto bastante interesante, él se avergüenzo un tanto y tratando de disimularlo, le agradeció a María y le dijo que podía seguir solo, María le hizo caso para que no se sintiera mal y regresó conmigo.

Seguimos con nuestros ejercicios, pero el contacto de nuestros cuerpos nos excitó un poco, el chico no dejaba de vernos y la visión de su bulto duro bajo sus pantalones, nos terminó de excitar, nuestros movimientos se hicieron más fuertes, nos rozábamos más, el contacto de nuestros cuerpos era intenso, nuestros pezones reaccionaron, tratando de escapar de nuestras mallas.

Olvidándonos del chico, nos besamos en la boca con pasión, nunca habíamos tenido nada con Maria, pero creo que siempre lo habíamos deseado, nuestras lenguas se unieron fuerte en mi boca, mis manos buscaron sus pechos, acariciándolos fuerte, sentí sus pezones duros y excitados, baje su malla y deje sus pechos desnudos, los acaricie y baje mi boca hacia ellos, se los lamí, chupé sus pezones, Maria acariciaba mi cabeza y mi lengua recorría sus pechos duros, se recostó y seguí lamiendo sus pechos, baje por su vientre y corriendo su malla, descubrí su conchita, la llevaba depilada, tenía unos labios rosados y medianos, los recorrí con mi lengua, despacio de arriba abajo, ella gemía, lentamente tome su clítoris en mi boca, y fui introduciendo un dedo en su conchita húmeda.

Chupaba fuerte su clítoris, y ahora dos dedos entraban en su conchita fuerte y rápido, María no tardó en explotar en un orgasmo intenso.

Al volver a ver al chico, estaba con su verga en la mano pajeandose frente a la escena que le brindábamos, entonces nos acercamos con Maria y le dijimos que sí podíamos ayudarlo, sí darle tiempo a contestar, las dos estábamos arrodilladas frente a su verga, lamiéndola.

Como habíamos notado era una buena verga, como unos 20 cm, nuestras lenguas la recorrían entera, María comenzó a chuparla mientras yo chupaba sus huevos, el chico gemía fuerte de placer.

Entonces lo acostamos y María siguió chupando toda su verga, mientras yo me desnudé y me puse sobre él, apoyando mi concha sobre su boca y poniéndome como en un 69 compartiendo la verga con Maria.

Se notaba que no era muy experto con su lengua pero la sesión anterior con María me había dejado muy excitada, así que disfrutaba igual, con María nos disputábamos la verga, nos tragábamos entero todo ese pedazo de carne dura y caliente, refregaba mi concha en la boca del chico, María chupaba fuerte y el chico no aguantó más, se derramó en la boca de María que hacía esfuerzos por tragar, pero la acabada era muy abundante, tuvo que sacarla de su boca y la verga seguía escupiendo leche, alcanzó su cara, me acerque a ella y lamí la verga, dos chorros de leche estallaron en mi cara y boca, esto me hizo estallar a mí en un orgasmo que inundó la boca del chico que tragaba todo lo que podía.

Chupamos su verga hasta la ultima gota, nos besamos con María compartiendo y limpiando los restos de leche, lamimos su verga hasta limpiarla por completo, me levanté y la cara del chico estaba bañada en mis jugos pero él estaba feliz y complacido, sin decir nada nos fuimos con María al vestuario, para ducharnos, ya se me hacía tarde así que debía irme.

Llegó la hora de vestirme para la fiesta, me puse un vestido largo negro, era escotado por delante y en la espalda, así que decidí no llevar sostén y me puse una tanguita negra muy chiquita, para que no se marcará sobre el vestido ajustado, estaba muy sexy.

Pasó a buscarme un compañero de trabajo que al verme casi se desmaya, me elogió mucho y me dijo que me veía hermosa.

Llegamos a la fiesta, era temprano ya que yo era una de las encargadas de recibir a los clientes, mi jefe y los dueños llegaron enseguida, ninguno dejo de decirme algo agradable respecto a cómo me veía.

Al rato comenzaron a llegar los invitados, los fui recibiendo y ubicándolos en las mesas, la mayoría eran hombres de entre 50 y 55 años y casi todos llegaban con sus esposas, pero casi por último llegaron dos socios de una empresa, los cuales yo solo había visto una vez ya que el trato con ellos lo había hecho mi jefe ya que eran amigos de él.

Ellos eran de unos cuarenta años, bastante atractivos, llegaron solos, uno era de estatura normal y el otro un poco más alto, muy elegantes, al recibirlos y presentarme, me saludaron muy atentamente y tampoco faltó un comentario de ambos con respecto a mi belleza, los ubiqué en su lugar, junto a dos parejas, solo me dijeron que esperaban que luego pudiera dedicarles un poco más de tiempo, les dije que seguro lo haría.

