Capítulo 2
Una vez me levanté el sábado, después de uno de los días más confusos de mi vida (quizás el que más), tomé el coche y me fui al Polo, para darme un baño y tomar sol; mientras estaba en la piscina, empecé a creer que todo el mundo me miraba, hasta los camareros de la cafetería creo que me miraban de otra forma (mi amigo me dice que es normal que me sintiera de esa forma, pues el día anterior, fue sin lugar a dudas un giro de 180º, al respecto de mi vida habitual).
Para variar me tomé un campari con soda, en compañía de unas amigas del club, en esos momentos ni me enteraba de lo que hablábamos, tenía mi mente totalmente dispersa y al mismo tiempo, dando vueltas a lo sucedido el viernes.
- Amiga1: ¿qué te ocurre?, estás como si no estuvieras
- Yo: Nada, es que no he pasado buena noche y estoy un poco espesa.
- Amiga2: (esa es Patricia, de quien hablaré más tarde), lo hemos hablado muchas veces, deberías salir de vez en cuando y no encerrarte en casa todos los días, tienes que buscar algo que te llene, haz cursos de jardinería o de manualidades, esto te ocupará el tiempo, siempre estás con la misma rutina y tienes que variar o introducir variables en tu vida. No puede ser que, de casa al club, del club a comer y después en casa hasta la hora de la cena y a dormir.
- Yo: Puede que tengas razón, pero no sé qué hacer, desde que salí de la universidad y después de casarme, dejé la oficina de mi padre y mi marido se encarga de llevar con mi padre sus negocios, aunque estoy al día pues debo asistir a los consejos de administración, pero no es cada día.
- Amiga2: Pues espabila
Toda la conversación fue ese día sobre mí, que si esto, que si aquello, pero no me quitaba de la cabeza a Alex y las situaciones del día anterior.
Comimos en el club y después me marché a casa, para prepararme para la cena de gala de presentación del concurso de saltos nacional que se celebra el mes de junio del 13 al 15.
Ya cerca de la hora, salimos con mi esposo y unos amigos hacia el Polo, pues el cocktail era a las 19.30, previo a la cena.
Sorpresa mía, no había pensado que los padres de Alex, también son socios (además su hija es amazona que participa en el concurso próximo y allí estaba también Alex.
- Padre Alex: Buenas ¿cómo estáis?
- Mi marido: Bien ¿y vosotros?
- Padre: Hemos venido porqué Irma (nombre ficticio), participa y no nos lo podíamos perder.
- Madre Alex: ¿Recordáis a Alex?, hemos conseguido arrastrarle a que viniera, pues nunca viene, dice que a él solo le gustan los perros, pero de caballos no quiere ni oír hablar.
- Alex: Tampoco es para tanto mamá, lo que ocurre es me aburren con tanta parafernalia y pijotería.
Todos reímos por la respuesta
- Yo: Es una respuesta sincera por lo rápida que ha sido, dije yo sonriendo.
- Alex: Es la verdad, de pequeño venía, pero ahora me aburre, así que procuro ocupar mejor mi tiempo.
Me di cuenta de que esa repuesta estaba dirigida a mí, y me ruboricé e inquieté un poco.
Cada uno teníamos pre-destinado un lugar en las mesas, aun así, nuestra mesa no estaba muy alejada de la mesa de la familia vecina, pero durante toda la cena Alex y yo intercambiábamos miradas y por su parte algún que otro guiño de ojo.
Una vez acabada la cena salimos a los jardines donde como de costumbre los hombres se fueron por un lado y las señoras por otro, para tomar los típicos gin-tonic de turno.
Alex, desde lejos me hizo una seña, de que lo siguiera y así lo hice, yendo hacia la zona del gimnasio, detrás de la pista de saltos.
- Alex: tenía unas ganas tremendas de verte, a ver si nos damos el telf., para poder al menos escribirnos en cualquier momento.
Mientras decía esto, me abrazó y sujetando mi barbilla, me besó con pasión y dureza, en tanto metía su mano a través de mi escote y mordiéndome un pezón, provocando un sentimiento de placer y dolor al mismo tiempo; condujo su mano hasta su cremallera que había desabrochado, haciéndome sujetar su pene, lo cual hice con desenfreno.
- Alex: Bésame la polla
- Yo: Nunca lo he hecho
- Alex: Pues algún día se empieza
- Yo: Nos pueden ver
- Alex: Aquí no viene nadie, todos están poniéndose ciegos a copas, es la típica fiesta de postureo pijo de Barcelona, así que chúpamela zorrita mía.
