Capítulo 4
- Frotando nuestros penes
- Julian
- Julián me penetra por primera vez
- Trio con dos mujeres trans
Abrí los ojos, un poco confundido.
Se sentía tan rico… Era Julián quien había decidido madrugar para darme una sorpresa, o quizás para servirse él mismo el desayuno.
Estaba hambriento por la forma en que se comía mis huevos y mi salchicha.
Lo chupaba con ganas. Se lo metí hasta el fondo de su garganta. Me miraba como toda una perra.
Le dije que quería metérselo por atrás y nos pusimos de cucharita.
Apliqué un poco de lubricante y lo metí a pelo, como a él le gusta.
Él siempre fue muy limpio; nunca me había manchado y hoy no sería diferente.
Tomé su pene con la mano y lo masturbé mientras lo penetraba.
Se lo metí con ternura. Él solo cerraba los ojitos y se mordía el labio.
Acaricié las plantas de sus pies con los míos; se sentían suaves.
Pronto le llenaría el culo de semen. Su culo ya estaba acostumbrado a mi semen.
Le empezaron a temblar un poquito las piernas y también eyaculó.
Todo el líquido quedó en mi mano.
Quise hacerme el guarro y me tomé su semen como si fuera un perrito tomando agua.
Luego nos abrazamos un rato, nos pusimos a ver una película, nos fuimos a bañar juntos y después desayunamos.
Sonó el timbre.
—¿Esperas a alguien?
—David, es una sorpresa. Ya vengo.
Me emocioné. Julián y yo cumplíamos seis meses de acostarnos.
«¿Será que por fin me pedirá noviazgo?», pensé para mis adentros.
Me acosté en la cama imaginando que sería un peluche, chocolates o algo romántico.
—Mira, David, te presento a Olivia y a Chantel.
—Hola, mucho gusto.
—Hola, David, mucho gusto —dijo Chantel.
—Huele a cloro este cuarto, jajaja. Se divirtieron, ¿no? Qué pena, mucho gusto, David.
No entendía lo que pasaba.
—David, Olivia te va a convertir en un hombre.
Se deja, nada de peros.
Julián tomó a Chantel y se fue a la otra habitación sin decir más.
Olivia era una chica de piel oscura y cabello rizado. Se me acercó y empezó a besarme. No me sentía cómodo.
—Espera, no estoy seguro.
—Tranquilo, Julián ya me dijo. Pero mira, yo tengo algo familiar para ti.
Metió la mano en su pantalón y sacó un enorme y grueso pene color oscuro.
—¿Te gusta? —me dijo.
La verdad, el tamaño de su pene me asustó. Nunca había visto a una mujer trans.
Ella intentó convencerme: me besó, tocó mi pene, me masturbó, pero no pudo lograr que se me levantara.
Después de un rato se aburrió.
—No, me voy al otro cuarto. Estás muy aguado.
Salió enojada. Me sentí mal conmigo mismo y salí detrás de ella, pero la verdad mi pene no respondía; no estaba interesado.
Entramos a la habitación.
Julián tenía a Chantel con las piernas abiertas; la estaba penetrando mientras la besaba.
Eso no me gustó: a mí no me permite besarlo.
Olivia abrió las nalgas de Julián y lo penetró sin preguntar.
—Me lo debes, por darme al aguado ese.
Julián me miró con rabia:
—¡No pudo, David! ¡Eres un idiota!
Me asombró la facilidad con que el culo de Julián se comía el enorme pene de Olivia.
Olivia le daba con fuerza y él hacía lo propio con Chantel mientras le chupaba las tetas.
Julián se acostó boca arriba mientras Olivia le metía una y otra vez su enorme pene.
Chantel puso también su pene en la boca de Julián.
Julián chupaba huevos y verga mientras recibía por el culo.
Yo intenté masturbarme, pero mi pene no respondía; seguía aguado, como muerto.
Chantel y Olivia se besaban, jugaban con sus tetas mientras Julián chupaba el pene de ambas, alternando.
Chantel eyaculó primero. La cara de Julián quedó toda llena de su leche.
Ella se acercó a su rostro y lo limpió con su lengua. Luego empezó a chuparle el pene mientras Olivia lo penetraba.
Julián se vino también en la boca de Chantel.
Chantel se dispuso a chupar el culo de Olivia mientras esta penetraba a Julián.
Embestida tras embestida, Olivia castigaba a Julián, mientras Chantel alternaba lengua, dedo, otro dedo más, lengua…
Finalmente, Olivia acabó.
Se empezaron a vestir y Julián les pagó lo acordado.
Me ignoraron por completo al retirarse; no me dieron ni una mirada.
Julián solo me reprochó. Me dijo muchas palabras hirientes que no voy a repetir.
Me sacó de su casa y me dijo que ya no podíamos ser amigos.
La verdad, me sentí humillado y confundido.
Me fui a mi casa y lloré toda la noche.
Pero la historia aún no termina…