Infidelidad repetida con mi ex
Quiero contarles una de las mejores experiencias que tuve en la cama.
Soy Analía, de Argentina y mi primer hombre fue un ex novio, Mariano.
Él es seis años mayor que yo, cuando me desvirgo yo tenía 17 años.
Fue hermoso como me cogió, me dolió mucho pero acabe varias veces.
Me cogió después de todas las maneras posibles, en otros encuentros.
La vez que más me gusto fue cuando yo estaba boca abajo y el se acostó arriba mío y me penetro.
Después me puso en cuatro, y después nos quedamos los dos arrodillados, él detrás de mí, cogiéndome y acariciándome el clítoris y los pechos.
Me besaba las orejas y el cuello y me decía que yo siempre iba a ser su mujercita, que nadie me iba a coger mejor que el nunca.
Después de un tiempo nos separamos.
Recuerdo una vez que, como yo quería volver con él, me sume a una salida que iba a hacer con sus amigos.
Pero en el boliche él estaba con otra chica amiga, y yo estaba muy enojada.
Así que empecé a tomar alcohol y me puse muy borracha.
Así fue que lo vi salir con esa chica, seguro que rumbo a un telo a coger.
Ahí se me acercaron dos amigos de el, y empezamos a bailar.
Yo me hacia la que no me importaba, pero estaba súper resentida.
Así que empezaron a bailar mas cerca de mí, como en broma.
Yo ni me corría y les bailaba sensual. Me empezaron a agarrar y a besar en el cuello y yo nada, seguía bailando para ellos. Y me besaron, primero uno y después el otro.
Uno de ellos, morocho y alto, bien grandote, me gustaba un poco desde hacia un tiempo. Y me empecé a pegar mas a el.
El otro ya miraba mas de lo que hacia.
Finalmente salimos con el morocho, después de que el otro se fue Y me sacó de ahí, yo muy borracha y nos fuimos a la casa del más morocho, Enrique…
Obviamente lo deje que me coja. Él estaba re caliente y con la pija bien dura desde que empezamos a besarnos.
La verdad que estaba bien rico el hijo de puta tenía la verga gorda y cabezona.
Era mas larga y gruesa que la única que yo había probado, la de Mariano. Así que me le senté arriba y me hice garchar, sin forro, aunque se lo pedí.
Enrique me la metía y me miraba y me preguntaba si me gustaba su pene. Yo dije la verdad, que era el mejor dotado que yo había conocido.
«La tienes re grande, papi…» le dije. «Mas que Mariano», me dijo él. «Sihhhhhhh ahhhhhhhh… ni comparación, negrito mío, negrito de mi vida… Ahhhhhhhhhhhhhhhhh»., acabe en un orgasmo largo, profundo y que me sacudió de los pies a la cabeza.
Él empezó a acabar dentro de mí, despacito, largando la leche de a chorritos, como por un minuto.
Entonces nos quedamos abrazados, yo sentada arriba de el, besándonos.
Cuando trate de levantarme, él me agarro fuerte, me miro a los ojos y me dijo, en tono amenazante: «Yo no sé cuantos te echaba el boludito de Mariano, pero yo de dos al hilo no te bajo a una mujercita como vos. Ven acá que todavía no termine con vos, putita linda»
Y retomo las embestidas con su pija, que para ser sincera era verdad que en ningún momento había perdido dureza.
El hijo de puta me volvió a acabar adentro Yo no estaba preocupada porque no estaba en fecha, pero al negro este le había dicho que si, que podía quedar embrazada.
No saben como excita eso a los hombres,.
Enrique, me cogió dos veces más, en total se hecho cuatro., y después a la mañana me fui. No lo vi más.
Al que si volví a ver fue a Mariano.
Me llamo y aunque estaba de novio con una chica, nos encontramos y fuimos a un telo. después lo vi una vez mas, pero yo estaba un poco reprimida, no disfrute mucho, porque me dolía, Mariano ya no estaba tan dulce como antes.
Quiso que se la chupe y a mi me daba asquito, nunca se lo había hecho ni a el ni a Enrique, los dos únicos hombre en mi vida sexual. Igual accedí y se la bese, pero lo hacia sin ganas y mal y a él no lo satisfacía.