- Yo: No lo he hecho jamás, mi marido me lo pedía al principio, pero siempre me negué, es inmoral.
- Yo: Tendrás que practicar porque es algo divino lo que se siente.
Estaba tan excitada que me hizo agachar y comencé a darle besos en la punta, cuando de golpe me dice.
- Alex: Póntela dentro de la boca como si fuera un plátano o un cucurucho de helado y métela y sácala de tu boca chupando el helado.
- Alex: levantando la voz, cuida, que me muerdes, me haces daño, (al mismo tiempo que me daba una sonora bofetada)
- Yo: Perdona, es que no sé
- Alex: no pasa nada, pero ve con cuidado, si yo te muerdo con esa intensidad, verás lo que supone. Vámonos, se me ha bajado del mordisco
- Yo: Perdona de verdad, lo haré mejor
- Alex: Paso, me voy con los demás
Se marchó hacia el jardín donde estaba todo el mundo y me quedé componiéndome el vestido y bastante frustrada.
Regresé, con las amigas y conocidas
- Amiga 1:¿qué te ocurre? Vuelves a tener la cara de esta mañana
- Amiga 2: ¿te sientes mal?
- Yo: Un poco, ya se me pasará, lo malo de estas fiestas es que acaban de madrugada y no creo que aguante tanto
- Amiga 1: Vete a casa, en recepción te llamarán a un taxi y acuéstate y descansa.
- Yo: Voy a decírselo a mi marido a ver si me acompaña él
Me dirigí donde estaba mi esposo en compañía de otros señores
- Yo: Cariño, no me siento muy bien, creo que voy a tomar un taxi y me iré a casa, tu sigue no hay problema.
- Esposo: Sí, claro, la verdad es que has pasado mala noche supongo.
- Padre: Espérate, (el que habló era el padre de Alex), que mi hijo está fastidiando a su madre que se quiere ir y ella le dice que “hoy te aguantas, no haber venido”, si no te importa, puede acompañarte hasta casa, así no te vas sola a esta hora en un taxi y él se libra de estar aquí
- Esposo: sí, claro es ideal, además tu hijo lo agradecerá, pues parece que esto no le gusta ni en pintura.
- Padre: No le gusta, nunca viene, de hecho, es la primera vez que viene desde pequeño. ¡Alex!, ven un momento por favor
Dios mío sin quererlo me había metido en la boca del lobo.
- Alex: Dime papá
- Padre: xxx, se siente mal, y se marcha a casa. ¿quieres acompañarla por favor? Le susurra “así de paso te escaqueas oficialmente de tu madre” jajaja
- Alex: sí, claro por supuesto. Vamos vecina, cuando quiera, voy adelantando pidiendo un taxi en recepción
- Yo: Muchas gracias
Cuando llegué a recepción, Alex ya había pedido el taxi y al poco llegó, me abrió la puerta del lado contrario del conductor y él se puso detrás del conductor, le dimos la dirección y salimos hacia casa.
- Alex: Te lo has montado de maravilla, menuda excusa.
- Yo: Para nada, es que realmente no estoy muy bien, creo que algo me ha sentado mal
- Alex: Lo que te ha sentado mal, lo sabemos tú y yo solamente; te has quedado con las ganas, mientras me metía mano debajo del vestido, comprobando que no llevaba ropa interior abajo.
- Yo: por favor no me humilles, ya te he dicho que nunca lo había hecho.
- Alex: Al menos me has hecho caso cuando te has arreglado y eso que no sabías que vendría para comprobarlo.
- Yo: Siempre cumplo cualquier cosa a la que me comprometo; le susurro al oído: para que me estoy excitando y el taxista se dará cuenta
- Alex: ¿quieres chupársela a él para entrenar?
- Yo: de ninguna manera, sabe dónde nos ha recogido y donde vivo porque nos lleva a casa, es peligroso
- Alex: bien, veremos zorrita mía
No sé bien porqué, pero entre que me tocaba de maravilla y que me dijera “zorrita” de nuevo tuve que hacer un esfuerzo para no gritar cuando tuve el orgasmo y procurar el taxista no se diera cuenta, aunque al bajar demostró que se había dado cuenta de todo.
Llegamos cerca de casa y le dije al taxista que parara en la esquina, pero casi en Pº Bonanova, de forma que no pudiera ver donde vivía realmente.
