El desconocido del canal
Había pasado solo una semana de haber estado con una ‘amiga’ ya saben haciendo qué cosa.
Al llegar el fin de semana siguiente, me encontraba de nuevo con una calentura impresionante, pero esta vez tenía ganas de meter un ‘rabo’ en mi boquita.
Era viernes noche, y estaba solo en mi casa.
Me encontraba chateando en el canal ‘gay_malaga‘ (soy de Málaga) del IRC, con un vibrador metido en mi precioso culito.
Cuando se me cruzaron los cables y me decidí a que alguien del canal viniese a mi casa.
Estaba como loco por follar, así que al cabo de cinco minutos de chatear con uno que quería lo mismo que yo, le di mi dirección.
A los quince minutos apareció ese desconocido del canal.
No estaba mal, era moreno, medía 1.75 aproximadamente, de complexión normal…vamos, que para echar un rato no estaba mal.
Se llamaba Sergio.
Total, que pasamos al salón, y puse una película porno para calentar el ambiente.
Fue pasar unos minutos cuando me quité la bata que llevaba puesta.
El pobre no se había dado cuenta de que debajo de ésta no llevaba nada, vamos, que estaba desnudo.
Se quedó blanco y un poco impresionado al ver que tenía la entrepierna depilada.
Yo le dije que mi culito también estaba depilado.
Sergio se puso bastante nervioso e incómodo, así que yo apagué la luz y con solo un poco de claridad a causa de la televisión le dije que me la chupase.
Él por supuesto accedió, porque, había venido a pasarlo bien y yo estaba a su disposición para eso.
Luego, le pedí que se desnudase, y al hacerlo, me fui directo a por su poya.
No la veía bien, pero parecía bastante grande.
Cuando la introduje en mi boca me asombré de tal grosor.
Nunca había saboreado algo así.
Después de estar un rato chupándosela, Dani se fue para mi culito y comenzó a lamerlo.
Más tarde empezó a introducir un dedito, luego otro, y otro, y cuando llevaba cuatro los sacó y yo le pedí desesperadamente que por favor me follara de una vez.
Quería sentir ese gran trozo de carne dentro de mí.
Y así fue. Estaba yo en el suelo a cuatro patas, y el por detrás, introduciéndola poco a poco, para no hacerme daño.
Y ahí comenzó ese mete saca de una manera en la que me estaba volviendo loco de placer.
De repente paró y se sentó en el sofá. Yo le pregunté si pasaba algo, Sergio me dijo que no, y a continuación me pidió que me sentará encima de él y cruzase mis piernas por su cintura, que iba a seguir follándome, yo sin dudarlo un momento hice lo que me pidió.
Ahí estábamos otra vez, disfrutando del momento.
Yo me eché hacía atrás, él se levantó un poco y me echó en la mesa, y ahí siguió metiéndola y sacándola sin parar, cada vez más rápido, yo pensé que no iba a acabar nunca.
Parecía una máquina de follar.
Al cabo de un rato paró en seco, yo pensé que se había corrido ya.
Se quitó el condón y me dijo que se la chupase,¡aún no se había corrido!
Entonces fue cuando me di cuenta de que estaba a punto y quería correrse en mi cara, algo que yo por supuesto le dejé.
Después del placer que acababa de recibir, no podía negarme.
Después de correrse, se dirigió a mi poya y comenzó a chupármela sin parar luego siguió bajando hasta mi culito.
Yo estaba disfrutando como nunca desde hacía mucho tiempo.
Finalmente, y como cabía de esperar, acabé corriéndome yo también.
Después de esto, el salón necesitaba una pequeña limpieza.
Él se despidió y concretamos para quedar en otra ocasión.
Pero esa es otra historia.