Al tiempo conocí a un boludito que puse de novia. empecé a quererlo, pero no era ni a palos lo que había sentido por Mariano.
A pesar de que Enrique, sin dudas, era el que la tenia más grande y él más potente, Mariano me había hecho vibrar, era muy dulce y nunca había acabado como con él, ni siquiera con Enrique.
Mucho menso con este novio que tengo ahora, que era muy aburrido en todo sentido, y que ni siquiera tenia una buena pija.
Pero fui una tonta y después de dos años me embaracé de él.
No nos llevábamos bien y teníamos muchos problemas.
Y cuando estaba en el séptimo mes de embarazo, un día de repente apareció Mariano en la puerta de mi casa.
No se como había averiguado la dirección, después de casi cuatro años. Imagínense que vergüenza, yo embarazada de un hombre que ni siquiera estaba segura de amar, con nada más que 19 años y parece el príncipe azul de mi vida, él me había hecho mujer.
La cosa es que el estaba hermoso, como siempre.
Se había cortado el pelo, que antes llevaba largo y estaba mas delgado y musculoso.
Bueno, charlamos y nada, el se quedo medio seco cuando me vio con la panza.
Y cuando se iba aparece mi marido y el es súper celoso, nos miro y sin decir nada entro a nuestra casa.
Lo salude a Mariano, quien me dio un fuerte abrazo y me metió un papelito en el bolsillo. «Es mi numero de teléfono, llámame cuando quieras, para lo que necesites». Y se fue.
Esa noche mi marido estaba re loco de celos.
Discutimos, me pegó una cachetada y me forzó a tener sexo.
En un principio me resistí, pero por miedo a que dañara a la criatura, me deje coger. Por suerte acabo rápido, como siempre, y salió a la calle.
Yo empecé a llorar y ahí decidí dejar de verlo. Al otro día lo llame a Mariano y llorando le dije que me separaba. El se ofreció a verme y nos encontramos en un parque cerca de casa.
Estuvimos charlando toda la tarde, de todo. Si hasta le conté lo de Enrique!!. después nos tiramos en el pasto y el empezó a abrazarme y a darme besos en las mejillas.
Yo empecé a llorar y lo bese en la boca.
Pero no paso nada, yo estaba de siete meses. Aunque ganas de hacerlo no me faltaron, me acuerdo.
Así paso un año mas, yo tuve a mi hijo y corte un poco de salir con chicos. Estaba muy ocupada con mi criatura.
Hasta que adivinen quien me llama un día: Mariano.
El estaba de novio, pero arreglamos para vernos en su casa, que alquilaba solo.
Yo sabia que íbamos a cojer y me fui lista para demostrarle todo lo que yo había cambiado sexualmente.
Imaginen que había estado de novia más de un año y medio, y aunque mi marido no era tan bueno en la cama como mis dos anteriores experiencias, por pura cantidad de veces yo me había soltado mucho más.
Me fui a verlo con una tanguita re chiquita, un hilito nada mas en la cola.
Fuimos a su pieza y empezó a seducirme.
Eso era lo que me calentaba tanto de él, que aunque los dos supiéramos que íbamos a hacer el amor, que yo estaba ahí porque quería que él me cogiera, él, me seducía y no era grosero o apresurado en ningún omento.
Me besaba y me decía lo linda que estaba y me acariciaba.
Yo le propuse hacer masajes.
Primero le hice yo, lo acaricie todo, el pecho, la espalda, los brazos, el vientre, el cuello.
El me acariciaba hacia atrás con una mano la cola y las piernas, .
Después me hizo masajes el. Sentada de espaldas a el le deje que me acaricie el pelo, la espalda, la cintura, que tengo delgadita, las piernas, la entrepierna, con 8na mano mi vagina por arriba del pantalón y con la otra mano suavemente mis pechos, que ya tenían los pezones bien paraditos.
Después me hizo masajes conmigo acostada boca abajo.
Me acaricio solo la cola, y me empezó a bajar el pantalón negro de terciopelo que yo tenia.
