Yo, novia de mi cuñado
Se acercaba la fiesta de San Valentín en el trabajo, todos llevarían su pareja, pero yo me había peleado con mi novio; y la verdad no quería parecer una rogona, así que pensé finalmente no ir a la fiesta.
Platicando con mi hermana Ana me sugirió que su esposo me acompañara y que yo fingiera delante de mis compañeros que él era mi pareja.
Si no te molesta, que lleguemos tarde, me encantaría, pero ¿cómo le digo que me acompañe?
No te preocupes yo le contaré todo.
Y así fue a las 9 de la noche nos dirigimos a la fiesta, yo llevaba una falda corta tableada, mostrando dos tercios de mis bien torneados muslos.
La parte superior era un top pegado que gracias a la ausencia de sujetador marcaba sus pezones y dejaba libres sus tetas que aunque abundantes y duras saltaban con cada movimiento brusco efectuaba.
Ya en la fiesta fui directamente con mis compañeros y les presente a Ángel como mi novio.
Nos sirvieron unas copas, brindamos:
Por mi noviecita linda, me dijo.
Yo correspondí brindando por mi nuevo amor, nos dimos un beso en los labios y me puse a bailar con Ángel, así estuvimos durante un buen rato antes de cenar, la cena la acompañamos con vino y después tomamos otra copa, como no estoy acostumbrada me puse alegre (borracha), por lo que en el siguiente baile, se me olvidó que era mi cuñado con el que bailaba y no con mi novio, que siempre era muy mandado al bailar, por ello empecé a frotar mi pubis en su verga, fingiendo que era consecuencia del baile. Por culpa de mis frotamientos, él también se excito; lo note al sentir la dureza de su verga en mi pubis.
Al terminar la pieza que bailábamos, nos quedamos parados viéndonos a los ojos, ¿quieres ser mi novia?.
Este…, si cuñado, le respondí.
El acerco lentamente sus labios a los míos y me dio un beso, beso que yo correspondí separando mis labios para que su lengua entrara en busca de la mía, entrelazamos nuestras lenguas, sellando nuestro noviazgo; quisimos estar solos, por lo que preferimos salir de la fiesta y ya en su coche continuamos besándonos en el asiento trasero, él se puso en sentido inverso a mí metiendo su cara entre mis piernas, su lengua pronto encontró mi clítoris obligándome a dejar salir toda clase de gemidos.
Su erecta verga estaba tocando mi cara la que gire para darle lo que sin palabras me pedía.
Metí su glande en mi boca y una de mis manos se dedicó a recorrerla de arriba a abajo, que calentita y rica se sentía, la mordisquee un rato y la introduje nuevamente en mi boca, las gotas de líquido preseminal que brotaron de su verga aumentaron mi excitación, desee recibir sus jugos en mi boca, por lo que se la chupe durante un rato deseando sacarle su semen.
Mi cuerpo vibro como tocado por un rayo y una gran cantidad de mi néctar baño su boca, su lengua en mi clítoris me había provocado un orgasmo.
Me saco su verga de mi boca y cambió su posición, levanto un poco mis piernas acomodó su verga en mi vagina y de un solo impulso me la metió hasta el fondo.
En total creo que su verga me provoco 4 orgasmos antes que su semen llenará por completo el interior de mi vagina.
Un potente empujón de su cuerpo y su verga toco el cuello de mi útero dejando salir todo el semen acumulado, grandes chorros de leche inundaron mis entrañas, yo solamente apreté mis piernas en su cintura al momento de bañar con mis jugos a su verga que me regaba por dentro.
Nos quedamos dormidos después de tan magnifica cogida durante una hora, desperté y como no sabía si tendría otra oportunidad de coger con mi cuñado tome su verga entre mis manos y con gran avidez la empecé a darle de besos, procediendo a mamar cada parte de ella, incluso chupe sus testículos alternando de uno al otro.
No tardó mucho en estar completamente erecta, me monte sobre de Ángel y me fui sentando en su dura verga, que poco a poco entraba nuevamente al lugar de donde no hacía mucho había bañado con sus jugos, la humedad que tenía en mi vagina facilitó la penetración, mi cuerpo empezó a subir y bajar en ella buscando el placer que hiciera que mi cuerpo vibrara.
Estaba experimentando mi orgasmo cuando fui sorprendida por un torrente de tibio semen, Ángel eyaculó al sentir mi orgasmo mezclando su semen con mis jugos nuevamente, permanecí un rato sobre él, hasta que dijo que había que regresar a casa, medio acomodamos nuestra ropa y pasamos al frente, todo el camino lo hicimos abrazados y yo acariciando su verga, que tan rica sentía en mis manos, manteniéndola firme todo el trayecto.
Al llegar a casa, me dijo:
No puedo entrar así, Ana se daría cuenta que algo paso, así que tienes que quitarme esta erección.
Ni tarde ni perezosa procedí a mamarle nuevamente su verga, saboreando aún la mezcla de nuestros jugos, hasta que el me aferró de mi cabello y disparó dentro de mi boca dos suculentos chorros de semen calientito, que retuve en mi boca y lengua durante un rato, para poder saborear el delicioso saber que tenía, antes de tragármelo completamente.
Subimos a casa y cada cual se dirigió a su cuarto como si nada hubiese pasado.