Mi nombre es Juan y tengo 19 años y cambiare los nombres de los protagonistas para que no se molesten.

Era el día de brujas del 2001 y mi amiga Patricia cumplía años, y como no había podido visitarla en todo el día, me anime a visitarla en su casa durante la noche, porque ella me había comentado que ese día iría a comer y probablemente al cine con sus amigas y llegaría en la noche a su hogar, y me advirtió que le llamara antes de ir a su casa por si todavía no regresaba del cine, me evitara una vuelta extra.

Como todo buen mexicano, olvide llamarla antes de irme, así que jugué con la suerte, después de 1 hora de viaje llegue a su casa.

Como era día de brujas era normal que no hubiera una sola luz prendida fuera de la casa, para así evitar que los niños se acercaran a pedir caramelos.

Y empecé a chiflar para que saliera, pero mis chiflidos no sirvieron de nada, así que empecé a tocar la reja con una moneda, pero tampoco funcionó, mi siguiente intento fue gritar para que salieran a darme caramelos, pero obtuve algo inesperado: abrió la puerta de la casa la mama de mi amiga Patty, su nombre es Adriana, es doctora, tiene un cuerpo hermoso, unas piernas esculturales, una cintura digna de una joven de 20 y un culo para reventarse por donde se pueda, ella es divorciada y por la misma razón mantenía una figura espléndida.

Me dijo que Adriana había ido al cine como eso de las 8:00 ( y apenas rondaban las 8:45), pero lo que llamo mi atención fue que me dijo que no prendía el foco de fuera porque ella estaba horrible y no quería que yo la viera así, cosa que comprendí de inmediato, pues ella se había tardado mucho en abrir la puerta, y sospeche de algo que hizo que me excitara mucho: Ella se estaba masturbando, pues no traía bra y por eso no prendió la luz.

Me dijo que la volviera en un rato más para acompañarla a recoger al cine a mi amiga cosa a la que le respondí diciendo que volvía alrededor de una hora.

Pero al dar la vuelta vi el único foco prendido en la casa, era el del cuarto de mi amiga, pues muchas veces había subido yo a su cuarto a charlar por las noches gracias a un árbol grande por el que podía llegar hasta su ventana, y me arriesgue.

Al estar arriba vi algo que no podía creer: la mama de mi amiga, mi mayor fantasía sexual, y dueña de mis pajas y pensamientos más calientes se estaba masturbando en ese cuarto; lo único en lo que pude pensar fue en quedarme ahí, viendo cómo se tocaba, pero gracias a mi estado de hipnotizado no me di cuenta que ella me vio y rápidamente se tapó con la sabana, me dijo que fuera a la puerta.

Pensé en correr pero no pude, aun no sé por qué, y fui a la puerta, al llegar me hizo pasar y me sentó en un sillón, de pronto me empezó a regañar y decir de todo, así que no tuve más remedio que decirle la verdad, que era la persona que más me calentaba en este mundo y poco a poco fui hablando más y más, hasta que le pedí un abrazo que aproveche para besar el cuello y después su boca, y me imagino que por su excitación interrumpida ella me llevo a empujones y jalones a su cuarto en donde le quité su playera y ella me quitó la ropa y empezó a mamarme como nunca había sentido, fue algo cachondísimo, y antes de que me corriera ella se quitó y me dijo : 

Ahora te toca a ti.

Al momento de mover su tanga, me di cuenta que estaba empapada gracias a su amigo el vibrador, así que solo continué el trabajo ya comenzado y ella se movía como un gusano cuando les echas limón, se movía como si nunca le hubieran hecho eso.

Al excitarla hasta que ya no aguanto, me dijo que se la metiera, pues ya no aguantaba y quería probarme de verdad, y me dijo que solo me acostara que ella haría todo el trabajo, cosa que en un principio me gusto, pero después se invirtió.

Pues ella cabalgaba como toda una putita, y tenía unas tetas riquísimas con un pezón de tamaño normal, pero muy sensible, si algo le hacía y le gustaba solo tenía que verla para darme cuenta.

La cereza en el pastel fue cuando yo pensé que ella ya había acabado y de pronto me pellizca la nalga y me dice que le gustaría probar como se siente que le den por atrás, que si yo me animaba a hacer eso.

Claro que no me negué, así que con sus mismos jugos empecé a relajarle el ano con mi dedo, pues nunca lo había hecho y no ayudaba eso, así que mi lengua fue mi mejor arma para excitarla.

Después de hacer eso le puse a «Pancho» (así le digo a mi pene) entre sus nalguitas para jugar y calentarla más hasta que ya no aguanto yo tampoco y lo empecé a introducir poco a poco y ella en una mezcla de gemido con grito de dolor empezó a tocarse, mientras yo me movía metiendo y sacando la carne para poder completar mis fantasías.

Mientras ella se daba con el vibrador en su conchita, yo le fregaba el culo cono solo había imaginado en mis sueños, cuando le avise que me iba correr ella se movió y me dijo que se los diera en las tetas, mientras estaba haciendo eso, mi doctora Adriana me daba una mamada para recordar.

A la hora de recoger a mi amiga en el cine me dijo que si no había tenido ningún problema y que si no me había aburrido al estar 1 hora con su mama, a lo que respondí diciéndole que su mama no era tan seria como yo creía.