- Alex: llegamos, paga y vamos
- Yo: Si
Mientras Alex bajaba, le pagué al taxista con tarjeta y me dijo:
- Señora, si necesita una buena polla esta noche o cualquier otra, esta es mi tarjeta, le aseguro que muchas clientas están muy agradecidas.
No dije nada, simplemente tomé el recibo de la visa y la tarjeta y salí del taxi
- Alex: me ha encantado lo zorra y al mismo tiempo señora, que has sido ahora con el taxista, demuestra lo señora que eres y que sabes controlar las situaciones.
- Yo: ¿Lo has oído?
- Alex: Si, perfectamente y has hecho bien. Así debe ser una mujer, señora en la calle y puta en la cama y sin lugar a dudas, lo primero ya lo eres y lo segundo se aprende.
Bajamos por Ganduxer, serían como las 23:30, uno al lado del otro sin hacer nada en particular, pero al entrar el en portal y ya dentro del ascensor, Alex pulsó el botón de mi piso, sin hacer ni decir nada en absoluto, (pensé que estaba molesto, por el mordisco que le di).
Al llegar a mi piso (son pisos de acceso directo por el ascensor, un piso por planta), Alex abrió la puerta saliendo detrás de mi
- Yo: ¿quieres tomar algo Alex?
- Alex: Si, claro
Entramos en casa y le acompañé hasta el salón
- Yo: ¿Qué quieres?
- Alex: Una cerveza y tú un campari ¿No?
- Yo: Si, claro voy a la cocina, ya vengo
Me marché hacia la cocina y cuando estaba agachada buscando el campari, apareció Alex detrás de mí.
- Alex: Ven aquí, (me dijo, abrazándome por detrás y dándome la vuelta). Te voy a hacer ver las estrellas, a ver si aprendes (diciendo esto tomó mi vestido y de un tirón lo rompió dejándome totalmente desnuda. Me encanta verte desnuda y sentirte mía, porqué a partir de hoy eres mía.
Nos abrazamos y besamos profundamente, no importando para nada ni pensando que era el segundo hombre que me veía desnuda en mi vida, pero si el primero en esas circunstancias, lo cual me provocó una excitación terrible.
- Yo: Por supuesto que soy tuya, no sé cómo lo has conseguido, pero soy tuya, haré lo que quieras y hazme lo que quieras
- Alex: Lo primero (mientras introducía sus dedos de una mano en mi vagina y con la otra presionaba y pellizcaba mis senos), es que aprendas como hacer las cosas, que te abras a toda experiencia que te proponga y te diga. Nunca te obligaré a nada, serás tú, la que decidas si lo quieres hacer o no.
- Yo: Haré lo que me digas, te lo prometo.
- Alex: Bien, zorra mía
Sin decir nada más, me sentó en una brazada en la mesa de la cocina y abriéndome las piernas, con mis ingles depiladas totalmente como me pidió el día antes, comenzó a sorber mis flujos y a pasar y mordisquear mi vagina, por primera vez en mi vida, alguien hacía esto, ni a mi marido se le ocurrió jamás intentarlo o hacerlo.
Dios mío qué placer desconocido, Alex era un verdadero experto y ahí si pude desahogarme gritando:
- Yo: sigue mi cielo, Dios mío que gusto, no pares por favor, no pares (de vez en cuando paraba por un instante y me besaba en la boca, con el sabor de mis flujos, y me abofeteaba y pellizcaba mis pechos)
- Alex: ¿Te gusta putita?
- Yo: Me encanta, nunca me he sentido así. Diosssssss, grité al mismo tiempo que sujetaba su cabeza entre mis piernas y teniendo por segunda vez el que era el mejor orgasmo de mi vida. No te vayas, quédate cariño, le dije abrazándolo
- Alex: Mejor que me marche ahora, por si a tu marido le da por volver, pero no te preocupes, ayer empezamos un camino que será muy bonito y largo. Mañana no nos veremos, hasta el viernes que viene pues tengo exámenes de selectividad y me juego el curso, pero a partir del viernes a mediodía ya habré acabado y nos vemos. Mientras nos escribimos por whats.
Me besó tiernamente y se marchó, dejándome tendida desnuda en el suelo de la cocina, me acurruqué diciéndome a mí misma: ¿Dios mío, no puede ser lo que he hecho?
Pero al mismo tiempo en mi interior era consciente de que mi vida iba a cambiar, para bien o para mal.