La fiesta comenzó y pasé la noche atendiendo a los invitados y haciendo presentaciones, más entrada la noche la fiesta estaba un poco aburrida, los hombres no dejaban de hablar de negocios y las mujeres se cansaban de sus maridos, entonces recordé a los dos hombres y me acerque a ellos como para ver si la cosa se animaba un poco, me senté con ellos y charlamos muy alegremente, eran divertidos y simpáticos, entonces se hizo la hora de iniciar el baile que estaba preparado, me fui un momento para organizarlo, me pidieron que no me fuera, pero solo conteste que no se preocuparan que iba a volver.

El baile comenzó con una música tranquila y un poco aburrida, algo formal, entonces bailé con mi jefe y con los dueños, todo muy respetable, pero enseguida alguien pidió bailar conmigo, era uno de los hombres, acepté gustosa, me tomó por la cintura y me apretó un poco contra él, bailamos un rato y el roce de los cuerpos, nos excitó a ambos, luego el otro también quería bailar conmigo, era el más alto, pero también se apretó contra mí, y mi conchita ya evidenciaba mi excitación y noté la de él apretada contra mi vientre.

Luego el baile fue más animado y movido y si bien muchos querían bailar conmigo, siempre terminaba haciéndolo con ellos dos, así la noche transcurrió alegre y divertida, entonces ellos me ofrecieron irnos a un lugar más tranquilo a terminar la noche, acepté con gusto, pero debía hacerlo luego de despedir a los invitados.

Luego de hacerlo nos fuimos en el auto de uno de ellos, me preguntaron si deseaba ir a algún lugar a beber algo o prefería hacerlo en la casa de uno de ellos, me dijeron que tenía un lugar frente al río muy hermoso.

Preferí ir a su casa, sería más íntimo y tranquilo.

Al llegar era un lugar hermoso, con un gran ventanal que tenía vista al rió, entonces ellos, David y Enrique, uno puso música y otro fue por una botella de champagne.

Bebimos y charlamos un buen rato, ambos eran realmente muy agradables, nos pusimos a bailar, lo hacía con uno y con otro, entonces mientras bebíamos un poco más, ellos comenzaron a decirme algo que tenía que ver con estar allí esa noche, que yo les agradaba mucho, que ambos me deseaban, pero que para eso yo debía hacer una elección.

– No entiendo bien, les dije, que elección?

– David contestó, bueno, ambos queremos pasar la noche contigo

– Enrique dijo, y creo que corresponde que elijas a uno de nosotros

– Los miré, tome un trago de champagne y dije: porque quedarme con uno de ustedes, sí puedo tenerlos a los dos.

No salían de su asombro, nunca se lo imaginaron, incluso me contaron que antes habían estado con otras mujeres en una situación similar, pero nunca se lo habían propuesto así, y que siempre lo habían fantaseado, solo conteste que esta noche su fantasía se haría realidad.

Se acercaron a mí y bailamos los tres, uno de frente y otro detrás de mí, me besaban, me acariciaban, David besaba mi cuello, al tiempo que Enrique lo hacía en mi pecho, mi vestido no tardó en caer al piso, Enrique apreció como asomaban mis pechos desnudos, con mis pezones ya duros y erectos de excitación y David pudo contemplar mis nalgas con mi tanga que se metía entera entre ellas.

Sentí la boca de Enrique sobre mis pezones, chupandolos despacio, apretados entre sus labios y David seguía besando mi cuello, pero sus manos acariciaban mis nalgas y sentí su miembro duro apoyarse entre ellas.

Comenzaron a desnudarse también ellos, solo quedamos los tres en ropa interior, nos confundíamos entre besos y caricias y así fuimos hasta la cama, me acostaron en ella boca arriba, siguieron besándome, David chupaba mis pechos y Enrique lamía mis muslos, llegó a mi sexo y quitó mi tanguita, llegó con su lengua a mi conchita húmeda de excitación, les pedí que se desnudaran por completo, ambos lo hicieron, frente a mí asomaron dos vergas duras y erectas, de un buen tamaño, como unos 18 cm, algo gruesas, la de David un poco más que la de Enrique, y volvieron a su trabajo sobre mi cuerpo.

David devoraba mis pechos y Enrique penetraba mi conchita con su lengua, recorría todo mi interior, haciéndome chorrear jugos, le pedí a David chupar su verga, se puso junto a mí tome su verga y la recorría con mi lengua en todo su largo, mientras Enrique no dejaba de taladrar mi conchita con su lengua y ahora agregaba un dedo que entraba y salía de mí con fuerza.

Llevé la verga de David a mi boca, la chupé fuerte, poco a poco más profundo, hasta tenerla toda en mi boca, mis gemidos se ahogaban en su verga que eran provocados por la mamada que me daba Enrique, que tenía su boca chupando mi clítoris y dos de sus dedos penetrándome, no aguanté más y entre gritos y jadeos acabe fuerte, lanzando abundantes jugos sobre la cara de Enrique y tragándome toda la verga de David.

Mientras duraba aún duraba mi orgasmo, Enrique se incorporó y me clavo su verga entera hasta el fondo de mi concha toda mojada y comenzó a cogerme fuerte, al tiempo que David metía y sacaba su verga, cogiendo mi boca, no pasó mucho tiempo hasta que sentí como la leche de sus vergas me inundaba la concha y la boca, trague todo lo de mi boca y me sentí inundada por la concha, tome sus vergas y las chupe para limpiarles todo rastro de leche, enseguida las tuve duras otras vez.

