Vivíamos en Buenos Aires, compramos nuestra primera casa en el mismo barrio que me críe, en la misma manzana que viví de chico, a la vuelta aún vivía mi mejor amigo Javier, estaba totalmente loco de calentura con Graciela (mí esposa) y sin saber de los permitidos de ella, no tenía ningún miramiento en decir las ganas que tenía de estar con ella, nos contó que con Patricia (su esposa)habían hecho trío con un compañero del trabajo de él, nosotros pensábamos que era mentira para incentivarnos a hablar del tema, pero su esposa le contó a Graciela que le había dado el gusto a Javier y se dejó penetrar por un amigo que él traía de vez en cuando y que la pasaba muy bien con ese juego sexual.

En esa época era cuando mi esposa tenía sexo con Walter, su primer amante, el que la estrenó como Hotwife, el primer hombre que la cogió que no era yo, ya que con Graciela nos conocimos en la preparatoria, nos iniciamos sexualmente juntos, estuvimos de novio siete años, luego nos casamos y a los 10 años de casados le propuse hacer un trío HMH, un año después aceptó ella tenía 32 y él 19, varias veces cuando mi amigo venía a casa lo encontraba, le dijimos que era primo de a. Javier dudaba que Walter sea primo de Graciela, como le habíamos dicho, la cargaba a mi esposa diciéndole:

— » Seguro que te lo comes al pendejo, que va a ser tu primo”.

Un día que cenamos los cuatro, y ellos nos contaban sus encuentros sexuales de a tres, decidimos decirle que en realidad Walter era el amante de Graciela, su primer permitido, que no hacíamos trío, que la cogíamos por separado. A partir de esa confesión el acoso de Javier a Graciela fue constante, yo incentivaba a mi esposa para que accediera estar con él, pero ella no quería saber nada, porque no le gustaba y porque era casado, un tiempo más adelante Javier sí pudo gozar a mi esposa, disfrutar su vagina,su culo, y ella pudo comerse otra pija, y recibir el semen de otro más dentro de ella.

No solo la acosaba delante de mí, sino que un par de veces se apareció cuando yo estaba en mi trabajo y la quiso apretar de prepo y ella lo empujó abrió la puerta y lo echo, eso motivó que yo lo increpara y que le pusiera los puntos, me pidió perdón, puso la escusa que no aguantaba más de la calentura con ella, y de solo pensar que el pendejo se la cogía y él no, lo puso eufórico de más. A ella le gustaba tenerlo desesperado por poseerla y lo provocaba, se le sentaba encima, estando en minifalda se agachaba dejando su culo al aire con la tanga bien metida en la raya, él sacaba su verga la sacudía erecta y roja de hinchada, y le decía

— “Mira como me tienes, por favor cógeme”

Graciela solo reía, y le decía

–No le voy a hacer eso a tú esposa”

(Por la esposa de él), a veces ella salía de ducharse envuelta en un tallón estaba él e iba a saludarlo con un beso, se tenía que sujetar el toallón porque él se lo quería sacar con los dientes, con la mano, como sea, una vez yo la abrace para sujetarla y le dije a Javier que le apoyara su miembro en el culo, rápidamente abrió su pantalón y sacó su pedazo duro, le levantó el toallon y se lo puso en la raya, ella se quejaba, hacía que se enojaba, pero le refregaba bien el culo en su bulto.

Un día vino Walter era el segundo día de esa semana en el que venía a coger a Graciela, fueron a la segunda pieza, cuya ventana da al patio, yo en el comedor hacía tiempo para ir a mirar cuando empezara la acción y no la previa, en eso escucho la puerta de reja, miro por la ventana y era Javier, antes que toque timbre le abrí y le hice seña que no hable, lo lleve al patio y le dije que mire por la ventana, casi se infarta, Graciela justo estaba montándose sobre Walter, y acomodando los 22 cm de pija en su vagina, lo empezó a cabalgar, su cola apuntaba apropósito hacia la ventana para que yo tuviese una espectacular vista, sin saber que tenía otro espectador más, Javier se agarraba la cabeza, hacía que se arrancaba los pelos, saco la pija y se empezó a pajear cuando veía que estaba por acabar paraba, para durar más tiempo.

Graciela seguía cabalgando a su amante, gemía, gozaba, empezó a gritar teniendo un largo orgasmo, él siguió taladrando con su enorme miembro, la tenía de la cadera la levantaba y la bajaba para penetrarla hasta que sus testículos chocaban en la entrada de la vagina, aceleró el ritmo la sacudía con fuerza, ella empezó a contonearse a gemir y a gritar nuevamente, al tiempo que el bull se vació dentro de ella, luego de acabar Graciela se quedó acostada sobre Walter, con las piernas bien abiertas para mostrarme cómo le salía la leche, quedaron así abrazados y besándose, mi amigo se había corrido y maldecía al bull, por estar donde él quisiera estar.