Cuando vio la tanga casi se muere, me dijo que linda que estaba, que estaba mas linda que cuando estaba con el y me empezó a besar.
La cosa es que me le subí arriba y me deje penetrar. Sin quererlo, lo empecé a comparar con mi marido.
La de Mariano era mas gruesa y la cabeza también. también es un pene de mayor peso y tamaño, y que adquiere mayor dureza, como me le sube mas sangre al miembro. después me acorde de Enrique.
Que pija que tenia ese morocho por Dios! La verdad que Mariano no tenia mucho que envidiarle, pero creo que a Enrique, por unos centímetros de mas de largo y de grueso, lo sentía mas que a Mariano.
Pero Mariano tenia a su favor como se movía. Era algo de piel, nos calentábamos de vernos nada más.
Cuando estaba por acabar, Mariano se me subió encima y me empezó a decir quien era el mejor macho que había tenido yo.
«Vos paipito, vos, no sabes que bien que me haces sentir» «Y tu maridito, le cornudo ese?» «No papi, Ahhhhhhhhhh, no, uyhhhhhhhh ahhhhhhhhh no papiihhhhhhh el no tiene nada que hacer con vos oooooohhhhhhhhhAAAAHHHhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!
El acabo también y nos quedamos en la cama.
Pero yo estaba dispuesta a mostrarle qué mujer que me había vuelto y le empecé a besar las tetillas.
Enseguida se le paro y me monto, ahí me pregunto «Y Enrique, como la tiene Enrique?», me dijo. Yo me sonreí «Hija de puta decidme» «Seguro, papi?», le dije. «Sihhhhh, por favor» «No te vas a enojar? » «Nohhhh, no me ehhhhnojo» «Bueno te voy a contar. Que quieres saber, le dije mientras nos movíamos muy suavecito.
El me la sacaba y le metía entera, la tenia re-parada. «La tiene grande?» «Sihhhh papi, la tiene bien grande…..»
«Cuanto de grande?» «Y el es grandote, papi, grandote de todos lados» y me volví a sonreír. » Mas que yo…'» «Si papi, la tiene mas gordaahhhhhhh» «Y larga?», me dijo mientras aceleraba «Ay papito, no sabes que larga que la tiene, es como de 24 centímetros, me la hizo medir, papi», le mentí, porque si bien era cierto que el negro la tenia mas grande, no llegaba a tanto. Era una muy buena pija, como de 20 centímetros, y la de mariano era mas bien normal, de 17, pero muy bien formada y parada como0 no había visto ninguna. La de Enrique era más larga pero as desproporcionada…
«Se la mediste, que hijo de putaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhh» y acabó. Después cogimos otra vez mas, ahora se la chupé yo solita.
El no me lo pidió, porque sabia que a mi no me gustaba. Pero se sorprendió a medida que yo bajaba por su pecho, su vientre y llegaba al falo.
También le chupe los huevos, un rato largo y sin que me lo pida. Acabó mientras le besaba las pelotas, que las tiene bien grandes, eso si mas que ninguno, incluido Enrique y lo masturbaba.
A las tres semanas nos vimos de nuevo y otra vez me echó tres. Definitivamente, no tenia nada que envidiarle a nadie, ni aunque Enrique era el mejor dotado, Mariano aguantaba más, lo hacía mas veces y se movía mejor.
Mariano se llevaba todos los puntos, ya lo había decidido. La ultima vez que lo vi, estaba re caliente por chuparme la concha.
Me la chupo como nadie, otro puntito a su favor y me pidió que le cuente como cogía con Enrique.
Yo le mentí, le dije que habíamos cogido varias veces y que me había hecho llorar de tanto que me cogía cada vez.
Yo había descubierto que mientras mas lo agrandara a Enrique, mas se iba a preocupar Mariano por superarlo y satisfacerme.
Después deje de verlo a Mariano porque empecé a salir con un chico de mi trabajo.
Mariano me llamo un par de veces y casi me convence de vernos pero yo quiero cortar con el, es que es todo muy fuerte y no quiero cornear a mi novio, aunque ganas no me faltarían de cagarlo con Mariano, porque en definitiva no sería cagar a nadie, ya que es mas profundo que solo sexo con Mariano.