Ahora me monté sobre David y cabalgaba su verga por mi concha, Enrique se paró junto a mí para que le chupara su verga, me cogieron así un rato hasta que tuve un nuevo orgasmo junto a David que ahora inundaba otra vez mi conchita.

Enrique me hizo poner en cuatro patas y apuntó su verga a mi culo, la paso por mi concha mojada y chorreante de leche y mojo todo el agujero de mi culito, la puso sobre el y empujo, su cabeza entró y solo comencé a pedirle más, que me la metiera toda adentro, y así lo hizo despacio y hasta sentir sus huevos chocar contra mis nalgas, sentía toda su verga enterrada en mi culo, me movía en círculos sobre su verga, y él empezó a penetrarme fuerte y rápido, su verga entraba y salía por completo de mi culo, yo gemía fuerte de placer y le pedía más, que no parara, mi culo apretaba su verga y está estalló dentro de mí, llenando mi culo de su leche caliente.

Noté como David se pajeaba y tenía su verga parada y dura otra vez, entonces se acostó y lo monté de espaldas a él pero clavándome su verga por el culo, mis tetas saltaban con cada clavada mía sobre su verga, Enrique se puso a lamerlas, a chuparmelas, yo gritaba fuerte, cabalgaba duro la verga por mi culo, Enrique comenzó a golpear mis tetas con su verga, que se ponía dura de nuevo, la pasaba por mis tetas, me la ponía en al boca para que se la chupe, David no dejaba de embestir fuerte mi culo.

Al tenerla bien dura otra vez, lo mire a Enrique y le dije que deseaba sentir dos vergas juntas, se puso frente a mí, apoyó su verga sobre mi concha, David dejó quieta la suya dentro de mi culo, y entonces penetró mi concha hasta el fondo, di un grito fuerte de placer, y los dos tomaron ritmo para cogerme a la vez, sentía mis agujeros llenos de verga, alcancé otro orgasmo intenso, solo les pedía mas y mas que me cogieran fuerte, entonces Enrique sacó su verga de mi concha y la apuntó a mi culo junto a la de David, empezó a empujar, mi culo se fue abriendo, dando paso a otra verga mas en su interior, yo gritaba fuerte, mezcla de dolor y placer.

Con las dos vergas dentro de mi culo, comenzaron a moverse, moviéndose afuera y adentro de mi culo, que estaba abierto al máximo, yo gritaba, ahora un placer total me invadía, les pedía que me cogieran fuerte, que me rompieran el culo con sus vergas, así, más fuerte y duro, otro orgasmo me alcanzó y luego dos mas, ellos solo seguían cogiendo mi culo que devoraba sus dos vergas, los sentí por acabar y les pedí que acabaran en mi boca, quería tragar sus leches, me arrodille junto a ellos, que estaban de pie, tome sus vergas y las pajeaba, casi juntas explotaron sobre mi cara, los chorros de leche se estrellaban contra mis mejillas, entraron en mi boca, cayeron sobre mis tetas, chupe sus vergas y termine de beber su leche hasta la última gota, lamí sus vergas hasta dejarlas bien limpias.

Los tres quedamos exhaustos, David se levantó y trajo una nueva botella de champagne, pero solo trajo una copa, que dijo era para mí, le pregunté en que tomarían ellos, solo me respondió, de ti.

No comprendí bien como, hasta que empezó a derramar parte del champagne sobre mi cuerpo, el frío sobre mi cuerpo caliente me estremeció y aún más cuando posaron sus bocas, sobre mis tetas, chupandolas junto al champagne, vertieron más sobre mi conchita, y sus dos lenguas lo lamían de mí, entraban en mi sexo, mi excitación creció, gemía de nuevo, entonces Enrique dijo que era hora de beber de la copa de ellos, no entendí que era hasta sentir como el pico de la botella de champagne comenzaba a entrar en mi concha, me lo hacían suave y despacio y solo metieron el pico, yo gemí fuerte, pero grité al sentir como volcaban el champagne dentro de mi concha, el líquido helado en mi interior me hizo delirar de placer, retiraron la botella y taparon mi concha un poco con su mano, al liberarla, el champagne salió expulsado de mi concha como una fuente, de la que ellos bebieron con deleite, y culminaron devorando mi concha, con lo cual estallé en gritos y en un orgasmo bestial que mojo todas sus caras, mezclando mis abundantes jugos con el champagne, no dejaron de lamerme hasta secar mi concha, caí exhausta en la cama, y ellos junto a mí, nos dormimos, desnudos y abrazados los tres.

Desperté temprano por la mañana, me duché y vestí, saliendo antes que ellos despertaran, solo deje una tarjeta diciendo gracias por una noche maravillosa.

Al día siguiente, recibí un ramo de flores en mi oficina que decía, la noche fue maravillosa, solo porque estuve ahí, esperamos no sea la última.

Y estuve segura que no lo sería.