La feliz pareja habían ido al baño a lavarse, volvieron y continuaron a los besos, y manoseos, Graciela se puso sobre él, le colocó la vagina en su cara y con su boca se tragó la pija, él le comía la vagina, estaban en un caliente 69, luego de unos cuantos minutos, cambiaron de pose, él la puso en posición de perrito, tomó el gel y le puso lubricante en el culo y ella le lubricó y masajeo la pija, él se la acomodó en el ano y de a poco se lo empezó a abrir, la penetro lento mientras sus manos apretaban las nalgas, recorrían la espalda, le agarraba los senos, apretaba los pezones, luego la tomó de los hombros la atrajo hacia él, enterrando sus 22 cm. en el orto de mi esposa, comenzó a bombear haciendo que los testículos chocaran contra la vagina, no escuchábamos el sonido, pero en mi imaginación sentía el ruido del golpeteo de los testículos contra la vagina.

Javier estaba tan eufórico y excitado que pegó su frente contra la reja, por el ruido Walter se dio vuelta, pero vio que la ventana estaba cerrada, nosotros espiábamos por las rendijas de la persiana la porno en vivo, con mi puti esposa como actriz principal, luego de mirar hacia la ventana el bull siguió con su misión, la de llenarle el culo de semen a Graciela, Javier de ver cómo le estaban penetrando el culo a su deseada amiga, acabó sobre la pared de abajo de la ventana, yo ya me había corrido en el suelo, estuvimos casi dos horas mirando, presenciamos los tres polvos que se echaron, el último el acostado sobre ella, Walter tenía la particularidad aparte del tamaño de su miembro 22 cm. x 17 de diámetro, (medido por ella en su primer encuentro íntimo) que tardaba un montón en correrse, cada vez que la penetraba estaban 30 o 40 minutos abotonados, la dejaba extenuada, transpirada, acalorada, pero felizmente cogida. Cuando se aprestaba a ir al baño a ducharse nosotros fuimos a la terraza con una cerveza, más tarde me enteré de que en la ducha la cogió de parado contra la pared y que ambos acabaron.

Luego de bañarse subieron a la terraza, habíamos quedado con Javier que no debía decir que estuvo mirando, pero lo primero que hizo fue decirle,

— “Que hermoso que coges, pobre, como te habrá quedado el orto con esa pija”

y al amante le dijo

–Te envidio pibe, muero por ocupar tu lugar.

Graciela exclamó

— “Que Hijo de puta, Hiciste que me espiara”.

Javier respondió

— Si y morí de amor.

se puso de pie y le pregunta

— ¿Ahora me toca a mí?,

–Ella: “Sí»

lo tomo de la mano y bajaron, lo llevó hasta la salida, le dio un beso en la mejilla y le dijo

— Ahora te toca a vos, pero con tu esposa,

Abrió la puerta y lo despachó, vino a buscarme a mí, me tomó de la mano, fuimos a donde estuvo con su amante, cogimos en la misma cama, le comí cada centímetro de esa puta concha que minutos antes estuvo clavada en otra pija, lamí su ano, se montó sobre mí y me cabalgo hasta llegar juntos al orgasmo. Más tarde, cuando se estaba por ir el amante de mi esposa en vez de darle un beso de despedida, la beso apasionadamente mientras abrazada la llevaba hacia la habitación, pensé: » Se le paró, y se la va a montar de nuevo», y así fue.

La arrodilló en el borde de la cama, le levantó la pollera, le sacó la tanga, ella ya totalmente entregada a su propia lujuria y a los deseos de su macho tomo el miembro, lo puso en su vagina, y empujó hacia atrás metiéndoselo todo en un solo movimiento, dejaron la puerta abierta, podía ver y sentir el golpeteo de los testículos contra la vulva, él con sus dos manos tomó parte del cabello de ella, y como si llevara de las riendas a su yegua jalaba hacia él, en 20 min. ella le regaló a su macho dos hermosos y bien sentidos orgasmos, como premio a la tremenda cogida que le dio, él siguió unos minutos más y nuevamente marcó «Su territorio, su propiedad, con su semen”, la beso, y dijo

— Ahora que te di hasta la última gota de semen que me quedaba, si me puedo ir.

Se despidió y se fue, al otro día Patricia vino por casa, le dijo a Graciela que Javier había llegado a su casa muy excitado, que le contó lo que estuvo mirando por la ventana, que tuvieron sexo duro, que quedo cansada como cuando estaba con dos a la vez.