Capítulo 3

La presión de familia ya era demasiada, y tuve que recibir a mi esposo en la casa de nuevo, perdonar todas sus canalladas y hacer de cuenta que nada había sucedido, si es que quería conservar a mis hijos, no tenía caso pelear, ya que mi familia no me apoyaba y yo no tengo recursos para un abogado que llevara mi divorcio, así que tuve que soportarlo todo.

Lo peor fue, hacer un lado lo que había empezado a sentir por Dan…ya no podría seguir viéndolo más, ya que estaría bajo constante vigilancia de mi marido, mi madre y hasta de mis suegros….

Sabía que esta ya sería la última vez, así que me arme de valor y me propuse disfrutarlo.

Nuevamente acudimos a nuestro motel de costumbre, decidí ponerme el conjunto de bra y tanga negra que había usado la primera vez, alquilamos una habitación más espaciosa, primero me quedé solo en ropa interior, luciendo mi cuerpo que con ejercicio había moldeado, ahora me sentía orgullosa de mi físico, a Dan le encantaba.

Él se quedó solo en trusa, y durante un rato estuvimos en un sillón de la habitación, semidesnudos, acariciándonos, besándonos, diciendo cuanto nos queríamos y nos deseábamos.

Entonces él se puso de pie y me puso también de pie frente a él, y me quito el bra y la tanga, dejándome desnuda por completo, él también se quitó la trusa, mi mirada enseguida se posó en su pene semi erecto, que jugoso se veía.

Se puso detrás de mí y contemplamos nuestra desnudez en un espejo mientras me acariciaba el vientre y me besaba el cuello, después de eso, me tomo de la mano y me llevo hacia la regadera del cuarto, abrió la llave del agua caliente, y bajo ella, comenzamos de nuevo la sesión de caricias.

Tomo el jabón y con sus enormes manos comenzó a recorrer mi cuerpo con él, todo, de la cabeza a los pies, poniendo especial atención en mis pechos y mi entrepierna, hasta paso la mano por en medio de mis nalgas, mi hombre estaba dándome un delicioso baño, yo después hice lo propio, también pasé el jabón por su cuerpo, su verga ya estaba más que erecta, pero contrario a lo que pudiera esperarse, no hicimos nada allí.

Después de bañarnos, nos secamos mutuamente y yo lo tumbe en la cama, acaricie por unos segundos su verga y comencé a mamársela como ya era costumbre, nunca me cansaría de ese delicioso falo, pero cuando estaba haciendo mi mejor trabajo me detuvo…

Él también quería darme placer, así que para que todo sea mutuo hicimos un 69, me coloque encima de como lo pide esta pose, y continúe con mi labor, chupando su verga mientras el mamaba mi cuca, el sonido del chupeteo de ambos me excitaba como nunca, y yo movía mi cadera para aumentar más mi placer al sentir su lengua hurgando hasta lo más profundo de mi raja que supuraba fluidos de lubricación, por un momento, su lengua jugueteo un poco en mi ano, pero creo que no se animó a darme un beso negro, es una lástima ya que me habría encantado.

Continuamos mamándonos el uno al otro, yo saboreaba ese pito con amor y a la vez con lujuria, un pedazo de carne palpitante que me negaba a sacar de mi boca, el comiéndome el coño como no lo había hecho antes, apretando mis nalgas, sujetándose de ellas mientras ponía el pulgar en medio de ellas, para estimular mi ano.

Acto seguido acabamos con la pose más tradicional, el misionero, me tumbe en la cama y separe mis piernas, mi panocha húmeda, peluda, lista para él y solo para él, su verga erectisima…Dan solo se colocó encima y me la metió, y comenzó a empujar con su cadera, ambos gemíamos, yo me contemplaba en el espejo que estaba en el techo del cuarto, como era poseída una vez más por mi amante, cerré mis piernas sobre su cadera y recibí su esperma una vez, explotando e inundándome, fue un torrente de leche que hasta se derramo por los bordes de mi raja, aunque ya había acabado, Dan siguió empujando con furia, hasta que yo también me vine, mis ovarios estallaron, mi clítoris llego al punto máximo del placer en nuestros cuerpos entrelazados…

Nos vimos a la cara…y nos besamos apasionadamente…mi Dan, quien me había devuelto la confianza y la autoestima, lo bese y lo bese.. y lo estreche en mis brazos con su verga aun dentro de mi…y mis ojos derramaron 2 pequeñas lágrimas.

Como dije al principio las cosas no acabaron bien para mí.

Además de que tuve que volver con el hombre que me había engañado y maltratado, poco después de dejar de ver a Dan, me entere de que estaba cogiéndose a Laura, otra de nuestras compañeras de secundaria…bueno, él era libre ya de hacer lo que quisiera, pero si siento un leve dolor en mi corazón.

Ahora vivo de nuevo como ama de casa, aburrida y vigilada por todos, hace poco me encontré a Dan por la calle y lo salude, el me respondió, pero tardo unos segundos en reconocerme, seguramente porque he aumentado de peso, perdí toda la figura que había logrado en esos días…me sentí tan patética que di cualquier excusa y me aleje…el simplemente siguió su camino, ya dejo de cogerse a Laura y ahora ya tiene una novia formal.

Y esta fue la historia de mi aventura con mi ex compañero de la secundaria.

Sandra.